• Primera vez (No sexual ) •

Un ligero tic nervioso empezaba a hacerse notar en su pierna izquierda, la computadora que tenía frente a él para terminar el inventario de la biblioteca empezaba a marearlo y los pequeños cortes en sus dedos por las hojas ardían.

Llevaba ocho días con siete noches sin ver a Keisuke y sin mentir se estaba volviendo loco.

La cama se encontraba fría y el sueño era difícil de conciliar sin olvidar que la costumbre de hacer comida para dos estaba presente y por ello parecía que en esa última semana había cocinado para un ejército.

La invitación de conocer a la familia de Baji había llegado — claro, porque el pelinegro lo incluía siempre en su vida y planes— pero el mismo se había ofrecido para ayudar en el inventario de su trabajo.

"– Carajo. — Siseó al ver el número denegado en la pantalla—"

La frustración lo estaba consumiendo poco a poco y que las llamadas con su novio solo fueran en la noche cuando el más alto salía a fumar, lo tenían al límite de la cordura.

Estaba seguro que si esa molestia seguía, hablaría con su jefa para pedir ayuda y terminar — mínimamente— dos días antes de lo previsto y tomar un puto tren que lo llevará con el dueño de su corazón.

"– Hey jovencito. — Habló alguien con un extraño tono de voz—

– Lo lamento, la biblioteca se encuentra fuera de servicio por inventario hasta el..."

Sus palabras fueron cortadas abruptamente al subir la mirada, ¡Mierda! Estaba tan entusiasmado en ver al azabache que se lo imaginaba frente a él; claramente tan guapo como siempre.

Con el cabello lacio en una coleta despeinada y los guantes que le había regalado su suegra en la navidad, sin mencionar la sonrisa llena de burla que lo estaba retando a soltarle un golpe para que esa imagen se desvaneciera y lo dejará trabajar.

"– Vaya. — Soltó con diversión aquella alucinación— Pensé que cuando me verías me darían un beso, pero tu bonita cara solo grita que debería irme.

– Mira alucinación de quinta. — Soltó sin importar que sus compañeros lo voltearan a ver— Necesito trabajar y..."

El ronco sonido de la risa de Keisuke lo hizo entender, no, no estaba produciendo una imagen mental por lo mucho que extrañaba a su novio; literalmente el de ojos achocolatados estaba ahí, con él.

Con los ojos acuosos y sin quitarse la pequeña bata que usaba en sus horas de trabajo, rodeo el pequeño escritorio de la recepción para lanzarse a los brazos del más alto.

La colonia de Baji inundó sus sentidos al igual que el calor que le estaba brindando lo apasiguio por completo, ahí estaba, después de una semana lo tenía consigo.

"– Kei. — Musitó con anheló al sentir las efímeras caricias en su cintura— ¡Por dios Kei! ¿Qué haces aquí?

– ¿Qué hago aquí? ¿Es en serio Fuyu? — Interrogó su pareja al momento de mirarlo a los ojos — Fue una jodida semana demasiado dura para mí, no pude dormir y la puta señal era inexistente debía ir hasta el centro del pueblo para hablarte.

– Pero ¿Y tus abuelos? ¡Por el infierno Baji! ¿Qué van a pensar ellos? — Insistió al alejarse del mencionado— Sabes que iré a hablar con mi jefe, le diré que me quedaré hoy en la noche y mañana también así pasado mañana podemos irnos con tus abuelos.

– Fuyu...

– ¡Nada de Fuyu, Keisuke! — Sermoneo al alejarse de aquel abrazo— No puedes hacer eso, tus abuelos van a odiarme y...

– Mis abuelos fueron los que me exigieron que regresará. — Cortó su largo parloteo al desviar la mirada— Pero podemos ir a verlos en tus próximas vacaciones."

El tenue sonrojo que baila en las mejillas de su pareja lo hizo sonreír antes de escuchar el Carraspeó del señor Ichigo a sus espaldas, con lentitud volteo la mirada y observó con atención el deje burlón que tenía su jefe y como los demás parecían observarlo con cautela.

"– Matsuno. — Llamó su jefe antes de señalar su reloj de la muñeca— Es su hora de salida.

– Yo, lo siento señor el inventario está casi listo solo me falta la sección de enciclopedias.

– Creo que yo me puedo encargar de eso. — Comentó una de sus compañeras— Chifuyu a pasado una semana muy extensa aquí.

– Podrías tomarte un descanso Matsuno, tu boleta de las vacaciones que no tomaste en tu semana de exámenes estaba autorizada. — Aclaró el hombre mayor— Claramente el lunes te necesitaría aquí después de tus últimas clases.

– ¿En serio?

– Por supuesto, nosotros terminamos. — Apoyó la dulce Yashiro al guiñarle un ojo— Eso si, podrías traernos unas galletas cuando regreses.

– ¡Seguro!"

Dando pequeñas reverencias mientras las risas de sus compañeros de trabajo llegaban a sus oídos lo hacían sentir feliz, la pequeña biblioteca que se encontraba al costado de la primaria le había dado la bienvenida desde hace meses y el cariño por las personas que estaban a su lado era grande.

Cuando estuvieron fuera del establecimiento se encargó de juntas su mano con la de Baji, empezando a caminar a su casa aún sin preguntar por la Goki que siempre acompañaba a su novio.

"– Fuyu. — Lo llamó con inseguridad el más alto al jalar su brazo y detener su caminata a su hogar — Puedo preguntarte algo.

– Mhm. — Afirmó sin emitir palabra y parándose frente a su acompañante— ¿Qué sucede?

– Tú, ah, ¿Has pensado en tener algo entre nosotros? ¿Cómo pareja?"

Sin poderlo evitar dirigió su mano al colgante de su cuello ¿Tener un collar así no era algo de parejas? Ciertamente si había pensado en ropa a juego al igual que algún accesorio y la idea de Takemichi de comprar un protector de teléfono con alguna de sus fotografías sonaba tentador.

"– Si, lo he pensado. — Confirmó — ¿Por qué?

– ¿Y si nos tatuamos?"

Estuvo seguro que sus ojos reflejaban sorpresa y los de Keisuke terror al verlos...

La risa nerviosa que le mostraba Keisuke al observar el reloj empezaba a crear una atmósfera de tensión en el estudió que se encontraba cerca del centro comercial de Shibuya.

La recomendación de Draken había sido una buena opción y por ello había agendado aquella cita el fin de semana antes de su última semana de clases.

"– Está bien si estás nervioso Kei. — Musitó despacio antes de entrelazar sus manos — También si quieres arrepentirte."

Claramente la idea del tatuaje entre ellos había sido aceptada después de una extensa larga esa misma noche, hasta que, la señora Baji confesó el miedo profundo de Keisuke había las agujas.

Y en esos momentos lo notaba con atención al observar el sudor recorrer la frente ajena y el extraño tic de mover la pierna hasta que se cansará.

"– No me arrepentiré. — Afirmó el azabache antes de besar su muñeca— Te llevo en el corazón Fuyu , pero, llevarte en la piel será un honor."

El vuelco en su corazón lo tomo por sorpresa antes de darse cuenta, siendo honestos llevar el nombre de Keisuke en su antebrazo sonaba demasiado tentador.

En el momento en que aquel rubio de cabello largo los llamo, pudo sentir como los músculos de su pareja se tensaban y la sonrisa que estaba dando — si esa mueca se podía llamar sonrisa— era por inercia.

El cuarto era pequeño, contaba con varias fotografías pegadas en las paredes de sus trabajos e inmediatamente pudo reconocer aquel dragón que llevaba el sub comandante de la Tokyo Manji en el centro de todo; le gustaba observar como las demás personas llevaban el arte en la piel pero lo que ellos se harían significaría un poco más.

Su mano fue soltada y con diversión observó como su pareja se acomodaba en el sofá de piel que estaba en el centro del lugar, desviando la mirada para terminar por cerrar los ojos; la pequeña risa que salió de sus labios hizo que el ceño fruncido de su pareja se hiciera presenta.

Un ligero temblor fue muy obvio cuando la aguja choco contra la piel tostada de Baji, mientras que el mencionado intentaba no abrir los ojos — o eso suponía—.

"– ¿Quieres que te dé la mano Kei? — Preguntó con sorna antes de sentarse en la silla de a lado y empezar a jugar con el largo cabello de su pareja— "

La respuesta nunca llegó, pero estaba seguro que Baji se estaba relajando bajo el tacto de sus manos, dejando que el lugar se llenará solo con el sonido de la máquina que manejaba el dueño del local.

No sabía precisamente si fue media hora o un poco más lo que estuvo repartiendo pequeños mimos en su pareja, pero en el momento que la tinta negra estaba colocada a la perfección formando su nombre Keisuke se encontraba totalmente dormido.

"– Kei, ya está listo. — Susurro en el oído del mencionado para depositar un dulce beso en su mejilla— Vamos, despierta."

El ligero quejido hizo reír al tatuador para después observar como su novio abría los ojos y se sentaba con aturdimiento.

"– Está genial. — Confesó el azabache — Bien Fuyu, te toca."

Con pequeñas risas tomo asiento, extendiendo sin ninguna objeción el brazo derecho y esperando pacientemente a que el encargado pusiera la calca en cursiva que cubriría hasta el inicio del codo.

No sentía dolor — o un poco cuando debía limpiar— pero en todo el proceso un cosquilleo se adueñó de toda su piel mientras que la persona a su lado se encargaba de obtener toda su atención.

Los ojos de Keisuke — que normalmente demostraban peligro— estaban tan brillantes al ver su nueva adquisición, como si fuera lo mejor de la vida.

Antes de poder hacer algún comentario, sintió como el último toque era dado para concluir aquella visita.

"– Me encanta. — Confesó al rubio cuando pudo pararse del lugar — Por cierto ¿También haces perforaciones?"

La cara de horror de Baji no la olvidaría nunca y mucho menos la diversión que tuvo cuando en un arranque de valentía el mencionado había decidido perforar su lengua.

Al final del día salieron con un nuevo tatuaje, Keisuke con una perforación en la lengua y él con una en el labio inferior.

Aparte de dar una promesa de regresar por un nuevo tatuaje en el momento que encontrarán otra cosa que les gustará.

Nunca en su vida había pensado en tatuarse pero que su primera vez haciendo eso fuera con la compañía de Baji le inundaba el corazón de calidez.

Porque quería más primeras veces y todas en compañía del azabache...

Hola, hola personitas ❤️.

¿Cómo se encuentran el día de hoy? ✨

Bueno, ya ni se que decir, parezco disco rayado de siempre darles las gracias jajaja.

Pero bueno, espero les guste.

Comentarios, sugerencias ———>