8

―Creo que deberíamos cambiar esta actividad ―señalé un recuadro sobre la hoja de planeación―. Son niños pequeños y pueden lastimarse.

―Sí, tienes razón ¿qué sugieres que hagamos? ―preguntó Gina, mi compañera.

―Podríamos ha...

―Hola bonita ―el aliento de Freddy chocó contra mi cuello provocándome un cosquilleo a lo largo de mi espina dorsal.

―Freddy ―murmuré sin dejar de sonreír. Este chico me estaba volviendo loca.

―Lo discutimos después ¿te parece?

―Si Gina ―sonreí.

Mi compañera se despidió dejándonos a Freddy y a mí, solos en el aula.

―¿Qué hacían? ―tomó la hoja que estaba detrás de mí.

―Es nuestro proyecto final ―me recargué en el escritorio―. ¿Quieres comer algo? ―asintió. ―Pues vamos ― lo tomé de la mano y lo llevé conmigo hasta la cafetería.

De camino nos encontramos con Mike y Dani así que decidimos que sería buena idea almorzar todos juntos. Al final, nuestro almuerzo giró en torno al incidente con las abejas y Freddy.

―Eres tan estúpido, Freddy ―dijo Mike entre risas y el chico a mi lado casi lo mató con la mirada.

―Bueno, y ustedes dos ―nos señaló Dani―, ¿ya están saliendo? ―ambos negamos con la cabeza―. ¿Cuánto tiempo más van a esperar? No me gustaría que terminen mal incluso antes de comenzar a salir.

―Daniela, te dije que no te metieras en mis asuntos con Freddy ―junté todas las cosas que tenía en la mesa y las guardé en mi mochila―. Con permiso.

Me levanté de la silla y abandoné el lugar.

¿Por qué mi amiga no entendía que mis asuntos eran mis asuntos y que no debía meterse en ellos? ¿Cómo se lo tenía que explicar?, ¿con manzanas?

Caminé al estacionamiento para irme a algún otro lugar que no fuese este o donde Daniela pudiese estar. No tenía ganas de verla.

Descarté la primera opción: el café del centro comercial, porque seguramente sería el primer lugar en el que me buscaría, si es que lo hacía.

Conduje durante casi una hora hasta que llegué a una plaza comercial que no conocía. Estacioné el auto y luego caminé alrededor de la plaza buscando un lugar en donde tomar algo.

―Hola, te dejo la carta.

―Gracias ―sonreí y tomé la carta que me ofrecía.

Me decidí por un frappé y un pastel de chocolate.

Estaba esperando a que el chico llevara lo que le había pedido cuando Dani llamó pero no respondí.

―Tú teléfono está sonando.

¿Qué?

Me giré tan rápido que algo en mi cuello hizo crack. De inmediato me llevé la mano derecha al cuello y me sobé.

―No sé mucho de fisioterapia pero déjame ver que pasó.

―No, no. No me duele ―mientes.

―¿No vas a responder? ―señaló el teléfono.

―La verdad no ―negué―. ¿Quieres sentarte?

―¿Por qué no vas a responder el teléfono? ―preguntó mientras se sentaba frente a mí.

―Tuve una discusión con mi amiga.

―Así que hiciste un berrinche en lugar de resolver las cosas ―comenzó a jugar una servilleta.

―No hice un berrinche ―arqueó una ceja―. Bueno sí pero si estuvieses en mi situación lo entenderías.

―¿Quieres contarme?

―Aquí está su pedido, señorita. ¿Le traigo el menú? ―se dirigió a Jos y él asintió.




―Insisto en que no debiste pagar ―dije cuando llegamos a mi auto―. ¿Quieres que te lleve?

―No, traigo mi auto.

―Oh, bueno ―sonreí―. Que tengas una linda noche.

―Igualmente, Ale. Espero que se resuelva todo.

Sonreí por última vez y luego me subí al auto.

De regreso a la casa, Dani me llamó varias veces al igual que Freddy y Mike. Les devolvería la llamada cuando llegara.

―¿En dónde estabas, Alejandra? Te he llamado muchas veces, ¿para qué quieres el teléfono si no vas a responderme?

―Lo siento, te iba a devolver la llamada pero no tengo saldo ―mentirosa.

―Freddy, Daniela y Miguel te vinieron a buscar. Por favor, cuando salgas al menos mándame un mensaje para saber que estás bien. Estaba preocupada.

―Si mamá, lo siento.

Lo primero que hice al entrar a mi habitación, fue llamar a Freddy quien me regañó por no responder las llamadas.

¿Puedo ir a verte?

―La verdad es que estoy un poco cansada.

Bueno, descansa entonces. Te quiero.

―También yo.

No me sentía cansada pero quería estar sola. Caminé hacia donde se encontraba mi ropero y saqué mi pijama. Me estaba poniendo la playera cuando el beep del teléfono se escuchó a lo lejos. Rápido me aventé sobre la cama y lo saqué de debajo de la almohada.

+ 52 1 556 757 9798

¿Llegaste bien? 9:34 P.M

Perdón, ¿quién eres? 9:34 P.M

Jos. Lamento haber sacado tu número de teléfono del historial del hospital. 9:35 P.M

Oh, no hay problema, ya guardé tu número y llegué bien, gracias. Descansa. 9:36 P.M


+ + +


Después de mi pequeña discusión con Daniela, arreglamos las cosas. Decidí seguir el consejo de Jos y no comportarme como lo había hecho.

Freddy y yo comenzamos a salir una semana después y yo estaba irradiando felicidad. Era un novio increíble, siempre apoyándome en todo y aunque a veces teníamos nuestras diferencias, juntos salíamos adelante. No podía haber alguien mejor que él, de verdad estaba muy enamorada de él.

―¿A dónde crees que te manden? ―estacionó el auto cerca del auditorio y puso el freno de mano.

―Seguramente a una comunidad. Estoy muy emocionada ―me desabroché el cinturón. Rápidamente salió del auto y abrió la puerta para que me bajara.

―Pues vamos a ver que tiene preparado el futuro para ti ―me tomó de la mano y subimos unas escaleras.

Nos sentamos en una de las filas de en medio.

La plática no duró mucho, solo nos presentaron las tres comunidades que nos podrían tocar y al final pasamos individualmente a una oficina para que nos dijeran a dónde iríamos y nos dieran algunas indicaciones.

Después de la plática fuimos a comer a un restaurante de comida Italiana.

―Siento que voy a reventar en cualquier momento ―dije recargando mi cabeza contra la espalda de Freddy.

―Y como no, jamás te vi comer así ―soltó una risita―. Vente, ya trajeron el auto ―tomó mi mano y caminamos a donde se encontraba en automóvil.

El camino de regreso a la casa fue muy tranquilo, en realidad me venía durmiendo, la comida sí que me había caído de peso. En mi vida vuelvo a comer de esa manera.

―Ale. Amor ―acarició mi mejilla y abrí mis ojos lentamente―. Ya llegamos.

Me estiré como pude y después de tallarme los ojos un par de veces, lo miré.

―Gracias Freddy, la pasé muy bien y lamento haberme dormido todo el camino ―sonreí―. Te veo mañana ¿sí?

Mi novio asintió y luego se bajó del auto para poder abrirme la puerta. Todo un caballero.

―Te quiero.

―Igual yo ―dije antes de entrar a la casa.

+ + +

¡Nuggets!

Después de dos semanas (si no me equivoco) ¡por fin hay capítulo nuevo!

¿Cómo las ha tratado la vida durante estos días que no estuve? Espero que de maravilla.

¡Ya se nos acaba el año!

+ ¿Qué momento fue el más especial que vivieron durante este año?

Yo definitivamente cuando entré a la uni y ver a los cidinain. Y obvio conocer a muchas de ustedes (virtualmente, claro).

Espero poder actualizar con otro capi antes de que se acabe en 2016.

Todo el lof,

Cit.


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