Capítulo XVIII
Vinsmoke Sanji destinado a casarse con una de las hijas de la Yonkou. No fue decisión suya sino de su padre que ha pactado un acuerdo con Big Mom. Él deseaba seguir siendo un hombre libre donde puede estar con bellas mujeres y prepararles la mejor comida que se le ocurra. Y tuvo la mejor suerte del mundo. Se iba a casar con una de las más bellas hijas de la gran mujer: Charlotte Pudding. Puede que sea un poco más joven que él, pero absolutamente hermosa. No podía decir que no delante de ella.
Sin embargo, en lo más profundo de su corazón deseaba estar con sus nakamas, sobre todo con Nami y Nico Robin. Y quién estaría afectado ante esta situación es el mismo capitán de la tripulación. Luffy lo estará buscando como loco para que vuelva. Pero no puede. Aunque le duela debe acatar la orden de su padre. Aunque haya recibido rechazo hacia su familia no podía hacer nada. Él fue una desgracia para su padre y una burla para sus hermanos menos para Reiju. Ella fue la única que le ha comprendido. Es normal es su hermana mayor.
Y hoy era el día en que iba a conocer a toda la familia Charlotte. Escuchó que Big Mom tiene más setenta hijos y cada uno tiene su propia personalidad. Unos peores y otros no. Repito: tuvo la gran suerte de encontrar a una gran mujer. Porque imaginaos que le hubiera tocado en casarse con Brûlée, estaría maldiciendo su suerte y se negaría rotundamente en aceptar el matrimonio. Estaba algo nervioso. No sabe cómo comportarse.
Menos mal que tiene a su lado a Pudding para que le ayudase, sin ella estaría un poco perdido. Lo malo es que lo acompañaba su familia. También quieren conocer a los hermanos de la futura novia de Sanji por si alguno le propone a su padre de casarse también. Y ya estaban en Whole Cake, en una sala amplia y al aire libre donde todos pueden disfrutar tranquilamente. Los nervios iban floreciendo poco a poco en el cuerpo de Sanji que no paraba de mirar a un lado para otro.
Pudding se puso a su lado para que no estuviera incómodo en ningún momento. Aunque en el fondo de su ser deseaba matarlo en el altar. Era una orden de su queridísima madre. No podía desobedecerla. Además, no soportaba a ese tipo de gente. Un mujeriego como Sanji. Tenía un plan malévolo y saldrá adelante. Y no era la única. Todos sus hermanos estaban dentro de plan. Saben lo que hay detrás de esta farsa.
—Son enormes —comenta Sanji impresionado de que Pudding tenga algunos hermanos tan altos.
—Sí, es la herencia de mi madre —ríe Pudding al ver a un Sanji asombrado.
Lo normal es que ya estuviera acostumbrado a ver gente con grandes dimensiones, pero no tantos. Ha visto gigantes de más de diez metros. Y lo impresionante es que Big Mom tenga un aguante excepcional. Soportar a más setenta hijos era impresionante. Habría que aplaudirle.
Y ahí estaban. Los tres comandantes con una gran recompensa que supera a la de su capitán. Y uno de ellos era temido por toda la marine. Charlotte Katakuri, el hombre quien nunca tocó el suelo con su espalda. El hombre que ve el futuro gracias a su Haki. Era un verdadero monstruo. Se sorprende que exista alguien así en el Nuevo Mundo. Big Mom debe estar orgullosa de tener un hijo así. Suspira levemente queriendo paciencia infinita para este grupo que le toca.
Ve a Capone Bege junto con su esposa e hijo. ¿Como es posible que aquel supernova se haya casado con alguien tan joven? Son cosas de la propuesta del matrimonio. El mafioso se acerca hacia el joven, su mirada era seria. ¿Debería preocuparse?
—Sabes el plan, ¿verdad?
—Sí. Fingir que quiero casarme con Pudding para que tú acabes con Big Mom.
—Escuché que tu querido capitán está llegando a Whole Wake junto con Pekoms —especifica el hombre exhalando el humo de su boca.
—Algo te preocupa.
—Sí —confiesa,— Chiffon me ha dicho que su hermano Katakuri se casó con la chica más fuerte de Gran Line.
—¿Katakuri?
—¿Ves al tipo grande de la bufanda? —señalándolo con la cabeza.— Ese tipo es un demonio. Y su esposa también lo es —Se coloca un poco el abrigo.— No solo tengo que matar a Linlin sino también a esa chica.
—¿Tan peligrosa es? —Sanji no creía que Bege tuviera miedo.
—Tú no la viste combatir. Yo ya me enfrenté una vez con ella y saber que está casada con uno de los comandantes es terrible.
A Sanji le preocupa que Bege haga daño a una señorita. ¿Y si es la mar de hermosa? Sin embargo, mira de reojo al comandante que tiene un rostro sereno. Tiene la sensación de que lo está observando de vez en cuando como si estuviera leyendo su mente. Y sus pensamientos se disparen cuando siente una mano coger la suya y le dedica una pequeña sonrisa hacia la persona.
—¿Estás bien? —pregunta Pudding.
—Sí, solo me estoy acostumbrando. —Se sonroja un poco.
—Tranquilo, todo irá bien.
—¡Pudding! —La joven Charlotte escucha la voz de alguien conocida a lo que se gira un poco.
—¡Len-chan!
Y Sanji al girarse sus ojos forman un corazón. Nunca ha visto tal belleza. Una bella joven se acercaba hacia donde estaba la pareja. Y lo curioso de todo es que tiene una abultada barriga. ¿Tendrá algún problema gástrico?— Tú debes de ser el futuro esposo de Pudding, ¿no?
«¡Mellorine!», su lado caballeroso y mujeriego se activa cogiendo las manos de la joven y dedicándole una rosa.— Señorita, es usted lo más hermoso que he visto en mi vida. Si quiere, le puedo preparar una buena comida.
Todos escuchan aquella propuesta de Sanji hacia la chica y alguien le estaba dedicando una mirada de pocos amigos. No obstante, Pudding infla los mofletes al ver a su futuro esposo ligar con ella, pero tiene que estar tranquila porque su cuñada no engañaría a su hermano. Len mantiene su típica sonrisa hacia el chico. Algo que todos conocen lo que va a pasar.
Y pasó. Len golpea con fuerza en la cabeza de Sanji dejándolo clavado en el suelo como si fuera un simple clavo. Todos los hermanos de Pudding ríen ante su desgracia.
—¡No intentes ligar conmigo que ya estoy casada! —Le grita muy cerca de su oído.— ¡Debería darte vergüenza porque te vas a casar con Pudding! ¡Mujeriego de mierda!
Pudding ríe nerviosa ante el carácter de Len, pero en el fondo deseaba matarla por golpear a Sanji de esa manera. Aunque no le importa. Disfruto viendo como lo trató.— Si buscas a mi hermano está por ahí —señala la joven Charlotte.
Len se tranquiliza para caminar en dirección hacia donde está su esposo. Por otra parte, Sanji sale de aquel gran agujero y se soba la cabeza. Estaba impresionado ante la fuerza abismal de esa chica. Y no era el único. Sus hermanos menos Reiju quedaron con la boca abierta. Y sus esperanzas se desvanecieron al escuchar a la joven que ya estaba casada, pero ¿con quién? La siguen con la mirada viendo que se acercaba a Smoothie y a Cracker, oculto dentro de su soldado de galleta.
No se detuvo ante aquel hombre sino siguió adelante en dirección hacia donde está Katakuri. «No puede ser», los ojos de Sanji se agrandan no queriendo pensar que ella sea la esposa de aquel monstruo.
—¡Mi amor! ¡Mi gatito lindo! —llama Len ya enfrente de Katakuri.— ¡Te estaba buscando!
Sanji mira al nombrado y éste desvía la mirada avergonzado. ¡Su cara era puro poema!— Ya te dije que no debes llamarme así delante de todo el mundo.
—Yo te llamo como yo quiera. Para eso soy tu esposa —dice Len apoyando las manos en la pierna de éste.— Además, tus pequeñines quieren sentir a papá.
¿A papá? ¿Aparte de estar casada estaba esperando un hijo? Katakuri se agacha un poco para cogerla en brazos y ponerla sobre su antebrazo. Apoya su gran mano en el vientre de la joven sintiendo las pequeñas patadas de aquellos bebés revoltosos. Una sonrisa, no visible, se hace presente en Katakuri que no pudo evitar apoyar la cabeza en el hombro de la joven y ella aprovecha en acariciar aquellos cabellos salvajes.
—Len-chan es la esposa de nii-chan Katakuri —dice Pudding viendo que Sanji aún no daba crédito lo que veía.— Fue la única boda en donde madre no se interpuso ya que dejó que ellos dos se casaran.
—¿Y cuánto tiempo llevan de casados?
—Seis meses. Y también los mismos meses que lleva Len-chan embarazada.
Ahora entendía el porqué de su barriga abultada. Espera, ¿ella es la chica más fuerte de Grand Line? Mira de reojo a Bege que tiene una cara de sorpresa y de miedo al mismo tiempo. Su esposa Chiffon le dijo la verdad. Katakuri estaba casada con Len y además estaban esperando un hijo. Y a saber si es uno porque Len dijo: «pequeñines». No le gustaba un pelo en que saliese un hijo suyo que tenga la fuerza sobrehumana de su madre y la astucia y frialdad de su padre.
Debería estar temiendo de Linlin por dejar que esa chica formara parte de la familia Charlotte. No ha desviado la mirada en aquella pareja que se estaban mimando. Espera, ¿es capaz de apaciguar a una bestia como Katakuri? Estaba sorprendido. Hasta piensa que no es buena idea enfrentarse a Len porque aquel comandante hará todo lo posible para protegerla y más si se encuentra en ese estado. Lo tenía difícil. No puede evitar morder un poco su puro queriendo pensar en otro plan.
Con nuestra gran pareja, Cracker se acerca hacia donde estaba ellos para tocar el hombro de Katakuri para hablar con él.
—Mugiwara está aquí —dice el hombre-galleta.— Brûlée les está dando tiempo, iré a ayudarla.
—Ten cuidado, estamos hablando de alguien quien derrotó a Donquixote Doflamingo.
—Descuida, no soy débil como ese estúpido ex Shichibukai. —Antes de marcharse, mira a Len que le dedica una mirada de: «haz caso a tu hermano».— Tú preocúpate en no hacer nada estúpido.
—Lo mismo te digo.
Aquellos dos se llevan bastante bien en estos seis meses. Tuvieron percances, pero al final lo resolvieron sin ningún problema. Se trataban como amigos o hermanos. Cracker ha estado soportando junto con su hermano Katakuri los caprichos de aquella chica. ¿Como puede aguantarla? Ni él mismo lo sabe. Y sin esperar más, va hacia el bosque para impedir que Luffy llegase hacia donde está Sanji.
Katakuri siente que una pequeña mano tira un poco de su bufanda y mira a la causante.
—Kata, quiero chocolate —pide Len con un puchero en sus labios.
—Sabes que el doctor te recomendó no comer grandes cantidades de dulces.
—¡Pero quiero chocolate! ¡Mi cuerpo lo pide! —comienza a sollozar como una niña pequeña.
Desde hace tres meses, los cambios hormonales de Len cambiaban drásticamente. Pedía chocolate y donuts por culpa de Katakuri para matar ese antojo. En cuanto a las relaciones sexuales, Len siempre acudía a su esposo para que le hiciera el amor. Katakuri se negaba, no quería hacerla daño sabiendo que está embarazada. Se dedicaba a mimarla y estimular su sexo, pero nunca un coito. Escucha un leve quejido por su parte a lo que suspira acercándose más al rostro de ella.
—Te prometo que cuando termine esto comerás algo.
—Los pequeñines no están contentos ante la decisión de papá.
—No pongas en medio a nuestros hijos —ríe un poco. Le resultaba gracioso que Len hablase así.
—Sabes perfectamente que los dos tienen que comer —jugueteando con su bufanda.
—Y tú tienes que cuidarte y por eso estoy ahí —ronronea moviéndose de un lado para otro, suave, como si estuviera acunando a la joven.
Sí, el doctor les ha confirmado que Len estaba embarazada de dos niños, pero se desconoce si son gemelos o mellizos. Ya Katakuri estaba deseando que se cumplan los nueve meses para abrazarlos y cuidarlos como hace con su esposa. Estaba tan enamorado de esa mujer. Nunca imaginó tener una vida como ésta. El destino los ha unido y ya es difícil que los separe. Cualquiera que los vea no daba crédito. Aquel hombre frío y calculador es un chico manso y sumiso cuando está con Len.
Y la chica sabe los planes de Linlin de aniquilar a la familia Vinsmoke. Estaba en contra, pero no podía hacer nada. Si contradice a la gran mujer es muy probable que le quite años de vida, algo que Katakuri no le gustaría ya que la perdería a ella y a sus hijos. Lo hizo por él. Ya lo habían hablado. En estos seis meses de casados lo único que no le gustaba era ver a Katakuri sufrir como su familia está herida sin hacer nada.
Deseaba besarlo en ese mismo instante y no podía porque hay gente alrededor. Todavía Katakuri no tiene el valor suficiente para mostrar su verdadero rostro. Otra cosa que hablaron. En cualquier momento, cuando nazcan sus hijos, el único deseo que pide Len a Katakuri es que se quite aquella bufanda para que los niños vean cómo es su padre y lo amen tal y como es. Sigue acariciando aquellos cabellos salvajes que le encantaban ya que sus dedos se enredan en ellos fácilmente. Y de costumbre, el comandante ronronea como un animal al recibir tal atención a lo cual ella ríe.
Bege miraba aún con asombro aquella escena. Nunca pensó que esos dos se llevaran también y encima estaban esperando un hijo. Ahora la cuestión era si matarla o no. Mira de reojo a su pequeño hijo que jugaba feliz con su esposa Chiffon. Él no se atreve a hacer daño a un niño o a una mujer embarazada. Las cosas se le han complicado demasiado.
—Nii-chan Katakuri es feliz con ella. —Sus pensamiento se esfuman al escuchar a Chiffon.— Len-chan ha estado conmigo en estos seis meses cuidando a nuestro pequeño.
—¿Ah sí? —Cada vez estaba más impresionado.
—Sí, como ella está embarazada pues me pidió consejos y yo no podía negarme. Se ve que va ser una buena madre con lo cariñosa y protectora que es con nii-chan Katakuri.
Otro problema más en la lista de Bege. Si ataca al comandante es posible que Len pisotee su cabeza. Lo más curioso es que la chica no ha notado su presencia. Ellos dos han tenido encontronazos y bastante desagradables. Cada vez que visitaba una isla para saquear o hacer negocios se encontraba con ella y con aquel ridículo circo. Len tiene una fuerza descomunal. Una vez casi lo mata mandándolo contra las montañas de un reino. ¿Y por qué? Por incendiar una ciudad donde supuestamente habían niños de por medio.
Era una enemiga peligrosa y lo sabe muy bien, lo ha notado en sus propias carnes. Ahora su mayor preocupación es que Mugiwara no hiciera ninguna estupidez cuando esté en Whole Cake. Quiere que la boda se complete y que Big Mom coma aquel delicioso pastel que tantas ansias tiene.
Y así fue toda la mañana de Sanji. Conocer poco a poco a la familia de Pudding antes de la esperada boda.
Y horas después todos los hermanos incluso de Linlin no les gustó la mala noticia. Charlotte Cracker fue derrotado por Monkey D. Luffy. Unos cuantos estaban en el hospital viendo a un comandante en malas condiciones. Len estaba asombrada. Nunca espero que alguien fuera a derrotar al hombre-galleta así de fácil. ¿Tan fuerte es Mugiwara? No estaba muy segura, debería averiguarlo por ella; aunque, cierta persona le va a prohibir combatir.
Katakuri estaba deseando en combatir contra Luffy por haber derrotado a su querido hermano. Debe ser alguien muy fuerte que ha podido derrotar a unos cuantos Shichibukais y ahora un comandante de la Yonkou. Estaba claro, debe proteger a su familia de ese idiota y también a Len y a sus hijos. No se lo perdonaría. Pero ahora su mayor preocupación es que Brûlée ha desaparecido. ¿Le habrá pasado algo?
Ojalá su Haki tuviera poder suficiente para ver más allá del futuro y ver si su hermana estaba bien.
—Tranquilo, seguro que Brûlée estará escondida en alguna parte —dice Len acariciando el pecho de éste que se encontraba intranquilo.
—Eso espero, no me gustaría que le sucediese algo —confiesa el grandullón mirando a su esposa.
Le dedica una pequeña sonrisa acariciando lentamente la mejilla un tanto visible de Katakuri. Él solo suspira relajándose un poco y ronronea como un gato. Ese sonido para Len es relajante como una forma de quedarse dormida. Apoya la cabeza en su pecho aún sujetada por los brazos de aquel hombre de cinco metros. Ahora la cuestión es: ¿donde estará Monkey D. Luffy?
Charlotte Katakuri deseaba combatir contra el futuro Rey de los Piratas y dejar a ese novato sin sueños mostrando que aquel deseo era imposible. Y ese chico tenía algo que le llamaba la atención.
La batalla entre Luffy y Katakuri está a la vuelta de la esquina.
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Sé que algunos dirán que no sigue la línea de la historia, lo sé. Lo cambie bastante porque esto es lo que ocurriría si estuviese Len.
Y la pelea entre esos dos titanes está muy cerca.
Nos vemos en el próximo capítulo, ¡chau!
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