Capítulo 8: Digno de Nada
Midgard, muchos años atrás.
Thor había caído desde el cielo en medio de un espeso bosque. La sangre salía a grandes cantidades de su brazo cortado pero eso no le impidió ponerse de pie y grito al cielo mientras una feroz tormenta se desataba.
—¡Padre! ¿¡Por qué me has traicionado!?
Thor se sentía cada vez más y más débil, su vista se nublaba y su cuerpo se tambaleaba hasta que finalmente cayó desmayado a pesar de tanto intentar no hacerlo. Lo último que pudo ver fue la luz brillante del Bifrost y a una Valkiria descender por este.
Actualidad.
Donald se encontraba cortando leña con su enorme hacha. Vestia únicamente unos pantalones oscuros y llevaba el torso al descubierto dejando a la vista sus cicatrices de batalla y su brazo metálico de color oscuro. De pronto se escucharon unas pequeñas ramas en el suelo quebrarse por unas pisadas. Blake sujeto con firmeza su hacha y observo hacia donde provenía el ruido esperando alguna bestia pero solo apareció Darcy.
—Wow —exclamó la profesora que iba bastante abrigada y con una mochila en su espalda—. Dos cosas: creo que el chocolate caliente ya no me hará falta pues acabo de entrar en calor y, ¿eso es un brazo metálico?
—Perdí mi brazo en una pelea —respondió Donald sin darle mucha importancia.
—¿Cómo Thor?
—Algo así.
Darcy comenzó a dudar sobre si había sido recomendable ir a visitar a alguien cuya estabilidad mental estaba en duda, en n bosque solitario, pero algo en su interior le decía que debía hacerlo.
—Mejor voy a ponerme algo de ropa —dijo Donald al notar que Darcy había quedado embobada con su físico.
Después de que el rubio se pusiera un abrigo gris, se sentó junto a Darcy en la entrada de su cabaña para compartir unas tazas de chocolate caliente.
—¿Puedo tocarte? —preguntó Darcy.
—¿Qué? —preguntó confundido Blake.
—El brazo —aclaró Darcy.
—Oh, sí.
Donald se abrió el abrigo y saco su brazo metálico dejando que Darcy pasará la mano sobre este. La mujer acarició con delicadeza el área donde el metal se unía a la piel, notando que el cuerpo de Blake era extremadamente cálido.
—¿Cómo lo obtuviste?
Flashback.
Thor se despertó sumamente agotado mientras sentía algo húmedo frotarse contra su frente. Mientras su vista se aclaraba noto a una hermosa mujer delante suyo.
—Tranquilo, Thor. Todo está bien.
—¿Eir?
Thor se sentó, notando que estaba recostado sobre una cama. Frente a él estaba Eir, diosa de la curación y una de las Valkirias. El hijo de Odín observo donde antes estaba su brazo izquierdo notando que ahora tenía una especie de prótesis metálica.
—El Padre de Todo lo mando a fabricar especialmente para tí —comunicó Eir—. Junto con aquella hacha —dijo señalando a una hacha que estaba colgada en una pared.
Sin embargo la atención de Thor se centró en el medio del lugar donde se encontraba Mjolnir. Sin dudarlo intentó llamarlo pero no hubo respuesta alguna. Ignorando los pedidos de Eir se puso de pie y tomó el mango de su martillo para intentar levantarlo pero no pudo. Entonces noto la inscripción a un lado de su arma.
—Quién obtenga este martillo, si es digno de él, poseerá el poder de Thor —leyó incrédulo el rubio.
—El Padre de Todo te ha despojado de la mayoría de tus poderes, otros simplemente los redujo. Decidió dejarte Mjolnir aquí para que cuando vuelvas a ser digno este a tu alcance.
—¿¡Qué clase de estúpido juego es este!?
—Es la voluntad de Odín.
Fin del Flashback.
—Mi padre me lo dió.
En eso se escucharon fuertes estruendos y se notaron a los árboles temblando. Donal sujeto con firmeza su hacha mientras un ser colosal se hacía notar.
—¡Ve adentro! —exclamó el rubio pero Darcy se encontraba paralizada—. ¡Ahora!
Donald se adelantó observando al enorme gigante de cerca de seis metros y de piel grisácea.
—Al fin —exclamó el monstruo con voz rasposa—. El indigno hijo de Odín.
—¿Qué es lo que buscas, monstruo?
—Tu sangre.
El gigante lanzó un fuerte golpe con su garrote que hizo temblar la tierra misma. Donald apenas logró esquivarlo antes de dar un salto hacía su enemigo sin embargo este lo recibió con un puñetazo que lo mando a volar. El rubio dejó una enorme marca en el suelo por donde su cuerpo paso por el impacto del golpe y, antes de que pudiera reincorporarse, recibió un poderoso garrotazo que le hizo escupir sangre.
—¡Vamos! —gritó furioso el gigante—. ¡Me esperaba más pelea del poderoso Thor!
El gigante siguió golpeando al ex dios con su garrote hasta que sintió una pequeña piedra golpear su nuca.
—¡Aléjate de él! —gritaba Darcy mientras le tiraba con todo lo que tenía a mano.
El gigante se dió vuelta y comenzó a caminar hacía Darcy que se aterro al notarlo.
—El gran Thor defendido por una mujer. Patético.
—Donald... —le llamó Darcy sumamente nerviosa—. ¡Donald!
Blake se levantó con dificultad y corrió hacia su enemigo antes de dar un gran salto. Clavó su enorme hacha sobre el cráneo del gigante logrando fracturarlo y penetrar hasta el cerebro. No contento con esto, sacó el filo de su hacha del cráneo enemigo y volvió a golpearlo múltiples veces. Finalmente el gigante cayó muerto al suelo con Donald encima suyo cubierto de sangre, tanto propia como ajena. El rubio dio nueve pasos hacia adelante y terminó cayendo agotado por las heridas.
Cuando Donald despertó, notyo que se encontraba recostado en su cama con Darcy sentada a su lado.
—¿Darcy? —preguntó con cansancio el rubio.
—Tranquilo, estoy aquí.
Donald se sentó en su cama notando que tenía varió vendajes en su torso y uno en su cabeza.
—No te muevas mucho o tus heridas se podrán abrir.
—¿Me trajiste tú sola hasta mi cama?
—Sí, y eres bastante pesado.
Hubo un silencio incómodo en ese momento mientras Darcy pensaba como preguntar lo que tenía en la punta de la lengua.
—¿Por qué ese gigante te llamó Thor?
—Porque una vez fuí Thor.
—¿Fuiste Thor?
—Lo que queda no es ni la mitad del dios que fuí —Blake suspiro pesadamente—. Deje morir a inocentes en mis peleas, torture a mi propio padre y este me quitó la mayoría de mis poderes. Ahora sólo soy una basura indigna.
—No creo que lo seas.
—Lo único que hago es vagar por Midgard como un asesino de monstruos y un ebrio —dijo Donald antes de mirar hacia donde Mjolnir se encontraba—. Ya no soy digno de levantar mi martillo, solo soy digno de levantar una jarra de cerveza tras otra.
Donald hizo una pequeña pausa mientras respiraba ondo. Darcy entonces notó como sus ojos se llenaban de lágrimas.
—Mi padre no me consideró digno de mi poder ni de mi título, y sé que tampoco me considera un digno hijo suyo. No fui digno de mi esposa, ni de mis hijos. No fui digno de proteger a nadie. Al final solo soy una basura indigna de todo, un maldito estorbo que serviría más estando muerto. No merezco nada, nunca merecía nada, es lo que siempre me dice mi consciencia.
—Yo no lo veo así.
—No soy digno hijo, ni padre, ni esposo, ni guerrero, ni dios, ni hombre. Simplemente no soy digno de nada.
—Eres un hombre que ha sufrido demasiado. Te has equivocado y has fallado, ¿eso no te hace digno? No. Lo que no te hace digno es que te hayas rendido. El Thor del que Wednesday nos contó era alguien valiente que nunca se daba por vencido, un guerrero que iría hasta el final para proteger a sus seres queridos y a los mortales.
—Ya no soy ese hombre. Thor nunca fue real, solo fue la ilusión de unos mortales que buscaban protección.
—Don... Thor. Nunca serás digno si no luchas para demostrar que lo eres.
—No creó poder demostrarselo a mi padre.
—Te lo tienes que demostrar a ti.
—Si mi padre no lo cree no me devolverá mi poder ni mi martillo.
—No eres el dios de los martillos —afirmó Darcy—. Eres el protecto de la humanidad. Lo fuiste antes de obtener tu martillo y lo sigues siendo sin él. Me podrías haber dejado morir hoy pero me protegiste, y se que nos protegiste a todos esa noche que volviste ensangrentado. Nos has estado protegiendo desde las sombras todo esto tiempo. Tu martillo no te hace digno, ni tu poder. Son tus acciones la que demuestran que eres digno y cuando lo aceptes podrás pararte cara a cara con tú padre o cualquier otro dios y demostrarles que se equivocaron.
Thor esbozó una pequeña sonrisa mientras observaba a Darcy.
—Gracias por creer en mí.
—Y tú disculpame —pidió Darcy.
—¿Por qué?
—Por esto.
Darcy abrazo a Thor del cuello y le dio un apasionado beso en los labios. El ex dios quedó sorprendido y sin saber cómo reaccionar ante aquello pero algo en su interior le hizo abrazar a la mortal y corresponder al beso.
Por primera vez en mucho tiempo, Thor fue feliz. Y en Midgard, un viejo barbudo de un solo ojo sonreía por ello.
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