Del 31 al 1 • jjk y kth
¿Porqué teniendo a dos hombres me sentía sola? ¿Porqué cuando me dicen que me quieren tanto cada vez me siento más desplazada? Sin duda alguna ya no creo que esta vez yo tenga lugar en su vida, no encajo, tres personas no encajan para nada, en un principio pensamos que si, que si encajábamos, porque en la cama era otra historia, ahí si que nos entendíamos perfectamente y era tan mágico que los te quiero volaban una y otra vez. Y esta navidad me la iba a pasar más sola que un perro callejero y desamparado, en la oscuridad de mi apartamento, viendo el árbol que había adornado con anticipación porque pensé que ellos vendrían.
Dicen que las navidades son para celebrarlas en familia, con amigos o con los seres queridos que tienes a tu alrededor, yo no estoy tan segura de eso. Esta la iba a pasar en compañía de la soledad, esa fiel amiga que últimamente me acompañaba, porque Kim Taehyung y Jeon Jungkook se encontraban ocupados, a decir verdad, no le había creído la trola a Jungkook, no cuando se que están en la casa de sus padres cenando en familia, esa era la desventaja de ser la tercera, los dos primeros eran los que presentaban a las familias, a las terceras les tocaba esperar o simplemente cansarse de la situación. Y yo me empezaba a cansar. La televisión alumbraba la sala, mis piernas descansaban encima del sofá en pasión del indio mientras la película que daban corría sin enterarme de nada. Últimamente no me enteraba de absolutamente nada. Porque ellos ya no estaban conmigo. Y me sentía sola, ellos eran los que me decían una y otra vez que sola nunca iba a estar, ¿pero quién se come ese cuento? Bueno, al principio yo si que me lo creí, ahora lo estoy empezando a dudar.
Mi piso estaba tan en silencio, la mujer dependiente estaba abandonada. Hye estaba abandonada y sola, como antes de conocerlos a ellos, como cuando no sabia que era disfrutar del sexo y enamorarse locamente de dos hombres preciosos. La razón de mi existencia tenía como apellido Kim y Jeon, y a ambos los quería en mi vida, no uno, no a al otro, los quería a a los dos, junto a mi, uno a cada lado, kook abrazándome entre sus fuertes brazos y Tae acariciándome los pies como sabe que me gusta hasta quedarme profunda en el país de los sueños, al menos me quedaría con los buenos recuerdos, sin duda alguna esos no se iban a ir jamás.
Miré nuevamente el reloj, porque todavía dentro de mi había una ínfima esperanza de que tocaran a mi puerta antes de media noche, antes de que fuera el próximo año. Quería acabarlo y comenzarlo con ellos, ¿era mucho pedir?
•••
—Hye... —la voz era bastante lejana. Siquiera sabía de quien era, y me pesaba muchísimo abrir los ojos.
—Hyung, déjala dormir, debe de estar cansada de esperarnos —esa voz era la de Jungkook, de mi Jungkookie, de ese niño precioso que ocupaba la mitad de mi corazón.
Creo que saber que era Jungkook fue lo único que logró que abriera los ojos con una lentitud desorbitante. Unas caricias en mi cabello me hacían el trabajo de despertarme mucho más difícil, pero necesitaba asegurarme de que no lo había escuchado en un sueño, que era real, que eran reales y que estaban ahí, que habían venido, que se habían acordado de mi. Por eso reuniendo todas las fuerzas de voluntad que bien pocas tenía, logré abrir del todo los ojos. La imagen casi me hace sonreír de felicidad al instante, pero me contuve todo lo que pude.
Jungkook me miraba con una sonrisilla de conejo precioso que lo único que me daban ganas era de morderle las mejillas. Jeon podía ser músculo de pies a cabeza, pero su rostro era la cosa más tierna que verías en la vida, eso sí, depende del momento, por ejemplo ahora, verle con una sonrisilla pequeña en sus labios brillantes y color cereza, que no había que ser tonto para saber lo suave que se ven y que son; con arrugas en los costados de los ojos y ladeando la cabeza para poder observarme al tener el rostro contra el sofá.
No me acordaba en que momento me había dormido, pero no debía de haber pasado mucho, cuando miré la hora por ultima vez iban a hacer apenas las once, y al ver el reloj de pared detrás de la cabeza de Jungkook apenas habían pasado treinta minutos. Sin embargo, la hora me importaba bien poco, porque ellos estaban aquí. Ambos, porque al apartar la vista de Jungkook y fijarme en la otra presencia masculina, mi felicidad fue el doble a la de ver a Jungkook. Tae también me observaba, con una sonrisa enternecida tan bonita como la de Kook. Tae siempre, incluso en la oscuridad parecía un Dios griego, ese Dios que me tenía a sus pies atada de pies y manos, lo adoraba, con todas y cada cual de sus facetas, fueran locas y descabelladas, le quería. Los quería. A ambos.
Me incorporé lentamente, Kook me ayudó con mi cuerpo aún dormido. Cuando estuve sentada se colocó a mi lado y Tae hizo lo mismo de mi otro lado.
—Cuando llegamos estabas dormida, ¿hacía mucho de eso? —quién me preguntó fue Tae, lo que hace que le mire girando mi rostro.
—Solo hace media hora —le respondí con la verdad, se que son muy preocupados con respecto a mis horas de sueño, debido a mi trabajo lo que menos hago es dormir y solo duermo porque ellos me obligan —Pensé que no vendrían —dije, recordando todo lo de hace un momento y bajé mi cabeza, pegándola en mis rodillas que estaban casi a la altura de mi rostro.
—¿Cómo no vamos a venir Hye? Teníamos que pasar la navidad contigo, recuerda lo que te dijimos, que esta navidad iba a hacer de tres —me respondió Jungkook, logrando que mi rostro volviera a levantarse y lo mirara —No te íbamos a dejar sola.
—¿Gracias? —mis chicos soltaron una risilla que también imitaste.
—¿Estabas viendo una película? —preguntó Tae. Mirando hacia el frente en donde la misma película que estaba viendo antes de dormir seguían andando. Esas de navidad que daban que de verdad no me enteraba de nada.
—Estaba intentándolo, pero me dormí —respondí.
—Ya vemos —dice.
Mientras Tae al parecer se quería quedar viendo la película junto a mi -cosa que no me molesta en lo absoluto mientras fuera con ellos- Jungkook no parecía tener los mismos planes. Lo supe en cuanto su mano comenzó a acariciar mi muslo. De los dos siempre fue el más precipitado, el que no necesitaba preliminares si necesitaba sexo. Aún así, sabía que me quería, era su forma de ser y no iba a hacer yo la que lo cambiase.
—Hye, te he echado mucho de menos ¿sabes? —giré el rostro para mirarle porque me lo había dicho en el oído, dejando que su aliento me diese escalofríos e hiciera que mi cuerpo entero se erizase.
—Jungkook... —lo llamé, más que nada para que se detuviera un poco, que se concentrara en tener un momento tranquilo entre los tres, pero Jeon nunca me hacía caso.
Su manos en menos de nada me había abierto un poco las piernas, echando una para el lado de él y otra para el lado de Tae, el cual ni se inmutaba, o se hacía el que no estaba viendo lo que estaba pasando, que puede ser. La mano derecha de Jungkook se escabulló hasta llegar a mis bragas, debido a mi vestido fue mucho más fácil el trabajo para él, porque al estar en esta posición sentada, el vestido era lo que menos estorba porque estaba arrugado en mi cintura y le daba vía fácil hacia mis bragas. Seguía viéndole a los ojos, los cuales desprendían chispas imaginarias, retándome, con una sonrisilla de lado al verme deformar el rostro cuando con su dedo medio comenzó a hacer círculos delicados y casi superficiales sobre mi clítoris cubierto, aún sí, era suficiente para comenzar a mojar con rapidez mis bragas blancas y sentir tanto placer a como si me estuviese tocando directamente.
Se que lo qué quería Jeon era provocarme, ponerme cachonda, lo veía en sus ojos, en como sonreía con esa picardía, no creía que hubiesen venido solo porque necesitaban sexo, al menos Tae no creía que hubiese venido solo por eso, aunque a quien engañaba, si hubiesen venido solo a eso se lo hubiese dado sin pensarlo igual, porque con ellos todo era mágico.
—Hye, ¿nos extrañabas también? —preguntó, en un susurro que chocó contra mi rostro, porque le tenía cerca, y quería besarle hasta quedarme sin aire, pero él no se dejaba.
Solté un gemido en cuando su dedo se presionó con fuerza sobre mi botón porque ya estaba lo suficientemente cachonda como para gemir a pulmón completo de puro gusto. La mano de Kook se apartó de repente, dejándome así y un suspiro decepcionado se escapó de mis labios, sin embargo, supe porqué lo a hecho. Tae se había dado cuenta de nuestros toques subidos de tonos al escucharme gemir como toda una loba en celo.
—Jungkookie, te dije que habíamos venido a pasar el rato con Hye, no ha tener sexo con ella —se hizo escuchar Tae. De alguna manera me decepcionaron sus palabras, porque no íbamos a hacer lo que nos gustaba, pero por otra adoraba a TaeTae por no pensar siempre en algo sexual conmigo, sino que viniese porque quería mi compañía, la compañía de los tres. Aún así, Jungkook ya me había dejado bastante mal.
Giré el rostro hacia Tae, el cual no tardó en conectar su mirada con la mía que debía de ser fuego vivo y acerqué mi rostro hacia su oreja, mordiendo su lóbulo y halándolo suavemente. Kim gimió, sabía que le gustaba, que le ponía que le mordieran la oreja, ya Jungkook y yo nos sabíamos sus tácticas.
—Tae, a mi no me importaría tener el último orgasmo de este año con ustedes —le susurré antes de despegarme de su oreja y poder mirarle fijamente, y sí, veía un brillo diferente, el brillo del deseo.
—Hye, hoy venimos más agresivos que nunca, no sabes en lo que te estás metiendo —Tae agarró mi cuello con una de sus manos, agresivo, pero no dolía en lo absoluto, lo que hacía era ponerme mucho más cachonda.
Tae fue quién me enseñó a ser sumisa durante el sexo, a pesar que entre Jungkook y él para nada Jungkook era su sumiso, conmigo era diferente, siempre le gustaba dominarme, pero dejarse dominar por Jungkook, era una mezcla rara, pero nos ponía muchísimo a los tres, Jeon siempre fue rudo, pero pasional, creo que por eso nos gustaba tanto a mi y a Tae en temas como que nos diera. Era muy excitante todo entre los tres.
—No me importa —dije, segura de mis palabras, y Tae quedó satisfecho ante mis tres cortas palabras, como si hubiese escuchado lo que quería.
—Ponte de rodillas, nena —me ordenó.
Yo sin rechistar ni un poco, me bajé del sofá hasta quedar de rodilla contra la alfombra, mirando a Tae hacia arriba, Jungkook se acomodó mucho más cerca del mayor para quedar ambos frente a mi. Verlos desde aquí era una imagen digna de ver.
—¿Lista para atragantarte nena? —me preguntó esta vez Jungkook. Mis ojos se desviaron hacia los bultos que ambos ya tenían en sus pantalones, eran como yo, que me encendía con lo mínimo que hiciera alguno de los tres, y ya lo estaba comprobando, que los tres nos deseamos con desesperación.
Me quedé quieta, porque no debía de hacer nada hasta que ellos me diesen permiso. Los miré expectante a cada movimiento, ambos se desabrocharon el cinturón con calma, viéndome con una sonrisa ladina y el brillo de deseo en sus miradas. Cuando comenzaron a bajar sus pantalones junto con sus bóxers no me sorprendí ver el respingo que dieron sus pollas al ser liberadas, tragué saliva y me mordí el labio, ambas eran pollas muy bonitas, y no mentía, tan diferente pero igual de deliciosas, ya os decía yo que si.
—Sin miedo, bebé, ellas anhelan más de lo que tú crees esa boquita que tienes —las palabras de Kim, en ese tono tan bajo, grave y rasgado siempre habían conseguido encenderme hasta niveles máximos, es que escuchar a Kim Taehyung al teléfono era excitante, por precaución, les aconsejaba no tener una llamada con Taehyung, las haría ponerse cachondas con su voz. Experiencia propia.
Tal y como me dijo Kim lo hice, sin miedo, agarré con cada una de mis manos la polla de cada uno, ocupando ambas, sintiendo la calidez que desprendían ambos de su pene. El de Jungkook estaba más receptivo que el de Tae, supongo porque me había estado masturbando literalmente hacía unos minuto, incluso su punta brillaba debido al líquido preseminal que había comenzado a soltar.
Sin embargo el de Tae no tardó en ponerse tan duro como el de Jungkook cuando comencé a masturbarlos a ambos con un ritmo lento, más que nada para ponerlos más ansiosos para que me pidiesen más. Mis ojos fueron hacia los de Kook, el cual tenia su cuello doblegado hacia detrás sin poder mirarme y con la boca abierta respirando con pesar, pero cuando miré a Tae, él si que me estaba mirando con una lascivia que me ponía a doscientos grados por dentro y las punzadas en mi intimidad comenzaban a recibir su mirada tan tentadora, incluso cuando se lamió su labio inferior con su lengua mojándolo seguía poniéndome peor.
—Dios, Hye, más...rápido...joder —mis manos hacían todo lo que me decían, y Jungkook había mandado una orden de desespero y no esperé en obedecer.
Ambas manos se movían al mismo ritmo, y aunque no podía ir todo lo rápido que quería debido a mi mano izquierda, había aumentado la velocidad.
Pero antes de que pudieran decirme algo, por ejemplo Jungkook que estaba desesperado, acerqué mi boca a su polla y dí una lamida por todo su glande que lo dejó sin respiración y gimió de manera gloriosa para mis oídos. Me entretuve un poco con el miembro del menor, pasando mi lengua en círculos por su punta, haciéndolo gemir continuamente hasta tal punto que su manos se agarraban de mi cabeza para sujetarla, sin embargo, cuando lo fui introduciendo a mi boca, no le escuché gemir, y levanté un poco la vista para llevarme la imagen que me regalaban los dos, porque se estaban besando, se estaban comiendo la boca ansiosos. La polla de Jungkook no era que fuese descomunalmente larga pero aún así no podía introducir todo su tamaño en mi cavidad. Al menos lo suficiente para que Jungkook se volviese loco y sintiera todo hasta el límite de mi garganta, y en medio del beso y mientras sentía su polla brincar dentro de mi boca tan ansiosa como siempre Jungkook movió sus caderas follando mi boca no tan bruscamente. La mano izquierda con la cual seguía reteniendo el pene de Tae la comencé a mover un poco.
Sentí un lamento por parte de Tae, al parecer sobrellevado por verme siendo follada por la boca por Jungkook y masturbándole a la misma vez. No era para menos, yo mis bragas las sentía empapadas, hasta tal punto que sentía mi humedad correr por mis muslos interiores. Jeon era una bestia, y me lo conformó cuando aumentó sus embestidas maltratando mi boca y logrando que soltara varias arcadas por su culpa, claro, no iba a dejar que me matase de esa manera, porque cuando no pude más solté su miembro y lo miré con ojos llorosos debido a las arcadas. Él esta vez si que me miraba, con una sonrisa que más malvada no podía ser.
—Te voy a matar, idiota —solté, enfadada por hacerme sufrir de esa manera, casi me abogaba de verdad, era un bruto.
—Lo siento Hye, es que no me puedo resistir a tu boca —se disculpó, una disculpa tan descarada como él mismo, porque seguía con la misma sonrisa sin borrarla en ningún momento.
—Hye, joder, n-no me aprietes la polla así, me la vas a quebrar, no te enojes con la mía ¿vale? —mi vista se fue hacia la de Tae y pude ver el pequeño detalle del cual se estaba quejando, mientras fulminaba a Jeon por su brutalidad le estaba apretando cada vez más el miembro a Tae hasta tal punto de quejarse, y lo solté un poco, debería de haberle dolido muchísimo.
—Lo siento, Tae —le sonreí inocentemente.
—No pasa nada. Ven acá, Hye, tumbate en el sofá para mi, anda —me pidió, yo un poco perdida, porque la idea era hacer lo mismo con los dos, a Jungkook se la había chupado, lo normal era hacer lo mismo con él, pero o le había cortado un poco el rollo con mi apretón o de verdad tenía otros planes para mi.
Aún confundida como ninguna, le hice caso, poniéndome de pie, quejándome un poco cuando mis rodillas dejaron de estar en contacto con el suelo y me empezó a doler, pero no era dolor suficiente como para ver a Tae poniéndose de pie y viendo como me coloqué en su lugar, sentada en el sofá. Luego, el que quedó de rodillas, era él. Y mis mejillas se calentaron de solo pensar lo que iba a hacer.
—Tae no...
—Shh, Hye, me encanta verte de rodillas ante mi pero también me encanta ver como disfrutas, ¿Jungkook, me ayudas? —miró al castaño a mi lado, Jeon asintió y me di cuenta de que ese "me ayudas" era a quitarme el vestido.
Cuando quedé sin dicha prenda, no les sorprendió ver que no traía nada encima y quedaba completamente desnuda hacia arriba, al contrario, hacía que ellos sonrieran complacidos.
—Hye, besame —me dijo Jungkook, yo giré un poco el rostro y junté mis labios con los suyos, saboreándolo.
No era un beso dulce, era uno lleno de deseo, de lascivia, de puro placer en ambos, las manos de Kook se volvieron ágiles cuando agarró con dos de sus dedos mi pezón ya erecto y lo pellizcó, amortigüe mi gemido en su boca, llevándoselo él, que comenzó a masajear mi pecho con ganas. Luego, al sentir una intromisión entre mis piernas que habían sido abiertas sin darme siquiera cuenta me separaré de Jungkook, con un chasquido de nuestras lenguas muy obsceno. Observé a Tae, que dio un beso en el interior de mi muslo muy cerca de mi intimidad y sentí su aliento muy caliente, hasta tal punto que quemó.
Con sus manos me mantuvo las piernas mucho más abiertas. Cuando llegó a mi centro, dio un beso justo en donde mis bragas estaban empapadas y me descoloqué completa, pero levantó la vista para verme.
—¿Encaje blanco? Esto si que es delicia Hye —me apremió, yo le iba a regalar una sonrisa por su alago, pero me cortó cuando hizo a un lado la braga y sacó su lengua para lamer desde mi entrada hasta mi clítoris, y eso le sumó a la boca de Jungkook que ahora estaba en el pecho que antes masajeó.
Incluso las piernas me temblaron. Luego, simplemente me quedé desnuda, ante ellos, sintiendo la calefacción muy alta como para que estabilizara la temperatura de mi cuerpo, el cual comienzó a arder. Tae se empeñó en hacerme un buen oral, haciéndome gemir como una loca, su lengua tomó posesión de mi hendidura, la cual chupó y succionó con ganas, se detuvo más de la cuenta en mi clítoris, maltratándolo con sus dientes, halándolo hasta hacerme ver estrellitas, haciéndome temblar de puro gusto, y todo eso unido a Jungkook, el cual no dejó de chupar tampoco de mis pechos, uno primero, rodeando el pezón con su lengua, y jalando con sus dientes sin hacer daño para soltarlo, luego repitió cada acción en el otro.
Tae comenzó a embestirme con su lengua, y yo boquie, por oxígeno, porque no me vi capaz de aguantar lo suficiente para que ellos jugaran el tiempo que querían, mis manos se aferraron a la melena corta de Jungkook en busca de auxilio, sentí las paredes de mi intimidad contraerse al rededor de la lengua de Tae, y él lo supo, que estaba cerca, muy cerca, que no iba a poder aguantar mucho. Luego sentí que se separó, pero su aliento caliente siguió ahí, eso hasta que sentí la intromisión de dos de sus dedos largos hacerse paso en mi interior. Eran largos, eran muy largos y mis paredes los atraparon como si los conociese de toda la vida. No pude ver al mayor porque Jungkook no me dejó, pero estaba más que segura que estaba fascinado con que fuera incluso apretada con sus dedos. Cuando estuvieron dentro ambos dedos, comenzó un mete y saca muy veloz y me arqueé completamente, tanto que Jungkook se separó para mirarme, y le besé, porque necesitaba un soporte y Jungkook era genial para eso. Mi lengua se enredó con la suya desesperada y temblé cuando la lengua de Tae comenzó a dar toques en mi clítoris de arriba a bajo, y jalé el cabello de Jungkook con posesión, logrando que el menor se quejase.
—Joder, Hye, las uñas —me dijo, yo ahora mismo no tenía la capacidad de escucharle ni obedecerle, y aunque le dolía también sabía que estaba apunto y que no podía soltarle ahora.
Los dedos de mis pies se encogieron y cuando Tae profundizó más sus movimientos con los dedos exploté, y de que manera, de la mejor que había pedido, claro. Me tardé unos segundos en los que ahora si que veía como Tae sacaba sus dedos sonriendo satisfecho por su comida, y cuando se puso de pie me hizo imitarle jalando mi mano para besarle, mis piernas casi me fallaron, pero Tae me aguantó con sus brazos mientras me besaba como una bestia hambrienta, mezclando mi sabor en el beso, metiéndome la lengua hasta la campanilla, y luego Jungkook me pegó su polla en mi trasero uniéndose a nosotros, besándome el cuello y en momentos así me sentí muy afortunada, de tenerles a los dos, porque sabía que tener a uno solo no era lo mismo para mi, porque necesitaba mucho de los dos. Necesitaba esto, que Tae me besase los labios y Jungkook me besase el cuello, que disfrutáramos de los tres.
—Nos vamos a la cama Hye, aquí no es cómodo —me susurró Tae sobre los labios y yo asentí.
Enredé mis piernas en su caderas, dejándome llevar por él, su besos aún seguían, pero en mi cuello, dejándolo húmedo ante sus labios. Cuando llegamos a mi habitación, el castaño me tiró a la cama sin ningún cuidado.
—¿Cómo lo prefieres esta vez Hye? ¿Ambos, o por turnos? —vi como se iban desnudando ante mi, mientras Tae había formulado la pregunta.
Si había algo que había disfrutado de ellos eran las cosas que me habían enseñado, que me habían hecho experimentar, y solo una sola vez lo habíamos hecho los tres, juntos, ambos dentro de mi y llegamos más rápido de lo debido, pero también tenía que decir que fue una sensación inexplicable, fue como si estuviésemos unidos, los tres, era increíble, y por turnos no se sentía igual, no era lo mismo, por eso, a pesar de habérmelo pensado un poco, cuando lo miré, creo que vieron cuál era mi respuesta. Y creo que ellos querían lo mismo, les fascinaba la idea tanto como a mi.
—Ambos —respondí, convencida, aunque ya no había necesidad de responder la pregunta de Tae, ya ellos habían visto la respuesta en mi rostro.
—Vale, perfecto —respondió Tae, sonriendo encantado. Jungkook también estaba más que emocionado con la respuesta.
Era como si en esa posición nos sintiéramos uno solo, y era porque lo éramos, eramos uno solo cuando fue de esa manera.
Los chicos no tardaron en tomar sus posiciones, aunque fuese mi segunda vez, no podía dejar de estar nerviosa, la primera vez dolió mucho por detrás, y que fuera la segunda no quería decir que doliera igual, o incluso peor. Aún así, confiaba en ellos tan ciegamente que no me me importaba nada. Jungkook se acostó en la cama y yo no tardé en sentarme encima de él.
—Hye, extraño mucho sentirte, ¿sabías? —me susurró, pasando su mano por mi rostro en muestra de cariño, por esas cosas pequeñas era que les quería tanto, podía ser un bruto y una bestia, pero me quería, y eso era lo importante ¿no?
—Yo también, Kook, mucho —le dije, su rostro se acercó al mío y me dejó un beso delicado y tierno en los labios, haciendo que sonriese enternecida y Jungkook me imitó. Enseñándome sus paletillas preciosas y que tanto adoraba.
Y así fui introduciendo su polla en mi interior, poco a poco, sentí su grosor abrirme cada vez más, poco a poco hasta caer completamente con él dentro y ambos gemimos, la razón del porqué Jungkook por delante, era que si me lo hacía por detrás, era capaz de destrozarme, sin embargo, Tae era más delicado en ese aspecto y por eso le tocaba darme por detrás. Me sujeté de los hombros de Jungkook, y sus manos también me ayudaban sujetando mis caderas, pero no me moví, adaptándome a su tamaño y grosor y porque esperaba a Tae. El cual hizo acto de presencia segundos después dejando un beso en mi hombro izquierdo.
—¿Bien nena? —me preguntó. Yo asentí —Recuerda avisarme si me paso ¿vale? —volví a asentir.
La punta de la polla de Tae se alineó en mi agujero y clavé mis uñas en los hombros de Jungkook, aún así no se quejó. Al principio fue algo difícil, pero luego me di cuenta de que Tae se había echado lubricante lo suficiente como para que entrase mucho más fácil, aunque fácil era mentir, porque cuando introdujo la punta fue difícil y le estuve diciendo que se detuviera cada vez que entraña un tramo, aunque agradecía enormemente la paciencia que ambos tenían, la de Jungkook por esperar tanto tiempo dentro de mi y la de Tae por introducir su polla tan lentamente que era torturador para él. Cuando estuvo completo dentro de mi, la sensación fue tan igual que vez pasada, me sentía llena, por ambos lados, y muy muy completa. Esto es lo que me hacía falta todos los días, estar con ellos de esta manera, disfrutarlos de esta manera. Los tres gemimos, porque no solo yo sentía eso, ellos también lo sentían.
—Dios...esto...es...joder —Tae no podía formular palabra —¿Puedo...moverme? —preguntó, acelerado, sin respiración, tanto como yo y Jungkook, el cual estaba siendo paciente pero sudaba por el esfuerzo que estaba haciendo.
—D-Despacio —le dije.
Con un gruñido de los tres, Tae comenzó a salir lentamente de mi agujero, solo un poco y también me hizo sacar ese mismo tramo el pene de Jungkook, y cuando lo indujo, me sentí al borde del colapso, era demasiado, y me sentía muy muy cerca de llegar, no iba a aguantar nada, y como veía, ellos tampoco.
—No voy a...aguantar...mucho más... —gimoteó el menor, apretando su agarre en mis caderas, buscando resistir más.
—¿Q-qué hora e-es, Hye? —preguntó Taehyung.
Un poco ida, y confundida también por su pregunta, hice mi mayor esfuerzo por identificar la hora que marcaba del reloj del lado de la cama, y...por dios, eran las doce con cincuenta y nueve minutos, no lo podía creer. Estábamos teniendo nuestro ultimo y primer encuentro.
—Falta un...minuto para e-el próximo... Dios —no pude acabar porque fue Jungkook quién salió de mi y me embistió, lento pero mucho más rápido que Tae hace unos segundos.
—E-Entonces no lo retengas más Hye, sueltalo, y tú igual, Jungkookie, suelta el nudo que retienes —nos instó Tae.
Como si estuviésemos coordinados, y el mundo estuviese corriendo en nuestro sentido, las campanadas de que el año viejo había acabado y que ya comenzaba uno nuevo se escucharon en toda la ciudad, y junto con ello, la explosión que tuvimos los tres, ambos nos corrimos de la mejor manera posible, y todo en mi cuerpo convulsionó al ser llenada por ambas partes, me tembló todo el cuerpo, pero habíamos tenido el orgasmo perfecto, tan perfecto como para que fuese el primero y el ultimo a la vez.
—Hye, te queremos mucho, eso nunca lo olvides ¿vale? —me susurró Tae, y Jungkook asintió, afirmando las palabras del mayor de los tres.
—Y yo a ustedes.
•••
Bueno, y aunque fue algo bastante pobre, quería actualizar el relato especial que hab8a dicho que haría por Instagram, que era para navidad pero se convirtió para fin de año, que es casi lo mismo pero bueno.
Y solo quiero de esto: ¡Feliz fin y comienzo de año a todas! Os quiero muchísimo, ya es un año más, les deseo mucha salud, felicidad y momento a gusto con sus familias y seres queridos.
Nos veremos en el próximo año.
Lxs sarangheo❤
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