Capítulo 3: Mjolnir

Wednesday saco una pequeña botella de whisky de su chaqueta y le dio un largo trago.

—¿Trajiste bebidas alcohólicas aquí? —pregunto consternada la directora.

—Todos somos mayores de edad aquí —afirmó Wednesday—. Tampoco es como que fuera a darle de beber a algún alumno así que si tanto te molesta imagina que es jugó de manzana.

—¿Y no debería beber hidromiel si va a hablar de dioses? —pregunto un alumno.

—Odio el hidromiel. Sabe a orina de anciano con diabetes —exclamó el profesor con gesto de asco—. Además de que voy a hablar de Thor, el solía beber cerveza con los campesinos al venir al Midgard. Bueno, volviendo al tema, les contaré como Thor obtuvo su poderoso martillo. Todo comenzó, como muchos otros problemas de los dioses, con una broma de Loki.

Blake no pudo evitar cerrar los ojos y recordar aquel incidente tan antiguo.

Asgard, muchos años atrás.

Thor, el poderoso dios del trueno, se despertaba después de un profundo y relajante sueño. Volteo para despertar a su esposa, la bella Sif, pero quedó shockeado al verla.

—Bella Sif, amada mía —exclamó Thor mientras la movía con delicadeza hasta lograr despertarla.

—Buenos días, amado esposo —exclamó Sif con una sonrisa adormilada que se borro al ver el rostro del dios—. ¿Qué ocurre?, pareciera que has visto a un gigante levantarse de entre los muertos.

—Tu cabello —dijo Thor aún impactado.

—¿Qué tiene?, ¿esta muy despeinado?

Sif acarició su cabeza y su piel palideció al notar con sus manos el motivo del comportamiento de su esposo: ella estaba calva.

—¿Qué le pasó a mi cabello?

—Loki —afirmó Thor mientras se ponía de pie.

—¿Loki? —pregunto Sif—, ¿por qué estas tan seguro?

—Siempre que ocurre algo malo culpó a Loki —dijo Thor mientras se encogía de hombros—. Por lo general acierto y me ahorro mucho tiempo en investigaciones.

Loki se encontraba coqueteando con una de las valkirias, las valientes guerreras de Asgard, cuando una furiosa Sif se comenzó a acercar con una mirada asesina.

—¡Loki, maldito imbécil! —grito la diosa que era seguida por Thor—. ¡Te voy a matar!

Sif le salto encima a Loki pero Thor logró abrazarla de la cintura y contenerla.

—¡Loki! —bramo Thor sosteniendo a su mujer—, ¿por qué le cortaste el cabello a Sif?

—Yo no fui —exclamó Loki.

—Loki —dijo Thor en tono acusador.

—Esta bien; si fui yo. Creí que sería divertido.

—¡Hijo de…! —vocifero Sif.

—¡Suficiente! —exclamó Odín entrando en la sala—. Loki, ¿qué te dije de las bromas?

—Que si las hago me esfuerce en no ser atrapado —respondió Loki con sarcasmo.

Odín simplemente negó con la cabeza mientras veía la calvicie de Sif.

—Con ese aspecto pareces esas mujeres que vi en mis visiones —exclamó Odín—. Esas feministas.

—¿Femi qué? —pregunto Thor sin soltar a su esposa.

—Cosas del futuro —afirmó Odín—. Loki, soluciona esto.

Actualidad.

—Loki viajo a Svartalheim, el reino de los enanos —exclamó Wednesday antes de tomar otro trago— y allí le pidió a los hijos de Ivaldi, cuyos nombres se perdieron en el tiempo, que tejieran nuevos y bellos cabellos para la hermosa Sif además de hacer dos objetos más para regalarle a Odín y a Frey. Sin embargo, Loki no pudo con su mal genio y fue a buscar a dos hermanos que también eran famosos artesanos; Eitri y Brok. A estos les dijo que no serían capaces de crear objetos tan maravillosos como los creados por los hijos de Ivaldi por lo que los dos enanos aceptaron el desafío. Sin embargo Brok, sabiendo la reputación de Loki, decidió apostar algo. Si sus regalos eran mejores que los de sus rivales entonces él le cortaría la cabeza a Loki. En su suprema arrogancia, Loki aceptó aunque se arrepintió poco después. Por ello adquirió la forma de una mosca para molestar a Brok, que estaba encargado de mantener al mismo nivel todo el tiempo el fuego del fuelle, para que este y su hermano fallaran en su tarea de construir los preciados regalos. Sin embargo, Brok mantuvo el ritmo a pesar de ser mordido en el brazo, el cuello e incluso en un ojo. Cuando el día llegó, los hijos de Ivaldi presentaron primero sus regalos. La poderosa lanza Gugnir, que siempre daba en el blanco, para Odín. El barco Skidbladnir, que podía doblarse cual papel y siempre tendría buen viento en alta mar, para Frey. Y, finalmente, la nueva cabellera de Sif, la cual se adhirió mágicamente a su cuero cabelludo como si fuera cabello natural.

Asgard, muchos años atrás.

Los hijos de Ivaldi sonreían orgullosos tras entregar sus regalos. Loki sonreía para ocultar sus nervios pues temía la decisión de los dioses.

—Bueno, son regalos impresionantes —exclamó el dios para luego mirar a Eitri y Brok—. Nadie los culpara si deciden retirarse.

—Ya quisieras —respondió Brok desafiante mientras se acercaba junto a su hermano—. Grandes dioses, mi hermano y yo traemos ante ustedes nuestros humildes regalos.

Los enanos le sacaron la manta a uno de los regalos mostrando un gran jabalí dorado.

—El es Gullinbursti, el regalo para el gran Frey. Es más rápido que cualquier caballo y sin importar la oscuridad que allá alrededor este siempre resplandecerá como el sol.

El jabalí camino alegremente hacia Frey y froto su cabeza contra la pierna de este.

—Que adorable criatura —exclamó el dios de las lluvias mientras acariciaba al animal.

—Este —dijo Eitri acercando una bandeja con un anillo dorado ante Odín— es Draupnir. Cada nueve noches de este anillo saldrán nueve igual pero no tendrán los mismos poderes. Se lo obsequiamos, gran Odín, para que tenga con que recompensar a sus más grandes guerreros.

—Mmm —exclamó el rey de Asgard mientras se ponía el anillo.

—Y finalmente —dijo Brok mientras con su hermano cargaban una enorme placa metálica con la cual se acercaron ante Thor—, el poderoso Mjolnir.

Los enanos descubrieron su obra dejando ver un gran martillo de cabeza rectangular y mango dorado con una correa al final.

—Como sabemos que toda arma que el gran Thor usa no dura más de un combate por su fuerza decidimos crear este poderoso martillo de guerra —hablo Eitri—. Con el podrá canalizar su poder sobre las tormentas, lo podrá arrojar tan lejos como desee y llamarlo únicamente con el pensamiento, además de santificar objetos y/o guerreros sin mencionar que nunca fallara un objetivo.

Thor sujeto su martillo y lo alzó al cielo escuchando como los truenos resonaban por toda Asgard.

—Impresionante —exclamó Thor viendo como energía eléctrica comenzaba a brotar del Mjolnir.

—Ese regalo sin duda nos será de ayuda contra los gigantes —exclamó Odín sin despegar su ojo del martillo.

—Es mucho más imponente que lo obsequios que yo tengo —dijo Frey sin dejar de acariciar al jabalí.

—Es incluso más poderosa que mi lanza —afirmó Odín.

Loki trago saliva al escuchar tales palabras.

—Creo que tenemos a los ganadores —aseguró Thor.

—Loki —dijo Brok con una gran sonrisa—. Trae para acá esa cabecita.

Loki quedó pálido ante su derrota pero pronto una sonrisa arrogante se formó en sus finos labios cuando la idea de su salvación llegó a su mente.

—Lo haría con todo gusto, pues yo siempre cumplo mis palabras, pero lamentablemente no podrás cortar mi cabeza —aseguró Loki confiado.

—¿Qué dijiste? —pregunto molesto Brok.

—Para cortar mi cabeza debes cortar mi cuello y él no era parte del trato —afirmó Loki con una gran sonrisa.

—¡Maldito embustero! —bramo Brok.

—Tú y tus ocurrencia Loki —exclamó Thor mientras reía.

Actualidad.

—¿Entonces Loki se salió con la suya? —pregunto un alumno.

—No —exclamó Wednesday—. Odín tuvo la brillante idea de que Brok le cosiera los labios a Loki para que así aprendiera a mantener su palabra. Se dice que Loki sufrió mucho descosiendo su boca pues el hilo mágico de Brok solo podía retirarse manualmente y no con magia.

En ese momento un feroz aullido se escucho a lo lejos. Donald sujeto con firmeza su hacha pues reconocía que aquel aullido no era de un lobo sino de algo más peligroso.

—Será mejor que nos vayamos a dormir ya —dijo Wednesday—. Oh, querido señor Blake —dijo llamando la atención del ex dios—; espero que ningún lobo nos coma esta noche —expresó con una extraña sonrisa.

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