• Capítulo diez •
• Confesión estando borracho •
¿Qué tan rápido podía pasar el tiempo cuando estás con la persona que amas?
La respuesta era clara y concisa, demasiado rápido.
El invierno había termino y los exámenes finales para obtener el certificado que los hacía huir de aquella institución llegaban a su fin, los resultados de las universidades a las que postularon empezaban a pisarles los talones y las fiestas de fin de año iniciaban esos días.
Cinco meses habían pasado como un suspiro, realmente había tantas cosas que se habían acumulado en aquella relación que no sabía en qué momento su corazón saldría de su pecho para permanecer con su verdadero dueño.
"– Kei. — Escuchó antes de sentir una mano sobre sus cabellos— Ya debes empezar a arreglarte para ir con los chicos.
– ¿Tú irás? — Pregunto con obvias intenciones antes de acurrucarse más en el pecho del rubio— Podemos quedarnos aquí y dormir todo lo que podamos.
– Keisuke. — Un ligero asentimiento fue lo único que pudo dar al escuchar el tono de reproche que le daba su pareja — Le prometiste a Mikey que irías."
Un pequeño y caso inaudible gruñido salió sin permiso, maldito Michael y sus estúpidas fiestas de mierda; claramente Chifuyu estaba invitado pero que Takemichi hubiera gritado en la junta un rotundo no, era algo inevitable.
"– Fuyu...
– No, Kei. — Musitó con tranquilidad el de iris azules, endulzandole el oído— Aparte yo me quedaré a dormir con Takemichi y madre trabajará en la noche."
La calidez que embriagaba su corazón lo hacía retener los suspiros enamorados que soltaría todo el día, que sus dos personas favoritas en el mundo se llevarán tan bien le otorgaba felicidad infinita.
Con pesadez tuvo que abandonar la comodidad de los brazos ajenos para salir la cama matrimonial del departamento de Chifuyu.
Ciertamente sus mejores amigos le cuestionaban algunas veces, si, había tenido un acto sexual con Matsuno; y la respuesta era no.
Podían compartir cama, ducha y hasta cierto punto andar en ropa interior frente a él otro cuando los días tenían temperaturas extremas — la mayoría del tiempo en esa primavera— pero ciertamente no pasaban a más.
Los besos compartidos dónde sus lenguas jugueteaban y sus manos acariciaban al otro también se habían implementado pero sinceramente nunca habían hecho algo para seguirlo.
Pero, en definitiva, estar con el rubio que le daba confianza, tranquilidad y complicidad era más íntimo que tener sexo.
"– ¿Dónde dejé los pantalones negros? — Indagó al momento de abrir el clóset ajeno y amarrar su cabello en una coleta baja—
– Kei...
– Mhm. — Soltó el pequeño sonido, dando a entender que estaba prestando atención al empezar a abrir los cajones—
– Todos tus pantalones son negros."
Su sonido favorito del mundo llegó a sus oídos, escuchar reír a Chifuyu siempre serían un placer para él.
Con cierta familiaridad abrió los cajones que Matsuno se había encargado de dejar para su uso, haciendo, que se percatara que ya no podía decir que era simplemente el closet de Chifuyu.
Era el ambos, porque ahora entre los suéteres colgados de su pareja se encontraban varias de sus chamarras y en los cajones de ropa que en algún momento estaban vacíos ya se encontraban llenos por sus pertenencias.
En el momento que encontró los pantalones negros rasgados de las rodillas se tomó la pequeña insolencia de reír, el rubio siempre acomodaba su ropa cuando la dejaba aunque vivieran con un piso de diferencia.
"– ¿La playera blanca o la roja? — Preguntó al momento de sacar las dos prendas mencionadas y enseñarselas al más bajo que se encontraba jugando con Peke J— Me llevaré la chamarra negra de cuero.
– Blanca. — Musitó el menor al señalarla y después abandonar la cama— Yo usaré la roja."
Con cierta diversión alzó una de sus cejas y dejo a la vista sus caninos superiores, pasando con lentitud la lengua por la punta de ellos; una de las cosas que empezaba a hacerse costumbre en Matsuno era utilizar su ropa y en realidad no le molestaba — al contrario—.
Verlo los fin de semana con alguna de sus sudaderas o playeras mientras hacía la comida era de sus recuerdos más preciados.
"– Kei, ¿Te quedarás a dormir con Mikey?
– Probablemente, no suena muy razonable de mi parte salir de la casa de los Sano si llego a tomar."
Y no mentía, en lo absoluto, Baji Keisuke en las calles bajo la influencia del alcohol era un peligro.
El recuerdo de aquel bate metálico chocando contra las ventanas y parabrisas de los autos estacionados en la calle donde vivía Mikey seguía haciéndolo reír, pero estaba seguro que a Chifuyu no.
Sintiendo la mirada en su espalda, empezó a desprenderse de las prendas que portaba, empezando por el viejo pantalón de chándal gris que ocupaba normalmente cuando era un día de descanso para ellos.
"– ¿Puedes pasar a dejarme con Takemichi antes? — Cuestionó su pareja, antes de pasar a su lado y abrir el closet—
– Siempre. — Musitó al abrocharse el botón del pantalón —"
Tal vez fue el instinto pero al momento que vio a Matsuno empezar a desvestirse, sus ojos lo traicionaron y empezaron a recorrer sin pudor alguno el cuerpo ajeno.
La piel de Chifuyu era blanca — como la leche—, sus caderas eran un poco más anchas que las suyas y la curva de su cintura era más pronunciada.
Sin mencionar que sus hombros eran más pequeños y sus brazos más delgados, también sus manos tenían un tamaño inferior y estaba fielmente agradecido por ello; porque podía sostenerlas completamente.
En el momento que su playera se deslizó para cubrir su vista, se dió cuenta de que la prenda le quedaba holgada cuando a él se le pegaba al cuerpo.
"– ¿Crees que deba llevarme la sudadera blanca o...
– La blanca con negro que está al lado, se vería mejor con esos pantalones. — Sugirió terminando de ponerse la ropa y soltando su cabello—
– Es tuya, Kei."
Sin mencionar nada le regaló una pequeña sonrisa antes de despeinar su cabello y salir de la habitación, la palabra « nuestra » recorría su mente y por ello había decidido guardarsela.
El hecho de que estar con Chifuyu empezará a ser tan cotidiano, le daba la señal de que sus sentimientos se estaban extendiendo más de lo que se imaginaba.
"– Estoy listo. — Escuchó decir al rubio antes de que tomara su mano— vamos."
El ver la sudadera que el había sugerido cubriendo el cuerpo de Matsuno, lo hizo sentir hogareño.
"– Kei. — Lo llamó con cariño el ojiazul antes de detener sus pasos— Te quiero."
Un ligero golpe en su corazón fue dado — y no en el buen sentido—, al verse reflejado en las pupilas de su pareja.
¿Estaba mal si le mencionaba que la palabra querer era muy pequeña a comparación de lo que sentía?
"– Te quiero más Fuyu, mucho más."
Las risas que inundaban la sala de la familia Sano retumbaban en sus oídos, mientras veía con atención el último vaso que había ingerido.
¿Cuántos llevaba?
Honestamente había perdido la cuenta después de la sexta bebida que Pah le había extendido, todas con algún alcohol diferente.
"– Ba-chin. — Musitó el bartender del momento pasando su brazo sobre sus hombros— ¿Y el pequeño Chifuyu?
– Con Takemichi. — Bufó quitando el brazo ajeno — Mierda con Takemichi.
– Takemicchi es genial. — Aceptó un ebrio Kazutora sentándose a su lado, logrando que un gruñido de molestia retumbara en su garganta — Si yo fuera Hina también estaría con él.
– ¿Con Takemicchi? — Interrumpió el joven líder de la ToMan sentándose en la pequeña mesa que tenían en el centro del lugar — Todos estaríamos con él.
– ¿Hasta Chifuyu? — Cuestionó en su momento de ebriedad dejando salir aquellas pequeñas dudas— ¿Creen que Fuyu estaría con él?
– Bueno, todos pensábamos que Takemicchi era pareja de Chifuyu. — Respondió Pah quitándole su vaso para ir a preparar otro tragó— Siempre estaban juntos y se llaman por esos apodos.
– ¿Apodos? — Interrogó siguiendo con la mirada al líder de la tercera división—
– Baji, son mejores amigos, ya deja de pensar eso. — Irrumpió Mikey a sus espaldas— No le des...
– Pah-chin ¿Cuáles apodos? — Volvió a preguntar, ignorando las palabras de su amigo—
– Ya sabes, esa mierda de Fuyu, Yuyu y Take o Micchi. — Se sincero el mencionado antes de voltear el líquido transparente de una botella que no alcanzaba a leer— Luego se lo dicen en público y...
– Ya cállate Pah. — Pidió Mitsuya antes de sentarse al lado de Mikey— Son mejores amigos, es estúpido lo que dices.
– ¿Eh? ¿Por qué sería estúpido? Chifuyu es novio de Baji y solo lo escucho gritar "Baji-san". — Soltó con molestia Pah antes de entregarle su vaso — Es raro."
Con el ceño fruncido, tomo todo el contenido de su vaso para levantarse del lugar, la molestia recorría lentamente su cuerpo al igual que sentía que en cualquier momento empezaría a golpear al que se le pusiera enfrente.
Con pasos rápidos, recorrió el lugar antes de llegar a la puerta donde Manjiro guardaba su objetivo; el bate metálico que utilizaban hace un par de años.
En el momento que el frío metal estuvo entre sus manos, pudo escuchar a la lejanía como sus amigos gritaban su nombre siendo ignorados olímpicamente.
Saliendo de la casa pudo observar su bella Goki, esperándolo, como cada vez que tenía uno de sus arrebatos de ira.
Siempre había pensado que el alcohol hacía que el tiempo fuera más rápido, pero hasta él se sorprendió en el momento que se encontraba en un viejo estacionamiento con autos abandonados; abollando sin piedad cualquier carro y rompiendo por frustración los vidrios.
Una risa socarrona escapó de sus labios, irónicamente, había ido a un lugar con autos sin dueño porque había pensado inmediatamente en que Chifuyu podría molestarse.
"– Parece que estás muy ocupado. — Dijo alguien a sus espaldas haciendo que chasqueara la lengua— Pero siempre diré que me gustas.
– Pensé que te quedarías a dormir con Takemichi.
– Yo pensé que estarías con Mikey. — Reprochó el menor aún estando detrás de él— Continúa.
– ¿Qué?
– Estás molesto, así que continúa. — Ordenó el rubio — Hazlo Keisuke."
Sinceramente sabía que algo no estaba cuadrando en todo aquello, no sabía si era el efecto del alcohol pero la voz de Matsuno se escuchaba demasiado tranquila para esa situación; también sabía perfectamente que Mitsuya o Mikey lo habían llamado pero no entendía el como había dado con el lugar.
"– ¡Me enoja que todas las chicas de la escuela se te queden viendo desde el día que llegaste sin tu estúpido disfraz de sabelotodo! — Gritó su pequeño novio pasando a un lado de él y estampando un tubo de metal en el parabrisas de un viejo convertible— Te toca.
– ¿Qué?
– Bien, entonces voy de nuevo. — Aseguró Chifuyu antes de tomar impulso y darse la vuelta— ¡También me enoja cuando las chicas del complejo saludan a madre y le entregan cartas de amor para ti!"
Honestamente no sabía que le sorprendía más, el fuerte ruido de los vidrios estrellándose, la manera en la que su pareja estaba destruyendo todo sin piedad o las declaraciones que estaba soltando sin piedad.
"– ¡El cabrón de Takemichi me hace sentir celoso! — Confesó al dar un golpe firme en la cajuela de una camioneta—
– ¡Odio completamente cuando paras nuestros juegos previos! — Gritó el rubio tomando impulso para abollar una puerta—
– ¡Es una porquería que vayan a la biblioteca a declararse!
– ¡Es estúpido cuando le crees a Pah!
– ¡Es una mierda cuando dejas que Mikey se cuelgue de ti!"
Los fuertes golpes seguían retumbando por el lugar al igual que las confesiones, sacando aquella molestia que nunca se había atrevido a ventilar; de vez en cuando dirigía la mirada hacia Matsuno, deleitándose con ver la bonita sonrisa que ponía para después observar como repartía golpes con toda su fuerza.
"– ¡Te amo! — Confesó con un último gritó antes de tirar el bate y dejarse caer de sentón en el suelo— Mierda Chifuyu, te amo como no tienes una idea.
– ¿Me amas? — Cuestionó el menor antes de abandonar el encapotado de un auto y tirar el tubo que tenía— Kei.
– ¡Mierda! No sabía cómo decírtelo, se que es repentino y...
– Te amo Kei. — Musitó con tranquilidad el más bajo antes de tomar asiento entre sus piernas— Estoy completamente enamorado de ti."
No sabía si el alcohol había abandonado su sistema debido a todo el ejercicio que había efectuado al deshacerse de su enojo, pero, agradecía estar en sus cinco sentidos para escuchar eso.
El miedo de confesar aquel sentimiento lo había atormentado más que nada, pero, como era costumbre del rubio — él cuál estaba recargado en su pecho— siempre lo sorprendía.
"– Volvamos a casa. — Musitó con cuidado Chifuyu— Haremos palomitas y veremos la trilogía de a todos los chicos de los que me enamore.
– Es una mierda.
– Una mierda que verás conmigo. — Contesto con burla el rubio uniendo sus manos—"
Si, en definitiva la vería, porque prefería ver mil películas malas para ver sonreír a Matsuno...
Hola, Hola personitas ❤️.
¿Cómo se encuentran el día de hoy? 🌟
Espero que muy bien.
Gracias por los comentarios tan bonitos que dejan, en serio son super bellos.
Comentarios, sugerencias ———>
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