Capítulo 69: Santuario de la Muerte



-Pueblo Caronte, Tierras de Vestevia-

Un nuevo día había dado inicio en este pueblo gobernado por los muertos vivientes.

Habiéndonos recuperado de los eventos ocurridos la noche anterior, estábamos tomando un modesto desayuno hecho por las miembros femeninos del grupo, usando ingredientes frescos que había proporcionado y extraído de la Mansión de Vestevia y de mis propias reservas con [Almacén de Objetos].

Fue una suerte que la misma noche del ataque habíamos extraído todos los elementos de valor de la mansión como medida preventiva, incluyendo las reservas de ingredientes no perecederos de la mansión.

Al desconocer aun la causa de la infección tuve que inspeccionar cada elemento comestible con [Análisis Absoluto], ya que no podíamos arriesgarnos a ser infectados del mismo modo que el resto de los habitantes de Caronte.

También estaba la posibilidad de que hubiera sido una infección del tipo aérea, pero hasta ahora ninguno de los presentes mostraba signos de infección visibles o en sus ventanas de estado.

La pregunta de como se había originado la pandemia zombi siempre ha sido el misterio que muy pocos libros dan a conocer en las historias de este genero.

Y esa era una pregunta que teníamos el deber de responder antes de dejar este pueblo.

-A todos los presentes, quisiera discutir que es lo que haremos de ahora en adelante.

Dije estas palabras mientras cortaba con los cubiertos los huevos estrellados de kafeh que tenía servido en mi plato.

Los demás me vieron con expectación, en especial la antigua habitante de esta cabaña.

Ya que nadie expresó sus protestas al respecto continué hablando.

-Como bien dije ayer, nuestra prioridad es llevar al joven señor de Vestevia y a señorita Violeta hacia la frontera sur donde se ubica la barrera, eso no ha cambiado, pero ahora se nos ha presentado nueva información.

Al decir esto dejé sobre la mesa el mismo pergamino escrito por el padre de Elena, donde se encontraba su mensaje póstumo y una sombría advertencia.

-A través de este pergamino dejado a Elena por su padre, tenemos la fuerte sospecha que los primeros incidentes de personas convirtiéndose en zombis tuvieron lugar en el templo de la Casa de la Luz en este pueblo. En el ultimo párrafo escrito por su padre, le advierte a Elena de no acercarse bajo ninguna circunstancia a este lugar.

Decidí hablar sin rodeos y ser conciso con los hechos presentes, para así dar lugar a las preguntas que pudieran tener.

- ¿Sospechas que los padres de Elena estuvieron allí cuando todo esto inició?

Esta pregunta fue hecha por Valupla, quien mostro su sagaz agilidad mental al deducir lo mismo que nosotros.

-Luego de examinar a la madre de Elena es claro asegurar que fue mordida antes de poder llegar a esta cabaña, la falta de aglomeración de zombis y la falta de daños en el exterior de la cabaña me hacen creer que el lugar de su infección está bastante alejado, lo suficiente para que ambos pudieran escapar y huir hasta llegar aquí.

Dije estas palabras sabiendo el peso que estas conllevaban, después de todo estaba haciendo una suposición de los últimos momentos de los padres de una de los presentes.

Aun así, decidí continuar.

-Luego de consultar con Elena entendí que el templo se encuentra camino a nuestro destino final, de modo que podríamos tomar un leve desvió y acercarnos al templo para confirmar la situación actual.

- ¿No sería demasiado peligroso que nos acercáramos mucho al lugar? Si está cerca del pueblo entonces podríamos ser acorralados como la noche anterior.

Esta pregunta fue hecha por Sephirina, quien ponía por encima de todo la seguridad del joven Balmir y la señorita Violeta, quienes no podían protegerse ellos mismos de vernos en una situación similar a la de anoche.

-Las buenas noticias son que el templo se encuentra apartado del pueblo, pero está lo suficientemente cerca para que la gente pudiera llegar a este a pie.

Quise calmar la inquietud de Sephirina con estas palabras, aunque no estoy seguro de si lograré hacerlo al final de dicha charla.

- ¿Entonces nos dirigiremos al templo y una vez encontremos la causa de esto nos iremos a la zona de evacuación?

Esta pregunta fue hecha por Tyrel, quien milagrosamente había detenido su ingesta de alimentos para participar en la conversación.

-No exactamente...

Terminé haciendo una pausa momentánea luego de decir estas palabras, ya que sabía que lo que diría a continuación me generaría bastantes quejas.

-Avanzaremos al templo cuidadosamente, y evitaremos cualquier horda que pueda dificultar el escape del pueblo, una vez ubiquemos el templo y la zona sea despejada, ustedes continuaran avanzando al extremo sur, y yo me quedaré para investigar a profundidad el templo, para así encontrar el origen de la infectados.

Mis palabras detuvieron el comer de algunos y hasta hizo que una soltará su cubierto para que este cayera sobre la mesa.

- ¡Me opongo!

- ¡No lo pienso aceptar Amo!

- ¿¡Acaso estás loco Shimon!?

La respuesta dada por las miembros permanentes de mi grupo fue la esperada, aunque eso no lo hizo más fácil tampoco.

-Dijimos que haríamos esta misión juntos, ¿Y ahora quieres saltar a la boca del kobold por tu cuenta? ¡No lo vamos a permitir!

Aunque me causó una leve gracia la expresión usada por Sephirina decidí adopta el tono más serio posible.

-Tenemos que llevar a los sobrevivientes a la zona de evacuación y protegerlos de un enemigo desconocido, permitir que dicho enemigo ande suelto mientras tratamos de escapar es un riesgo que no nos podemos permitir. Por eso debo encontrarlo y eliminarlo lo antes posible.

- ¿Por qué no mejor vamos todos a explorar el templo y luego vamos a la zona de evacuación? Podemos hasta dividirnos para mantener al joven Balmir a salvo en este lugar.

Esa fue la propuesta dada por Valupla, quien trataba de convencerme de manera objetiva, aunque fuera una causa perdida.

-El primer motivo de mi decisión es que no podemos quedarnos más tiempo en este sitio, si quien nos atacó logra localizarnos nuevamente no podremos escapar tan fácilmente como lo hicimos en la mansión.

Quise expresar la principal razón del porqué no era una buena idea seguir quedándonos en este sitio, y aunque sabía que eso no era suficiente, decidí mencionar el otro motivo.

-El segundo motivo es igual de importante, nos quedan veinticuatro horas para evacuar a ambos y así escapar antes de que sellen el pueblo para siempre, si nos tardamos demasiado al dividirnos o al hacer eso primero, podríamos no llegar a tiempo, por eso debemos priorizar la evacuación de ambos por encima de mi seguridad.

Dije esto a raíz de saber el porqué las tres estaban tan en contra de que fuera por mi cuenta al templo mientras ellas y el joven enano salían del pueblo.

-Puedes darnos las razones que quieras, pero aun así no estaremos de acuerdo, ir tú solo sin saber que te espera dentro del templo es algo que no podemos aceptar.

Sephirina volvió a protestar con fuerza, después de todo para ella esta decisión era lo mismo a enviarme a morir en vano.

-Sephirina...

La miré detenidamente por unos instantes para luego ver a Valupla, las dos me veían con una clara mezcla de enojo y preocupación.

No estaban dispuestas a dejarme ir, así como así.

-Entiendo de sobremanera que rechacen mi decisión, pero necesito que entiendan que no tenemos otra opción, si esperamos más tiempo nos arriesgamos a permitir que un mayor mal se libere dentro de este pueblo.

Me expresé con claridad puesto que no quería dirigirme con mentiras a ninguno de los presentes, quería compartirles mis preocupaciones para que así quizás aceptaran mi decisión.

-Ni siquiera yo puedo imaginar que me espera en el templo, podrían ser más monstruos como los de anoche o quizás encuentre a más sobrevivientes en espera de ser rescatados. Nuestra prioridad es evacuar al joven Señor, pero sé que cometería un inmenso error si no me dirijo ahora mismo al templo y busco al causante de todo esto.

Era quizás una simple corazonada, pero en mi interior podía sentir la misma inquietud que sentí cuando hicimos la incursión en el pueblo Runser.

El sentimiento de que una gran y peligrosa amenaza se encuentra tras todos estos fatídicos eventos.

Por eso no puedo acompañar al resto hasta la zona de evacuación, no sin encontrar antes al causante de todo esto y detener sus planes, si es que estos no han finalizado ya.

Pero ellas tampoco iban a ceder, si es que intentaba irme por mi cuenta, lo más probable es que irían tras de mí.

Por eso necesitamos tomar una decisión ahora, antes de que sea demasiado tarde.

-... ¿En verdad crees que pueda haber sobrevivientes?

¡¡!!

Esta pregunta vino de la persona que yo menos esperaba.

-Joven Balmir...

Fue Violeta quien intentó prevenir a su joven amo de meterse en esta delicada conversación, pero este no quiso hacer caso a su protección.

En cambio, habló con una voz que no era propia de un niño de su edad.

-Te hice una pregunta, aventurero.

Ante su insistencia por mi respuesta decidí aprovechar la oportunidad que el joven enano me habría proporcionado.

-Si aun hay personas que se puedan salvar, ten por seguro que las rescataré sin fallo.

Ni siquiera yo tenía certeza de si aun habría sobrevivientes dentro del pueblo, menos bajo ese templo.

Pero al no ser cero la posibilidad de encontrarlos, no podía renunciar sin antes intentar.

-... Ante la ausencia de mis padres, el cargo y la responsabilidad de estas tierras queda bajo mis hombros, por ello le ordeno que proceda al templo y cumpla con su cometido.

¡!

Que un chico de once años y de tan baja estatura me hablara como un adulto me dejó más que sorprendido, y claramente no fui el único de los presentes en terminar así.

Sin embargo, sus palabras guardaban cierta verdad, al ser el único sobreviviente de la familia Redstone, el cargo temporal de Lord de estas tierras estaba en su poder, y sus palabras llevaban ahora un tremendo peso, más aún estando en sus tierras.

Como aventurero tenía la opción de declinar su petición, puesto que no se ha hecho ninguna petición oficial de su parte en el gremio de aventureros, y a la vez yo tampoco he aceptado en papel seguir sus ordenes.

-Así se hará Lord Balmir.

Pero por esta vez, me dejaré llevar por el momento y le seguiré el juego, ya que coincide por completo con mis planes.

¡THUMP!

Poco después de que acepté la decisión del joven enano Sephirina golpeó con ambas manos la mesa mientras se levantaba, haciendo temblar la misma y llamando así la atención de todos los presentes.

-... Ya no tengo hambre, si me disculpan iré a hacer guardia en el techo, avísenme cuando vayamos a salir.

Sin decir nada más Sephirina se dirigió al exterior de la cabaña, azotando la puerta de madera al momento de salir.

Parte de mí quería mediar con ella para que así su enojo desapareciera, pero sabía que cualquier cosa que dijera podría causar el efecto contrario.

-Amo, pido permiso para acompañar a Sephirina en la guardia.

Valupla fue la única en hablar, aunque afligida su semblante era más estable que el de su compañera, por lo que decidí aceptar su petición.

-Por supuesto, si sucede algo por favor no dudes en avisar.

-Entendido, entonces con su permiso...

Al levantarse de la mesa me quedé viéndola fijamente hasta el momento en que salió de la cabaña tras Sephirina, siéndome imposible no notar que su cola se encontraba enredada en su pierna derecha.

Aun cuando su semblante no lo mostraba, ella se encontraba casi en el mismo estado que Sephirina.

Por eso ella era la mejor opción para ayudarle a lidiar con las consecuencias de mi egoísmo.

(Punto de Vista: Sephirina)

-Lo odio... Lo odio... Shimon idiota... Torpe ignorante...

Aquellas palabras salieron de mis labios mientras las lagrimas caían de mi rostro y abrazaba mis rodillas.

El enojo por el egoísmo de Shimon y la angustia que me causaba el preocuparme por él estaban luchando dentro de mí buscando un vencedor.

Estaba tan enojada con él por decidir hacer las cosas por su cuenta.

No es como que no entendiera lo importante que es llevar al chico y a Violeta a una zona segura, y claro que entiendo que él confía en nosotras para protegerlos.

Pero por qué no puede entender el dolor y la preocupación que me causa al irse, así como así a enfrentar lo desconocido.

-Sephirina...

¡!

Una voz familiar me llevó de vuelta a la realidad, no era la voz de quien provocaba en mí tantos desequilibrios, sino la de alguien en quien yo podía encontrar comprensión en momentos así.

- ¿Qué sucede Valupla? ¿Shimon te pidió que vinieras a ver si estoy bien?

-Shimon no me pidió nada, yo misma me ofrecí a acompañarte para hacer guardia.

-Ya veo...

Fue la respuesta que pude darle para tratar a la vez de calmar la enorme carga emocional que estaba sintiendo en ese momento.

-Aunque vine porque quería saber si estabas bien.

¡!

Aquellas palabras me tomaron por completo con la guardia baja.

No es que nuestra relación fuera negativa, de hecho, habíamos coincidido últimamente en muchísimas cosas.

Pero no pensé verla decir que se preocupaba por mí...

-Estoy bien... Gracias por preguntar... Y por venir también.

Le respondí en tono bajo una vez ella se acomodó y se sentó a mi lado, a lo cual ella me respondió con un prolongado silencio.

Silencio que decidí romper por mi cuenta.

-Es molesto, ¿No lo crees? El como siempre termina haciendo las cosas a su manera, aun cuando nos haga creer que cede de vez en cuando, casi siempre termina saliéndose con la suya, sin importarle el como nos afecte, ni cuanto nos llegue a preocupar.

Dije estas palabras para luego enterrar la mitad de mi rostro en mis rodillas, sintiéndome mal al instante por decir cosas así sobre él.

-Sephirina... A ti te gusta Shimon, ¿Cierto?

... ... ... ¿¿¡¡!!??

Mi cerebro tardó casi diez segundos en procesar aquella pregunta, y al hacerlo no pude evitar alejarme de ella casi un metro de distancia.

- ¿¡Q-q-que clase de pregunta es esa!? ¿¡Por que me preguntas algo así justo ahora!?

Sentí que la cabeza me iba a explotar y la cara a derretir mientras mis ojos buscaban cualquier sitio que no fuera donde estaba ella.

-Sino te gusta, ¿Acaso lo odias?

- ¡Ta-Tampoco lo odio! ¡Pe-Pero eso no significa que me guste o al-algo así!

Traté de actuar lo más tranquila posible, pero mi voz y mi mente no estaban en sincronía.

Valupla se me quedó mirando con una seriedad inamovible, hasta que desvió su mirada para así ver al frente de donde estaba sentada, para luego abrazar sus rodillas y agachar su rostro, de modo que no pudiera verla de frente.

Entonces pronunció unas palabras que jamás pensé escuchar de su parte.

-A mi el amo... A mi me gusta Shimon...

...

Aquellas palabras generaron un sentimiento en mí difícil de describir, era como una mezcla de sorpresa, temor, y duda, al punto de que involuntariamente le hiciera la siguiente pregunta.

- ¿Te gusta... Shimon? ¿Como si fuera un buen amigo?

-No como si fuera un amigo o familia... Sino de manera romántica...

Ella negó mi suposición con sus palabras y un lento ladeo de su cabeza, y por el tono pausado de su hablar y el tono oscuro al cual sus mejillas se estaban tornando, pude estar segura de que estaba siendo honesta al respecto.

A ella le gustaba Shimon... Aun cuando ella era de la raza demonio, y debía odiar a los humanos como nosotros con todo su corazón, ella estaba enamorada de él.

Y una vez lo entendí, me di cuenta de que en realidad ya sabía esto, o al menos lo sospechaba en gran medida.

Ya que la relación entre ambos no era la de un amo y esclavo, y el afecto y preocupación que ella mostraba por él, era algo que solo verías por un ser querido.

Al aceptar que ella tenía sentimientos por él, una opresión mi pecho se hizo presente, y sentimientos como la rabia, la tristeza, los celos, y la desesperación nublaron mi mente por unos instantes.

- ¿Sephirina?

¡¡!!

Una vez escuché su voz llamándome me di cuenta de que me había perdido en mis pensamientos por un corto lapso, pero suficientemente largo para que Valupla me viera con preocupación.

-Perdona... Es que me sorprendió bastante escucharte decir eso...

Traté de deshacerme de esos sentimientos que no quería sentir en ese momento, no cuando una amiga me estaba compartiendo un secreto tan importante.

- ¿En serio te sorprende tanto? Pensé que ya lo sabías después de esa noche en Runser.

-Por favor no me recuerdes eso...

Me tapé la cara con ambas manos con tal de que no viera mi rostro lleno de vergüenza tras recordar el incidente ocurrido esa noche. Incluso me avergüenza recordar lo incomodo que fue para ambas una vez Shimon salió corriendo del cuarto por un malentendido.

-... ¿Cuándo fue que te enamoraste de él Valupla?

Reuní el valor que me quedaba para hacerle esta pregunta, ya que su respuesta era algo que me generaba mucha curiosidad.

-... Incluso yo misma no estoy segura... Quizás fue cuando me prometió no ponerme una mano encima... O cuando me concedió la libertad para elegir mi propio camino...

Mientras ella decía esto retiró el collar de esclavo que llevaba todo el tiempo, el cual usaba para cubrir la marca de esclavitud.

¡!

Una vez la retiró pude ver con sorpresa como aquella marca de esclavitud había sido teñida de color blanco, lo cual solo podía significar una cosa.

-Así que Shimon disipó el contrato de esclavitud que tenía contigo... Y nos has estado acompañando hasta ahora por tu propia decisión.

-Desde que lo conocí, y hasta ahora, todas las decisiones importantes y las que pusieron en riesgo mi vida, fueron tomadas por mí, porque yo decidí que quería seguir junto a los humanos que me tratan como a su igual.

...

Luego de escuchar a Valupla hablar me di cuenta de que había cometido un grave error hasta ahora, y ese era el no haberla tomado tan en serio como debía.

-Ya veo... Hacer algo así es muy propio de él... Puedo entender por que te enamorarías de él.

Traté de contener las palabras que brotaban de mi pecho, que buscaban la forma de salir, pero al final no pude contenerlas.

-Lo siento Valupla...

Enterré mi rostro en mis rodillas mientras sentía la mirada de mi compañera fijamente sobre mí.

- ¿Por qué te disculpas?

-Por haber pensado mal de ti una vez nos conocimos... Por creer que habías seducido a Shimon con alguna clase de magia oscura... Por dejar que mis prejuicios no me permitieran aceptarte como debí hacerlo desde un inicio... Por sentir celos por la conexión que compartes con él...

No era capaz de verla de frente, la vergüenza y el dolor en mi pecho me lo prohibían, pero aun así seguí hablando.

-Perdón por ser una terrible persona...

Porqué no podía seguir ignorando a mi propio corazón.

-...

Me quedé gimoteando sin darle la cara por un largo tiempo, hasta que pude sentir el roce de su mano sujetando la mía, para luego levantar mi rostro sorprendida al verla sonreír.

-No hay nada que disculpar, muchas de esas cosas están en el pasado... Y siendo justas, también pensé mal de ti al conocerte... No podía confiar en ningún humano, no después de todo por lo que había pasado.

Escuché atentamente sus palabras, a pesar de que ella no era de hablar mucho, cuando lo hacia como ahora, quería escuchar hasta el final.

-Al final mis prejuicios también me hicieron pensar de forma incorrecta, pero ahora sé que en verdad puedo llevarme bien con todos, y eso te incluye... En verdad quiero que podamos llevarnos bien Sephirina... Y además...

Por un instante ella evitó mi mirada, pero luego continuó hablando.

-Me gustaría que... Pu-Pudiéramos ser amigas... Si eso esta bien para ti...

¡¡!!

Mi mente se desconectó por un instante con la sobrecarga de información, pero hice el esfuerzo para recomponerme y así no dejarla esperando por una respuesta.

-Claro... Me haría muy feliz que pudiéramos ser amigas.

Limpiando las lagrimas de mi rostro sujeté su mano y le brindé la mejor sonrisa posible, ya que quería dejar en claro que el ser su amiga era algo que había esperado por mucho tiempo.

Ella también sonrió, y pude sentir que me había deshecho de una enorme carga sobre mis hombros.

Pero, aunque aquella carga en mis hombros se fuera, aun tenía una más pesada en mi pecho, y si quería respetar mi recién formada amistad con Valupla, tenía que sincerarme también.

-Po-Por cierto... También quiero disculparme por mentir recientemente... Sobre lo que pienso... y siento sobre Shimon.

Sentí que mi cara volvía a enrojecerse con solo pensar en las palabras que iba a decir a continuación, pero me armé de valor para decirlas ya que sabía que era lo que debía hacer.

-La verdad es... que s-sí me gu-gusta Shimon... De una forma romántica.

Me aterró pensar por un segundo que ella se pudiera enojar conmigo, después de todo acababa de decirle que me gustaba la misma persona que ella.

Pero en vez de enojo o decepción, lo que recibí fue su misma sonrisa.

- ¿Cuándo fue que te enamoraste de él?

- ¿Po-Por qué eso es lo primero que me preguntas?

-Tú también me preguntaste lo mismo, es lo justo.

Una vez ella pronunció esas palabras me sentí entre la espada y la pared, y aunque era vergonzoso, decidí contarle toda la verdad.

-Tampoco estoy segura de en que momento pasó de solo agradarme a gustarme de esa forma... Supongo que con el pasar del tiempo, tenerlo cerca se volvió natural, y en algún punto pasé de admirarlo a querer estar cerca suyo siempre, y volverme lo suficientemente fuerte para seguir caminando a su lado.

-Puedo entender eso... Su fuerza a veces raya en lo extraordinario, y te hace pensar que a veces puede hacer todo por su cuenta. Supongo que es lo mínimo que podemos esperar del discípulo del temible Astaroth.

No pude mas que asentir ante ese argumento, después de todo ambas éramos conscientes de lo que tuvo que vivir Shimon luego haber sido invocado por Casiopea, las cicatrices en su cuerpo eran suficiente prueba de que para adquirir dicha fuerza tuvo que vivir un infierno durante un largo tiempo.

-Pero eso no cambia el hecho de que me enfade y me preocupe porque quiera irse él solo a enfrentar al causante de esto.

Dije con firmeza ya que, aunque estuviera feliz de haberme confesado y amistado con Valupla, eso no cambiaría mi rechazo ante la decisión de nuestro líder.

-Te entiendo, también me encuentro en contra de que haga algo tan peligroso sin ningún apoyo, pero pienso que tiene sus razones para tomar dicho curso.

Una vez ella dijo esto terminé suspirando, sabiendo que, aunque no quiera, tendría que aceptar lo inevitable.

-Desde el inicio ha buscado que volvamos a la zona de evacuación, aunque entiendo sus razones, es como si le tuviera miedo a algo mucho más peligroso que a los zombis en este pueblo.

-Y por ese miedo, es que se esfuerza en hacernos ir a un sitio seguro, sin importar que quizás pueda necesitar nuestra ayuda.

Aunque apreciaba que se preocupara por nosotras, preferiría que confiara más en nuestra fuerza.

-Supongo que aun nos queda un largo camino por delante...

-Pero hemos avanzado bastante, ¿No crees?

Traté de ser positiva en ese aspecto, ya que incluso yo misma era consciente de que estábamos cerrando la brecha que había entre nosotras y él.

Valupla afirmó esto con un ladeo de cabeza, para así ver juntas como el sol seguía brillando en el cielo, siendo una vista llena de paz y serenidad la que teníamos frente a nosotras.

Quizás este momento de paz no duraría mucho, y quizás mucha tristeza y dolor nos espera al final de este día.

Pero por solo un instante, no quiero pensar en nada de ello.

En este instante, quiero pensar en el hecho de que, por fin, tengo una verdadera amiga a mi lado.

-Una Hora Después-

-Templo de la Luz Cálida, Pueblo Caronte-

(Punto de Vista: Shimon)

Ha pasado un corto lapso desde que abandonamos el antiguo hogar de Elena, y nos aventuramos a paso apresurado hacia la zona sur de la barrera, en donde encontraríamos la zona de evacuación designada para los sobrevivientes que pudiéramos encontrar intactos.

Ya que nos movíamos a una velocidad moderadamente alta, tuvimos que llevar cargados a los sobrevivientes no combatientes.

Mientras Elena llevaba en sus brazos al joven enano y señor de Vestevia, yo llevaba a la sirvienta personal de dicho enano, y ya que íbamos a gran velocidad, no pudo evitarse que fuera fuertemente abrazado por la sirvienta cada vez que diera un amplio salto o un largo descenso.

Por lo general no me molestaría dicha cercanía o, mejor dicho, haría lo posible para no ser consciente de esta, pero me fue imposible evitar la sensación de dos hostiles miradas penetrando mi espalda como si de puñales se trataran.

Sobra decir quienes son las que me miran con tanta intención asesina que, aunque antes de partir de la cabaña parecían estar bien, de pronto volvieron a mostrarse enfadadas conmigo en cuanto empezamos dicho camino.

Tenía la esperanza de que Valupla lograra convencer a Sephirina, pero ahora parece que la hostilidad en mi contra se me terminó duplicando.

En verdad a veces tengo muy mala suerte...

¡SWING! [Bala de Agua]

Mientras aceptaba como algo natural dicha hostilidad una flecha y una bala de agua pasaron a mis costados para así dirigirse en contra de un par de infectados que se encontraban a decenas de metros de distancia. Ambos ataques lograron neutralizarlos perfectamente.

- ¡Muy buen trabajo Chi...cas...!

Traté de calmar el ambiente felicitando a ambas por su increíble puntería, pero a mitad de camino fui incapaz de mantener la misma energía por esa mirada hostil que ambas mantenían.

De verdad... que no tengo nada de suerte...

- ¡Atención! Nos acercamos al templo del pueblo, estén alertas ante cualquier cosa.

Ante la advertencia de Elena todos redujimos el ritmo de nuestro avance para así empezar a avanzar con cautela, bajando así a los no combatientes al suelo para que pudiéramos defendernos mejor en caso de ser rodeados por una emboscada.

Curiosamente, pude sentir como las intenciones asesinas de mis compañeras de equipo cedieron al momento en que dejé a Violeta en el suelo.

Una vez avanzamos con lentitud, logramos visualizar el exterior del bosque, y encontrar un camino de tierra que llevaba directamente al templo que estábamos buscando.

¡¡UUUUUUUUGGHHHHHHHHH!!

Lamentablemente, dicho templo era ahora un nido de infectados, al menos podía contar a un centenar solo rodeando el exterior del templo. Por suerte no podía ver a ninguna de las variantes que nos atacaron la noche anterior, pero eso no descartaba que pudieran estar ocultas dentro del templo.

Creo entender ahora porque el padre de Elena le advirtió encarecidamente que no se acercara a este sitio, con solo verlo puedo asegurar que es un sitio bastante sospechoso.

-Son bastantes...

-Se parece mucho a la cantidad que encontramos al llegar al pueblo.

-Tantas personas... Familias enteras... Que horrible...

Las chicas pertenecientes a mi equipo expresaron sus opiniones sobre el panorama que teníamos presente, mientras que el joven enano veía atemorizado aquel escenario a la vez que se escondía y aferraba detrás de Violeta, quien veía con dolor a tantos posibles conocidos en ese estado.

-Elena, se que puede ser difícil, pero de los que son visibles, ¿Puedes reconocer a alguno que se parezca al padre del Obispo Rufus?

Con esto me refería al Cardenal Horacio, el cual era el encargado de este templo, y el padre del amigo de la infancia de Elena, era una persona a la cual también debíamos confirmar si seguía vivo o no.

El mayor problema, era no saber si era mejor o peor, encontrarlo vivo o muerto, ya que ambas conclusiones podían prestarse a múltiples interpretaciones.

-... Lo siento, me esfuerzo, pero no puedo distinguirlo, puede ser porque son demasiados, o quizás haya cambiado desde la ultima vez que lo vi, pero no logro encontrarlo.

La respuesta de Elena me dejó con varias dudas, pero a la final la respuesta a este problema era tan sencilla como siempre lo suele ser.

-No te preocupes, si está entre ellos deberíamos poder identificarlo después fácilmente, basta con revisar a las personas que usen túnicas de la Casa de la Luz.

AL decir esto alcé mi mano al frente del templo, pensando cuidadosamente sobre que forma sería la más optima para deshacerme de cientos de infectados sin volverlos cenizas ni destruir la misma estructura presente.

-Por favor no te excedas...

-Sería contraproducente si forma un gran escandalo amo.

-Mientras no tenga que ser perseguida por ellos hasta reunirlos, puedes hacer lo que quieras.

Recibí advertencias de Sephirina y Valupla que, aunque bien intencionadas me hicieron preguntarme que clase de persona creen que son. Mientras que la respuesta de Tyrel solo me hizo considerar la posibilidad de reusar el mismo plan que usamos para despejar la mansión.

Pero hice todas esas ideas a un lado para así ponerme serio y comenzar el ataque preventivo.

REINA DE LA TIERRA, CUYA NATURALEZA ES PACIFICA

QUE LA AMENAZA PRESENTE, SE VUELVA INOFENSIVA

CON TU GRAN PODER, INMOVILIZA A LOS QUE SE TE OPONEN

[Gran Pantano Emergente]

Tres círculos mágicos de color marrón aparecieron en sucesión frente a mi mano extendida, para que luego una gran multitud de círculos similares y del mismo color aparecieran simultáneamente alrededor del templo, lo cual pasó desapercibido para los infectados presente.

Fue entonces cuando el suelo bajo sus pies terminó convirtiéndose en una sustancia lodosa que terminó absorbiéndolos a una alarmante velocidad. Una vez se dieron cuentas de su situación trataron de liberarse, pero para ese instante ya era demasiado tarde, ya que sus cuerpos habían sido tragados por el suelo, dejando a la mayoría con solo sus cabezas al descubierto, y unos cuantos con sus hombros visibles.

Una vez pude visualizar que todos los infectados alrededor del templo se habían convertido en cabezas floreciendo del suelo pantanoso es que detuve el hechizo, sintiendo un poco de tensión en el brazo por la complejidad de este hechizo de grado avanzado.

Lo básico y sencillo sería haber manifestado un solo gran circulo alrededor de todo el templo, pero hacer aquello habría hecho que el mismo suelo debajo del templo se hubiera convertido en un pantano, haciendo que la estructura cediera al suelo junto a los infectados.

Hacer eso hubiera traído muchísimas desventajas. Así que, aunque fuera un poco difícil, tuve que dividirlo de tal forma que solo afectara el área alrededor, dejando así únicamente como amenaza, lo que estuviera dentro del templo.

-Listo... No destruí nada ni tampoco causé un alboroto, ¿Alguno piensa que me excedí?

Hice esta pregunta para voltear a ver a los demás presentes, quienes veían anonadados el resultado de mi hechizo.

- ¡SI!

- ¿¡Por qué!?

Respondí involuntariamente luego de escuchar la respuesta unánime y simultanea de todos, no entendiendo por que decían algo así cuando me esforcé en no llamar la atención del enemigo.

Poco después se me explicó que me excedí, pero en un sentido distinto.

-Minutos Después-

Una vez el peligro mayor había pasado, nos acercamos lo mas posible al templo de la luz cálida, viendo con algo de incomodidad como este lugar que se solía considerar sagrado tenía ahora un sin fin de cabezas de infectados brotando como si fuera una clase de jardín.

-... Ahora puedo estar segura, de los zombis presentes ninguno se asemeja al cardenal Horacio.

Esa fue la respuesta definitiva de Elena una vez había revisado a todos los infectados a la vista.

Con esto podíamos concluir tres cosas, que o bien el cardenal sí había sido una victima y se encontraba rondando por algún lado del pueblo, o que pudo ser una victima inicial y ser devorado hasta no dejar rastro.

Y la ultima conclusión, que era la más acertada... Que siguiera con vida, y tuviera relación con el inicio de esta infección.

-Gracias Elena, ahora solo queda revisar el interior del templo.

Al decir esto me planté en frente del templo y me concentré en buscar cualquier cosa viva o muerta en su interior.

[Comprensión Absoluta]

Una vez activé la habilidad sintetizada pude ver más allá de lo que estaba a simple vista, como si fuera visión de rayos x o como si yo mismo me moviera hacia adelante, pude ver el interior del templo, el cual estaba en completo desorden, varias sillas y muebles de madera esparcidos y cubiertos de sangre y restos humanos.

Aun así, no había cadáveres o seres vivos dentro, ni infectados ni las variantes de la noche anterior.

A pesar de que el templo estaba rodeado antes por cientos de infectados, no había ni uno solo dentro de la estructura, lo cual solo era mucho más sospechoso.

¡!

-... No parece haber nadie dentro del templo, pero puedo percibir un espacio hueco en el fondo del templo, es muy posible que haya algún acceso oculto.

Dije esto teniendo tanto a Elena como a Violeta y el joven Balmir presentes, mientras que las demás chicas se habían tomado la labor de dar el golpe final a los infectados enterrados, de modo que no pudiesen escapar pasado el tiempo.

- ¡Es impresionante que puedas saber todo eso sin tener que entrar!

Quien dijo esto fue Violeta, quien después de ver como ejecuté aquel hechizo avanzado, no ha podido quitarse la impresión de encima.

-Es una habilidad especial nada más, algo normal entre aventureros.

Traté de aplacar su impresión con una pequeña mentira, ya que no quería ahondar mucho en como poseía tal habilidad a personas fuera de mi grupo.

- ¿En serio no queda nadie dentro del templo? ¿Estas completamente seguro?

Estas preguntas fueron hechas por el joven enano, quien no podía ocultar su angustia de no haber visto hasta ahora a ningún otro sobreviviente.

-Lo siento señorito Balmir, puede que haya algunos en lo más profundo, pero de momento no puedo encontrar a alguien con vida.

Traté de no mentirle al joven enano, y a la vez de no matar su esperanza de encontrar a más sobrevivientes.

Aun cuando esa esperanza fuera casi inexistente.

-Hemos terminado con los zombis enterrados Shimon.

Esas palabras fueron dichas por Sephirina, quien era seguida por Valupla y Tyrel, las cuales habían concluido con la ejecución de todos los infectados, la cual fue hecha a distancia y con proyectiles para evitar cualquier riesgo.

[Almacén de Objetos]

-Buen trabajo, asegúrense de tomar estas y llevarlas a mano por si cualquier emergencia.

Dije esto luego de ofrecerles a todas pociones HP y MP para que pudieran reponer cualquier energía perdida en su reciente actividad.

- ¿Estás seguro de que estarás bien por tu cuenta?

Aquella pregunta fue hecha por Tyrel, quien mostraba una sincera preocupación por mi bienestar.

Después de todo, habiendo llegado a este punto solo quedaba que nos separáramos, que ellos fueran directos a la zona sur para la evacuación, y yo me adentraría en el templo a buscar las respuestas tras el misterio de este trágico evento.

-Ahora mismo es nuestra mejor jugada, si puedo llamar la atención del causante haciendo estragos aquí, su evacuación será mucho más segura, y tengo plena confianza de que, ante cualquier eventualidad, ustedes podrán protegerse y protegerlos.

Dije esto con algo de pesar, ya que sabía que me estaba ganando el odio de mis compañeras de equipo ante esta decisión egoísta. Y aun si fuera egoísta, no iba a retractarme.

Ya que el bienestar de ellas y de todos es lo más importante para mí ahora.

-... Más te vale no hacer ninguna estupidez.

Aquello fue dicho por Sephirina quien, al estar en frente mío, me habló con una voz temblorosa y una expresión llena de dolor, a la vez que tomaba la mano que había usado para darle las pociones.

Vi esto y me quedé sin palabras, aun cuando esperaba un grito u otra mirada hostil, ahora mismo solo podía percibir sincera preocupación y temor.

-Tiene que volver con vida y a salvo amo... Tiene que prometérnoslo...

Aquella petición fue de parte de Valupla, quien no se abstuvo e imitó a Sephirina al tomar mi otro brazo libre. Pero, aunque ella igual mostraba preocupación, también mostraba un gran deseo de que hiciera esa promesa.

Quizás porqué para ella, las promesas que hago son algo de gran importancia.

Miré a ambas chicas a la vez y comprendí entonces que, en vez de enojo, lo que ambas sentían una genuina preocupación, no por ellas mismas, sino por mí.

Y eso provocó en mí una gran calidez, me sentí feliz por aquellos sentimientos, y no pude contener una sonrisa llena de felicidad.

-Estaré bien, no cometeré ninguna estupidez, y volveré sano y salvo, se los prometo.

Hice esta promesa a ambas, para así darles la seguridad de que sin importar que pasara, volvería con ellas.

- ¡Uhum! Si a todos les parece entonces, deberíamos movernos ahora.

Una vez Elena aclaró su garganta y dijo esas palabras, ambas chicas me soltaron al unísono, para luego darse media vuelta y apartarse con rapidez.

Aunque fue algo incomodo el final de este momento, supongo que es mejor proseguir.

-Cuídate mucho Shimon, y si pasa cualquier cosa, ¡solo llama nuestra atención y vendremos corriendo!

Esto fue dicho por Tyrel, quien se mostraba bastante decidida y aliviada de no tener que entrar a la boca del Kobold.

Traté de dejar pasar la verdad tras sus palabras, para así despedir a todos con la mejor sonrisa posible.

-Igual cuídense todos, los veré en el otro lado de la barrera antes de que termine la barrera.

- ¡Señor aventurero!

Aquel llamado fue de parte del joven Balmir, quien parecía querer decir algo antes de que nos separáramos.

-... Gracias.

¡!

Aunque no me esperaba tal agradecimiento de su parte en este momento, decidí corresponder de la mejor forma.

-Todo un placer, cuídese y hasta pronto.

Dije estas ultimas palabras antes de verlos partir en dirección al extremo sur de la barrera, perdiéndose en un nuevo mar de arboles hasta desaparecer por completo de mi vista.

No puedo mentir y decir que no me preocupa el dejarles ir habiendo esta clase de zombis en los alrededores.

Pero sé que las chicas y Elena son capaces de defenderse y llegar a salvo, por eso voy a confiar en ellas.

Y retribuiré también la confianza que ellas ponen en mí, descubriendo la verdad tras este evento.

Y volveré a salvo, a como de lugar.

-Muy bien... Hora de empezar.

Respiré profundo y me posicioné de nuevo frente al templo, al cual veía como la entrada al infierno.

Un sitio donde la muerte era lo que esperaría a cualquiera que se atreviera a entrar.

Un lugar donde el mínimo error sería mi fin.

[Auto-Equipo]

Pronuncié el nombre de la habilidad que sustituiría mi armadura superficial, por una de cuerpo completo, una armadura con la que me sentía plenamente cómodo.

Una que protegía no solo mi identidad, sino también mi cordura.

Y me permitiría encarar a la muerte de frente, y derrotarla.

-Sea quien sea el responsable, me aseguraré de terminar con su lamentable vida.

Esa fue la segunda promesa hecha hoy, pero no por Shimon el aventurero.

Sino por el Caballero de la Muerte.

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