Capítulo 68: Mansión en Llamas.
-Mansión de Vestevia, Pueblo Caronte-
Pocas horas han pasado desde que nos fuimos todos a dormir, esperando por el amanecer para así seguir nuestra misión de encontrar el origen de la infección y de llevar a los sobrevivientes fuera del pueblo.
Todos esperábamos pasar una noche tranquila después del intenso trayecto que soportamos para llegar a esta mansión.
Pero como bien sabemos, la vida casi nunca es justa ni agradable, y esta noche no fue la excepción.
¡¡BOOOOOOOOOMMMMMM!!
Un estallido de origen desconocido derribó la gran muralla que había erguido alrededor de la mansión, cubriendo de llamas el exterior e interior de la misma, provocando un incendio que parecía no tener fin.
Pero si el fuego no fuera suficiente, la amenaza que había consumido el pueblo también se estaba acercando, aprovechando el enorme orificio creado por aquella explosión.
En pocos minutos cientos de zombis atravesaron la muralla y empezaron a avanzar hacia la mansión, siendo a la vez una horda rápida y feroz.
El peligro que esta horda representaba era inminente, lo único bueno de toda esta situación, es que las barricadas que habíamos formado antes de irnos a dormir les estaban bloqueando el paso a los zombis, impidiéndoles la entrada a la mansión y dándonos así algo de tiempo para pensar en nuestra ruta de escape.
Era una suerte que [Comprensión Absoluta] me brindaba la capacidad de evaluar esta situación a una velocidad acelerada y a la vez trazar nuestro siguiente movimiento en cuestión de segundos.
- ¡Shimon!
- ¡Amo!
Mientras me encontraba de frente a la ventana pude escuchar las voces de Sephirina y Valupla a mi espalda, al parecer no fui el único que se despertó por el estruendo de aquella explosión.
- ¡La muralla que creaste ha caído, los zombis están tratando de entrar en la mansión!
-Las barricadas resistirán por un tiempo, pero eventualmente serán destruidas, y pronto la mansión será totalmente rodeada, ¿Qué debemos hacer amo?
Me quedé de pie sin voltearme a verlas, y les di las indicaciones para el plan que seguiríamos a continuación.
-Tenemos suficiente tiempo, alístense y reúnan a todos en esta habitación para que podamos empezar a movernos. Díganle a Tyrel que se encargue de llevar al joven señorito, será un problema si cualquier otro intenta cargar con él.
- ¿Qué harás tú Shimon?
Esta pregunta fue dicha por Sephirina, quien por su tono de voz seguramente se mostraba ansiosa.
-Trataré de reducir la amenaza lo más posible, mientras nos preparo una ruta de escape. No tenemos tiempo que perder, ¡Vayan!
Dije esto con tono autoritario mientras abría la ventana de mi habitación, tenía pensado salir para ver cuanto podía disminuir el peligro presente.
- ¡SÍ!
Al momento de escucharlas dejar la habitación fue que pude suspirar de tranquilidad.
En mi cabeza había varias formas de salir de esta situación ilesos, pero esta era la única forma en la que podía asegurarme de operar por unos instantes por mi cuenta.
Ya que si me hubiese atrevido a encararlas o acompañarlas seguramente mi cerebro habría dejado de funcionar.
Y puedo estar seguro de esto, ya que por el reflejo del cristal en la ventana que tenía de frente, pude ver de forma traslucida a ambas chicas vistiendo únicamente sus prendas de noche.
Del mismo tipo de prendas que las que usaban esa noche en el pueblo Runser.
Honestamente doy gracias de que esta situación me impida pensar en otra cosa que no sea salir de aquí con vida.
-Bien, hagamos nuestro mejor esfuerzo.
Me dije esto a mí mismo antes de usar [Auto Equipamiento] para cambiar mis prendas de dormir a mi armadura casual, equipándome con uno de mis sables cortos y mis botas relámpago.
Si iba a ir contra estos, debía ir en serio.
[Electro Campo]
Saltando por la ventana de aquella habitación aterricé en medio del aire usando una de las plataformas eléctricas generadas por mis botas relámpago.
Ya en el aire pude ver con detenimiento el panorama presente, y decidí encargarme de la primera amenaza inminente.
[Calculo] [Flechas de Luz]
Luego de calcular el número de zombis al alcance de mi vista generé un enorme circulo mágico sobre mi cabeza, del cual emanaron cientos de flechas de luz que cayeron como lluvia sobre estos.
Debido a que se encontraban en movimiento no todas las flechas acertaron a sus objetivos.
Aun así, me fue posible reducir en gran numero la cantidad de zombis que se aproximaban a la mansión, e incluso logré atraer la atención de algunos que se habían dirigido originalmente a la mansión, y ahora intentaban alcanzarme pegando saltos por debajo de mí.
Mientras veía como estos me intentaban alcanzar traté de evaluar cual era el mejor siguiente movimiento.
Pero el malestar provocado por el humo que rodeaba la mansión fue lo que incentivó mi siguiente movimiento.
[Campo Pluvial]
Sustituyendo el enorme circulo mágico anaranjado sobre mi cabeza un nuevo circulo mágico azulado se manifestó, siendo varias veces más grande que el anterior y cubriendo la totalidad de la mansión más varios kilómetros alrededor.
De este círculo una gran cantidad de gotas de agua se manifestaron y cayeron en forma de lluvia, siendo inofensivo para cualquier ser viviente o no viviente alrededor, pero nocivo para las llamas que buscaban extender su alcance en esta área.
La intensidad de la lluvia nulificaría a la vez el factor acústico del cual solían depender los zombis de muchas historias, y esperaba que esto aplicase también para los que están alrededor.
[Campo Pluvial] era una magia autónoma, de modo que permanecería presente aun si me alejaba del círculo que lo manifestaba, el único problema era que solo duraría unos diez minutos más.
Eso significaba que tenía solo unos cuantos minutos antes de que perdiéramos nuestra ventaja de zona.
[Prevención del Peligro]
Mi habilidad preventiva me alertó de un nuevo peligro acercándose a la mansión, algo aún más peligroso que los mismos zombis bajo mis pies.
Me preparé de antemano para lanzar un hechizo potente a cualquier cosa que emergiera del orificio.
¡¡¡GWRRAAAAHHHHHH!!!
Aunque jamás esperé que lo que surgiera fuera una amenaza tan extrañamente familiar.
- ¿¡Pero que rayos...!?
Fueron las palabras que salieron de mi boca al ver al menos una decena de criaturas cuadrúpedas salir a gran velocidad del orificio. Cada una con grandes garras y piel pálida, sin un rastro de pelo sobre sus cuerpos, ni tampoco ojos u orificios auditivos visibles.
Eran criaturas que no se asemejaban a ningún monstruo que hubiese conocido con anterioridad.
Y lo peor de todo, fue lo que pude ver usando [Análisis Absoluto].
Si la información obtenida de esta corrupta ventana de estado era correcta, estas cosas dignas de salir en un juego de terror, fueron anteriormente personas como yo y los demás.
Desconozco si esto será la siguiente etapa del virus que asedió este pueblo, pero todo dentro de mí me dicta que no pudieron surgir de forma natural.
Decidí no quedarme observando a distancia para así descender en frente de estos antes de que pudieran siquiera alcanzar la mansión.
[Muralla Pétrea]
Materialicé un gran circulo mágico color marrón brillante al momento de aterrizar, manifestando a mis espaldas una muralla de roca de medio kilómetro de longitud que me sirvió para bloquearles el paso a las criaturas y a la vez de atraer su atención.
¡¡¡GWRRAAAAAAAAHHHHHH!!!
El rugido de los monstruos antropomórficos se escuchó con más fuerza una vez me identificaron como una potencial amenaza.
Lástima para estos monstruos que no pudieran entender mi verdadera fuerza a simple vista.
[Modo Berserker]
Solo me tomó quince segundos decapitar a los primeros cinco que se habían lanzado en mi contra.
¡!
Justo después de eliminarlos pude ver como el resto de las criaturas se dividían y rodeaban la muralla por ambos lados, mientras que otros trepaban la muralla usando sus garras afiladas para romper la roca y escalar como si fueran lagartijas.
Aun con el [Modo Berserker] me tomaría algo de esfuerzo retener a todos los monstruos, pero no podía acobardarme llegado a este punto.
[Fisura Pétrea]
Di un gran pisotón en dirección a la muralla recién creada, de forma que la misma se resquebrajara e hiciera caer a los que estaban en plena escalada, siendo aplastados por los grandes escombros de roca solida en el proceso.
Ya que la muralla fue inefectiva, usé los escombros en descenso como punto de salto para así retomar una altura al nivel del techo de la mansión, para así enfocar mi vista en los demás monstruos que seguían en avance a la mansión
[Electro Campo] [Carga Arma]
Usando una plataforma electrica en el aire me impulsé en dirección al monstruo más cercano a mi alcance para arrojar mi sable corto hacia su cráneo.
Al momento del impacto el sable logró golpear la materia gris de la criatura, más el verdadero golpe que lo detuvo fue la descarga eléctrica contenida en el arma, que logró freír el cerebro de la criatura y volverlo papilla.
La criatura se desplomó sobre el suelo húmedo justo después de que aterrizara sobre su lomo y lo usara de impulso para ir a por la siguiente.
Que la lluvia sirviera de potenciador a mis ataques, y que mis botas me proveyeran de aislamiento eléctrico, me daba una momentánea ventaja contra estas criaturas.
Pero que fueran tantas y que me estuvieran ignorando aun cuando les estaba atacando directamente me ponía las cosas difíciles.
Por lo que solo me quedaba una opción.
[Provocación]
- ¡Oigan imbéciles! ¿¡Acaso son tan estúpidos y cobardes que no pueden siquiera verme o hacerme frente!? ¡Son solo un puñado de parásitos deformes!
¡¡!!
¡¡¡GWRRAAAAAAAAHHHHHH!!!
Gritando aquellas palabras ofensivas hacia los monstruos que habían logrado atravesar la barricada principal, logré robarme la atención de casi todas las criaturas que habían puesto una extremidad dentro de la mansión.
Con la excepción de uno los monstruos, todos los demás se dieron vuelta y se abalanzaron en mi contra, con una ferocidad similar a la de los que trataron de atacarme al inicio de su avance.
[Brisa Arma] [Lanzamiento de Armas]
Dando un salto hacia atrás para crear algo de distancia activé ambas habilidades en las armas que tenía en mano para luego lanzar ambas contras los dos monstruos más cercanos a mí, al impactar en su blanco las cabezas de ambas criaturas se separaron de sus cuerpos y terminaron rodando hacia dentro de la mansión.
Aun cuando había eliminado con esto a dos amenazas, quedaban por lo menos una docena más en camino a atacarme, y ahora me encontraba temporalmente desarmado.
Aunque aquello no hacía ninguna diferencia para mí.
[Metralleta de Aire]
En el momento que fui rodeado por los monstruos tuve que evadir sus sucesivos ataques a la vez que usaba ambas manos para disparar proyectiles de viento a cada monstruo y zombi que se me acercaba y fallaba en su ataque.
Hubo un punto donde por esquivar a dos no pude evadir a un tercero que se me abalanzó e inmovilizó mis brazos con ambas garras.
¡CRUNCH!
Pude escuchar como este mismo monstruo se atragantaba con la tierra justo al lado de mi mejilla, en un intento vano de arrancarme la cara de un mordisco.
Sintiéndome asqueado por su aliento recogí mis piernas y lo mandé a volar por los aires con un impulso de mis dos pies, haciéndolo elevarse varios metros en el aire mientras el resto de su manada se reunía a mi alrededor con la intención de tener éxito donde los otros habían fallado.
Mas yo iba a aprovechar dicho acorralamiento para deshacerme de tantos como pudiera a la vez.
[Descenso de Carámbanos]
Mientras era rodeado por aquellos monstruos alcé ambas manos al aire para manipular el agua que caía sobre el área y así transformarla en estacas de hielo que con el descenso de mis manos y cuerpo cayeron de forma letal contra los monstruos a mi alrededor, empalándolos en el aire o clavándose contra el suelo impidiéndoles escapar o moverse a cualquier lado.
A pesar de que la severidad de dichas heridas bastaría para matar a cualquier monstruo o persona, estos monstruos seguirían retorciéndose mientras sus cerebros siguieran intactos.
¡BANG!
Algo de lo cual me hice cargo rápidamente al tenerlos inmovilizados.
¡KYAAAAH!
Aquel grito femenino hizo que mis sentidos se alertaran y mi cuerpo se moviera lo antes posible hasta la ventana que daba con la habitación donde antes me encontraba durmiendo.
¡CRASH!
Antes de que pudiera entrar por la ventana esta fue rota por el impacto y salida forzada de un cuerpo desconocido por una gran masa de agua.
Al prestar más detalle pude ver que el cuerpo desconocido era aquel monstruo que había ignorado mi [Provocación] y se había adentrado a la mansión, y claramente ya había sido neutralizado por las flechas incrustadas en sucesión en su cráneo.
Al dirigir mi mirada hacia el interior de la mansión pude ver a las chicas ya vestidas y arrinconadas en una de las esquinas de la pared anexa a la puerta del cuarto.
Era solo una suposición, pero al parecer se ubicaron allí para atacar a cualquier amenaza que logrará atravesar la ventana o la puerta de la habitación, la cual ya estaba desprendida de la base de la puerta.
-Ya terminé de despejar el área, lamento la tardanza.
Entré por la ventana diciendo esto, viendo como todas se relajaban al ver una cara amiga entrar por la ventana y no otra cosa.
-Nosotras ya recogimos todo lo necesario.
-Estamos listas para partir.
Las palabras llenas de confianza de Sephirina y Valupla ante dicha situación me brindaban esa seguridad que necesitaba de parte de ambas.
Luego de escucharlas desvié mi vista hacia la chica que había gritado segundos atrás, la sirvienta Violeta que estaba refugiando entre sus brazos el cuerpo del joven heredero de la familia Vestevia, quien parecía ya estar consciente.
Elena se encontraba delante de ambos, protegiéndoles tal cual lo haría si ambos fueran la princesa Roselia.
Al ver como todos se encontraban bien y a salvo, decidí continuar con nuestro cometido.
-Muy bien, empecemos el descenso. Tyrel, de ser posible lleva al joven Redstone, yo llevaré a la señorita Violeta, las demás sigan el paso y vigilen los alrededores.
Dije esto para adentrarme en la habitación y luego ver como el joven de la raza enano era tomado de los brazos por nuestra luchadora Ani-humana, mientras que yo en cambio iba a donde Violeta para hincarme y así tomarla en brazos como a una princesa.
Dicha acción no sólo me ganó el nerviosismo de la sirvienta, sino también dos miradas asesinas de mis primeras compañeras de equipo.
Solo por si acaso, evitaré mirarlas a los ojos hasta que estemos al nivel del suelo.
Sin más demora empezamos a descender del cuarto piso de la mansión hasta el suelo. Un salto desde esta altura fácilmente mataría a una persona normal, pero gracias a las estadísticas aumentadas de todos los presentes un salto desde esta altura bien era lo mismo que saltar dos escalones.
Ya en el suelo dejé bajar a Violeta para así guiar al grupo hasta el pozo de agua detrás de la mansión, el cual era nuestra ruta de escape más segura.
Usando la cuerda que antes ataba el balde del pozo, empezamos el descenso a la catacumba de túneles secretos que solo se podían acceder a través de la mansión de Vestevia.
Elena fue la primera en descender para vigilar que fuera un espacio seguro, y yo fui el último en descender para asegurarme de que nada ni nadie pudiera seguirnos el rastro.
Y hago énfasis en nadie, ya que dudo que aquellos monstruos de películas de terror, sean lo último que nos falte por ver en este pueblo maldito.
[Pilar Pétreo]
Para asegurarme de que nadie más nos pudiera seguir, invoque un nuevo pilar pétreo que sellara el acceso desde el pozo de agua, dejándonos por completo en la oscuridad y el frío de aquel túnel subterráneo.
[Luz Tenue] [Llama Tenue]
Utilicé ambas magias lumínicas con la intención de preservar tanto la visibilidad como una temperatura cómoda para todos los presentes.
-Muy bien... Deberíamos estar seguros aquí de momento... ¿Cómo se encuentran todos?
Hice esta pregunta en general, queriendo cerciorarme de que todos estuvieran bien y completos.
-Ningún problema que reportar amo.
-Un poco nerviosa por ese monstruo que se adentró, jamás vi algo como eso antes.
Luego de escuchar tanto a Valupla como a Sephirina deseé poder decir lo mismo.
- ¿¡QUE RAYOS FUE ESO SHIMON!? Se supone que esas cosas no deberían poder atravesar una muralla de piedra sólida.
Estas fueron las palabras dichas por Tyrel mientras me sujetaba de hombros y me sacudía de adelante hacia atrás, demandando de mi parte respuestas que yo mismo quisiera tener.
-Tú misma lo dijiste, no deberían ser capaces. Lo que me hace pensar que no somos los únicos seres vivos dentro de la barrera... O bueno Enteramente vivos.
Dije esto luego de liberarme del agarre de Tyrel, pero fue Elena quien siguió con aquel interrogatorio del cual solo tenía suposiciones.
- ¿Insinúas que lo que diera origen a los zombis y a esos nuevos monstruos destruyó la muralla para intentar eliminarnos indirectamente?
-En pocas palabras sí, la muralla que formé jamás habría sido destruida con la fuerza física de un zombi, ni tampoco de esos monstruos. La abertura fue abierta con un hechizo de grado avanzado, o con un explosivo altamente potente.
-No creo que exista un explosivo así de potente Shimon.
-Lo que nos deja con una amenaza aún más peligrosa.
No podía evitar estar de acuerdo con Sephirina y Valupla, una explosión de tal grado solo se podría lograr con explosivos grado C4 en mi mundo, pero en este mundo no hay algo así.
Y como el número de amenazas emergentes superaba el centenar en ese entonces. Me fue imposible localizar al causante de la explosión.
-Sé que nuestro plan ha cambiado, pero nuestras prioridades son las mismas. Avancemos por el túnel y veamos hasta donde lleva, tenemos que alcanzar el extremo sur de la barrera para poder sacar a la señorita Violeta y al joven señor de Vestevia. Luego seguiremos buscando al causante de esto y de la explosión.
-Al menos tienen un plan...
¡!
Aquel comentario vino de la persona que menos me esperaba escuchar una respuesta
Se trataba de Balmir, el joven lord de Vestevia que seguía aferrado a las faldas de su sirvienta personal.
Y no se veía muy alegre o contento con nosotros.
No sabía exactamente cómo dirigirme ante este, en especial después de todo lo que le había ocurrido. Si hablarle como adulto o como un niño, eso era algo que tampoco sabía.
Solo sabía que debía ser honesto con él, aun si no fuera lo más adecuado.
-Joven Balmir, quizás sea algo tarde, pero nuestra misión es sacarlo a usted y a cualquier sobreviviente fuera del pueblo. Por eso haremos todo lo posible para ponerlos a salvo, por favor confíe en nosotros.
Me agaché y le hablé de frente, siendo tan directo como me era posible a un niño de diez años.
La respuesta que recibí fue un silencio y la desviación de su mirada. Al parecer no se sentía capaz de encararme de frente o de decir todo lo que llevaba en su pecho.
Puedo entender la frustración que expresa solo con sus ojos, lo he visto antes en el mirar de otro infante en este mundo, y sé que lo único que podría calmar su ira sería recuperar lo que ha perdido.
Pero tristemente no podemos devolver el tiempo, ni realizar milagros, lo único que podemos hacer es proteger lo presente, y asegurarnos de que haya un futuro.
Una vez confirmé que no escucharía respuestas del joven enano me levanté y miré al resto de las presentes.
-Sigamos avanzando, y dependiendo de lo que encontremos actuaremos.
Recibí una respuesta afirmativa general, para luego iluminar con las esferas de fuego y luz el único camino que teníamos para seguir, ya que el agua tenía una fuente subterránea el acueducto solo tenía un camino para avanzar, y era el que teníamos de frente.
Aunque desconocíamos el final de este, era mejor avanzar que tratar de volver al sitio donde ahora descansaban los señores de Vestevia.
-Media Hora Después-
Recorrimos un largo trayecto bajo tierra a través de los múltiples pasajes con caminos sin salida, siendo diseñado de tal forma para confundir a cualquier perseguidor que pudiera ir tras la vida de su propietario.
Fue una suerte que solo nos topamos con un par de estos cruces en el trayecto, y ningún zombi presente en este oscuro canal, el cual ponía nervioso a más de uno por los sonidos de alaridos que provenían de la superficie, siéndome increíble pensar que habían podido construir este camino a tan pocos metros de la superficie.
Por un momento dudé de que hubiera una salida de estos pasadizos, hasta podría tratarse de una ruta de escape incompleta.
Pero fue entonces que pude sentir una brisa de aire fresco golpear mi rostro, alejando el mal olor del aire estancado. Esa fue la única prueba que necesitaba para apresurar el paso junto al resto hacia la fuente de dicha brisa.
Y aunque por lo general uno esperaría también ver la luz del sol luego de emerger del oscuro subsuelo, lo que nos recibió fue un prado despejado, el cual apenas era visible gracias a la luz de las lunas que brillaban con fuerza aquella noche.
Aún faltaban horas para el amanecer, pero habíamos logrado escapar sanos y salvos de los zombis y monstruos de la mansión.
- ¡Aire fresco al fin!
Esas palabras dichas con gran alegría y cansancio fueron dichas por Tyrel, quien casi da brincos de alegría al volver a ver el cielo estrellado.
- ¿En qué parte del pueblo nos encontraremos? ¿Será que hemos traspasado la barrera que separa al pueblo del exterior bajo tierra?
-Lo dudo mucho, no hemos caminado tanto como para tocar la frontera entre el pueblo y el exterior, a lo sumo estamos más cerca del pueblo que de la barrera.
Estas preguntas fueron hechas por Sephirina, más fue Valupla quien le respondió.
-Mientras sigamos dentro de la barrera estaremos bajo amenaza de los zombis, es mejor que intentemos ubicar el extremo sur de la barrera para evacuar al joven Balmir y a la señorita Violeta lo antes posible.
Dirigí mi mirada a todos los presentes, en especial al joven enano que seguía aferrándose a la falda de su sirvienta y cuidadora.
Pero mi mirada terminó deteniéndose en Elena, quien parecía especialmente alterada en ese instante, al punto de llevarme a preguntarle que sucedía.
- ¿Está todo bien Elena?
Mi pregunta tomó a la sirvienta de la realeza con la guardia baja, al punto que había perdido su temple usual mientras buscaba como responder a mi pregunta.
-En realidad... Lo que sucede es...
Elena bajó la mirada como si tratara de contener lo que quería decir, siendo una lucha interna que no solo yo noté, sino también el resto de los presentes.
-... Yo sé dónde estamos ahora...
Aquella respuesta me causó una gran sorpresa, tanto así que tuve que confirmarlo para ver si la había escuchado bien.
- ¿Estás segura de ello?
-Bastante... Lo sé porque puedo reconocer la entrada de esta cueva... Yo solía jugar en esta cuando era solo una niña.
Al momento en que decía esto ella veía la apertura de la cual habíamos salido, aunque desde fuera parecía una caverna cualquiera, nosotros que habíamos salido de esta sabíamos que en realidad era un pasaje secreto de escape.
-Es más... Ahora mismo nos encontramos bastante cerca de la casa de mis padres... Solo son diez minutos caminando en aquella dirección.
Mientras ella se mostraba cabizbaja señaló en dirección a un prado abierto, el cual se alargaba en lo que alcanzaba la vista.
-Si eso es verdad... ¿Entonces por qué te muestras tan deprimida?
Esta pregunta fue hecha por Sephirina, quien logró ver en ella un pesar que era casi imposible de comprender sin saber las circunstancias detrás.
-Como puedo reconocer el sitio, también puedo decir con certeza que el extremo sur de la barrera se encuentra en esa dirección.
Al momento en que Elena respondió, la misma mano que usó para señalar la ruta a su viejo hogar dio un giro amplio para señalar en la dirección opuesta.
Me tomó pocos segundos entender entonces el porqué de su reacción.
Si bien era bueno saber dónde nos encontrábamos, también se encontraba en la difícil situación de ignorar su cercano hogar con tal de cumplir con el objetivo que le encomendó su princesa.
Para cumplir con su deber, debía alejarse del lugar donde aún podrían estar sus seres queridos.
- ¿Que tanta distancia hay entre nosotros y el extremo sur?
Esta pregunta la hizo Valupla, quien parecía comprender también el peso que la ani-humana de la raza gato llevaba en sus hombros.
-Si seguimos recto y atravesamos un bosque, podemos llegar al borde en no menos de cinco horas.
... Una larga caminata, pero no imposible para los presentes, si llevamos al joven Balmir sobre nuestros hombros, podremos llegar sin ningún impedimento a nuestro destino, y una vez hecho esto, podremos continuar la siguiente parte de nuestra misión.
Toda la lógica dictaba que debíamos avanzar de una vez en esa dirección...
Aun así...
-Señorita Elena, ¿El hogar de tus padres es lo suficientemente amplio para que los siete entremos?
¡¡!!
Aquella pregunta hecha de mi parte aturdió a Elena quien, aunque intentó ocultarlo, fue clara su sorpresa por la forma en que sus orejas reaccionaron al terminar mi pregunta.
-... No diría que es muy espaciosa... Pero estoy seguro que todos pueden entrar sin sentirse apretados...
-Me alegra escuchar eso.
Le respondí con una sonrisa para luego alejarme un poco del grupo y así mirar hacia ambas direcciones antes mencionadas, para luego darme la vuelta y encarar a los presentes.
-Ahora que conocemos nuestro destino es claro que debemos avanzar, pero tampoco quiero ignorar el hecho de que ninguno de los presentes se encuentra en su estado más optimo, incluyéndome claro está.
Empecé a hablar a todos para así tomar el rol de liderazgo, uno al que para bien o para mal ya me había acostumbrado a llevar.
-Sería imprudente que avanzáramos en línea recta en un bosque de noche. Aun cuando podría iluminar el bosque entero no quiero llamar nuevamente la atención de nuestro atacante.
No solo decía esto por el bien de nuestra guía, sino también porque me encontraba en alerta por nuestro atacante o atacantes desconocidos.
-Sé que podría ser una decisión cuestionable, pero pienso que lo mejor es buscar refugio en un sitio medianamente seguro y de bajo perfil. Que descansemos hasta el amanecer y luego retomemos nuestro trayecto hacia el extremo sur.
Dije esto viendo a todos los presentes, buscando algún signo de oposición ante mi decisión, lo cual, por suerte, no terminé encontrando, menos de la más afectada por mi decisión.
-Habiendo dicho esto, señorita Elena, ¿Podría por favor guiarnos hasta el hogar de sus padres?
Al hacer esta pregunta un par de lágrimas escaparon de la diligente sirvienta ani-humana, para luego limpiarlas y mostrarse decidida.
- ¡Sí! ¡Puede dejármelo a mí!
Estando de un mejor humor ella hizo una reverencia propia de una sirvienta superior, para luego tomar la iniciativa y empezar a guiarnos en dirección hacia el hogar de sus padres.
Aun cuando aquella esperanza a la que ella se aferrara fuera frágil y quizás en vano, era mejor aferrarse a ella que soltarla y luego arrepentirse.
Por eso la seguimos sin titubear, esperando lo mejor, pero estando preparados para lo peor.
-Minutos Después-
Han pasado unos cuantos minutos en los que hemos avanzado silenciosamente hacia el antiguo hogar de Elena, actual hogar de sus padres de los cuales desconocemos su paradero o estatus.
El velo de la noche nos sirvió para ocultar nuestra presencia de criaturas hostiles que seguían vagando incluso cerca de este prado.
Los zombis que una vez inundaron la zona central del pueblo ya se habían dispersado y habían comenzado su búsqueda en los bosques de potenciales presas vivas, haciendo que la fauna silvestre fuera la siguiente victima después de los inocentes habitante del pueblo.
Por suerte para nosotros, no habíamos visto hasta este punto ningún zombi no humanoide a excepción de aquellos monstruos en la mansión, lo cual podría indicar que este virus solo afecta a humanos y ani-humanos.
Ante la carencia de elfos y dragones en la aldea desconocía que tipo de efectos tendría el virus en ellos, pero no era algo que me quitara el sueño averiguar.
-Hemos llegado señor Shimon, es aquella cabaña que puede ver allá abajo.
Una vez escuche las palabras de Elena dirigí mi vista a una pequeña casa de madera que se encontraba apartada y sin otras alrededor, como si se encontrara ubicada en medio de la nada.
Al no conocer mucho a nuestra guía, tampoco conocía sobre la profesión de sus padres, por lo que no era mi deber el cuestionar por qué ellos vivían tan apartados del pueblo principal, aunque bien podrían ser una especie de granjeros y por eso necesitaban el terreno amplio.
Ese sería mi razonamiento si hubiera algún signo de plantíos o campos de siembra a la vista.
-Muy bien, sigamos avanzando, aun cuando no hay zombis a la vista manténganse alertas y silenciosos.
Decidí apartar mi curiosidad nata en ese instante para tomar el liderazgo del avance hacia la cabaña ya visible.
[Prevención del Peligro] no detectaba ninguna amenaza, ni tampoco ninguna de mis otras habilidades de detección. A excepción de nosotros no había ninguna presencia o criatura en movimiento.
Y aunque por lo general eso sería bueno en nuestras actuales circunstancias, mi rango de detección llegaba hasta la cabaña y varios metros más adelante.
Aun así, no detecté ningún movimiento, ya fuera alrededor o dentro de la cabaña a la que nos dirigíamos.
Y para Elena, eso bien podría ser algo más malo que bueno.
- ¡Espera!
La detuve al instante en que esta intentó abrir la puerta de la cabaña, apenas a tiempo antes de que tirara de esta hacia afuera para poder abrirla.
Mi acción hizo que me ganara una mirada hostil de su parte, ya que la estaba deteniendo de su posible encuentro con sus padres.
Aun así, no aflojé el agarre de mi mano, ya que no quería ver en sus ojos el terror y dolor que las palabras solas no pueden expresar.
-Entraré primero solo para estar seguro, por favor quédate protegiendo a los sobrevivientes, en especial al joven Balmir.
Hice énfasis en la última frase para apelar a su sentido del deber con tal de que cediera a mi petición y alejara su mano de la perilla de la puerta.
Una vez hecho esto dirigí mi mirada al resto de los presentes y les pedí que se quedaran atrás.
Hecho esto tomé la perilla de la puerta y tiré de esta lentamente.
De repente fui golpeado por un fuerte olor de descomposición, sentí un escalofrió al solo pensar en que los demás lo hubiesen perseguido.
Y seguramente fue así, ya que al menos pude escuchar el jadeo reprimido de Elena antes de que lograra adentrarme en la cabaña.
Al ser una ani-humana, sus sentidos eran superiores al del humano común, así que seguramente su nariz le hizo pensar el peor escenario posible.
Un escenario que seguramente era realidad.
[Luz Tenue]
Manifesté un par de esferas de luz a mi alrededor para dirigirlas al frente y así iluminar el camino que tenía al frente, daba pasos lentos y ligeros con tal de hacer el menor ruido posible.
Mi corazón se encontraba ligeramente acelerado, pues estaba por mi cuenta en una cabaña a oscuras con olor a muerte, un escenario que se ha usado hasta el cansancio en libros y juegos de terror.
Es entretenido ver cosas así, pero vivirlas es una cuestión totalmente diferente.
Dirigí mi vista hacia uno de los pasillos dentro de la cabaña, si mi nariz funcionaba bien, y ojalá no lo hiciese ahora, el hedor a muerte provenía del pasillo más adelante.
Renuncié a la estúpida idea de avanzar hacia el pasillo por la clara posibilidad de ser atacado de golpe una vez ponga un pie adelante. En cambio, saqué una pequeña piedra de [Almacén de Objetos] y la arrojé hacia el pasillo, esperando algún ruido o sonido de pasos que me anunciase la inminente amenaza.
En cambio, lo único que escuché fue un rotundo silencio, el cual se prolongó más allá del minuto.
Al no sentir ni percibir amenazas del pasillo, decidí avanzar con precaución, sabiendo que cada paso aceleraba un poco mi corazón.
Al final del pasillo encontré una puerta de madera cerrada, al poner mi mano sobre la perilla pude sentir que esta se encontraba obstruida desde adentro, de modo que no podía abrirla sin recurrir a la fuerza.
¡CRACK!
Por lo que recurrí a la fuerza.
Habiendo roto el cerrojo y abriendo la puerta y hecho a un lado pude ver el interior de la habitación.
El interior se encontraba igual de oscuro que el resto de la cabaña, pero aun así podía distinguir una figura inusual en la habitación.
Fue cuando llevé las esferas de luz al interior que pude descubrir la identidad de esa figura.
Y a la vez, descubrí que tan frágil puede ser mi mente aun llegado a este punto.
-HABILIDAD RESISTENCIA AL ESTRÉS MENTAL LV 5-6-
-HABILIDAD MENTE SOLIDA LV 1-2-
El sonido de dos habilidades subiendo de nivel mientras retiraba la mirada de aquel escenario me hicieron entender que aquello superaba lo que mi mente era capaz de tolerar.
Quizás como espectador no me afectaría, pero esa no es mi situación actual.
Dentro de la habitación me encontré con un cuerpo adulto masculino que se encontraba colgado por una cuerda gruesa y uno de los pilares de soporte que había en el techo.
Cerca de los pies del hombre colgado había una silla de madera tirada sobre el suelo, dando la impresión de que esta fue pateada por el señor colgado tras el momento de su suicidio.
No puedo ver marcas de ataduras ni que fuera forzado contra su voluntad, tampoco puedo ver cualquier mordedura en las áreas visibles de su piel.
Al no encontrarme en una serie de detectives, no me tomé la molestia de preservar la escena y con un pequeño salto corté la cuerda que mantenía colgado su cuerpo para así dejarlo bajar y recostarlo sobre el piso de madera.
Dejé el cuerpo una vez comprobé que no había rastros de mordeduras, y una vez hecho esto extendí mi vista al resto de la habitación, en especial a aquello que era la mitad de la causa de mi trauma.
Me dirigí hacia la cama ensangrentada que mostraba unos pies sobresaliendo por debajo de una sábana, pies que seguramente pertenecían a una mujer por la sombra proyectada por la sabana que cubría el cuerpo.
La enorme mancha de sangre que cubría la sabana se originaba desde la zona del cuello, y se había extendido hasta el piso, al punto de que la sangre ya se había secado, pero de igual forma manchado los bordes de la cama.
Mi mano tembló un poco antes de que pudiera retirar parcialmente la sabana manchada, revelando así algo aún más aterrador que mis expectativas originales.
En vez de una herida por mordedura lo que me encontré fue una cabeza separada de su torso, de una forma muy similar a la que encontramos al señor de Vestevia el día de ayer.
Cerca de la cama se encontraba un hacha de hierro manchada de sangre, seguramente fue lo que se usó para separar su cabeza de su torso.
Al tirar un poco más de la sabana pude encontrar la razón de dicha decapitación, en su mano izquierda había una venda manchada de sangre, siendo seguramente la mordida de un zombi.
Al ser esta una habitación cerrada, la única persona que pudo haber hecho esta decapitación era el señor que había bajado al suelo.
Y viendo como ambos guardaban una enorme semejanza con uno de nuestros acompañantes, no me queda la duda de que estos son los padres de Elena.
... Encontrarlos a ambos en este estado no me deja sino un terrible sabor en la boca, y el único alivio que tengo es que fui yo y no Elena quien los encontró así.
Ya que ningún hijo debería de reencontrarse con sus padres en este estado.
Iluminé con las esferas de luz el resto de la habitación, buscando cualquier cosa que sirviera como mensaje póstumo o carta de despedida para su hija.
Fue un golpe de suerte que hubiera un escritorio en esa habitación con una hoja de pergamino y una piedra de tamaño mediano sobre esta.
No me correspondía el ser quien leyera las últimas palabras de un padre a su hija, pero si dicho pergamino contenía cualquier información importante que revelara el origen de los zombis o el causante, entonces no podía hacerme de la vista ciega.
-Lo siento Elena...
Dije esto a manera a disculpa ante la nombrada y ante los difuntos en esta habitación, para luego tomar el pergamino y dar una rápida mirada al contenido escrito.
-HABILIDAD ENCRIPTACIÓN ADQUIRIDA-
... ¡¡!!
Una mirada de tristeza seguida de una de sorpresa se apoderó de mi rostro, lo primero fue por las palabras de despedida y la historia narrada por el padre de Elena, de cómo su madre fue mordida y tuvo que quitarle la vida con tal de no verla convertirse en una de esas criaturas, para luego tener que quitarse la vida por el odio que sentía al hacerle eso a su compañera de vida.
La sorpresa llegó cuando en mi cabeza el sonido de una nueva habilidad apareció de repente, siendo que ni siquiera había intentado obtener alguna en ese momento.
Lo único que se me ocurre que pudo detonar su adquisición fue aquel sentimiento de extrañeza que me provocaron algunas de las líneas en el texto.
En especial una advertencia al final que me pareció una bandera de muerte sin importar como la viera.
-... ¿Qué rayos sucede en este pueblo?
Me hice esta pregunta a mí mismo mientras dejaba la hoja en el mismo sitio y hacía lo posible para volver este escenario lo menos traumático posible para cuando Elena decidiera entrar.
[Limpieza Profunda]
Usé esta magia con la única intención de deshacer los rastros de sangre en el suelo y en las sábanas de la habitación, de ese modo el impacto psicológico que sufriría Elena seria, aunque sea levemente menor.
Hecho esto volví al exterior de la cabaña y anuncié a Elena las malas noticias.
No se necesitaron palabras, bastó con una simple negación para que ella saliera corriendo al interior de la cabaña, empujándome con tal de llegar lo antes posible hasta sus difuntos padres
-¡¡AAAAAAHHHHHHHHHH!!
El grito de dolor y desesperación que provino de la cabaña fue tan doloroso y fuerte que se logró escuchar claramente.
Por un instante me preocupó que dicho grito pudiera alertar a cualquier zombi cercano a la zona, pero lo dejé pasar por obvias razones.
Las chicas intentaron acercarse a la cabaña, más yo intenté detenerlas con un ademan, con tal de darle a ella el espacio para llorar a sus padres sin espectadores.
Mas fue Valupla quien dio un paso adelante y apartó mi mano, sorprendiéndome a tal punto que me quedé sin palabras tras verla a los ojos.
Su mirada bastó para hacerme entender que, en este punto, ayuda y soporte era lo que Elena podría necesitar, y esto me lo estaba señalando quien había perdido también a sus padres.
Al saber que no tenía argumentos para contradecirla me hice a un lado y las dejé entras a las tres, siendo la sirvienta Violeta y el joven señor de Vestevia los únicos que me acompañaron fuera de la cabaña.
Si fuera yo seguramente querría afrontar esto por mi cuenta, pero no todos son iguales.
Cada quien maneja estas situaciones de formas distintas, y creo que ya hice más que suficiente en este caso.
Ahora solo me queda esperar a que termine su desahogo, para así abordar algunos temas que se han vuelto precarios resolver.
-Horas Después-
Ya han pasado una hora desde que nos acomodamos en la antigua casa de Elena, y enterrado los cuerpos de sus difuntos padres no muy lejos de la misma cabaña, con tal de no alejarnos mucho y encontrarnos con amenazas andantes.
Luego de purificar la cabaña en su totalidad con [Limpieza Profunda] dejamos al joven heredero de la casa Vestevia descansar en la antigua habitación de Elena, siendo cuidado por la sirvienta Violeta quien parecía decidida a cuidar de este sin descanso alguno.
Los demás nos quedamos en la sala familiar para tratar de descansar en los muebles de piel de animal y las sillas en buen estado dentro de la casa.
Nos encontrábamos en silencio, algunas de las chicas cayeron dormidas una vez pudieron reposar sus cabezas.
Los únicos que seguíamos despiertos éramos Elena y yo. Aunque en mi caso me estaba forzando a mantenerme despierto ya que no quería volver a despertar como lo hice horas atrás, menos con la mínima seguridad que nos brindaba la cabaña.
Durante pequeños lapsos desviaba las miradas hacia Sephirina y Valupla que se usaban la una a la otra de soporte mientras dormían, verlas descansar una junto a la otra me generaba cierta paz interna.
Pero cuando no desviaba la mirada hacia ellas mis ojos se enfocaban en nuestra anfitriona y guía, quien se encontraba cabizbaja y silente.
A simple vista uno podría pensar que también estaba durmiendo, pero la forma en que su cola se enrollaba con una de sus piernas y su postura estoica daban a entender que seguía consciente.
...
Que fastidio, se supone que tengo que encontrar la forma de hablar con ella sobre el contenido del pergamino, pero el ambiente es terrible para siquiera intentar decir algo.
Nunca fui bueno para hablar con personas que sufrieron pérdidas. Aun cuando puedo simpatizar con el sentimiento, cuando pienso en formas de expresarle mi apoyo por su situación, mis labios se quedan sellados.
De que me sirve ser un amante de historias si no soy capaz de encontrar las palabras correctas en momentos de necesidad...
- ¿Le molesta si le hago una pregunta señor Shimon?
¡!
-Para nada, puedes preguntar lo que gustes.
Su repentino llamado me tomó con la guardia baja, más me recompuse rápido para estar a la altura de la conversación.
- ¿Alguna vez ha perdido a un ser querido?
...
Aquella pregunta me golpeó peor de lo quisiese reconocer, trayendo a mí recuerdos que había intentado sepultar por mucho tiempo.
Recuerdos que quisiera o no formaban parte de quien soy.
-Sí... Mas de una vez de hecho.
- ¿Tus padres?
-No. Hasta donde sé ellos se encuentran sanos y salvos junto a mi hermana menor.
-Ya veo...
Aquella pregunta tenía como objetivo discernir si era capaz de entender su dolor, y justo ahora daba la impresión de lo contrario.
Por eso decidí aclarar que así era.
-Pero he perdido a un buen amigo... Y a mi hermano menor.
La mirada de Elena, que antes se había desviado, había vuelto a enfocarse en mí, así que terminé hablando de aquello que no había compartido con nadie, ni siquiera con el Maestro o mis compañeras de viaje.
-Fue hace mucho tiempo ya... Una enfermedad se lo llevo... Y no hubo nada que pudiera hacer para ayudarlo...
Entrelacé mis manos y las apreté con fuerza, ya que aquellos recuerdos eran los más dolorosos que tenía de mi mundo nativo.
-Lamento haberle preguntado...
-Está bien... La verdad es que no había pensado en mi hermano en mucho tiempo...
Dije aquello con un grave tono de pesar, puesto que recordar aquello jamás había sido fácil para mí.
- ¿Cuánto tiempo toma el olvidarlos?
Su pregunta me tomó por sorpresa, era claro que buscaba algún consuelo o respuestas que le permitieran soportar el dolor que estaba sintiendo.
Aun así, no pensaba darle esa clase de respuestas.
-Jamás los olvidas, sin importar cuanto tiempo pase, siempre estarán presentes, y siempre viven dentro de nosotros.
Apreté con fuerza mis manos para así tratar de soportar el pesar que inundaba mi pecho, más aflojé el agarre al sentir que estaba dañando mis guanteletes con la fuerza ejercida.
-Lo importante es que nunca los olvides, ni tampoco los momentos que pasaron juntos.
Dije esto para luego quedarme en silencio, y así escuchar los gimoteos y llantos que provenían de la ani-humana sirvienta.
El dolor que sentía ella era algo importante que no podía evadir, ni siquiera debía intentarlo.
Ya que en algún punto todos debemos llorar ante las perdidas, si es que queremos poder volver a sonreír.
-Horas Después-
Había pasado el suficiente tiempo como para que la luz del día se hiciera presente en este pueblo, siendo solo el brillo transmitido, ya que el calor del sol apenas se podía percibir debido a la barrera a nuestro alrededor.
Pronto se cumplirían las veinticuatro horas de nuestra entrada a este pueblo, dejándonos solo otras veinticuatro para escapar de este antes de que fuera sellado en su totalidad.
Por mi parte terminé reposando lo suficiente para recuperar parte del MP usado la noche anterior, el resto lo repuse con pociones.
Los demás se encontraban preparando el desayuno mientras yo me encontraba de pie en el techo de la cabaña, revisando toda el área a nuestro alrededor en busca de cualquier amenaza.
Más lo único que lograba ver eran zombis errantes, los cuales eliminaba de forma silente con flechas de luz.
No volvimos a sufrir un ataque como el de la mansión, lo cual podía significar que o bien nuestro atacante desconocía nuestra posición, o bien pensaba que habíamos sucumbido al ataque de esos monstruos singulares.
Una vez desayunáramos sería el momento de partir a la zona sur de la barrera, para así evacuar a los sobrevivientes de la mansión.
Todo parecía ir conforme al plan, y no debería haber más inconvenientes.
Pero era incapaz de quitarme este sentimiento de incomodidad, como si estuviera pasando algo por alto, o como si no estuviera viendo el panorama completo.
Y he tenido este sentimiento desde que leí la carta póstuma del padre de Elena.
Aquel mensaje final se había atorado en mi cabeza, y no le había conseguido explicación ya que nunca pude sacar el tema a Elena, quien pasó casi toda la noche llorando a sus difuntos padres.
Parte de mí no se atreve a revelarle que leí la carta dejada por su padre antes de morir, porque sería como faltarle el respeto.
Pero la incertidumbre de quedarme con las dudas me empieza a afectar.
-Señor Shimon.
Por suerte para mí, las respuestas a mis preguntas llegaron sin que tuviera que ir a buscarlas.
-Elena, ¿Ya está listo el desayuno?
Le pregunté a Elena mientras la veía subir por la escalera que había fijado en el costado izquierdo de la cabaña.
-Casi listo, vine a avisarle y a hablar con usted sobre algo.
-Gracias Elena... ¿Y de que necesitas hablar?
Traté de fingir ignorancia, aunque me fue difícil hacerlo al ver como sostenía contra su pecho el mismo pergamino que le había dejado su padre antes de morir.
-Necesito decirle acerca de lo que mi padre me dejó como advertencia... Sobre el sitio donde se pudo originar todo este desastre.
Una vez terminó de subir me hizo entrega del pergamino, dándome así su permiso para ver aquel pergamino, el cual tomé con algo de indecisión para así volverlo a ver detenidamente.
La misma incertidumbre se me generaba al leer ciertas frases, como si el significado verdadero de las palabras se encontrase oculto entre las oraciones.
Quizás era el efecto de la habilidad [Encriptación] trabajando.
-En esta parte, justo al final...
Desvié mi vista de dichas oraciones para así enfocarme en la que me había llamado la atención desde que la vi por primera vez.
-... ¿Cuan certera crees que es esta advertencia?
-Lo suficiente, mi padre no habría escrito eso como sus últimas palabras si no fuera sumamente importante que le hiciera caso.
Al escuchar su respuesta entrecerré mis ojos y miré con cuidado aquellas palabras escritas con fuerza, notándose el nerviosismo del escritor al momento de escribirlas.
Si esto era cierto, entonces nuestro trayecto de hoy sería completamente diferente a lo esperado.
Ya que además de rescatar a los evacuados tenemos que encontrar la causa de todo esto.
Y según su padre, las respuestas que buscamos se encuentran en ese lugar.
El lugar que su padre le pidió evitar, así como a la persona que le advirtió no acercarse bajo ningún concepto.
Y que seguramente sea también quien orquestó el ataque de anoche.
-Entonces no creo que tengamos otra opción.
Habiendo dicho esas palabras le devolví el pergamino a Elena para así bajar ambos a donde estaban los demás.
Sabiendo que nos esperaba un trayecto peligroso por delante, tendríamos que armarnos de valor y determinación.
Ya que el siguiente escenario podría ser el más peligroso hasta ahora.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top