-Zona Sur del Pueblo Caronte, Tierras de Vestevia-
(Punto de Vista: Sephirina)
Han pasado un par de horas desde que nos separamos de Shimon y empezamos a avanzar en dirección a la zona de evacuación del pueblo.
Nos movíamos con lentitud para no llamar la atención de cualquier zombi que pudiera estar cerca o escondido entre los árboles o el pasto.
A diferencia de los Zombis comunes a los que ya estoy acostumbrada, estos se movían con mayor violencia, y era imposible purificarlos, ya que según Shimon, no son [No Muertos] como los que surgen por el miasma o la energía negativa.
Una vez entendí el peligro que representa un simple rasguño de parte de estos, me sentí afortunada de llevar debajo de mi traje de elementista la malla metálica de cuerpo completo.
Aunque llevarla no me protegía del todo, y menos a las personas que estábamos escoltando.
La señorita Violeta, quien hacía el esfuerzo para mantener el paso, y el joven Balmir, quien era llevado en la espalda de la señorita Elena. Ambos ya estaban en el límite de sus resistencias, tanto física como mentalmente.
Nuestro deber era llevarlos a la zona segura, para que pudieran ser evacuados y así nosotros pudiéramos regresar a donde Shimon estaba, para así ayudarle en la búsqueda del origen de esta catástrofe.
No es que dudara de Shimon ni de sus capacidades, pero incluso yo sé que hay cosas que él no puede manejar solo, por eso deseo acelerar el paso y llegar lo antes posible a nuestro destino.
Porque ahora que he reconocido los sentimientos que yacen en mi pecho, y que surgen cada vez que estoy cerca de él, es que no puedo permitirme dejarlo solo cuando su vida puede estar en peligro.
- ¡Miren todos, es el borde de la barrera!
Aquellas palabras fueron dichas por Elena, quien era la que encabezaba nuestro grupo y la única capaz de reconocer el camino correcto a seguir.
Al escucharla decir eso todas apuramos el paso para estar al mismo punto donde ella se encontraba, y con regocijo y alegría vimos como la barrera de luz estaba frente a nosotros, sin ningún otro obstáculo por medio.
Y no solo la barrera, sino también las siluetas de varias personas detrás de esta, quienes debían de ser los clérigos que estaban manteniendo está en pie a la espera de nuestra llegada.
El solo verlos generó un sentimiento de victoria y esperanza, algo que suele preceder malas noticias por lo general, pero en esta ocasión estaba segura de que habíamos conseguido nuestro objetivo.
Pero es cuando creo que nada más puede salir mal... Que los problemas surgen.
Y en esta ocasión, en grandes proporciones...
- ¡Tenemos que correr!
Aquellas palabras fueron dichas al unísono por Elena y Tyrel, cuyos rostros se vieron llenos de un profundo terror como si hubieran visto la misma muerte de frente.
Sin vacilar ni discutir las cinco empezamos a correr con todas nuestras fuerzas en dirección a la barrera, sin detenernos a ver hacia atrás, por el temor de ver una estampida como la que vimos al momento de llegar a este pueblo.
Aun cuando individualmente estos zombis no representan una amenaza para nosotras, unidos como una multitud agresiva pueden incluso abrumarnos a la larga.
Por eso debíamos movernos tan rápido como pudiéramos, no para salvar nuestras vidas, sino las de aquellos que estábamos protegiendo.
¡¡CRAAAAASSSSHHHH!!
Estábamos quizás a solo cinco minutos de poder llegar a la barrera, cuando de repente el suelo empezó a temblar de forma muy violenta, algo que no había experimentado desde los eventos sucedidos en el pueblo Parita.
Y así como en aquel entonces, dicho temblor precedió a la aparición de una criatura desde el subsuelo del campo frente a nosotros, cuyo tamaño no era siquiera cercano al monstruo que Shimon derrotó entonces.
Pero para los presentes, era algo que podía transmitir el mismo temor.
Era un ser sin piernas, que había surgido del suelo con solo su torso y extremidades superiores, como si se encontrara unido al suelo o fuera parte de él.
Su forma humanoide y rojiza era bastante aterradora de por sí, pero el hecho de que tuviera ojos no solo en su rostro, sino también en sus brazos y tórax, y que todos estos nos vieran fijamente, era suficiente para hacer titubear nuestra determinación.
Su gran tamaño nos hacía imposible ver lo que sucedía con las personas al otro lado de la barrera, que seguramente se encontraban igual o más asustados que nosotros.
Su rugido hizo que todas diéramos un paso hacia atrás, así como un gemido de terror por parte del joven Balmir, quien se terminó ocultando tras la espalda de Elena luego de presenciar al monstruo que teníamos de frente.
Ver aquel monstruo me hizo entender que quizás no era Shimon quien necesitara apoyo, sino nosotras.
¡¡FLECHA RADIANTE!!
Antes de que pudiera siquiera reaccionar o pensar en algún plan, una flecha en llamas salió disparada contra la criatura, la cual no hizo nada para evitarla y terminó recibiéndola de lleno, recibiendo un daño considerable por el impacto y la explosión generada por esta.
Una vez vi esto volteé mi vista en dirección a Valupla, quien había conservado la posición que usó para disparar aquella flecha, usando las mismas técnicas que usó durante la batalla final en el Templo Sagrado del Agua.
-Yo me haré cargo de esta criatura, Sephirina cuida nuestra retaguardia y detén a cualquier criatura que alcances a ver.
Sintiéndome impresionada por la rápida toma de decisiones de su parte terminé asintiendo con decisión, para así ponerme en la retaguardia y encarar al bosque que habíamos dejado atrás.
-Tyrel, Señorita Elena, por favor protejan al joven Balmir y a la señorita Violeta.
Di esta orden a las únicas combatientes cercanas presentes, las cuales estaban mejor preparadas que cualquiera de los presentes para derribar a enemigos a corta distancia.
- ¡Comprendido!
- ¡A la orden!
Una vez cada quien tuvo su papel que seguir formamos un círculo alrededor de Violeta y el joven Balmir, sacando mi nuevo grimorio para empezar a manifestar varios círculos mágicos a mi alrededor, todos apuntando contra el bosque que habíamos dejado atrás.
De cierta forma, me aterraba más lo que pudiera estar tras nosotros que lo que tenía ahora a mi espalda.
Pero aun cuando sintiera miedo, no podía permitir que eso me hiciera olvidar mi propósito.
Ni la promesa que hicimos con él.
¡¡¡UUUUUUUGGGGGGGGHHHHHHHHHHHHHHH!!!
Poco a poco el origen de aquellos gemidos violentos empezó a emerger de entre los árboles, siendo seres cubierto de sangre y heridas, algunos con un brazo faltante y otros con el estómago abierto.
Pero todos avanzando con el único propósito de arrebatar nuestras vidas.
[Disparo de Agua]
Una vez pude ver al enemigo estiré mi mano hacia el frente, para que los múltiples círculos mágicos avanzaran y empezaran a disparar varios chorros de agua simultáneos, los cuales golpearon y empujaron contra los árboles a los zombis dentro de su rango de impacto.
Aun cuando esto frenaba el avance de muchos, no era suficiente para frenar a todos, y al entender manifesté cinco círculos mágicos extra con diferente patrón, ya que el hechizo que manifestaban era distinto.
[Bala de Agua]
Para aumentar el número de impactos por segundo hice que los nuevos hechizos dispararan en dirección a las áreas que los chorros de agua previos no estaban cubriendo, y solo con ello no solo frené el avance de la mayoría, sino que también logré eliminar a unos cuantos que recibieron las balas de agua en sus cráneos.
Aun cuando pensé que podría frenar a toda la horda por mi cuenta, la llegada de aquellos monstruos que encontramos en la mansión me hizo dudar de esto.
Su surgimiento y avance superó con creces al de los demás zombis, al punto de derribarlos mientras corrían como bestias encolerizadas a nuestra dirección.
Sabiendo que mis hechizos actuales no bastarían para frenarlos llevé mi mano libre a mi espalda para sacar el bastón de expansión y así apuntarlo en su contra.
Pero más que un hechizo ofensivo, iba a usar uno defensivo, que se manifestó como múltiples círculos mágicos en el suelo, entre nosotros y la horda en avance.
[Pilar de Agua]
Una vez grité el nombre del hechizo los nuevos círculos mágicos formaron una barrera circular de pilares de agua a nuestro alrededor, bloqueando el avance de los monstruos quienes intentaron atravesarlo directamente, para luego ser expulsados hacia el cielo y lejos de nosotros.
Mantener tres tipos de hechizos de grado medio, era algo que mi yo anterior jamás habría podido hacer, pero era algo que tenía que lograr si quería seguir con vida.
¡¡¡GWRRAAAAHHHHHH!!!
Los primeros monstruos que mandé a volar terminaron cayendo en el rango de disparo de mis otros dos hechizos ofensivos, pero aun cuando era suficiente para eliminar a los zombis comunes, estos resistieron los impactos y fueron de regreso en nuestra contra.
Pero demostrando una pizca leve de superior inteligencia a los normales, los monstruos cuadrúpedos empezaron a rodear la barrera de agua que había montado entre nosotros.
No se necesitó ni un minuto para que estos pudieran superar mi barrera y empezar un ataque de pinza en nuestra contra.
Yo ya me encontraba a mi límite con aquellos tres hechizos simultáneos, no era capaz de frenarlos en este punto sin permitir que el resto de la horda avanzara y nos alcanzara.
¡SWING!
Cuando sentí que nos encontrábamos en una terrible situación fue que pude ver un gran número de cuchillos y bombas ser lanzados en dirección a los monstruos que venían tras nosotros, estos no solo alcanzaron sus objetivos, sino que también diezmaron sus números casi por completo.
[Impacto Letal] [Golpe Metralleta]
Justo cuando los monstruos se encontraban heridos de gravedad, las dos ani-humanas presentes se abrieron paso para eliminar a los sobrevivientes de los previos ataques, Tyrel usando sus combinaciones de golpes a alta velocidad y Elena usando ataques certeros a los puntos vitales como el cerebro, destrozando estos con solo la fuerza del impacto.
- ¡No te detengas Sephirina, si la barrera cae será nuestro fin!
- ¡Deje que nos encarguemos de los rezagados señorita Sephirina!
Una vez ellas tomaron las posiciones de los extremos es que yo fui capaz de tomar una decisión.
[Bala de Agua]
Reuniendo el poder mágico que tenía disponible fue que cancelé el hechizo [Disparo de Agua] que mantenía a varios metros adelante, para así centrarme en generar muchos más círculos mágicos para [Bala de Agua], no solo igualando el número que terminé cancelando, sino también generando un par más apuntando a los extremos de la barrera que mantenía en pie.
-Hagamos lo posible entonces, ¡Hasta que podamos cruzar la barrera!
Dije esto sabiendo que a mis espaldas tenía a la señorita Violeta, quien se encontraba ahora cargando a un aterrorizado joven Balmir.
Sobre mí podía sentir el peso de sus vidas, una carga que me empujaba a ir más allá de mis propios límites.
Esta sensación... ¿Es lo que sentiste cuando tuviste que enfrentar a la bestia maldita por tu cuenta Shimon...?
-Sobreviviremos... ¡Todos nosotros!
(Punto de Vista: Valupla)
Tenía miedo...
Aun cuando no lo aparentaba a simple vista, desde que puse un pie en este pueblo, y desde que sentí el terror de Shimon por este lugar, me sentí genuinamente asustada.
Lo único que me ha permitido permanecer fuerte hasta ahora ha sido que él ha estado presente, cuidando de todas y guiándonos en todo momento.
Por eso me afectó enormemente que quisiera separarse de nosotras hace unas horas.
Pude y aun puedo comprender las razones de esta decisión, estaba priorizando nuestras vidas y la de los sobrevivientes, porque sabía que el causante de todo esto era alguien muy peligroso, al punto de que nosotras podríamos llegar a ser un estorbo en la búsqueda de este y de su enfrentamiento.
No me baso solo en lógica o en adivinación para asumir esto... Sino que tengo mis propias razones para pensarlo.
Desde hace poco tiempo, me he vuelto capaz de sentir y detectar presencias poderosas, fueran humanas o de monstruos, era capaz de percibir como un escalofrío cubriendo mi cuerpo, o como si fuera una sensación abrumadora.
La primera vez que sentí esto fue cuando Sephirina fue convertida en piedra.
El terror y la impotencia que sentí entonces me hizo obviar aquella aterradora presencia que me aturdió de golpe.
Fue la presencia de un Shimon lleno de ira la primera que terminé reconociendo.
Y esta sensación se repitió en el pueblo Runser, justo después encontrar al causante de las tragedias que sucedieron en aquel lugar, fui abrumada por su increíble poder, tanto que terminé pensando que era una clase de pesadilla.
Ya que no solo era alguien con un poder inimaginable, sino también una leyenda en Daruma.
De no ser por Vorg, quien se negó a ser sometido, puede que hubiera abandonado toda esperanza de sobrevivir.
Poco a poco esta sensación, esta capacidad me ha hecho tomar decisiones que han definido mi trayecto.
Como la decisión de regresar por Shimon cuando sentí que su presencia estaba por desvanecerse, o como la decisión de resistir cuando todo parecía perdido contra aquella bestia en el Templo Sagrado del Agua.
Poder sentir su presencia, me ha llenado de esperanza, aun cuando no lo tuviera cerca, sentirlo me llenaba de una seguridad sin límites.
Es por eso que no me he rendido aun, en este entorno donde no puedo sentir a los enemigos que atentan con nuestras vidas, mantengo la esperanza porque aún puedo sentirlo con vida, luchando con todo su ser contra aquel enemigo que se escondía debajo del templo donde nos separamos.
Aun cuando su oponente aparentaba tener una fuerte presencia, casi al mismo nivel, yo no perdía la fe en su victoria.
Porque él siempre ha terminado volviendo a nosotras, aun cuando pareciese imposible.
Por eso no puedo retroceder tampoco ahora.
Disparé una segunda flecha cargada a tope de mana de fuego que emitía este poderoso arco, el cual salió disparado y golpeó el otro brazo del gigante con solo mitad de cuerpo, el cual parecía iracundo porque le hubiera quitado una de sus extremidades.
El impacto de mi flecha fue casi igual de efectivo que la primera que lancé en su contra, y conseguí hacerle retroceder nuevamente.
¡!
Pero para mi desgracia, aquel monstruo era capaz de regenerar sus extremidades con increíble velocidad, al punto de que ya estaba regenerando la primera de estas que había logrado amputar con mis flechas.
¡!
Justo cuando pensé en atacar su cabeza este se echó hacia atrás, abriendo sus fauces de forma exagerada para así empezar a emitir un sonido chirriante.
Fui capaz de predecir que aquello eran malas noticias, de modo que no podía seguir de pie en el mismo lugar, no teniendo a las demás tan cerca y dentro de un posible rango de ataque.
[Mana Arma] [Lluvia de Flechas]
En el instante de que me percaté de esto avancé a máxima velocidad hacia su costado izquierdo, usando tanto mi arco como mi mana disponible para lanzar una lluvia de flechas cargadas hacia su cabeza.
Mis ataques jamás podrían causar un golpe fatal con esta potencia, pero mi objetivo no era frenarlo, sino llamar su atención para desviar su ataque del resto.
Al momento en que bajó su rostro su rugido fue acompañado de un boom sónico que empezó a destrozar todo el terreno detrás de mí, y aquella destrucción iba tras de mí, de modo que tomé la decisión correcta al alejarme del resto.
Mi velocidad es superior a la de su rugido, de modo que pude cerrar la brecha entre este y yo en menos de un minuto, ya cerca de este di un salto por debajo de su antebrazo, de modo que no pudiera alcanzarme con su brazo regenerado, y aplicando las mismas técnicas que he visto a Shimon usar tantas veces empecé a correr con todas mis fuerzas sobre la espalda del monstruo gigante.
Mi instinto me gritaba que debía alejarme de este lo más que pudiera, pero decidí desobedecerlo ya que en mí recaía el deber de derribarlo para así despejar nuestra ruta de escape.
¡CRACK!
Pude escuchar el crujir de sus extremidades, las cuales ya había regenerado y estaba dirigiendo en mi contra, el crujido fue por la ruptura de sus propios huesos al dislocarse estos para así llegar a su propia espalda, como su fisiología se asemejaba a la de cualquier persona el llevar los brazos a ese punto obviamente dislocaría o rompería los huesos que mantienen en su lugar los brazos.
Pero esta criatura poco le podía importar algo de dolor, solo buscaba destruir y matar aquello que se posara en su vista, y ahora mismo, yo era ese algo.
¡SWING!
De mi carcaj tomé un par de flechas explosivas, de las pocas que me quedaban luego de todo lo que habíamos tenido que pasar desde que llegamos a este pueblo, las disparé con la mayor precisión posible mientras corría para que ambas impactaran contra ambas manos rojizas.
Esto ralentizó lo suficiente ambos brazos como para que yo pudiera esquivar el agarre de ambos y seguir avanzando sobre su torso.
Una vez estuve fuera del alcance de aquellos brazos fue que volví a reunir tanto mana como pude en la flecha y el arco en mis manos.
No era tan fácil hacerlo en movimiento, de hecho, estaba dando todo de mí con tal de no soltar la flecha o el arco mientras corría con todas mis fuerzas.
Viendo ya mi objetivo al alcance usé toda la fuerza en mis piernas para dar un salto y así tener de frente el rostro.
El miedo de caerme, o el de ser atrapada por esos brazos, no era nada en comparación que el que me provocaba dejar que esta cosa le hiciera daño al resto.
Por eso para vencer ese miedo, iba a usar toda mi fuerza en el siguiente ataque.
¡¡¡GGGGRRRRRRAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!
- ¡Desaparece!
¡¡FLECHA RADIANTE!!
Disparando la siguiente flecha hacia su rostro fue que liberé un poderoso ataque explosivo, el cual no solo dio de lleno contra su objetivo, sino que terminó empujándome hacia atrás por la onda expansiva.
De alguna manera logré que mi aterrizaje fuera lo menos dañino posible, pero terminé siendo separada de mi arco en el proceso.
Una vez pude reincorporarme ver como la criatura que había enfrentado yacía inmóvil en el suelo, con sus brazos caídos y empezando a arder por el fuego proveniente de su cráneo.
Había sido capaz de lidiar con esta monstruosidad, pero eso no significaba que el peligro hubiese pasado.
Miré a mi alrededor y vi a los clérigos que mantenían la barrera de pie e inmóviles, pero estaban lo suficientemente cercas como para poder escucharme.
- ¡Tienen que abrir la barrera, hemos traído sobrevivientes del pueblo, deben venir y rescatarlos!
Dije esto con todas mis fuerzas, mientras empezaba a avanzar hacia ellos, pude sentir como mi frente estaba sangrando por la caída, pero eso no me importaba ahora mismo.
...
-Oigan... ¿Qué acaso no me escucharon?... Les dije que hay sobrevivientes, ¡tienen que rescatarlos!
Volví a repetir mis palabras, pero estos no se movieron un solo centímetro, en cambio parecían empezar a desviar sus miradas, como si trataran de ignorarme.
No pude entender al principio el por qué estaban actuando de esa forma, pero fue un par de segundos después que logré comprender por qué no se movían.
Era algo tan simple que lo había obviado por como los demás me trataban hasta ahora, por como Shimon y las demás me trataban.
Se rehúsan a escucharme o a hacer algo, porque se los estoy pidiendo yo... Una mujer demonio.
...
- ¡No me jodan ahora! ¿¡Acaso su orgullo humano es tan grande que son incapaces de escuchar las palabras de un demonio!? ¿¡Acaso piensan dejar a su suerte a personas inocentes!?
Sin querer terminé diciendo lo que pensaba, dejé a un lado toda mi paciencia y terminé gritándoles y provocándoles.
Aun cuando sabía que bien podría afectar al resto y en especial a Shimon, siendo aun en regla su esclava, terminé diciendo aquellas palabras que reservé dentro de mí por mucho tiempo.
-Todos ustedes... ¡SON UNOS COBARDES!
Justo al instante de que mis palabras fueron dichas pude sentir como era derribada desde mi costado derecho por una de esos monstruos cuadrúpedos que nos habían dado caza en la mansión de la familia Redstone.
El derribe terminó desorientándome por unos segundos, pero cuando recobré los sentidos me encontré de frente a la criatura que me había derribado, con sus fauces abiertas y sus filosos dientes al descubierto con la intención de arrancar parte de mi rostro de un mordisco.
¡CRUNCH!
Sentí como la sangre se me helaba al momento de escuchar el sonido de sus fauces cerrándose, pero pude reaccionar al momento en que pude verlo desde un costado, mordiendo un trozo de la tierra bajo mi espalda.
Sabiendo que apenas había logrado esquivarlo por un par de centímetros usé mis manos para retener su quijada antes de que pudiera propinar otro mordisco, lo cual fue tremendamente difícil por la fuerza de esta criatura.
Una persona normal jamás habría podido detener su ataque, era gracias a mi alto nivel que podía retener y mantener cerrada su quijada.
Pero no podría seguir así por siempre, y no podía esperar ninguna ayuda de mis compañeras de equipo que se encontraban al otro extremo del monstruo gigante, ni menos de esos clérigos a los cuales les vale nada mi vida.
Si no encontraba la solución a esto...
Estaré bien, no cometeré ninguna estupidez, y volveré sano y salvo, se los prometo.
¡!
La voz de Shimon azotó mi mente en ese instante donde mi vida pendía de un hilo, su voz y su promesa golpearon mi mente en ese momento de crisis.
Aun cuando me encontraba en gran peligro, terminé tratando de sentir su presencia, aun cuando fuera algo vaga, aun cuando fuera el más leve roce o sentimiento...
... ... ¡!
Es él... Está bien... Y no solo eso...
¡Está acercándose! ¡Lo ha conseguido!
Aquella alegría de saber que él se encontraba bien fue lo que necesité para encontrar las fuerzas para no rendirme ante el monstruo que se encontraba sobre mí.
No iba a morir ahora, no cuando ya por fin he aclarado mis sentimientos, ni mucho menos ahora que se los he expresado a la única persona que considero como mi rival e igual.
-No voy a morir... ¡¡No pienso morir!!
Usando cada gramo de fuerza que quedaba en mí empecé a empujar sus fauces hacia arriba con una de mis manos, para así usar la mano libre y buscar con desesperación el cinturón de mi pantalón, sacando al instante la daga de Mithril que había recibido de parte de Shimon, y que me había salvado ya la vida en más de una ocasión.
Y así como antes, me permitió dar un golpe mortal al enemigo sobre mí, clavando este en la garganta de mi adversario como si fuera un pastel para así rebanarla y continuar cortando con todas mis fuerzas para terminar cercenando su quijada y destrozando la masa cerebral que se encontraba protegida por aquel cráneo grotesco.
Una vez pude sentir como sus impulsos y fuerzas cesaron usé ambas piernas para patear el cadáver del monstruo lejos de mí.
Una vez fuera de peligro traté de ver a mi alrededor en busca de mi arco, si quería crear un camino y salvarlos a todos necesitaba de aquel poderoso arco.
¡¡¡GWRRAAAAHHHHHH!!!
Sin embargo, antes de encontrar mi arco pude ver a otra de esas criaturas avanzando en mi contra, con la misma ferocidad que su predecesor.
Ya me encontraba de pie, y me encontraba armada solo con mi daga de mithril que, si bien no era la mejor arma contra esta criatura, era lo mejor que tenía.
Así tuviera que gastar cada gramo de fuerza en mi cuerpo, no pienso morir ahora.
¡No lo haré!
[Flechas de Luz]
Antes de que el monstruo cuadrúpedo pudiera alcanzar, este fue ensartado en el suelo por una lluvia de flechas sagradas, las cuales cayeron con gran fuerza y rapidez, al punto en que pensé que Shimon ya había llegado hasta nosotros.
Pero el que me acababa de salvar no era aquel a quien le tenía un profundo cariño, sino alguien que jamás pensé ver dentro de la barrera.
-Lamento la tardanza... He escuchado que encontraron sobrevivientes.
-Imposible... ¿¡Obispo Rufus!?
Dije esto con un genuino tono de sorpresa luego de ver a la más grande entidad de la casa de la luz dentro de la barrera, caminando hacia mí y con un círculo mágico sagrado en su mano, siendo seguro aceptar que él fue quien me acababa de salvar la vida.
-Ese es mi nombre, ahora agradecería una respuesta de tu parte sobre mi pregunta.
Sin simpatías ni rodeos, este fue directo al punto, para así lograr que volviera a mis sentidos y le respondiera en la mayor brevedad.
-El hijo del señor de Vestevia está con nosotros, junto a una sirvienta que servía dentro de la mansión de Vestevia, los señores de Vestevia fueron confirmados como muertos antes de nuestra llegada, la sirvienta dará testimonio de-
-Suficiente, con las primeras dos oraciones fue suficiente...
Antes de que pudiera terminar mi explicación este arrojó un objeto hacia mí, no era algo que me pudiera lastimar, sino todo lo contrario.
-Mi arco...
-Una arquera sin un arco es tan inútil como un espadachín sin su espada... O al menos así sería para la mayoría...
Este empezó a avanzar en dirección al monstruo gigante que estorbaba nuestra visión del resto del grupo.
-Supongo que es correcto decir que ese no es tu caso... Pero, de todos modos, lo necesitarás ahora más que nunca.
Una vez dijo estas palabras se volteó a verme, no con el mismo recelo y orgullo que sus subordinados, sino con unos ojos que buscaban mi ayuda para cumplir con sus objetivos.
-No perdamos más tiempo hablando, hay inocentes que rescatar.
Una vez dijo esto yo asentí con firmeza, pues sabía que seguirlo era la mejor opción ahora.
Fue entonces que adolorida seguí su paso, con mi arco y flechas en mano lista para derribar a cualquiera que se interpusiera en nuestro camino.
Para así poder cumplir la promesa que hice con él... Para así poder volver todos juntos sanos y salvos.
(Punto de Vista: Tyrel)
[Golpe Metralleta]
Con todas mis fuerzas liberé golpes certeros y letales a los monstruos y zombis que se aparecían en frente de mí, sin piedad y sin dudar derribé a cada uno de tal forma que no pudieran levantarse.
[Danza de Combate]
Con toda mi concentración esquivé cada agarre y cada mordisco que mis adversarios trataban de hacer en mi contra, con mi juego de pies predije donde sería atacado y me moví en consecuencia para esquivar sus ataques con el suficiente margen para contratacar.
Pero aun cuando derribaba a diez de ellos, veinte más no tardaban en aparecer, y con tal de que no avanzaran ni fueran de largo tenía que asegurarme de que cada uno centrara su atención sobre mí.
Grité el nombre de mi técnica al momento de liberarla sobre el torso de uno de esos monstruos cuadrúpedos, el cual salió volando en contra de varios zombis que le habían seguido para cruzar la barrera que nos separaba de la horda sin fin que se abría paso.
Aun cuando seguía derribándolos, sentía que pronto me superarían, y aun cuando estaba recibiendo el soporte de la magia de Sephirina, no era lo suficientemente rápida para eliminarlos a todos.
¡¡¡UUUUUUUUUGGGGGGGHHHHHHHHHHHH!!!
En pocos segundos me encontré de frente a al menos cincuenta zombis furiosos, los cuales empezaron su avance violento en mi contra.
La yo normal no podría con tantos de ellos, ya la mitad sería suficiente para querer hacerme correr.
Pero muy bien sabía que retroceder sería el fin para quienes estaban detrás de mí.
Por eso no podía dejarles pasar, tenía que detenerlos a como dé lugar.
[Conversión Calórica]
Aun si eso significara sobrepasar mis propios límites.
En el tiempo que tardaría un parpadeo me moví a alta velocidad en frente de la horda, y golpeé el torso de uno de los zombis con un fuerte derechazo.
Este ataque no solo destrozó el cuerpo de mi objetivo, sino que también lo mandó volando a chocar con los que tenía detrás suyo.
Una vez el impacto de mi golpe terminó su efecto, volví a desaparecer de la vista humana, para reaparecer en medio del aire y con una velocidad superior al del impacto de una bala de cañón.
¡RUPTURA TERRESTRE!
Aterrizando con todas mis fuerzas propiné un golpe al suelo a mi alrededor, el cual termino por quebrarse y derrumbarse por varios metros de profundidad, arrastrando así a todos los zombis que habían cruzado por el extremo que estaba protegiendo.
Estos cayeron torpemente dentro del gran cráter que mi puñetazo había generado, algunos quedando atrapados entre las rocas restantes del gran impacto de mi ataque, pero todos dentro del área circular que había creado para atraparlos.
¡FLASH!
Una vez pude delimitar mi área de movimiento, empecé a usar mi entorno para aumentar la velocidad de mis ataques, usando de puntos de apoyo los fragmentos rocosos a mi alrededor empecé a propinar golpes letales a alta velocidad a cuanto zombi siguiera de pie dentro del cráter.
Mis ataques mostraron su efectividad, pero cada salto que daba y cada golpe que propinaba generaba una carga de estrés a mi cuerpo.
Mi habilidad racial no estaba pensada para ser usada en combates prolongados, me permitía un gran incremento temporal de mis propias capacidades físicas, pero demandaba un mayor consumo de energía que lo habitual.
Rayos... Como me hubiera gustado comer más de la comida de Elena esta mañana.
[Golpe Metralleta] [Golpe Metralleta] [Golpe Metralleta]
Repetí una y otra vez mi técnica de combate, con tal de reducir y separar los cráneos de los zombis presentes, lo cual no fue fácil ya que sus números seguían en crecimiento.
A pesar de que sus números eran reducidos rápidamente por los múltiples hechizos de Sephirina y mi combinación de ataques, apenas era capaz de retenerlos para que no pasaran el área después del cráter.
Y de seguir así...
¡!
Este aroma... Un aroma que podría distinguir así estuviera a kilómetros de distancia.
Aun entre tanta sangre y restos humanos... Estaba segura de que era él...
- ¡Está regresando! ¡Shimon viene en camino!
Grité estas palabras para que todas pudieran escucharme, quería revivir la chispa de esperanza que pudiera haberse apagado por nuestra actual situación.
A pesar de que una sola persona por lo general no haría mucha diferencia en este escenario, es porque se trataba de él que la esperanza de revertir esta situación por completo era totalmente posible.
¡FLASH! ¡FLASH!
Pero para lograr esto no podía aflojar, debía acelerar el ritmo de mis pasos, y crear una mayor brecha entre nosotros y los zombis.
Así deba usar mi habilidad racial hasta mis límites, debía seguir atacando.
¡IMPACTO METALICO!
Con un solo golpe a un adversario, generé una onda de choque tan fuerte que empujó al resto de zombis a su alrededor, y aunque dicho impacto no fue letal para ellos, si logré empujarlos nuevamente al borde contrario del cráter, dejando atrás a muchos cadáveres inertes de los anteriores habitantes de este pueblo.
-No pienso perder ahora... ¡Todos vamos a sobrevivir! ¡Ya lo verán!
Mi espíritu estaba al máximo, y aun cuando mi cuerpo empezaba a gritar de dolor, no pensaba aflojar el paso.
Porque tengo a nuevos compañeros a quienes proteger.
(Punto de Vista: Elena)
He tenido suficiente... Ya estoy cansada de todo esto...
¡STAB! ¡SLASH!
A mi alrededor había varios zombis coléricos y que no parecían poder evitar el deseo de avanzar o de asesinarme.
Así como me fue instruido, lidié con cada uno de los que tuve alcance cercenando sus cabezas o apuñalando sus cerebros.
Sus movimientos eran erráticos, pero de fácil predicción, y eliminarlos una tarea sencilla mientras pudiera tratar con ellos uno por uno.
Incluso si uno de estos me pasaba de largo, este era derribado por una de las balas de agua manifestadas por la magia de la señorita Sephirina, de modo que podía luchar con plenitud sin preocuparme por la vida del joven amo Balmir.
Pero aun cuando no tuviera que preocuparme por él y la otra sobreviviente, el estrés que me generaba este combate se estaba volviendo demasiado para mí.
Granjero Stan... Panadera Rissote... La anciana Regina...
Los nombres que pasaban por mi cabeza eran los de aquellos que estaba asesinando con las dagas que llevaba en ambas manos.
Aunque era imposible asesinar a personas que ya hace mucho tiempo habían perecido en este pueblo, el tener que liquidar a estas criaturas que alguna vez fueron los habitantes del pueblo donde crecí... Es una carga demasiado abrumadora.
Como si no bastara tener que liquidarlos cuando ellos mismos presentan heridas fatales que en cualquier otro escenario habría sido devastador para ver.
Pero ahora mismo he tenido que callar esos sentimientos, e ignorar cualquier otro estrés que pudiera estar sintiendo.
¡SLASH! ¡STAB! ¡SLASH!
Si me distraigo, aunque sea por un segundo, todo esto por lo que hemos pasado, tantas muertes sin sentido... Habrán sido en vano...
El único consuelo que puedo encontrar en una situación tan bizarra como esta, es que no tuve que encontrarme con la cara de mis padres entre esta horda.
Aun cuando recién descubrí el fallecimiento de ambos, en estas circunstancias me sentía agradecida de que mi padre se hubiese evitado llevar esa imposible carga.
Su carta póstuma fue un salvavidas para todos, y me permitió enfocarme en el trayecto que debía seguir.
Aun cuando quiero seguir llorando por la muerte de mis padres, sus últimas palabras, escritas con tanta determinación en su carta póstuma, son las que me dan la fuerza para seguir en movimiento.
¡STAB! ¡STAB! ¡STAB!
Aun cuando sería tan fácil dejarme llevar, y permitir que me uniera con ellos en la otra vida, las personas que aun forman parte en mi vida me impiden desfallecer.
-Princesa Roselia... Rufus... Todos...
Decir sus nombres así fuera en susurro me permitían superar los calambres musculares y el agotamiento de mi cuerpo.
Pensar en ellos me permitió seguir de pie, y el anhelo de volver a donde pertenezco me dio la fuerza para mantener la fuerza de cada ataque.
Por aquellos que ya nunca volveré a ver, y por aquellos que aún me están esperando...
¡¡¡GWRRAAAAHHHHHH!!!
Una vez pude liquidar a la mayoría de zombis comunes, dos de esas criaturas cuadrúpedas surgieron de entre los cadáveres inertes de los aldeanos, ambos corriendo hacia mí con la única intención de arrebatar mi vida.
Encontré con terror que el único cuchillo o arma arrojadiza que me quedaba era el que sostenía en mis manos, el resto se encontraban esparcidos entre los cadáveres a mi alrededor, y el tratar de ir por uno de estos bien podría dejarme indefensa contra ambas criaturas.
Pero no podía retroceder ahora, no cuando tenía a mis espaldas a los sobrevivientes de esta tragedia.
Sinceramente no podía ver forma en que pudiera salir de esta con vida, no con el agotamiento que tenía por tanta lucha y con la amenaza interminable que se cernía de frente.
Lo mejor que podría hacer era ganar tiempo, poner mi vida como pago para que las demás pudieran revertir la situación, y así la vida del resto se pudiera salvar.
Sé que no soy tan fuerte, y esto es lo mejor que puedo lograr... Sé que mi señora lo entenderá.
"Sí es posible detener al mal en pleno acto, y evitar que cause más daño, entonces quien tiene la capacidad debe asegurarse de hacerlo"
¡!
Aun cuando estaba dispuesta a entregar mi vida hace apenas unos segundos, las palabras de aquel que nos había acompañado durante este viaje asaltaron mi mente de sorpresa.
Aquello hizo que mi resolución fuera sesgada en un instante, sintiendo otra vez que mi accionar estaba siendo juzgado por esa persona.
-Aún no... ¡Aun no he dado todo lo que tengo!
Grité esas palabras mientras llevaba una de mis manos al interior de la manga de mi traje de sirvienta, sacando un objeto largo y fino mientras veía a ambas criaturas abalanzarse sobre mí.
¡FLASH!
En un instante que fue casi instantáneo ambas criaturas cuadrúpedas aterrizaron en el suelo con algo de torpeza, extrañados por no haber sentido el impacto de mi cuerpo contra el suelo o siquiera alguna parte de mí a su alrededor.
Pero esto era algo imposible para ellos, ya que en el instante que ambos se abalanzaron yo ascendí al cielo antes de que me pudieran atrapar o percibir.
de modo que ahora me encontraba sobre ambas criaturas, extendiendo mis brazos en el aire mientras un objeto fino y brillante rodeaba la punta de mis dedos.
[Atadura Silente]
Antes de que las criaturas pudieran reaccionar a mi cambio de lugar logré inmovilizar las extremidades de ambas criaturas en un instante, usando una serie de movimientos que solo era posible de realizar estando a la altura correcta y con la destreza suficiente para atar a mis objetivos antes de que estos pudieran evitarlo.
[Impacto Letal]
Una vez inmovilizados fue mucho más que sencillo atacar los puntos débiles de estas criaturas, lo cual me permitió liquidar ambas amenazas de alto grado para así proseguir con mis alrededores en búsqueda del siguiente enemigo.
¡¡!!
Fue entonces que con terror terminé viendo como dos zombis comunes habían no solo atravesado la barrera, sino también sobrevivido la magia de Sephirina y los poderosos hechizos que buscaban a cualquier enemigo a la vista para volverlo papilla.
Pero no me aterró simplemente estos dos zombis, ni siquiera se trataban de algún conocido para mí.
Lo que me aterró en realidad es que ambos se dirigían a la arboleda que estaba siendo usada como escondite de los sobrevivientes de Caronte.
De modo que, si no era capaz de detenerle, tanto el joven Balmir como Violeta encontrarían su fin en frente de ambas criaturas.
Pero ya no poseía proyectiles rápidos a mi alcance, lo cual me obligó a correr para intentar detenerlos antes de que se encontraran con Violeta y el joven Balmir.
¡SWING!
Fue entonces que recibí una grata sorpresa para variar, y esa sorpresa fue nada más que menos que la llegada de la arquera de este equipo, quien ya no era acompañada por Shimon, sino por alguien en quien yo confiaba con todo mi corazón.
- ¡Rufus! ¡Señorita Valupla!
No pude dejar escapar una sonrisa sincera al ver a ambos pasar de largo aquellos arboles donde se ocultaban los sobrevivientes de Caronte, tanto así que me terminé lanzando en brazos de Rufus, quien no se esperaba que actuara así, menos en estas circunstancias.
- ¡Elena!...
-Me alegra... En serio me alegra que vinieran a salvarnos...
Traté de liberar mi frustración en ese momento, pero tanto mi mente como mi cuerpo me decían que no era el momento para descansar, sino el momento para actuar.
-Hemos confirmado que la horda de infectados presente en este extremo del bosque es superior en creces a las ya conocidas, también verificamos la situación con los sobrevivientes, se encuentran asustados, pero nada grave por lo cual preocuparnos.
Rufus desvió la mirada para así tratar de hablarme de temas serios, intentando evitar el confrontarme de frente. Yo decidí hacer caso omiso y seguirle el juego, solo por la alegría que me dio el poder verlo nuevamente.
- ¿Ya los han podido evacuar?
-Aun no, después de que surgiera ese torso gigante debajo del suelo, nos quedamos sin pruebas de que esa sea la única criatura subterránea, todos están esperando que logremos suprimir la amenaza por completo para así comenzar la evacuación.
Quien respondió esta pregunta fue Valupla, quien mostró gran autocontrol al empezar a hablar directamente, más teniendo a un creyente formidable como Rufus presente.
-No tenemos tiempo que perder Elena, ¿Crees poder seguirnos el paso?
Rufus dijo esto mientras tenía una chispa de preocupación sincera en sus ojos. Así yo no pudiera estar lista para continuar la batalla, él se detuvo por un instante para buscar mi ayuda.
-Rayos... Ciertamente me he estado quedando sin armas, haré lo que pueda por ayudar, pero estaré muy limitada con solo un cuchillo a mi alcance.
Les di a ambos una respuesta clara, ya que quería seguir luchando para apoyar a Sephirina quien seguía sosteniendo la barrera que separaba la horda de nosotros.
Apenas era capaz de imaginar cuánto mana ha estado usando para mantener tantos hechizos a la vez. Pero incluso cuando era sorprendente, también era claro que la carga sobre sus hombros se había vuelto mayor.
-Cuento contigo Elena, trata de recuperar tus cuchillos y regresa para proteger a los sobrevivientes, déjanos el resto a nosotros.
Aquellas palabras lograron hacer que olvidara mi cansancio de golpe, ya que ante mí había un escenario que jamás pensé ver en mi vida.
El de un alto obispo de la Casa de la Luz luchando hombro a hombro junto a una mujer de la raza demonio.
Era algo que se tenía que ver para creer.
Pero no podía quedarme absorta en mi impresión, ya que un nuevo deber se me había encargado.
De allí que recolecté las armas a mi alrededor con la mayor rapidez posible, para así dirigirme en dirección al joven Balmir y Violeta, quienes seguramente se encuentran aterrados.
Quizás no sea tan poderosa como el resto, ni pueda hacerle frente a grandes monstruos u hordas, pero si hay algo que puedo hacer con seguridad, es proteger ambos del peligro presente.
Así sea poniendo mi vida en juego, cumpliré el deber que mi señora y el resto me han confiado.
(Punto de Vista: Sephirina)
... No sé cuánto más podré aguantar...
¡CRASH!
Mientras mis brazos tiemblan del cansancio, al piso cae un pequeño frasco vacío, el cual se quiebra y rompe al impactar el suelo.
Aquel frasco era una poción MP de grado alto, un objeto de alto valor que me fue dado por el líder de nuestro grupo, y que muy difícilmente creí usar algún día, en especial ahora que mis reservas de MP son mucho mayores en comparación a cuando lo conocí.
Pero la situación que afrontaba ameritaba su uso, ya que estaba ejerciendo un manejo de mis hechizos superior al que hubiera usado previamente.
La cantidad de círculos mágicos que estaba controlando era al nivel de nuestro líder, con la diferencia de la potencia de mi magia aun no alcanzaba la suya, y que no era capaz de mantenerlos de forma prolongada como él.
Pero en lo que se refería a grado de control y precisión, yo no perdía en lo más mínimo.
Ahora mismo estoy usando el mínimo de MP necesario para cada circulo, y usando cada gramo de concentración disponible para que estos sigan apuntando a cada ser dentro del rango de tiro.
Era capaz de reducir sus números y de contener a la mayoría de estos, y estaba segura de que las demás se encargarían de aquellos que pudieran traspasar mis defensas.
Pero de lo que no estaba segura es si podría resistir hasta el final.
Las pociones restauran mi MP, pero no la fatiga generada por todo mi esfuerzo.
Tal fatiga solo la había sentido una vez, y fue cuando Shimon optó por enseñarme a atacar con el bastón cargado con MP.
Aunque en esta ocasión, el peligro era real, y no contaba ya con los hechizos de mejora de Shimon para mantenerme en pie.
Lo único que tenía a mi favor... Era que no estaba luchando sola.
[Alabarda de Luz]
De mi costado derecho, pude ver dos técnicas de alto calibre atravesar a la horda que tenía en frente, ambos hechizos se potenciaron el uno al otro, y lograron arrasar con una gran cantidad de la horda presente, así como de sus cadáveres ya inertes.
El primer ataque lo reconocí al instante, siendo mi compañera de equipo y rival, pero el segundo ataque me tomó por sorpresa, ya que era un hechizo de alto grado que solo había visto usar a Shimon.
Cuando dirigí mi vista al origen de los ataques, quedé sorprendida al ver a Valupla con su arco extendido y apuntando a la horda, teniendo a su lado al Obispo Rufus, quien se supone debería estar esperándonos tras la barrera.
- ¡Sephirina! Sigue manteniendo la barrera solo un poco más, ¡El amo llegará en pocos minutos!
¡!
Aquellas palabras me abrumaron significativamente, no solo por el hecho de que ella lo dijera con tanta confianza, sino por el hecho de que no podía dudar de aquella afirmación.
Bien podría solo ser un intento de animarme a resistir hasta mi límite, pero estaba segura de que aquel no era el caso.
No tenía ninguna capacidad para percibir las presencias de otros, pero no me era necesario tener dicha habilidad para saber que era cierto.
Miré al frente de la barrera, y más allá de la horda, buscando algún indicio de su próxima llegada.
Lo busque con tal intensidad que mis hechizos ofensivos se detuvieron, y solo la barrera se mantuvo en pie.
Pero a la final no pude encontrarlo, no a simple vista.
Esto en vez de desesperarme, hizo todo lo contrario.
-Si eso es cierto... ¡Entonces no podemos rendirnos aún!
Dije esto con fuerza mientras levantaba el bastón de expansión tanto como mi brazo me lo permitía, usando cada gramo de control que aun me quedaba para reunir todos los círculos mágicos que mantenía activos para reunirlos todos en frente de la horda y con la barrera detrás.
[Bala de Agua]
Una vez los círculos mágicos fueron reunidos y ubicados en fila, reactivé el hechizo ofensivo para que estos atacaran a la horda de forma automática.
Reduje el esfuerzo de disparar con precisión para dedicar dicho esfuerzo a reformar los pilares de agua y hacer que estos tomaran la forma de herradura, manifestando un par más de estos.
Con esto mi objetivo era impedir que más de estos siguieran avanzando traspasando los extremos de la barrera.
La mitad de los círculos mágicos ofensivos atacaron a la horda que seguía en avance, y el resto de estos disparaban contra los que estaban atrapados dentro de la barrera curvada.
Dicha manipulación de mis hechizos requirió un gran esfuerzo mental, pero sabía que valdría la pena al final.
Si con ello logramos resistir, aunque sea un poco más, estoy seguro de que él llegará a revertir la situación.
Como siempre suele hacerlo...
[Flechas de Luz]
[Lluvia de Flechas]
Brindando un apoyo adicional tanto el obispo de la casa de la luz, como la arquera de la raza demonio, empezaron a coordinar sus ataques para mermar los números de la horda entrante.
Más tarde me permitiría a mí misma sorprenderme por que ambas personas estuvieran colaborando de forma tan natural, pero ahora mismo solo tenía un objetivo en mente.
Y ese era resistir, hasta el último instante.
¡¡!!
Justo cuando pensé que teníamos la situación controlada, y que el número de la horda empezaba a reducir, un sismo de gran fuerza sacudió todo el prado, haciendo que casi perdiera el balance y cayera al suelo, lo cual hubiera sido fatal, pues habría cancelado simultáneamente todos mis hechizos presentes.
Una vez pude recuperarme de la conmoción del temblor, busqué con mi vista cualquier señal de un nuevo peligro presente, temiendo que se tratara de la reaparición de otro gigante surgiendo del subsuelo, como había sucedido al comienzo de esta batalla.
Pero sin importar cuanto buscara, ningún ser descomunal se encontraba a simple vista.
¡!
Antes de que pudiera considerar la posibilidad de que se tratara de un evento aislado, pude ver un pilar de llamas manifestarse a la distancia, este se encontraba tan lejos que apenas pude vislumbrarlo como una línea brillante en el horizonte.
Pero tras ese pilar de luz, varios puntos oscuros se empezaron a manifestar, y estos se acercaban a gran velocidad en nuestra dirección.
Me era imposible distinguir que eran por la posición del sol, que ya se empezaba a ocultar tras el horizonte.
Pero algo dentro de mí me decía que era algo muy... Pero muy malo.
Justo cuando el numero de la horda se había reducido a un centenar, y podía vislumbrar el final de esta, el sonido de decenas de graznidos inundó el ambiente, ya no eran los gemidos de los zombis, sino los graznidos de aquellos puntos en la lejanía que no hacían más que acercarse.
Al final esos puntos terminaron juntándose, y volverse una masa oscura que avanzaba en el cielo de forma uniforme.
-Aves de carroña... No... Esas cosas ya están...
Valupla fue la que dijo estas palabras, gracias a su aguda vista ella pudo reconocer algo que yo aun no podía por la distancia.
Fue ya demasiado tarde cuando pude reconocer la identidad de aquellos seres.
-Aves Zombi... ¡No puede ser!
Aquellas palabras fueron dichas por el obispo Rufus, quien, así como nosotras entendió el peligro de estas criaturas.
Pequeños seres voladores, que pueden esparcirse con tremenda facilidad, y que no tienen la limitación del suelo.
Si estas criaturas escaparan de la barrera que cubre el pueblo... Entonces todo el continente... No, todo el mundo podría sufrir el mismo destino que este pueblo.
-Valupla, señor Rufus... Por favor háganse cargo de la horda.
Una vez dije estas palabras desvanecí todos los círculos mágicos ofensivos en el área.
Pude ver la duda en el rostro de ambos, pero solo Valupla comprendió al instante la intención tras mis palabras.
-... ¡Entendido!
Una vez escuché estas palabras logré verla correr alrededor de la barrera de agua que había formado, rodeando esta para así rodearla y avanzar en dirección a la horda.
Aun cuando esto pudiera considerarse un suicidio seguro, esto no aplicaba a Valupla, quien era capaz de correr y disparar sus flechas con absoluta precisión, evitando así a cualquier infectado que intentara atraparla.
Al final ella logro atraer la atención de los infectados, y de guiarlos hasta un árbol de gran altura y difícil de escalar, el cual ella subió ágilmente con un par de saltos.
Volviéndose el foco de atención de la horda empezó a disminuir sus números con disparos precisos y potentes, generando explosiones a su alrededor.
Mientras ella hacía esto, yo empecé mi labor.
SEÑOR DE LOS MARES, ESCUCHA MI LLAMADO
Volví a levantar el bastón de expansión hacia el cielo, para así empezar a manifestar una gran serie de círculos mágicos en el cielo, los cuales se antepusieron uno tras otro.
TU EL INDOMABLE, QUIEN NADIE PUEDE CONTENER
Empecé a reunir cada onza de MP que pudiera inyectar en los círculos mágicos, buscando aumentar la potencia del hechizo hasta su máximo posible.
¡¡CAW!! ¡¡CAAW!! ¡¡CAAW!!
La fuerza de sus graznidos aumentó con fuerza, siendo claro que la distancia entre ellos y nosotros se acortaba aún más.
La sola idea de que estos pudieran llegar a nosotros, o al resto de mis camaradas...
QUE MI ENEMIGO PRUEBE UNA PIZCA DE TU PODER
¡Era algo que no podía permitir!
[Cañón de Agua]
Una vez pude corregir la dirección y potencia del hechizo, liberé este a su máxima potencia, convirtiéndose en un enorme pilar que surcó el cielo y lo desgarró.
Esté pilar siguió su curso y no se detuvo ante nada, alcanzando su objetivo, el cual eran las aves de carroña infectadas.
Bien es sabido que estas aves son incapaces de volar si llegan a empaparse, y estoy casi segura que esto será igual sean cadáveres o no.
Aunque no era mi objetivo solo derribarlas, sino exterminarlas.
El pilar de agua golpeó a la parvada, rompiendo el cuerpo de cientos de estos, y derribando a cientos más, que terminaron cayendo inertes hacia el suelo.
Aun cuando el hechizo debería poder consumir a la mayoría de estos, este encontraba resistencia, por eso hice mi mejor esfuerzo en mantener la potencia de este hasta el último segundo.
Tomó alrededor de medio minuto hasta que mi hechizo logró romper y aniquilar la parvada de aves infectadas.
Pero aun cuando había aniquilado la parvada, una gran cantidad de remanentes siguieron su avance en nuestra dirección, rodeando el pilar y avanzando como si fueran una sola entidad.
Sintiendo el cansancio y la falta de MP sobre mí decidí cesar mi hechizo de alto grado, pero sin desvanecer los círculos mágicos que lo componían.
No tenía tiempo ni la energía para volver a materializar otro hechizo, pero sí la tenacidad para reescribir estos y dispersarlos para formar una última defensa.
[Disparo de Agua]
Dividiendo mi hechizo de alto grado en ocho de grado medio, empecé a dirigir hacia los remanentes varios pilares de agua en menor medida, los cuales empezaron a cambiar de dirección y rotar con tal de tratar de golpear a sus objetivos.
Con esta táctica logré derribar a la mayoría de los que habían sobrevivido mi primer ataque.
Aun así, fui incapaz de frenarlos a todos, y terminé viendo con desgracia como estos cruzaban la barrera de agua que tanto había intentado mantener en pie.
[Flechas de Luz]
Mientras veía estas seguir su curso vi como varias eran derribadas en el aire por el hechizo del obispo, quien de por si ya se encontraba bastante ocupado derribando a los remanentes de la horda que seguían en el suelo.
¡¡FLECHA RADIANTE!!
Valupla no se quedó atrás tampoco, una vez pudo percibir la amenaza disparó otra flecha en dirección a los remanentes de la parvada, aun cuando fuera un solo disparo, esta logró alcanzar a al menos una decena de estas.
¡BOOM!
El sonido de explosiones se dio en el cielo, estas fueron por bombas volcánicas arrojadas por Tyrel quien, si bien mostraba signos de gran agotamiento, las había lanzado con precisión contra un grupo de las aves infectadas, haciendo que sus restos se esparcieran sobre el campo.
Bien podríamos haber reducido hasta ahora casi la totalidad de la parvada, pero al menos una docena de estas lograron atravesar todas nuestras ofensivas y defensas, y escapar a la vez de nuestro alcance de ataque.
Y tenían un objetivo fijo que, si bien pudimos ser nosotros mismos, fueron aquellos que no podían defenderse.
Estas volaron en dirección a los sobrevivientes de este pueblo, quienes estaban siendo ahora protegidos únicamente por Elena.
¡SWING!
La mencionada empezó a lanzar cuchillos contra las aves infectadas, y poco a poco logró derribar a algunas de estas, mientras que otras retrocedieron de forma instintiva ante los proyectiles.
Por algún motivo desconocido, estas mantuvieron distancia de Elena y los sobrevivientes, fuera del alcance de sus cuchillos y de nuestras propias técnicas, de modo que no estábamos en posición de eliminarlas o de apoyarles.
La mayoría de los infectados habían atacado de forma errática, o con un leve rastro de inteligencia colectiva.
Pero esta era la primera vez que los veía retirarse...
¡¡!!
- ¡¡ELENA DETRÁS DE TI!!
Grité esto con todas mis fuerzas con tal de advertirle, pero estas palabras apenas la alcanzaron a tiempo para que la misma pudiera darse la vuelta y ver lo que había surgido detrás de ella.
¡SMASH!
Pocos segundos después, Elena fue mandada volando de un manotazo por el mismo monstruo que habíamos dado por muerto, el cual terminamos ignorando por la continua presencia de nuevas amenazas.
La misma criatura que había surgido del suelo y nos había impedido el escape, había desaparecido del orificio original, y había empezado a surgir nuevamente entre los sobrevivientes y el borde de la barrera.
Su aparición fue tan repentina que lo único que Elena pudo hacer antes de ser mandada volando fue apartar a Violeta y al joven Balmir del manotazo.
Elena terminó estrellándose con un par de arboles presentes en la zona, rompiendo algunos de estos y quedando totalmente fuera de combate.
Dejando a los únicos sobrevivientes a merced de aquella abominación, quien ya había asomado su horrible rostro desde las profundidades.
¡¡¡GGGGRRRRRRAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!
Su rugido resonó en el área como si su resurgir significara el fin de toda esperanza.
Siendo capaz de recuperarse de un ataque tan poderoso como el de Valupla, me hizo entender que no podría detenerle con mi actual capacidad de MP, y ya no tenía más pociones para recuperarme, sin mencionar que apenas era capaz de mantenerme en pie mientras mantenía la barrera en frente de mí.
En este punto, necesitábamos de un milagro.
- ¡¡AAAMOOOO!!
¡¡!!
El grito de Valupla hizo que todo mi ser se estremeciera, ya que terminé desviando la mirada del gigante monstruo, para volver a ver el horizonte.
Y justo cuando lo hice, pude ver por un instante, la sombra de una persona avanzando a toda velocidad.
No pude reconocer dicha figura con la vista, pero no necesité hacerlo para saber de quien se trataba.
Por eso no contuve la fuerza de mi grito, ya que este contenía mi más grande deseo.
- ¡¡AYUDANOS SHIMOOOONNNN!!
¡¡¡BROOOOOOOOOOOOMMMMMMM!!!
-Diez Segundos Antes-
(Punto de Vista: Shimon)
...
Había hecho mi máximo esfuerzo, vine hasta aquí lo antes que pude, y detuve el surgimiento de más enemigos en cuanto vi aquella parvada de aves surgir de una grieta en medio del bosque.
Pero quizás hacer esto fue la decisión incorrecta, ya que aun cuando apuré el paso, pude verlos a todos en un gran predicamento.
Apenas puedo imaginar que clase de retos tuvieron que soportar en mi ausencia.
Por eso no puedo fallar aquí, no ahora...
¡CORTE CRUZADO DEL PULSO VOLTÁICO!
Liberé mi primera técnica original contra el enemigo de mayor tamaño que pude ver presente, no escatimando en la potencia del hechizo, el cual viajó a tal velocidad que terminó no solo destrozando al gigante, sino que a la vez lo arrancó del suelo y lo hizo impactar contra la barrera de luz en frente de nosotros.
La barrera misma se agrietó con el impacto, pero logro resistir al final la fuerza del impacto y liberación de mi movimiento final, el cual destrozó al monstruo gigante hasta volverlo trozos de carne de diversos tamaños.
- ¡Joven amo deténgase!
Aquella voz pertenecía a Violeta, quien por la conmoción de lo sucedido terminó perdiendo de vista al joven enano, el cual había agarrado un palo y estaba intentando apartar a un grupo de aves infectadas de la inconsciente Elena.
Al final las tres aves restantes se lanzaron en contra del joven enano, quien, con temor, pero firmeza se mantuvo de pie entre estas y Elena.
[Súper Concentración]
Aquella escena se desarrolló en cámara lenta en frente de mí gracias a mi habilidad sintetizada, pero esto solo me permitió concluir que ninguno de mis hechizos ni armas podrían alcanzar a todos los objetivos a tiempo.
Mi única esperanza era lanzarme de frente y esperar poder derribarlas físicamente, lo cual hice al momento de llegar a esta conclusión.
¡¡!!
¿¡Pero que!?... Violeta acaba de...
¡PEAK!
- ¡¡NOOO!!
Sin que pudiera hacer algo para detenerlo, un terrible escenario se desarrolló en frente de mí.
Violeta, quien debía de encontrarse detrás de mí por varios metros, de repente apareció entre las aves infectadas y el joven Balmir, abrazando a este y protegiéndolo del inminente ataque.
¡SLASH! ¡SLASH! ¡SLASH!
Fue una fracción de un segundo, en que logré alcanzar a los tres objetivos para eliminarlos con tres cortes limpios.
Con esto conseguí eliminar a los últimos remanentes de aquella peligrosa parvada zombi.
Pero no a tiempo... Para impedir que una persona inocente fuera afectada.
- ¡Señorita Violeta!
Corrí con todas mis fuerzas hacia la herida sirvienta, quien aun seguía de cuclillas y abrazando con todas sus fuerzas al joven enano, quien no comprendía aun que acababa de suceder.
[Curación Milagrosa]
Sin siquiera considerar si esto podría evitar el peor escenario, usé magia de luz de alto grado para sanar la pequeña herida en su espalda provocada por el cuervo infectado.
Esta sanó a la perfección, y por un momento creí que había logrado impedir el peor escenario.
Pero [Análisis Absoluto] me reveló todo lo contrario...
...
- ¡¡MALDICION!!
Grité con todas mis fuerzas, sintiendo como mi pecho y cabeza ardían simultáneamente, ya que me encontraba de frente nuevamente a un escenario que no podía resolver.
Sin el tiempo ni los medios para encontrar un remedio a este virus... Violeta va a...
-... Joven amo, ¿Se encuentra bien?
¡!
Aquel tono gentil y calmado, que terminó perturbando mi tren de pensamiento, vino de la más afectada por esta situación.
-Si... Estoy bien...
El joven Balmir parecía no entender la situación, o ni siquiera ser consciente de lo que había sucedido.
-Bien... En ese caso por favor espere aquí, y quédese cuidando a la señorita Elena... ¿Puede hacer eso por mí joven amo?
-Si... Entendido.
-Muchas gracias joven amo, es usted muy amable.
Su sonrisa fue tan natural que incluso yo terminé dudando de que la situación fuera tan grave como lo era.
En ese entonces la susodicha sirvienta se levantó y me dirigió la mirada, notando en ese entonces que ella no solo estaba viéndome fijamente.
Ella estaba viendo a través de mí...
Con un ademan ella me indicó que la siguiera, y acto próximo empezó a caminar lejos de la inconsciente Elena y del joven enano a quien servía.
Aquel comportamiento fue tan antinatural que no pude sino detenerla pasado el minuto de avance.
- ¡Oye! ¿¡Que intentas hacer!?
Sin responder a mi pregunta ella se detuvo en seco, y luego de ver a su alrededor dijo unas palabras que terminaron causándome un escalofrió.
-Bien... Supongo que estamos lo suficientemente lejos...
- ¿¡A donde tratas de ir!? ¿¡Acaso entiendes tu situación!?
Le pregunté esto con una leve hostilidad, pues me enfadaba que actuara tan tranquila en una situación como esta.
-Claro que la entiendo... Por eso necesitaba alejarme del joven amo para que no vea lo siguiente.
Una vez dijo esto apartó mi mano y terminó por caminar hacia un árbol cualquiera, en el cual posó su mano para luego apoyar su cabeza y soltar un susurro que apenas fui capaz de entender.
-No puedo creerlo... Morir por un cliché como este... Que estúpida soy en verdad...
Aquel tono de voz y comportamiento distaban bastante de la misma sirvienta que había conocido un día atrás en la mansión de la familia Redstone.
Por algún motivo, era como si se tratara de una persona distinta... O como si apenas pudiera ver a la verdadera Violeta.
-Tú... Joven Shimon... No...
Una vez empezó a dirigirme la palabra se dio la vuelta para así empezar a dejarse caer sobre el suelo y apoyar su torso contra el tronco de aquel árbol.
-Señor Simón... ¿Podría hacerme un favor?
¡¡¡!!!
Acaso... Ella acaba... ¿De usar mi verdadero nombre?
No el nombre que es visible en mi ventana de estado, ni por el cual todos en este mundo me conocen, incluido mi maestro.
Ni tampoco es un error de traducción de la habilidad [Idioma Elterico].
Ella usó mi nombre real...
- ¿Cómo es que...?
Antes de que pudiera completar mi pregunta ella me detuvo con un ademán de su mano, haciéndome entender que no tenía tiempo para responder a mis preguntas.
-Lo siento... Pero te pido que me permitas ser egoísta ahora...
De pronto su semblante empezó a tornarse pálido, lo cual solo podía significar que la picadura había empezado a mostrar sus primeros síntomas.
El virus que estas aves transmiten es el mismo que afectó a los pobladores, de modo que no es de efecto inmediato, pero su tasa de conversión suele ser de menos de unas horas.
Y ya que la herida fue en su espalda, no tuve la opción de amputar la zona infectada con tal de salvarla.
En este punto, el virus ya debe estar propagándose a través de su torrente sanguíneo.
Sabiendo que quizás esto era un ultimo deseo, decidí tragarme todo mi orgullo y mi curiosidad, para así escucharle.
- ¿Qué es lo que necesitas?
-Gracias por entenderlo rápidamente...
Ella me mostró una sonrisa debilitada, como si su infección fuera avanzando con rapidez.
-En primer lugar... Agradecería que pudieras ver por el joven amo Balmir... Y te asegures de que sobreviva a como de lugar...
El brillo de sus ojos empezó a desaparecer levemente, lo cual no era una buena señal.
-El otro favor... Es que por favor... No me permitas volverme una de esas cosas...
...
- ¿Entiendes lo que me estás pidiendo?
Hice esta pregunta mientras sentía mis puños temblar de la ira que luchaba por contener.
-Sí... Por ello quisiera que sea rápido y sin dolor... No soy una fanática de las muertes dolorosas...
Aquella respuesta... Es casi como sí....
-...
Aun cuando quería preguntarle, sabía que no me respondería, y sin importar cuanto usara [Análisis Absoluto] sobre ella, era incapaz de encontrar nada inusual.
-Cuando termines de comerme con la mirada, agradecería que cumplas mi petición.
¡!
Así que incluso es capaz de ver que estoy usando una habilidad de análisis sobre ella...
...
No lo entiendo, en lo más mínimo...
¿Cómo fue capaz de aparecer al instante en frente de Balmir cuando no tiene siquiera el nivel para usar hechizos de grado leve? ¿Cómo puede saber mi verdadero nombre?
Siento que voy a enloquecer si no puedo escuchar estas respuestas... Pero sé en el fondo que ella no está en condición de responderlas... Y quizás nunca lo esté.
... ... ...
-Muy bien... Lo haré...
Dije estas palabras luego de meditar profundamente todo.
-Gracias... Y señor Simón... Espero que pueda cumplir sus objetivos... Lo deseo de todo corazón.
Mientras me acercaba a ella con lentitud ella cerró los ojos, como si esperara a recibir de mi parte, el final de aquel tormento.
Terminé poniendo mi mano en su frente, y apreté su cabeza con una leve fuerza, obligándola a verme a los ojos.
-... ¿Qué estas...?
-Cumpliré tu deseo... No permitiré que mueras de forma dolorosa... Ni tampoco que te conviertas en uno de ellos.
En su rostro no solo se vio reflejado un sentimiento de confusión en ese instante.
Sino también una mirada de temor, pero no por cualquier enemigo restante alrededor, ni por el futuro que le esperara al joven enano.
Fue un sentimiento de terror provocado por mi mirada.
-Agradezco no escuchar quejas después.
¡PLAZ!
-Una Semana Después-
-Real Academia del Conocimiento, Ciudadela Yakob-
-...
Me encontraba sentado frente a un comedor de alta clase, con un platillo de alto nivel en frente de mí el cual apenas había tocado.
- ¿La comida no es de su agrado?
Aquella pregunta vino de la única otra persona presente en esta habitación, con quien ya me había encontrado anteriormente antes de partir en aquella desastrosa misión.
-No... Es solo que no tengo mucho apetito.
Di esta respuesta con tal de excusar mi falta de deseo de comer, aun cuando se tratase de un manjar que cualquier pagaría por comer.
-Comprendo... Aun así, agradezco mucho que aceptara mi invitación señor Shimon.
-No tiene nada que agradecer... Princesa Roselia.
Le respondí de forma sencilla a la tercera princesa del reino de Marebitía, la cual también era la directora de la Real Academia del Conocimiento, lugar donde estábamos teniendo una comida privada.
En algún punto, de ser otro momento y circunstancias, me sentiría nervioso por comer a solas con un miembro de la realeza.
Pero las circunstancias presentes me hicieron obviar esto de momento.
-Si no tiene apetito, entonces bien podríamos empezar con el reporte de la misión que le asigné, señor aventurero.
Una vez la cordialidad llegó a su fin, la princesa cambió su semblante a uno más profesional, y su tono terminó siendo el mismo que tendría un jefe al esperar el reporte de un empleado.
Ante esta petición decidí responder lo mejor que pude.
-Así como lo solicitó, mi equipo y yo, siendo escoltados por su sirvienta Elena, realizamos una incursión al sellado pueblo Caronte, en el cual descubrimos que casi toda la totalidad de sus habitantes habían sido infectados con un virus desconocido.
Empecé a explicarme y a desarrollar mi historia de forma que pudiera adaptarse al conocimiento de cualquier persona en este mundo.
- ¿Con virus se refiere a que no se trataba de la maldición de un Lich ni el trabajo de un nigromante, sino que era como una enfermedad?
-Es correcto princesa, y lamento decir que una incurable, esta enfermedad tenía un alto grado de propagación, y el virus que la provocaba tenía un comportamiento parasitario, matando el cuerpo de su huésped y tomando control de este, haciendo que este intente propagarse a cualquier otro ser viviente a su alrededor.
Explicar los detalles de un virus zombi no era del todo fácil, aun así, proseguí con mi relato.
-Una vez comprendimos esta situación nos dirigimos directamente a la mansión de la familia Redstone, buscando a sobrevivientes, y de ser posible, a los señores de Vestevia.
Mi pecho empezó a doler cuando llegué a ese punto del relato, pero no me detuve.
-Los señores de Vestevia fueron encontrados muertos o infectados, más allá del punto de la salvación. Aun así, logramos encontrar con vida al hijo adoptivo del señor de Vestevia, así como a una sirvienta de nombre Violeta que había protegido al joven noble hasta nuestra llegada.
Fui incapaz de sostenerle la mirada a la princesa en ese instante, pero ella en vez de pedirme que la viera de frente se interesó más por el resto del relato.
¿Qué sucedió después de encontrarlos?
-Logramos crear una zona segura en la mansión de la familia Redstone, pero sufrimos una emboscada de los infectados que fue orquestada por la mente maestra de este incidente.
¡!
El semblante de la princesa se agudizó luego de escucharme decir la parte final de aquella oración.
- ¿Quién era la mente maestra de esto señor Shimon?
...
Me detuve momentáneamente luego de escuchar su pregunta, pensando en como debía de responder, para luego decidirme por usar la misma respuesta que ya había usado cuando me interrogaron previamente a las afueras del pueblo.
-La mente maestra... No era nadie menos que el cardenal Horacio Versait, líder del templo de la luz cálida.
Usé toda mi determinación en esa respuesta, sabiendo en el fondo que aquello no era toda la verdad, pero tampoco una mentira.
La razón por la cual ocultaba la existencia del general Cáncer en ese instante, era la misma por la cual nunca revelé la presencia de Libra en el pueblo Runser al príncipe Rastiel o al gremio de aventureros.
Porque si se supiera que hay generales demonios allí afuera, orquestando planes para destruir a las cuatro razas dominantes, le daría la excusa perfecta a los reyes y reinas de este mundo para iniciar nuevamente una guerra a gran escala contra la raza demonio.
Y eso solo resultaría en un sinfín de muertes sin sentido.
-Horacio Versait... ¿No es el padre del Obispo Rufus Art Versait?
-Es correcto.
-Afirmar que un miembro de la Casa de la Luz es responsable de tal tragedia, ¿Entiendes las consecuencias de dichas acusaciones? ¿Tienes pruebas para respaldar dichas afirmaciones?
Las preguntas de la princesa eran validas, de modo que estiré mi mano en el aire para extraer del [Almacén de Objetos] un pedazo de papel pergamino.
-Esta es una carta póstuma dejada por el padre de la señorita Elena, en esta le advierte a su hija que haga lo que haga evite acercarse al templo de la luz cálida.
Entregué el mismo pergamino que Elena me había hecho entrega en el pueblo Caronte, hice rodar este hasta ella, quien lo tomó con cuidado para analizarlo.
-También recibimos testimonio de parte de la sirvienta Violeta que los primeros infectados provinieron del templo, y una vez alcanzamos este, pudimos encontrar un pasaje oculto dentro de la instalación, este pasaje llevaba a un laboratorio subterráneo, donde el cardenal llevó a cabo experimentos profanos para crear dicho virus.
Esta parte era muy tergiversada, pues quien había hecho los experimentos había sido Cáncer, mientras que Horacio a lo máximo pudo haberle estado ayudando como máximo.
Sin embargo, era mejor que lo manejara de este modo.
-Comprendo... ¿Qué sucedió con el cardenal entonces? ¿Pudieron encontrarlo y apresarlo?
Al escuchar su pregunta vinieron a mí el recuerdo de la batalla final contra Cáncer, que concluyó con la transformación monstruosa del cardenal.
Dicha transformación carecía de velocidad y gran poder de ataque, a lo mucho solo hizo que me ralentizara en mi escape, siéndome posible terminar con este con un par de hechizos.
Eso era lo mucho que podía hacer el cardenal, ser solo un retraso que terminó siendo inoportuno.
-Encontré al cardenal en las profundidades, pero solo a su cadáver, al parecer había sido asesinado por una de sus creaciones antes de que llegara, de modo que tuve que terminar con la abominación yo mismo mientras el resto se dirigía a la zona de evacuación.
- ¿Qué razones podría tener un cardenal de la Casa de la Luz para causar tales atrocidades?
En este punto de la conversación, era obvio que la princesa no dudaba de mis palabras, pero requería de una razón solida para así tomar acciones en contra de la Casa de la Luz por este incidente.
Ese era parte de sus deberes como realeza.
-Según pude escuchar de su hijo, su padre había sido degradado años atrás por comportamientos no propios de un líder de la Casa de la Luz, y quien reveló dichos comportamientos fue su propio hijo, quien se le recompensó con su posición en cambio.
Aquello era información que obtuve previamente de Elena, luego de los eventos en el pueblo Caronte.
- ¿Podría decirme que sucedió después?
Como si mi respuesta fuera suficiente la princesa pidió que siguiera con la explicación.
-Una vez descubrí la causa de lo sucedido hice lo posible por volver con el resto de mi equipo, pero lamentablemente fueron atacados por una horda de infectados, todo mi equipo logró sobrevivir sin heridas graves, y su sirvienta Elena, aunque fue herida de gravedad, fue posible salvar su vida y sanarla a tiempo.
Con esto di por sentado que todos nosotros habíamos logrado sobrevivir a esta misión de pesadilla.
Aunque no sin pagar un alto precio...
- ¿Y los sobrevivientes del pueblo Caronte?
-... El joven Balmir se encuentra a salvo, fue protegido en ultima instancia por su sirvienta Violeta, quien terminó perdiendo la vida por la misma infección.
Aquellas palabras se sintieron como si tuviera clavos en mi garganta.
Aun así, terminé diciéndolas, porque eso era lo que tenía que decir.
-... Muchas gracias señor Shimon, por su informe y por ser honesto conmigo.
Con esas palabras la princesa dio por finalizado mi informe.
-No se preocupe princesa... Permítame disculparme por no traerle mejores noticias al respecto.
-No hay nada que disculpar, según entiendo, para cuando ustedes llegaron no había nadie a quien pudieran salvar, e incluso el sacrificio de una persona con tal de proteger a otra no debe ser considerado como una falta, sino como un recordatorio de que existen cosas por las cuales podemos dar la vida... ¿No cree así señor Shimon?
...
-Sí... Estoy de acuerdo princesa.
Terminé dándole una respuesta sencilla, ya que no quería seguir ahondando en el tema.
-Bien... Ahora como prometí, es momento de darle sus recompensas prometidas.
Habiendo dicho esto la princesa sacó algo de debajo de su mesa y lo deslizó hasta mí.
Terminé agarrando el objeto que había deslizado, para así verlo con mis propios ojos.
Esto era... Por lo cual puse tanto en riesgo...
-Una licencia de educador RANK S, del mayor rango disponible, el cual no solo le permite convertirse en un educador e impartir conocimiento en cualquier templo o escuela de Marebitía, sino que también le da la potestad para fundar una institución propia que tendrá el sello de aprobación de la Real Academia del Conocimiento.
Las palabras de la princesa no hicieron más que tensar el semblante en mi rostro, ya que me encontraba entre ansioso como feliz por este reconocimiento.
Ahora por fin tenía todos los elementos necesarios para empezar con mi plan a largo plazo para enfrentar y detener la profecía de los dioses.
Con esta licencia, nada ni nadie me podría detener.
-Por cierto, señor Shimon, debo decirle que esa no es la única recompensa que hemos preparado para usted.
Aquel comentario de parte de la princesa me devolvió a la realidad, a lo cual terminé respondiendo casi de inmediato.
-Comprendo, cualquier recompensa la aceptaré gustosamente princesa.
Sin detenerme a pensar en el peso de esas palabras miré extrañado cuando la princesa me dedicó una sonrisa con una leve pizca de malicia.
-En ese caso señor Shimon... ¿Qué opina de volverse parte de la nobleza de Marebitía?
...
-... ¿Eh?... ¿Como?...
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