Capítulo 10: Crecimiento y desafíos
-Biblioteca imperial, calabozo del crepúsculo-
-Dia 24-
Era la tarde del día veinticuatro desde que empezó mi entrenamiento en solitario, faltando solo ciento cincuenta y seis días más para conocer el destino que Astaroth me tenía preparado.
Ya me he acostumbrado a mi rutina actual de entrenar, estudiar, dormir y comer; había mantenido ese ritmo por semanas, dejándome estar cada vez más cerca de alcanzar el LV 30. Pero aun con esta fuerza que conseguí, no estoy ni cerca de alcanzar el poder de Astaroth, el cual sobrepasa las barreras de lo ordinario, es sin lugar a dudas un individuo digno de ser llamado el más poderoso.
Logré descifrar alrededor de quince idiomas distintos, dos de ellos siendo idiomas perdidos, y el resto eran lenguas ani-humanas, todas teniendo una base común, lo cual facilitó el dominio de estos. El número de habilidades también fue en aumento, y subirlas de nivel se volvió algo monótono, aunque no he llevado ninguna al LV MAX como a las habilidades lingüísticas.
Los hechizos elementales fueron en mayor aumento, habiendo dedicado mi tiempo para dominar varios hechizos de grado leve, cinco de grado medio, y dos de grado avanzado, ya que el costo para activar el aprendizaje de cada magia se duplicaba con el grado de dificultad.
Me sentía bastante fuerte, pero esta fuerza solo era una ilusión, ya que siempre me enfrentaba a monstruos más fuertes que yo. Estos aumentaban en su número por cada ronda, lo que me obligó a mejorar mi arsenal de armas y hechizos.
En la armería que estaba dentro de aquel salón, encontré y probé con un distinto número de armas, para así obtener sus habilidades correspondientes, las alternaba con mis sables de plata que eran mi arma preferida hasta el momento. Así fue como adquirí [Manejo de hachas], [Manejo de arco y flecha], [Manejo de espada larga], [Manejo de bastón], [Manejo de grimorios] entre otras.
[Lanzamiento de armas] aplicaba a las armas de tipo proyectil, como dardos, cuchillos y mis favoritas, las shurikens. La presencia de esta singular arma proveniente de la cultura japonesa me hizo sospechar de la posible llegada de humanos de mi mundo a este en el pasado.
Era cierto que existían leyendas y relatos heroicos de individuos con destrezas inexplicables que vencieron a monstruos poderosos y mejoraron a este mundo, pero hasta donde pude leer, muchos de sus avances fueron vueltos tabú por la Casa de la luz, el cual era el grupo religioso más antiguo y poderoso de este mundo, así como el más influyente, ya que parecía haberse expandido por todas las razas con excepción de la raza demonio, quienes tenían a la Casa de la oscuridad.
Ambas sectas tenían a su dios, la Casa de la luz tenía a la diosa Casiopea, mientras que la Casa de la oscuridad rezaba al dios Auron, quien era el único que bendecía con poder a la raza demonio. Se dice que ambos dioses luchan por el control de este mundo, y que usan a sus representantes para adquirir poder y creyentes, mientras más creyentes mayor el poder.
Yo no estaba convencido de los motivos de aquel par de dioses que luchaban por el control de este mundo, pero ciertamente eran individuos notables y que no podía ignorar.
Parecían ser peligrosos por la forma hostil que mostró Astaroth cuando preguntó si yo era un enviado de ellos, quizás el maestro tenía algo en contra de los dioses.
Los enviados de Casiopea y Auron, serían catalogados como héroes o villanos entre la raza demonio y las demás razas, y para el maestro que era el maestro de este calabozo, un elegido de los dioses podría ser una amenaza natural para él. Me alegra no tener ningún recuerdo sobre haberme encontrado con alguno de los dos.
Si llegaba a salir de este lugar, pensaba usar mis conocimientos de mi mundo para mi provecho, pero por ello debería de tener cuidado de no llamar la atención de la Casa de la luz, no antes de volverme alguien que pudiese hacerles frente.
Ya era el momento de la tercera batalla, en esta ocasión pensaba tratar de usar el combate directo, ya que estaba algo escaso de MP después de las batallas anteriores. Solía experimentar en ambas batallas con hechizos nuevos que he aprendido, por ello terminaba sufriendo cada noche de agotamiento de MP, y con mi baja regeneración de MP la situación era difícil. Por ello empecé a trazar estrategias sin el uso de magia para depender más de las armas. Era el mejor método para evitar adquirir un mayor número de cicatrices.
Desde la primera vez que fui herido gravemente por aquellos Goblins, he recibido un pequeño número de heridas graves, aunque he podido curarme de inmediato y evitar perder la consciencia, no he sido capaz de borrar dos cicatrices en mis piernas y otra en mi brazo derecho. Estas cicatrices serían el recordatorio de que nunca debía confiarme ante un oponente, aun si fuera un ciervo del bosque o algún animal sagrado, debía mantenerme estoico ante la probabilidad de una lucha.
Al entrar al cuarto de entrenamiento antes de la hora acordada decidí preparar mi equipamiento antes de conocer al monstruo de turno, guardando dentro de los bolsillos del cinturón de cazador novato varios shurikens. Al principio pensé en agujas o dardos, pero el poder ofensivo de estos era muy inferior en comparación, y al adquirir [Lanzamiento de proyectiles] fue bastante fácil lanzarlos.
"bueno, empecemos de una... vez..."
Mientras el círculo de invocación se empezaba a manifestar entré al interior de la barrera de aislamiento para ponerme en guardia y así estar preparado para el primer combate.
Sin embargo, mi visión se vio deslumbrada por la identidad del ser que apareció, de cuerpo femenino y cabello largo azul marino, una sonrisa radiante y un busto prominente cubierto por una especie de bikini gris azulado, tez porcelana y ojos azules como el mar que podían robarte el alma.
Aunque lo que más me sorprendió fue la parte inferior de su cuerpo, una cola de pez color azul oscuro del tamaño de piernas humanas, y aletas al final de la cola de un azul más claro.
"pero... qué... ¿una sirena?"
Mi mente se quedó en blanco al observar de frente a una de las criaturas mitológicas más famosas de mi mundo, que además era el objeto de atracción de marinos, navegantes o amantes del anime.
Las sirenas en realidad existían en este mundo... era algo que apenas podía creer, y ya que la enciclopedia de monstruos no hablaba de ellas pensé que en realidad no existían en este mundo.
Era la primera ani-humana que conocía, y no recordaba la existencia de alguna lengua exclusiva para las sirenas, así que estaba dudoso de cómo avanzar. No es que pudiese solo saludarla de forma casual, tenía que concentrarme en el idioma a usar o sería imposible comunicarme con ella.
Mi situación no es tan sencilla como la de los reencarnados o convocados que pueden hablar con cualquier especie sin el menor esfuerzo, yo tengo que concentrarme en el idioma que fuese hablar o nadie me entendería, tenía que usar el lenguaje apropiado para la situación apropiada.
Primero probé con el Elterico ya que era el idioma predilecto en este continente, me acerqué lentamente a aquella chica sirena que se mostró algo intimidada. Su nivel era superior al mío, pero no parecía ser hostil por naturaleza.
"esto... perdona, ¿entiendes lo que digo?"
"¡ah! Sí, puedo entenderte"
¡Bien! Puede entenderme, significa que podré conversar con ella... ah, ya no recuerdo cuando fue la última vez que hable con otra persona.
"q-que bien, mi nombre es Shimon, ¿y tú eres?"
"Anabela, un placer conocerte"
Un aura brillante la adorno mientras tenía un sonrojo en sus mejillas. Sentí nervios al ver una chica así siendo además una sirena, excedía por completo los niveles de belleza de mi mundo.
Ahhh... rayos, si fuese un protagonista este encuentro sería predestinado...
"Anabela, ¿podrías decirme de dónde eres? cómo fue que llegaste aquí, ¿puedes decirme?"
"... soy de un pequeño pueblo costeño, llamado Babalica, es un pueblo que tiene tanto humanos como ani-humanos, ¿ha oído de este?"
"¡ah! bueno... la verdad es la primera vez que escucho de este..."
¡Rayos! De todos los momentos, ¿Por qué me tengo que poner nervioso ahora que estoy en frente de una sirena de verdad?... ¡Agh! que patético me siento en este momento... No es que sea aficionado a las sirenas, pero ella en verdad posee una gran belleza ante mis ojos, superando con creces la de muchas mujeres en mi mundo, incluso las que eran totalmente mi tipo.
"entiendo... ¿podría ser que esto sea el interior de un calabozo?"
"es correcto, estamos en la parte más profunda de uno conocido como el calabozo del crepúsculo"
"¡como pensé! Es la primera vez que estoy en uno, es un lugar... bastante lúgubre"
Anabela parecía algo emocionada, para luego ver a su alrededor y poner una cara seria, aunque no la culpaba, ya que este cuarto de entrenamiento estaba todo lleno de armas. Tampoco era que el resto del lugar fuera un sitio más acogedor, así que no tenía argumentos para contradecirla.
"¿entonces si estás aquí adentro sabes el modo de escapar?"
"... si es un método para salir de aquí me temo no conocerlo, llevó aquí atrapado más de un mes, y solo puedo salir con el favor del encargado de este lugar"
"Mmm ya veo... con encargado, ¿te refieres al maestro del calabozo?"
"Sip, ese mismo, es un sujeto muy alto y cubierto por una sabana enorme que tapa todo su cuerpo"
"ya veo... en verdad debes ser impresionante si conoces a tal individuo y sigues vivo Shimon"
Ah rayos... no esperaba esa clase de halago, ahora mi cara se siente caliente por algún motivo, que una chica tan linda te halague aun si no es humana puede hacerte sentir muy feliz.
"entonces... ¿porque fui traída a este lugar?"
Al preguntarme aquello con una sonrisa sentí un escalofrío cruzar por mi espalda, para luego verla preocupado ya que no sabía si ser sincero o tratar de inventar una mentira. Sin importar lo que dijese el maestro no quería enfrentar a una ani-humana tan linda como ella, que ni siquiera estaba siendo hostil conmigo, debía de pensar en otro modo para evitar este conflicto.
"veras... el maestro del calabozo está tratando de entrenarme a su manera, trae a monstruos y ani-humanos como tú aquí para que yo les enfrente..."
No, sí lo entendía, pero no quería aceptarlo, ya que significaba tener que enfrentarme a ella.
"eso... significa... ¿qué piensas matarme?"
Luego de que notara que llevaba puesto un traje de combate y dos sables en mi cinturón, era normal que ella llegara a esa conclusión.
"¡no! Te juro que no pienso hacer eso, estoy seguro de que debe haber otro método para que salgamos de aquí, prometo no tratar de lastimarte"
"... ¿me lo prometes?"
Kgh... ese repentino brillo en sus ojos mientras me lo pide con sus manos cubriendo su boca a modo de ruego, aumenta su belleza demasiado, podría caer en sus encantos si no me controlo ahora.
"s-sí... lo prometo"
"bien, entonces confiare en ti Shimon"
Basta... deja de sonreír así o mi cara se pondrá más caliente aún.
"... ¿entonces esta barrera a nuestro alrededor se desvanecería si me derrotas?"
"sí, por regla general aparecen de uno a tres oponentes, y si logro derrotarlos la barrera me permite salir, los ataques mágicos de gran magnitud se quedan dentro y no pueden ser lanzados desde afuera, además, no importa cuánto las ataques, estas no se quiebran ni sufren ningún daño"
Dije mientras caminaba hacia estas y ponía mi mano sobre ellas, se sentía como siempre como una superficie de cristal, sin ningún desperfecto en su superficie.
"¿y qué pasaría si en determinado caso yo te derrotara?"
... que lo pregunte con esa sonrisa tan adorable hace que me preocupe un poco.
"bueno... la verdad no sé qué pasaría... supongo que el maestro te enviaría de regreso, o quizás te eliminaría, nunca se lo he preguntado"
"ya veo, así que es algo como eso"
La sonrisa que ella mantenía me preocupó, pasó de ser encantadora a un poco atemorizante.
"ah por cierto Shimon, ¿te molestaría si uso mi magia para hacer algo de agua? Después de todo mi especie no puede estar fuera del agua por mucho tiempo"
"claro... no hay problema"
Sentí mis músculos tensarse por algún motivo, aunque permanecía en una posición estática, en mi mente ya tracé el cómo moverme de ser atacado.
"entonces con tu permiso"
Alzando sus manos hacia arriba, la bella sirena cerró sus ojos y empezó a cantar un mantra extraño, ya que no he estudiado aun la lengua de las sirenas no podía entenderlo del todo, pero en la parte final, pude traducir el significado de sus palabras.
[Inundación repentina]
De sus manos un gran chorro de agua ascendente apareció, que terminó inundando la habitación hasta quedar al nivel de mi cintura mojando mi armadura inevitablemente.
Sentí un leve sudor frío al entender mi situación.
"¿es suficiente agua para ti Anabela?"
"sí, con esto ya me siento mucho mejor en verdad"
Ella que era mitad pez desde la cintura para abajo, nadó a mí alrededor con una sonrisa reluciente, sumergiéndose bajo el agua para luego salir con su cintura debajo del agua y tirando su cabello hacia atrás, le daban una elegancia y belleza digna de las leyendas y anime que se basaban en esa especie.
Podría ser fácilmente cautivado por ella, si ese escalofrío no me alertase de que algo andaba mal.
"muchas gracias Shimon, aun cuando fui traída como tu enemigo, has sido muy amable conmigo, eres un verdadero caballero en verdad"
"sí..."
Su semblante se ensombreció mientras dos alarmas sonaban dentro de mi cabeza, la primera me mostró que adquirí algunas habilidades. Mientras ella seguía hablando, me detuve a revisarlas.
-HABILIDAD RESISTENCIA A SEDUCCIÓN ADQUIRIDA-
-HABILIDAD PREVENCIÓN DEL PELIGRO ADQUIRIDA-
-HABILIDAD MENTE FRÍA LV 4-5-
Una habilidad de resistencia nueva, y otra que me alertaba de un inminente peligro, mientras que mi capacidad para razonar lógicamente en situaciones adversas había aumentado.
La segunda alarma que sonaba en mi cabeza era como un enrojecimiento en mi campo de visión, la segunda habilidad [Prevención de peligro] alteraba mi visión para señalarme la dirección del inminente peligro para mi persona. Y en este momento, señalaban en dirección a Anabela.
Hah... que molesto es esto... mi primer encuentro con una chica en este mundo, y termina así. Empiezo a odiar en verdad a quien me haya traído a este lugar para empezar.
"entonces Shimon... ¿entiendes que pasará ahora no?"
La piel del estómago de Anabela empezó a tornarse de un tono similar al de su cola empezando por el estómago y ascendiendo lentamente, diciendo aquello con aquella y linda sonrisa que más que encantadora la hacía aterradora.
"sí... ¿pero no hay acaso un modo de evitar todo esto? Podemos comunicarnos, por ello deberíamos ser capaces de evitar un confrontamiento innecesario, yo en verdad no tengo nada en contra de ti o tu especie Anabela"
"Ara... esas son palabras muy dulces en verdad Shimon, como ani-humana y sirena, son palabras que me alegra oír... aun así"
Sus brazos, busto se volvieron del mismo color que de su cola de sirena, dándole un aspecto más salvaje y poderoso. No por nada estaba casi a mi nivel. Quizás era cierta la leyenda de las sirenas atraían a los hombres al océano para llevarlos al fondo y devorarlos. No estaba muy interesado en confirmar esa leyenda ahora mismo, aunque parecía que no tenía opción tampoco.
"tienes que entender que no puedo permitirme el morir o quedarme atrapada en este sitio... así que, si logro derrotarte, quizás me devuelvan a mi hogar... mientras sea esa una posibilidad"
Parecía que iba a seguir justificándose, pero alcé la mano indicándole que era suficiente.
"entiendo lo que dices, y no estoy enojado, es lo que yo quizás haría de estar en tu posición... aunque es una lástima en verdad"
Saqué un sable de mi cinturón mientras mantenía una mano en un bolsillo de shurikens por si acaso, también preparado para lo que iría a ser algo inevitable.
"la verdad... es que esperaba que tú fueses la primera amiga que hiciese en este mundo... Anabela"
"sí... puede que tengas razón... es una lástima en verdad"
Su cuerpo ahora parecía más pez que humano, y su dentadura cambió a una más afilada y peligrosa, desapareciendo el brillo en sus bellos ojos azulados, volviéndose aún más agresivos.
"en ese caso, es mejor empezar"
Estaba en desventaja y lo sabía, desde el momento en que dejé que llenara el cuarto de agua. A pesar de que he luchado contra un gran número de monstruos, no he adquirido aún una habilidad de resistencia a la electricidad, sellando así mi magia al no poder evitar el contacto con el agua.
[Análisis rápido]
Anabela era una ani-humano, su cuerpo mitad humano parecía cambiar su tonalidad de color al entrar en su modo de batalla, cambiando su dentadura a una similar a la de un tiburón.
En su ambiente natural que era el agua, su velocidad era mucho mayor, tanto que podría nadar alrededor de mí con facilidad y acercárseme en segundos.
Ataques eléctricos sería lo más efectivo, pero al rodear el espacio con agua me ha imposibilitado su uso, sin importar cuanto me proteja este equipo, no quería probar la resistencia eléctrica con mi propio hechizo, magia de fuego o agua estaban fuera de discusión, tiene resistencia a estos de seguro, magia de tierra o de aire es mi mejor opción.
[Análisis rápido] se detuvo en el momento en que ella se sumergió en el agua, tomé mi posición de combate con mis rodillas flexionadas y observé los alrededores del agua, si me atacaba trataría de aproximarse lo más posible a mí.
Tampoco podía seguir en el agua por mucho tiempo, no si quería tener alguna ventaja en la batalla.
[Pilar pétreo]
Con mis manos guardé los sables en el cinturón y puse ambas en el suelo cerca de mis pies, con ello enfoqué magia de tierra al suelo, e invoqué un pilar de roca del mismo material que del suelo de aquella sala, de al menos unos cinco metros de altura y de superficie áspera y redondeada, de modo que con ello podía tener una vista panorámica del cuarto y a la vez una idea de donde estaba ella.
... era rápida, aun si podía percibir la sombra de su cuerpo bajo el agua, se movía demasiado rápido para seguirla al punto de marearme. Era literalmente un pez en el agua, y parecía haberse dado cuenta ya de mi magia, lo que me hacía preguntarme de que forma iría a contraatacar.
¡!
Mientras la observaba y pensaba en un modo de enfrentarla, el pilar empezó a temblar y a perder su solidez, haciendo que perdiese el balance y tuviese que saltar de este en medio del aire. Miré un momento hacia este y vi cómo se derrumbaba, aunque no podía ver el porqué, supuse que atacó la base de alguna forma con magia de agua.
Ahora estaba en descenso al agua que era su ambiente natural y mi zona de desventaja, no podía mantenerme en el aire y volar, aunque deseaba que de sobrevivir pudiera encontrar un hechizo así.
De repente el nivel del agua aumento, para mi sorpresa parecía haber usado [Inundación repentina] nuevamente, aunque pensé en un principio que era un tipo de magia de alto consumo de MP, parecía que ella poseía el suficiente como para usarlo más de una vez de forma seguida.
Ahora el agua había llegado al nivel de mi cuello, sumergiendo todo mi cuerpo y ralentizando mis movimientos por el peso del agua.
Era una situación desventajosa para mí, y para mi desgracia el primer ataque no tardó en llegar. Como si fuese una embestida fui empujado hacia atrás por el azote de su cola de sirena, la cual me embistió con una fuerza demoledora, haciendo difícil que resistiese el ataque o pudiese frenar mi retroceso.
"¡AAAAAAGGGGGHHHH!"
Sin tiempo para responder o siquiera poner mis pies sobre el suelo recibí otro impacto de su azote en mi espalda, sacándome de balance y haciendo que mi cuerpo entero quedase bajo el agua con poco de oxígeno en mis pulmones para aguantar.
Entonces fui bombardeado por golpes de su cola y arañazos de sus garras, las cuales, aunque no causaban un gran daño, hacían muy difícil para mí el recuperar mi postura y recobrar el oxígeno.
Luego de recibir un fuerte golpe de su cola giré sobre mí mismo y logré apoyarme sobre el suelo para impulsarme hacia arriba y lograr sacar mi cabeza hacia la superficie para respirar. Fue un verdadero alivio el llenar mis pulmones con oxígeno, tanto que respiré todo lo que pude antes de volver a sumergir mi cabeza y mirar bajo el agua la figura de ella nadando a mi alrededor.
Podría haber seguido atacándome o simplemente retenerme bajo el agua hasta hacerme ahogar, quizás le gustaba jugar con su presa o tenía dudas sobre el cómo acabar conmigo. Sea como sea debía de aprovechar estos pocos segundos que tenía de pie, sino esta sería mi batalla final.
[Brisa arma] [Brisa capa]
Sacando uno de mis sables lo cubrí con magia de viento, haciendo que la hoja fuese cubierta de una capa de aire fina que eliminaba la ralentización del agua, así también conjuré un hechizo defensivo sobre mi cuerpo para eliminar la ralentización del agua, permitiéndome moverme a velocidad normal mientras el hechizo tuviese efecto, lo cual sería un máximo de cinco minutos.
Tenía que acabar esta batalla en ese lapso de tiempo.
Respirando profundamente me sumergí en el agua y comencé a correr en dirección a ella, aunque era rápido no me podía comparar a su velocidad de nado, por lo tanto, ella llego antes a mí.
Por unos segundos que pasaron muy lentos para mí, pude ver su rostro y su boca abierta de par en par, con sus dientes afilados dispuestos a ir contra mí yugular, una de las pocas partes que mi armadura no protegía.
No era lo suficiente rápido como para esquivarlo, pero sí para bloquearlo, por lo cual moví mí brazo hacia mi cuello e intercepté su mordida fatal.
Sentí como sus dientes afilados trataban de penetrar la armadura y el guante de piel de Hidra oscura, pero gracias a la efectividad de la armadura apenas podía sentir el filo de los dientes sobre mi piel.
Aproveché la cercanía de inmediato, y clavé con fuerza el sable de acero en su cola de sirena, haciendo que la fuerza de su mordida aumentara aún más. Apenas manteniéndome de pie traté de inmovilizarla y mantenerla cerca, pero tan pronto se percató de mi plan salió huyendo dejando mi brazo en paz, llevándose a la vez mi sable corto que seguía clavado en su cola de sirena.
Debido a la profundidad de su herida estaba sangrando, fue lo primero que noté al verla alejarse, y en cambio de tratar otro acercamiento empezó a reunir agua en su boca. No tardé mucho en entender el cómo hizo que cayera el pilar de tierra que creé en un principio.
[Torpedo de agua]
Saliendo como un proyectil terminé bloqueando con un sable el potente disparo de agua comprimida y expulsada desde su garganta, con la fuerza suficiente como para atravesar el tronco de un árbol o resquebrajar una sólida estructura como mi pilar. Retrocedí varios pasos antes de frenar por completo, el [Torpedo de agua] aun siendo bloqueado me quitó parte de mi HP total, y ya me encontraba solo con menos de la mitad de este. Tenía que evitar ataques así a como dé lugar.
Sabiendo que el tiempo se me agotaba corrí en dirección al grupo de rocas que surgieron del pilar que creé y fue derrumbado, desde allí salté de piedra en piedra hasta quedar sobre una que me dejara por encima del agua para observar el rastro que dejaba ella al nadar a alta velocidad.
Se acercaba ahora nadando en mi dirección, no hizo un ataque directo, sino que lanzó otro [Torpedo de agua] desde debajo del agua.
[Muralla pétrea]
Poniendo las palmas de mis manos juntas aplaudí fuerte mientras reuní una quinta parte de mi MP para el próximo hechizo, uno que apenas he logrado aprender, este tomaba todas las rocas y piedras sueltas alrededor para unirlas y compactarlas en un muro sólido y de alta densidad.
Esta magia se consideraba difícil entre las medias, ya que debía concentrarme en su compactación y en la forma que quería que tuviese la barrera, al pensar en su grosor en vez de su longitud tuve que resistir la bala de agua que logró derribar antes el pilar de tierra.
Empezaba a creer que nuestros niveles de MP estaban casi a la par, o que ella tenía mayores reservas que yo, las ventajas de ser un ani-humano supongo. Sin embargo, no estaba acabado, aún tenía varias formas de luchar contra ella.
Yendo detrás de mí sin que pudiera percibirla, otro [Torpedo de agua] salió disparado desde la superficie del agua, haciendo que tuviese que esquivarlo saltando por encima de la [Muralla pétrea] que he creado. De mis bolsillos saqué entre cinco a diez Shurikens y las sostuve entre mis dedos como había visto hacerlo a los ninjas en series de televisión.
[Brisa arma]
Cargando los Shurikens con magia de viento aumenté a su vez la velocidad de estos y los protegí de ser frenados por el agua. Gracias a [Lanzamiento de armas] y [Manejo de proyectiles] pude mejorar bastante mi precisión, así que lancé cinco de estos primero en su dirección, y los otros cinco a sus costados por si lograba esquivarlos.
Los Shurikens se perdieron bajo el agua, pero mantuvieron su velocidad. Teniendo Anabela la capacidad de ver mí ataque, en vez de esquivarlo por los lados simplemente nadó en mi dirección hacia adelante, pasando de largo de estos y yendo hacia mí directamente.
Parecía seguir perdiendo sangre por el sable de acero que se encontraba incrustado en su cola, el cual le dificultaba bastante su nado. En su estado aparecía [Desangramiento] como estado negativo, haciendo que sus HP bajaran rápidamente, y parecía ser consciente de ello.
La desesperación debió invadirla entonces, ya que se lanzó de lleno contra mí nadando a alta velocidad, apretando esos dientes afilados con fuerza mientras me veía con ojos de ira. Era matar o morir, era el pensamiento que compartíamos en ese momento, y ella no podía prolongar más esa lucha si quería volver a su propio hábitat con vida.
Imprudentemente dio un salto hacia mí con su cuerpo entero, extendió sus brazos tratando de atraparme para sumergirme y así ahogarme. Tristemente, no tenía deseos de seguir con esta batalla.
[Carga]
Reuniendo energía eléctrica en mi puño, así como cuando recargaba mi celular, aumenté la intensidad de esta al punto en que fuese totalmente visible y mi mano cargada de electricidad la terminé cerrando para cerrar un puño y así agacharme para dar un salto adelante. Era un choque entre ambos, para decidir al vencedor de aquella batalla.
Ella con sus garras y dientes trató de atraparme, pero yo logré escabullirme por debajo de ella para terminar con esto de una vez.
¡PUÑETAZO VOLTAICO!
Gritando a todo pulmón aquella técnica que en si no era un hechizo como tal, liberé la fuerza de mi puñetazo derecho en su estómago, el cual estaba cargado con el poder destructivo de la magia eléctrica aislada del hechizo carga, de este modo el daño de mi puñetazo se duplico y al ser ella una ani-humana débil a ese elemento el daño fue aún mayor.
A lo lejos se habría visto que la electricidad atravesó su cuerpo y siguió su curso en línea recta, mientras su cuerpo se quedaba tieso hasta caer hacia el agua totalmente inconsciente, con su transformación de combate desvaneciéndose lentamente, así como el agua alrededor que seguía siendo parte de su propia magia.
Aferrándome a las rocas evité cualquier contacto con el agua, ya que no estaba seguro si la carga eléctrica de mi puñetazo se hubiese disipado antes de que ella cayese el agua, o si ya se había disipado del todo de aquella agua.
Las leyes de este mundo diferían un poco del que provenía, así que no sabía si el agua quedaría electrificada o no luego de que ella cayese al agua, en mi mundo el agua solo era un medio conductor, pero en este mundo el agua que era creada por magia parecía ser distinta, era consumible, pero contenía propiedades distintas que aún tenía por estudiar.
Mientras divagaba podía ver como el agua prácticamente se había desvanecido y en el fondo o mejor dicho la superficie de la arena, se encontraba la misma chica sirena desmayada y desangrándose por su cola por el sable que seguía clavado en ella.
Su salud estaba por el 10% en ese punto. La batalla debería determinar si ella perecía, pero el dejarla morir, así como así terminaba dejándome un mal sabor en la boca.
9%
Aun si esto era parte del entrenamiento del maestro, no podía aceptar este plan de acabar con lo que fuese que apareciese de su técnica de invocación.
8%
Ella no tenía la culpa, además, fue traída aquí en contra de su voluntad, y aun si no conocía el si ella era hostil o no contra la humanidad, no era justo para ella ser traída aquí para morir así.
7%
Si la salvara, quizás tendría que empezar todo de nuevo, y quizás no tendría la suerte de terminar el combate tan fácilmente.
6%
Además, no tengo idea de cómo devolverla a su hogar, ni siquiera yo sé si podré escapar de este lugar en primer lugar.
5%
.... ¡¡Ah rayos!!
[Aura curativa]
Dando un salto rápido hacia donde ella estaba, realicé magia de sanación lo más rápido que pude para aumentar su propio HP, aunque era difícil por el desangramiento que sufría.
[Gran aura curativa]
Usando gran parte de mi MP que me quedaba entonces, aumenté la fuerza de mi magia curativa, para así elevar aún más sus HP, Al menos hasta la mitad, para así proceder rápidamente a la parte baja de su cuerpo.
Con cuidado, traté de retirar la hoja de mi sable de su interior, de forma que no provocase más daño que el hecho ya. Por los libros de medicina sabía que al sacar el sable causaría un gran derrame, aun si era una sirena, el concepto no debía de apartarse mucho entre mundos, así que en cuanto la hoja saliese de su cuerpo, tendría que realizar presión sobre la herida para evitar el sangrado.
Usé [Aura curativa] una vez más, buscando cerrar la herida lo suficiente para detener el sangrado, tomo dos [Aura curativa] para cerrar esa herida, ya que mi MP estaba bastante bajo, no podía usar un hechizo mayor.
Seguía inconsciente, pero su vida estaba ahora fuera de peligro. Logré salvar a una chica que el azar casi me había obligado a matar. No la culpaba por atacarme, si fuera yo sacado de mi entorno de repente y me dijeran que estaba aquí para luchar, habría hecho lo mismo probablemente. Y era por eso que no podía estar cómodo con cosas así.
"¡Maestro! Sé que me está observando en este momento"
Le hable al techo y a las paredes, al sitio que fuese desde donde el me estuviese observando. La semana pasada hice una suposición que estaba poniendo a prueba en este momento.
Que no solo estaba siendo entrenado al azar, sino que el maestro de algún modo me observaba en cada combate, evaluándome o quizás observándome, buscando algo en mí que evaluar. Ya que sabía que no confiaba del todo en mí.
"ya no luchare más con ella, aun si no adquiero experiencia de batalla o si no subo de nivel, no pienso seguir, no luchare contra ningún ani-humano que traiga ante mí, no importa si luchan contra mí por sus vidas, mientras esté en mí decidir si debo dejarlos morir o vivir, ¡no luchare más!"
No iba a quitarle la vida sin importar que pasara, aun si despertaba y se volvía hostil nuevamente, no iba a quitar otra vida si pudiese evitarlo, ni humano ni ani-humano ni ninguna de las especies inteligentes de este mundo. Ya he dejado a un pequeño sin su madre, no iba a arrebatarle a su familia a esta chica, fuese quien fuese.
"¡regrésela por favor maestro! Le prometo que completare este reto, así que por favor devuélvala a su hogar de origen"
Puede que fuese imposible, o puede que no le importase, pero no podía quedarme allí sin intentarlo. Por eso esperé en silencio por alguna respuesta, algo que me dijera que aceptaría o se negaba, pero nada sucedía, solo el sonido del vacío que reinaba en el cuarto.
Apreté mis puños y bajé la mirada, me sentí enfadado por no poder hacerlo yo mismo. Aunque sabía que debía de existir, nunca pude encontrar ningún libro que hablase de la magia que usa el maestro para invocar a mis oponentes.
"Por favor... ¡Maestro!"
¡!
Un brillo empezó a surgir detrás de mí, al darme la vuelta me percaté del círculo de invocación alrededor de Anabela, haciendo que su cuerpo empezase a brillar fuertemente hasta el punto de tapar mis ojos. Al irse la luz, también lo hizo Anabela y la barrera de aislamiento a mí alrededor.
Parecía que ya no tendría más combates por la tarde, así que consideré esto como una especie de descanso. Mi HP, así como mi MP estaban por debajo de la mitad, a pesar de que procuré salvarla a ella mi estado propio era lamentable, los moretones en mi cuerpo y la sangre que salía por mis labios eran prueba del fuerte castigo que me causaron sus ataques.
Debería visitar aquel sitio para reponer mi energía... Ugh, pensar en ello me hace sentir escalofríos...
Saliendo de la habitación dejé todo mi equipo atrás para ir a recuperar mis heridas, en un cuarto de este calabozo que podría considerarse en los juegos como un punto de restauración. Un lugar al que desearía no necesitar ir ahora. Llegado a esa puerta, tragué saliva al empezar a abrirla.
Era el día veinticuatro de mi entrenamiento de seis meses, un poco más de cinco meses y llegaría a la brecha final. No podía esperar más por llegar a la meta y así poder conocer la libertad.
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