• Capítulo veintiuno •
• Pelea y disculpa •
Toda su vida se había caracterizado por la poca paciencia que tenía, si en algún momento le preguntaban a sus conocidos que palabra lo definiría sería «agresivo» y si lo mencionaban en las calles aseguraba que todos le dirían «violento».
Nunca le había molestado, al contrario, le gustaba la fama que tenía entre la gente y como se hacía respetar antes las pandillas que nacían y las que se conservaban pero sin duda alguna en esos momentos lo aborrecía.
"- ¡Esto no puede estar pasando Keisuke! - El reproche en la voz de Matsuno lo hizo callar ante cualquier reclamo- ¿Cómo puedes hacer eso?
- ¿Eso? Al parecer soy al único que le molesta que ese cabrón se te acercará tanto al salir de la universidad ¿Cómo querías que actuará? - Al diablo el autocontrol que tenía porque ciertamente el enojo era más grande- ¿O acaso estás acostumbrado a eso?
- ¡Es mi compañero desde que inicie la universidad! ¡Solo se acercó a pedirme la tarea!
- ¡La puta tarea se puede ir a la mierda Chifuyu! Yo le he pedido tareas a mis compañeras y no llegó con toda la confianza a abrazarlas ¿Qué no entiendes? - Preguntó con la voz empapada en molestia e inquietud- ¡Hasta Seishu lo vio! ¡Maldita sea!
- No metas a Inupi en esto, ¿Tenías que actuar como un maldito y estúpido celopata?
- ¿Celopata? No sabía que darte un beso como saludo era de celopatas.
- ¡Eso no es de lo que hablo! Me refiero a que ahora estoy suspendido la maldita semana porque se te ocurrió pelearte en el estacionamiento."
La estancia estaba llena de tensión, sus respiraciones eran agitadas y los ojos azules que tanto amaban lo veían con lágrimas y enojo.
No quería ceder - ni lo haría-, porque aquel estúpido de nombre Shindou estaba coqueteando descaradamente con el rubio frente a sus ojos, lo entendería si solo hubiera pedido la tarea pero era algo más.
Fue la forma en la que lo abrazo por los hombros y acerco su rostro sin pena al de Chifuyu, riendo, diciendo que tenía una pestaña en el pómulo y que cerrará los ojos.
Si, fue impulsivo al separarlos jalando al castaño que estaba con su pareja por el cuello de la camisa y después sin escuchar beso sin autorización al rubio.
Pero, la verdadera molestia fue cuando el mismo Shindou lo quito del lugar que le correspondía para después darle un puñetazo que fue el causante de su pómulo morado; claro, el le rompió la nariz en respuesta.
Lo siguiente fue un mar de gritos, Inupi ayudándolo y Chifuyu siendo reprendido por las autoridades de la institución.
"- Actuaste de la mierda Baji, en definitiva no tenías porque...
- ¡Porque estaba jodidamente celoso! - La última gota de su paciencia se había ido al rememorar todo poco a poco- Se te acerca completamente y tú no haces nada para separarlo.
- ¡Tenía una pestaña!
- ¡Y ese pendejo quería quitartela a besos! - Grito antes de pararse del sofá e ir directamente por su abrigó- No voy a discutir más, no tiene sentido si no llegaremos a algo.
- ¡No tiene sentido porque es algo estúpido!
- Bien, iré a ver a Kazutora. - Soltó, antes de seguir avanzando- No voy a seguir con una jodida discusión que solo hará que esto sea una mierda toda la noche.
- Haz lo que quieras, Keisuke."
Un gruñido fue la única respuesta que dió ante la última frase, evitando voltear a ver al rubio porque su sentido común le imploraba que lo abrazará y pidiera perdón sin medida.
Desde que Matsuno se había convertido en su prometido, sus días habían sido tranquilos; con discusiones pequeñas de vez en cuando que terminaban con ellos pidiendo disculpas al mismo tiempo.
Pero por esa vez, no lo sentía correcto; si, disculparse por ser agresivo pero no por lo que hacía el otro cabrón.
Sintiendo los pasos detrás de él, termino de colocarse los tenis que últimamente lo acompañaban a todos lados; seguía molesto, con dolor en el pecho y con la mente revuelta pero solo había una cosa que nunca olvidaría al salir.
"- Regresó en un rato, cualquier cosa puedes llamarme. - Comento tratando de no voltear hacia la insistente mirada que tenía en la nuca- Ah, te amo.
- Con cuidado Keisuke. - Si, Chifuyu tampoco olvidaría eso- Tú, tú también llámame cuando llegues con Tora, te amo."
Se sentía el mismo adolescente hormonal que era al iniciar su relación con Matsuno, el que titubeaba al tener los ojos turquesa sobre él y le daba temor juntar sus labios por el hecho de un rechazo.
Habían pasado tres años y aún así pelearse con Chifuyu siempre le causaba temor, porque, en cierto punto tenía miedo de que lo dejara.
Un suspiro después estuvo delante la puerta del departamento de Mitsuya, sus pies lo habían guiado hacía el chico de cuatro cejas y algo muy en el fondo sabía el porque.
Tal vez él estaba actuando mal y por ello necesitaba a alguien que lo escuchará.
Sus dedos temblaban a la par de que movía la cuchara dentro de su café, sus manos no se habían quedado quieras desde que el azabache regreso a su hogar hace un par de horas.
No habían cruzado muchas palabras — solo las necesarias— para que Keisuke se encerrará en la habitación que usaban como estudio.
No había salido de ahí y sus nervios estaban acomulandose, había hablado con Inupi y Takemichi en el momento que Baji dejo el departamento para que al final llegaron los tres a lo mismo.
El era muy despistado y nunca ponía límites, si, no había notado que Shindou le coqueteaba descaradamente pero en algún punto pensaba que era normal que sus amigos lo abrazaran para demostrar su cariño.
Con delicadeza tomo un sorbo del café que había preparado, amargo, como le gustaba a Baji.
Eran tan diferentes en todos los sentidos.
Mientras que él era rosa, Keisuke era azul, él amaba lo dulce y Baji adoraba amargo; mientras él era sol, el azabache era luna.
Eran polos opuestos y aún así se atraían sin medida y el anillo que portaba en su anular lo demostraba.
Quería ir al estudio, sentarse en su regazo mientras se embriagaba con el olor de Keisuke, depositar pequeños osculos en su mentón y mejillas para escuchar su risa y le dijera cuánto lo amaba.
El cerrar de la puerta en el pasillo lo hizo saltar de los nervios, tomando la mitad de su café de golpe quemándose los labios, lengua y garganta por los nervios.
"– Fuyu, ya es tarde ¿Vamos a dormir?
– Eh, yo, este me voy a acabar mi café. — Un pequeño Matsuno le dió una bofetada mental al escuchar sus balbuceos— Tú ¿Quieres café?
– El café en la noche quita el sueño Chifuyu. — La sonrisa burlona de Baji al estar recargado en el marco de la puerta lo hizo temblar— Y tú no tomas café.
– ¡Lo estoy probando!"
La risa ronca del mayor lo hizo arquear la ceja y empezar a jugar con el aro de la perforación de su labio, no sabía cómo iniciar la conversación de lo que había pasado en la tarde y ciertamente no quería arruinar el momento de tranquilidad.
Tomando nuevamente su taza, siseo con desagrado al volver a sentir el ardor en su lengua y como sus papilas gustativas de empapaban con el amargo sabor.
"– Lo siento, fui impulsivo y te traje muchos problemas. — Soltó con seriedad su prometido antes de acercarse y robar su bebida— Fui un inseguro de mierda.
– Yo lo siento Kei, no me había dado cuenta de todas sus actitudes. — Suspiró buscando la mirada ajena— Te amo solo a ti y quiero estar contigo siempre.
– ¿Es un coqueteo indirecto? — una sonrisa placentera se instalo en el rostro de su pareja al beber de la taza— El café está muy bueno.
– Es un asco Keisuke, deberías de endulzarlo."
Con tranquilidad quitó la taza de las manos ajenas para depositarla en la mesa, quería un beso, no, quería Miles de besos para poder compensar esa tarde.
Y por ello, solo pudo complacer sus deseos, juntando sus labios con los de Baji.
Porque le pertenecía completamente y estaba entusiasmado de casarse con él.
Hola, hola personitas ❤️.
¿Cómo se encuentran el día de hoy?
Ya no puedo con tanto amor, jajaja.
Muchas gracias por seguir aquí, ya estamos a nada de terminar esto y me hace muy feliz que les guste.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top