Capítulo 8: Sinceridad y fecha limite
-Sala de entrenamiento, Calabozo del crepúsculo-
El día empezó como cualquier otro, había practicado algunos hechizos y estrategias en mi tiempo libre y repasado algunas enciclopedias sobre monstruos y herbolaria para aclarar algunas dudas, luego enfrenté cara a cara los dos desafíos rutinarios de Astaroth, el maestro de este calabozo, el cual ahora imprimía sobre mí su propia aura mágica para restringir mis movimientos, y tomarme del cuello para verme como si mi propia existencia fuese insulto para él. Y ahora trataba de sacarme la verdad sobre cosas que parecía no poder ocultar más y hasta yo mismo desconocía.
¿Quién era yo? ¿Un invasor? ¿Un erudito? ¿Un monstruo? ¿Un rey demonio? ¿O quizás un héroe?
No sabía cuál de todas esas respuestas era la verdadera. Si me veo a mi mismo como vi a tantos protagonistas en el pasado diría que también soy un protagonista, pero aun reconozco la delgada línea entre ficción y la realidad, ya que solo soy alguien que tuvo la suerte de llegar a otro mundo, aunque dicha suerte me era cuestionable en este punto.
El agarre de Astaroth se hizo más severo, provocándome dificultades para respirar.
"responde a mi pregunta... ¿eres un rey demonio, o un héroe?"
¿¡Cómo responder a algo que ni yo mismo sabía!?
Trataba de separar o abrir su mano con las mías, pero el agarre era demasiado fuerte, tanto que me hacía dudar por un momento si era en verdad un mago.
"yo... Agh... no... lo sé... yo... solamente aparecí... aquí... Es todo... lo que sé"
"dices que apareciste aquí... ¿eres un enviado de Auron o Casiopea? ¿O eres una vasija de ellos? Si eres una de las dos entonces no tendré problemas para eliminarte en este mismo instante..."
Peligro... era en verdad peligroso, la mirada y el aura de Astaroth estaban al punto en que me podría matar en un instante si así él lo deseara. Pero aun en ese momento de vida o muerte mi mente procesó aquellos dos nombres, eran las deidades que gobernaban el mundo y otorgaban a hechiceros de todo el mundo la utilización de la magia sanadora y caótica.
¿Acaso él creía que uno de los dioses me trajo acá? No podía negarlo pues ni yo mismo sabía cómo llegué a este mundo en primer lugar, o si en serio había sido un dios lo que me trajo en primer lugar. Era la falta de información crucial lo que más odiaba en estos casos, si fuese una novela o manga habría visto ya a un dios o diosa dándome alguna misión divina o heroica, pero en cambio estaba lidiando con mi situación actual.
Se hace más difícil pensar mientras me sujeta de este modo ¿Debería tratar de defenderme?... No, hay demasiadas razones que me dejan en claro que si actuó hostil ahora encontraré mi prematuro final. Tenía que responder rápido y de forma correcta, para evitar que mis pulmones reciban un indeseado descanso.
"yo... yo no sé... si soy un héroe... o un rey demonio... desperté en una habitación... de este calabozo... Agh.... Es todo... lo que sé..."
A falta de opciones y pensando que una mentira haría que mi cuello se partiera en varios segmentos, decidí ir por la mejor política, la honestidad.
Usé mis manos con desesperación tratando que aflojara su agarre y pudiese respirar con normalidad, pero era casi imposible. Fue de pronto que noté un cambio en Astaroth, su agarre aflojó para dejarme caer en el piso mientras quedaba tendido respirando con desesperación y el corazón a millón. Esto era lo más similar que he estado a ver a la muerte a los ojos.
"¿cómo era aquella habitación?"
"haa... Haa... ¿disculpe?"
Estaba un poco atontado, así que me tarde un poco en responder seriamente.
"la habitación de la que hablas, responde ahora..."
La misma aura asesina de antes se manifestó, por lo que respondí con la mayor precisión posible
"era... un cuarto rectangular, paredes rocosas... velas alrededor de cada pared iluminando todo el cuarto... una plataforma con escaleras, y un enorme círculo mágico de gran complejidad... parecía ser un círculo de invocación... aunque es solo mi opinión"
Astaroth se mantuvo en silencio por un instante antes de darse la vuelta y caminar de un lado a otro cabizbajo, susurrando algo para sí mismo que no podía entender. Parecía que trataba de resolver algún enigma o de entender el significado de algo, quizás consideraba los pros y contras de dejarme vivir. De ser el último caso, esperaba sinceramente que los libros de mi teléfono siguiesen siendo una buena paga a cambio de mi vida.
Al final se quedó quieto por un largo rato, y abandonó el cuarto sin siquiera mediar una palabra, me quedé en el suelo expectante, preguntándome que había pasado, o que impacto generaron mis palabras en Astaroth, pero fuese lo que hubiese pasado, me había salvado en esta ocasión. Tarde unos minutos en levantarme y caminar tímidamente hacia la puerta, allí la abrí y miré hacia afuera a ambos lados del pasillo, sin notar siquiera la sombra del maestro.
Habiendo dejado el equipo en la habitación caminé hacia la biblioteca por el mismo sendero que marcaba [Mapa mental]. Logré volver a mi rincón en aquella biblioteca sin ningún imprevisto, y esta se encontraba tal y como la había dejado. Me senté por un rato en la silla del escritorio y dejé mi cuerpo caer sobre este, sintiendo la fría madera de aquella mesa en mi mejilla mientras mi mente estaba hecha un caos.
¿Qué iba a hacer de ahora en adelante? ¿Me iba a permitir seguir viviendo en este lugar? ¿O me echaría de aquí o me mataría por enterarse de mi incierta llegada? Había tantas preguntas en mi cabeza que tuve que dar un ligero cabezazo a la mesa para callarlas.
No tenía la cabeza para seguir leyendo o traduciendo, no en estas circunstancias, así que me regresé de una vez al cuarto donde dormía. La cama de heno por primera vez se sintió acogedora, cerré mis ojos para tratar de olvidar el problema que surgió por mi propia imprudencia y descuido.
¿Hice mal al experimentar con la magia tan rápido? ¿O debí ser reservado y luchar con un solo tipo de magia? Incluso cuando quería ser un luchador de cuerpo a cuerpo, aproveché mi MP y libré casi todos los combates con ella, haciendo que habilidades de combate cuerpo a cuerpo no tuviesen mucho uso. Si hubiese sido más humilde y no luchado de lleno con todo mi arsenal, seguro el maestro no habría reaccionado así.
Pero no había otra salida, al pelear, luché de un modo en que pudiese evitar riesgos innecesarios, usé el poder que aprendí para proteger mi vida, para obtener la ventaja en cada situación.
No quería saber qué pasaría si mi HP llegaba a cero, no quería apostar por alguna protección divina o poder oculto dormido dentro de mí, cosas así solo eran clichés de animes y juegos. Era por ello que tenía que preservar mi vida.
Si el maestro viniese y decidiese eliminarme, no podría hacer nada, así que no importaba en verdad si me dormía o no en este momento... De hecho, una muerte mientras estoy dormido suena más piadosa. Por ello cerré mis ojos, y me entregué al sueño, no sabiendo si iría a despertar.
-Al día siguiente-
...
Abrí mis ojos con sueño y ganas de seguir durmiendo, no aumenté de nivel tanto como la vez pasada, pero aún quedaba un leve sentimiento de cansancio mientras mi físico mejoraba.
Me levanté entonces y vi que todo estaba como antes, la cama y mi ropa guardada junto a una de repuesto, la cual consistía en una camisa color marrón y un pantalón marrón claro. A mi perspectiva era ropa normal de este mundo, ropa de clase baja o la de un típico aldeano. Ya que llegue a este mundo con nada más que unos jeans cortos y una camisa común, la ropa de repuesto me fue útil en verdad, y lavarla o limpiarla se hacía simplemente llamando al pequeño golem.
Aun no estaba seguro si era siempre el mismo golem, ya que solo he hecho equipo con este una vez, pero cada dos días este lanzaba sobre mí una magia limpiadora, de modo que mi cuerpo y ropas quedaban realmente limpios. Había hecho de esa magia una importante para adquirir.
...
¡Rayos! Terminé perdiéndome en mis pensamientos de nuevo, sino me habría dado cuenta del pequeño golem que yace parado al lado de mi cama. Era tan callado que podría haber jurado que era parte del cuarto. No parecía tener intención de eliminarme, cosa que pensé pasaría antes de irme a dormir. En cambio, me veía fijamente como esperando que le hablara.
"esto... ¿buenos días?"
"..."
Usando su cuerpo de golem este subió a mi cama y me atrapó con sus brazos rocosos, por un instante pensé que iría a matarme, pero por suerte solo llego a cargarme, siendo un escenario poco realista el ser cargado por el golem mientras me llevaba fuera del cuarto.
"hey... ¡espera un momento bájame!"
Traté de liberarme de su agarre, pero fue inútil, la diferencia entre un LV 9 y un LV 30 era bastante evidente ahora. Al pasar los cinco minutos terminé rindiéndome y me dejé llevar por este, cosa que sería vergonzoso de haber alguien más presente. Fue la primera vez que agradecí la ausencia de personas en este lugar.
Para cuando me dejó ir de su agarre habíamos vuelto a la habitación de entrenamiento, aunque la puerta se encontraba cerrada y pegado un papel amarillento con forma de página de libro. Ya que el golem no se molestó en seguirme vigilando y se marchó, me puse a leer el contenido de la hoja.
Vaya... creo entender más o menos el propósito de esta nota escrita en elterico. Al parecer era un aviso sobre lo que sería mi instrucción de ahora en adelante. Me hará entrenar mañana, tarde y noche, con cortos espacios para descansar, es decir que me hará luchar a diario.
No sé si esto sería un nuevo método de entrenamiento, o un método más sencillo para encargarse de mí, pero debo ver el lado positivo de esto, no me ha eliminado como temí que lo haría, en cambio ha planeado un entrenamiento espartano que, de sobrevivirlo, me haría mucho más fuerte. Hay muchos factores a considerar, como la fatiga mental que sufriría al entrenar sin descanso, o la posibilidad de salir gravemente herido en un combate, pero supongo que no tiene sentido negarme u objetar.
De todos modos, yo solo podía obedecerle, sino estaría viendo mi expulsión o eliminación inmediata. Tendría que aferrarme a esta situación y volverlo una oportunidad para crecer y fortalecerme al máximo.
Más combates se convierten en más LV UP, y estos en más hechizos y más habilidades, aún tenía un infinito número de técnicas y estilos que quería probar, por lo que esto me sería de ayuda para experimentar bastante con todas las armas y hechizos que aún puedo usar.
Era un monstruo de nivel superior al mío, e incluso podría decir bastante fácil de manejar... pero esa mirada... no creo que pueda vencerle sin recibir alguna herida al menos.
Alrededor del monstruo estaba la barrera de aislamiento del maestro, pero el maestro estaba ausente. Asumí que la barrera lo mantendría adentro, y que, si trataba de entrar, esta me dejaría pasar. Tendría que probar primero para ver si me dejaría salir en medio del combate, o si estaría encerrado hasta terminar este.
"... bueno, aquí vamos"
Busqué mi equipamiento y tomé mis armas, activé además las habilidades [Lanzamiento de armas] y [Manejo de dagas] y el hechizo [Carga arma]. No iba nunca más a correr algún riesgo innecesario, menos ahora que tendría un entrenamiento verdadero. Mi vida estaría en riesgo en cada batalla, y no volvería a ser salvado por el maestro como la vez anterior. Esta vez estaría por mi cuenta, luchando y cuidando yo mismo de mis heridas.
El lobo salvaje me veía como un predador ve a su presa, esperando a mi entrada al campo de aislamiento. Era un monstruo inteligente, eso se podía notar a simple vista, este mantenía una distancia prudente de los bordes para saltar sobre mí en cuanto yo diese un paso dentro.
Por algún motivo no podía activar [Análisis rápido] fuera de la barrera, quizás era porque el interior de aquella barrera, era considerado una zona distinta y por lo tanto no era posible usar las habilidades. Probé usando [Descarga leve] apuntando al lobo, pero no funciono, el hechizo en cambio se vio disperso por la barrera hasta desvanecerse, y el lobo en cambio se mostró aún más enfadado. No iba a ser tan fácil como atacarlo desde el exterior, si fuese tan fácil no sería entrenamiento de verdad.
Habiendo dicho eso, entré dentro de la barrera, y me preparé para esquivar de inmediato en el momento en el que el Lobo salvaje saltó hacia mí buscando morder alguna parte de mi cuerpo. Pensé también en la posibilidad de dejar que me mordiera, ya que aquella armadura era tan poderosa como para disminuir bastante el daño de un golpe de golem, entonces una mordida no podría causar un daño severo. Sin embargo, lo reconsideré de inmediato, al momento de tener que correr para evitar los ataques del lobo.
El lobo salvaje era más rápido que yo, activé tanto [Escape virtuoso] como [Paso veloz] pero aun así no le fue difícil alcanzarme, corrí con la barrera al lado para así frenar y enfrentar al lobo. Traté de inmediato de cortarlo con el sable derecho de un modo horizontal, pero este aprovechó su tamaño y su velocidad para evadir mi corte e ir de lleno por una de mis piernas.
Mi pierna fue mordida al instante, y pude sentir los dientes caninos del monstruo abollar las protecciones metálicas de mis piernas y clavarse en mi pierna derecha. Casi gritó del dolor al sentir eso, incluso recordé el dolor que sentí cuando aquel Goblin me apuñalo. Fue allí cuando activé inconscientemente [Ira por fuerza].
Tomé ambos sables de Acero al mismo tiempo, y los enterré en cada lado del cuerpo del lobo salvaje, el cual chilló mientras mordía mi entrepierna aún más fuerte. De allí fue que saqué ambos sables y empecé a realizar varios cortes rápidos en sucesión, al torso y a la nuca del lobo Salvaje, de modo que perdiera sus fuerzas y empezara a perder la fuerza en su mordida.
Levanté mi pierna aun mordida con la suficiente fuerza como para mandar volar al Lobo salvaje y hacer que se mantuviera elevado por unos segundos. Fue allí cuando arrojé ambos cuchillos al indefenso Lobo, de modo que acabase de golpe con el resto de su HP y empezase a desvanecerse poco a poco como lo hacían los monstruos regularmente.
-LOBO SALVAJE DERROTADO-
-EXP OBTENIDA: 220-
Vi al lobo desaparecer y dejar junto a los sables de acero un colmillo de lobo, debía ser alguna clase de material para refinado o creación de armas. Pensé que podría divagar un poco más al respecto, pero entonces un contador apareció sobre el techo siendo una cuenta regresiva, que pronto llegaría a cero. Solo una cosa pasó por mi cabeza entonces, que sería la cuenta regresiva para el siguiente combate.
Curé lo mejor posible mi pierna con [Aura curativa] pero solo pude aliviar el dolor parcialmente y parar el sangrado. Fue lo suficiente para caminar e ir por los sables de acero, ya limpios de la sangre del Lobo salvaje. Fue entonces que mi siguiente rival apareció, y era algo que me preguntaba si podría vencer.
Un Orco, el monstruo que era también catalogado como los más detestables y temidos por las mujeres en todos los juegos, aquellos que destruían poblados para matar a los hombres y secuestrar a las mujeres para aumentar su especie. Aunque este solo era el concepto que tenía yo debido a todas las historias que leí hasta ahora, aunque [Análisis rápido] me ofreció más información al respecto.
Cuerpos de más de trescientos kilogramos, con una estatura que alcanzaban los dos metros, cuerpos grasosos y al parecer poco aseados, músculos con la suficiente fuerza para arrancar un árbol del suelo con ambos brazos. Y un garrote gigante, hecho de algún árbol que ellos mismos hubiesen derribado y trabajado para simbolizar su propia fuerza de caza. Era un monstruo que con un golpe de su garrote podría derribar a cualquier guerrero y mandarlo a volar lejos, personas comunes morirían de un solo golpe de aquel garrote.
Yo posiblemente no sufriría un grave daño gracias a mi equipo, y calculaba que la fuerza de su golpe era un poco superior a la de los golems de ayer, así que pensé que estaría bien. Quería evitar una lucha cuerpo a cuerpo contra un oponente así, pero quizás podría evitarlo.
[Descarga leve]
Infundí carga eléctrica en los sables al mismo tiempo para ver como chispas eléctricas brotaban de las hojas de ambos sables. El Orco no me esperó y corrió de nuevo hacia mí con su garrote en ambas manos, esta vez sería un golpe vertical según podía predecir.
Esta vez no evadiría, trataría de bloquearlo y ver que era capaz este hechizo. Fue algo imprudente de hecho, bloquear aquel garrote que tenía la fuerza de sus dos brazos, fue por mucho una mala idea, y lo entendí luego de que me tuve que arrodillar al bloquear el ataque con ambos sables.
Ciertamente el filo de los sables aumentó, ya que las hojas se enterraron unos centímetros dentro del garrote, pero en ese momento sentí que, si el tiraba hacia atrás, me despojaría de mis armas y quedaría indefenso.
El Orco y yo nos mantuvimos allí en una lucha de fuerzas, este haciendo que me costara más y más mantenerme de pie. El dolor de mi pierna reactivó [Ira por fuerza] por lo que pude ejercer una mayor presión y volver a ponerme de pie por unos segundos. Tenía que enfadarme y desear exterminar al Orco para que la fuerza aumentara. Entonces se me ocurrió un método para debilitarlo estando así de cerca. Sería arriesgado, pero de funcionar, me daría la ventaja.
Con una mano empecé a empujar más el garrote del Orco, mientras el otro aflojaba su empuje, al punto en que solo una espada bloquease su avance, entonces solté el sable que estaba enterrado en el garrote y levanté mi mano en dirección al Orco. Este hizo una mueca de desagrado y temor, pero ya era bastante tarde.
[Llama leve]
Una bola de fuego salió disparada justo al rostro del Orco, cegándolo y asustándolo en ese instante, haciendo que su agarre se desvaneciera por varios segundos, y así pude tirar de mis sables que seguían aferrados al garrote que este soltó para apagar el fuego en su rostro.
¡¡GRRROOAAHAHHHHHH!!
El grito de furia del Orco inundo mi corazón, siendo el grito de una bestia dispuesta a todo con tal de matarme. Sin embargo [Mente fría] apaciguó el miedo latente, y me permitió seguir luchando. Ahora que el Orco yacía desarmado y apagando el fuego en su rostro, era mi oportunidad de finalizar esto. Guardé mis sables por un momento y levanté ambas manos para empezar a probar hechizos sin dejar de observar su HP.
[Chorro leve] [Descarga leve] [Bala de aire]
Enfoqué mis hechizos en ese orden, ya que era el más práctico de momento, [Chorro leve] causaría un daño mínimo y empaparía su cuerpo grasoso, luego [Descarga leve] el cual pudo amplificar su daño gracias al agua que cubría su cuerpo, y para terminar [Bala de aire] la cual dio en su blanco gracias a que el individuo seguía aturdido por el ataque a su rostro.
ORCO GRIS
60/150
Al parecer cuenta con una resistencia a los hechizos, ya que ejecuté cuatro hechizos exitosamente y aun así seguía de pie, quizás mi magia era débil aun, pero esperaba un daño mayor en comparación. Con los sables que aún tendrían [Carga arma] por al menos cinco minutos hice rodar el pesado garrote lejos para correr hacia el orco con ambos sables cargados.
El Orco terminó de apagar el fuego en su rostro, y me miró con una ira que reflejaba el daño en su rostro, el cual tenía severas quemaduras por el fuego. Trató de inmediato de atraparme para partirme en dos, pero [Escape virtuoso] me permitió esquivarlo, y justo en ese instante, giré sobre mí mismo y realicé un corte sobre su grueso brazo, esta vez el corte fue exitoso, lo suficiente para hacer que este sangrara. Empecé a evadir y atacar, alejarme, esperar, evadir y atacar, en ese orden mientras este atacaba, realizando más cortes en sus brazos o en su cuerpo, ya que su cabeza estaba algo fuera de mi alcance. O eso quería hacerle pensar.
ORCO GRIS
60/150
En un momento durante el cual el Orco percibió su propia muerte venir, se alejó de mí y fue en busca de su garrote el cual estaba cerca, dándome la espalda y corriendo hacia él. Yo podría castear más magia contra él y tratar de acabarlo, pero considere algo distinto.
Sacando la daga de acero de mi cinturón, usé [Carga arma] rápidamente, y lo arrojé con rapidez al Orco aterrado. Este se enterró exitosamente al lugar donde apunté, en la parte trasera de su cráneo, atravesando este y cortando el cerebro grisáceo dentro de este. Aquello fue suficiente para dar fin al poderoso oponente, cuya fuerza física era en verdad de temer.
Era en verdad afortunado, ya que obtuve dos victorias sin casi heridas, gracias a mis habilidades únicas, y a mi facilidad para aprender nuevas habilidades y hechizos.
La batalla terminó, y aplique nuevamente el hechizo [Aura curativa] sobre mi pierna, al menos un par de veces para así sanar del todo la herida.
-HECHIZO AURA CURATIVA LV 1-2-
Bien, los hechizos curativos pueden subir de nivel aun si no estoy en medio de un combate, eso es algo bastante útil en mi opinión. Con la subida de nivel, mis puntos de habilidades aumentaron, así como los de hechizos gracias al Orco que derroté.
Aun no entendía del todo el sistema de puntos de hechizos, ya que no parecía necesitar de subida de nivel para obtener puntos, solo debía derrotar monstruos con ayuda de la magia, y no obtuve ninguno por el Lobo salvaje ya que lo derroté solo con mis armas.
La barrera de aislamiento se abrió y la sesión terminó, de modo que pude dejar la habitación la cual permaneció sin ningún cambio aparente. Más tarde, volvería a esa habitación dos veces más ese día, y repetiría lo mismo con distintos monstruos. De este modo, pasaría mis siguientes semanas y hasta meses dentro del Calabozo del crepúsculo, sin forma de hablar con Astaroth o de que me dirigiese la palabra aun si gritara su nombre.
Quería hablar con él, quería respuestas, pero la única forma que se me ocurría para verlo era terminar este reto que él creó para mí y el cual tenía una fecha límite. Al final de seis meses, el entrenamiento finalizaría, y se cumpliría así el final de la nota.
"conoceré mi final el último día"
Era lo que escribió él, como premisa para que siguiese el entrenamiento sin falta.
Si lograba terminarlo, quizás se me concederían las respuestas que quiero, y así quizás conseguiría un indicio para encontrar mi salida de este lugar. Por ello entrenaría, me fortalecería y aprendería cada magia posible en este lugar, me volvería el maestro de la magia y del combate, y así un día empezar mi vida fuera de este calabozo.
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