• Capítulo veintisiete •

• Conocer a los padres •

El agua caliente estaba cayendo rápidamente sobre su cuerpo mientras intentaba evitar pensar en todo lo malo que podría salir de ese día.

La semana había transcurrido tan rápido que no le dió tiempo de tener un plan por si algo llegaba a salir mal entre Keisuke y su padre, él día de su graduación decidió decirle a su esposo de la extraña invitación y podía jurar que hasta ese momento los ojos achocolatados del azabache derrochaban desconfianza.

Y lo entendía, claro que lo hacía.

Kei había ido por él, lo vio en su momento más vulnerable y lo consoló después de aquella tarde en Kotō; y están conciente que su pareja quería golpear a su progenitor en ese momento.

También le confesó de su loca idea de incendiar la vieja camioneta que manejaba el señor Matsuno en ese entonces, pero claramente solo quedó como idea.

Cerrando por fin las llaves del agua, suspiro dejando caer su frente contra la pared; quería creer que todo iba a salir bien — y rogaba que así fuera—.

Justamente, Kazutora estaba intentando hablar con su esposo de que controlará un poco su temperamento en la pequeña reunión; pero por los gritos que escuchaba desde la sala aseguraba que no sería así.

Terminando de ponerse la ropa que llevaría se observó en el espejo y por un momento se odio completamente.

Él era la copia de Matsuno Hideki, tenía el mismo rubio y sus ojos azules desgraciadamente fueron herencia de su padre, su tez blanca era idéntica a la de Matsuno Yukiko al igual que sus labios.

Era una combinación de ambos pero en definitiva si se ponía al lado de Hideki en sus años jóvenes podría asegurar que era una fiel copia.

Con el corazón en la mano salió del baño, justo, en el momento dónde un portazo de la puerta principal Resonó por todo el lugar.

Algo muy en el fondo le aseguraba que el causante fue Kazutora y ver a Keisuke buscando su cajetilla de cigarros se lo confirmaba.

"– Kei. — Llamó, acercándose rápidamente al azabache que se encontraba de espaldas— ¿Estás bien?"

Un jadeó de sorpresa salió involuntariamente al sentir como su pareja lo abrazaba posesivamente, inclinándose para esconder su rostro en su cuello.

"– Pídeme que le diga que lo odiamos, que lo queremos lejos de nuestras vidas. — Soltó de repente su esposo, apretando aún más el agarré en su cintura— Pídeme que le diga que ahora eres un Baji y que eres mío.

– Kei, ¿Qué pasa?

– Kazutora dice que debo perdonarlo, pero ¿Cómo puedo hacerlo Chifuyu?"

Su mano se dirigió rápidamente a la melena de su esposo, repartiendo efímeras caricias dulces y tranquilas.

Lo sabía, Keisuke odiaba a Hideki después de todo; tenía sus puntos claros y lo entendía.

Pero, una parte de él; aquella que aún seguía queriendo a su padre, le estaba rogando que le pidiera que intentará llevarse.

"– Te amo Keisuke, y se cómo te sientes. — Aclaro, sintiendo como el mencionado daba pequeños besos en la curvatura de su cuello— Pero, no va a separarnos, él no puedo hacerlo.

– Me odia...

– No lo hace Kei. — Dijo siguiendo con las caricias— Y si lo hiciera sería su problema porque ahora yo soy tuyo."

Podía jurar que escucho un ligero ronroneó por parte del más alto, antes de sentir como los afilados colmillos de Keisuke perforaban su piel; no era la primera vez que pasaba — y estaba seguro que no sería la última— pero por esa ocasión sintió que era diferente.

Como si quisiera marcarlo para afirmar que le pertenecía, que todo su ser estaba impregnado del más alto y que su piel debía decir Keisuke por todos lados.

"– Te amo, te amo tanto Chifuyu. — Murmuró con anheló impregnado en la voz Baji dando pequeños osculos en la herida reciente— Me encantas."

Sin poder evitarlo, río.

Porque, él amaba con todo su ser a Keisuke y estaba embelesado desde hace años con él...

El ambiente era totalmente incómodo, la mueca de desagrado de su padre estaba igualando el nivel de enojo de su esposo.

No habían cruzado muchas palabras — más que el saludo cuando recién llegaron—, y después todo había sido silencio y chasquidos de lengua.

Sentía, que si pasaba un cuchillo entre la mirada que compartían los dos hombres más importantes de su vida cortaría todo lo tensión que se acumulaba.

"– Podrían dejar de matarse con la mirada. — Pidió, antes de tomar un pequeño trago de su café— Llevamos veinte minutos sentados y la señorita que atiende solo se alejo despavorida.

– Bien, Matsuno Hideki. — Soltó con tranquilidad su progenitor antes de estirar la mano hacia su esposo— Mucho gusto, yerno."

La risa sarcástica de Keisuke hizo que sus alertas rojas se encendieran rápidamente, antes de ver como el mencionado estrechaba su mano con la de su padre.

"– Baji Keisuke, un gusto suegro. — Dijo, con diversión el más alto— ¿Cómo ha estado?

– Bastante bien, si quitamos que mi auto está en el taller. — Podía jurar que esos dos estaban burlándose mutuamente, no sabía si de ellos o de él— Ya sabes, hace unos días se incendió.

– Lastimosamente mi encendedor cayó cerca de él. — Comentó con burla Keisuke antes de tomar su taza— Pero como le dije, si gusta puedo acompañarle a comprar una motocicleta."

Un pequeño click sonó en su cabeza, mientras su entrecejo se fruncía inmediatamente; rememorando un poco de su semana hubo un día exactamente que su amado y lindo esposo no comió con él y Kazutora — su siempre y confiable fuente de información— le dijo que se había quedado a cargo de la tienda solo.

"– En mi defensa, hijo tu esposo está totalmente loco. — Aclaró con diversión Hideki— Y en su defensa le pedí que no te lo dijera.

– Nos vimos el jueves, lo visite en su casa y compartimos una taza de café. — Siguió la conversación el azabache— Kazutora se enteró hoy en la mañana y por eso se fue enojado."

Bien, claramente él también estaba furioso; hasta esa mañana podía sentir el odio de Baji Keisuke hacía Matsuno Hideki pero algo le decía que ese par se había llevado demasía bien para su gusto.

Sin decir nada, siguió escuchando lo que ambos narraban.

Había tomado café en su viejo hogar, mientras, charlaban acerca de que vehículo era mejor; y si eso no hubo sido lo más sorprendente, dieron un paseo en la Goki por todo Kotō.

Después comieron juntos y Hideki le Imploró a su pareja que no dijera nada y siguiera actuando como si nunca se hubieran visto.

Se sentía completamente enojado pero, por muy loco que sonara estaba feliz de que se llevarán bien.

Matsuno Hideki fue su héroe, verlo sonreír y siempre salir adelante con ellos fue su inspiración en la infancia.

Podía estar molesto pero, eso no iba a evitar que cuando se le pasará propusiera más salida con los dos hombres que adoraba.

Entre risas, tazas humeantes de café y platillos tradicionales se les fue la tarde.

Y en el momento de la despedida, quedó la promesa de regresar para otra salida divertida.

En definitiva su vida estaba en su mejor momento y todo gracias a Baji Keisuke y sus distintas maneras de hacerlo feliz...

Hola, hola personitas ❤️

¿Cómo están? ¿Qué tal la pasaron en Halloween?

Realmente no iba a terminar esto, pero, ya faltan muy poquitos capítulos y me acostumbré a escribirlo que ahora me siento rara si no lo hago jajaja.

Así que esperen lo poquito que falta de esto.

Muchas gracias por seguir aquí, son lo mejor.

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