• Capitulo diecisiete •
• Cumpleaños •
El vago recuerdo de aquella salida a Shirakawa estaba quedando como una de las experiencias que no les gustaría vivir nuevamente — claro solo por las visitas exteriores a sus abuelos—, el hecho de por fin conocer a la mamá de Chifuyu y ser recibido con los brazos abiertos esa misma noche que fue el declive nuevamente con su tía había logrado que su perspectiva cambiará totalmente.
Siempre había respetado a su familia, claramente su madre no lo había malcriado pero en cierta manera un nuevo sentimiento estaba naciendo al ver cómo Matsuno se estaba agregando a ese pensamiento como si realmente el rubio se convirtiera en uno de los eslabones principales para él.
Las vacaciones de invierno por fin habían llegado, la nieve cubría por completo Shibuya y el chocolate caliente en sus manos le recordaba que su pareja amaba con locura esa época del año.
El festejo de sus cumpleaños estaban a la vuelta de la esquina pero extrañamente su tiempo juntos se había delimitado bastante.
La sorpresa que estaba planteando con su pequeño grupo — Kazutora, Kokonoi, Emma y Hinata —, se estaba llevando a la perfección; la renta de las cabañas dónde irían el fin de semana en compañía de sus amigos ya estaba cubierta y unos de los muchos regalos que planeaba ya se encontraban escondidos en la casa de Koko.
Pero, el hecho de ver el librero de su casa con todos los tomos de NANA le estaba dando inquietud porque ¿Ahora que manga podría darle a Chifuyu?
Su dulce y pequeño novio ama leer Shoujo, le encantaban las historias de romance y todas las cosas cursis que ilustraban en ellas pero nunca había entendido como escogía las historias que leería.
La idea de llamar a Hanagaki seguía presente pero ciertamente Chifuyu se le había pasado tanto tiempo con él en esos días que no dudaba que en ese momento se estuviera alistando para ir con él.
"– Kei, ¿Vas a salir hoy? — Inquirió la luz de su vida al salir de la habitación ya listo— Hoy veré a Mikey y a Mitsuya.
– Mhm. — Afirmó tomando de la taza en sus manos— Veré a Tora y Emma y creo que se nos unirá Pah-chin.
– ¿A qué hora? — Una extensa sonrisa se plasmó en su cara al escuchar aquello, Chifuyu nunca fue celoso, pero que Pah no entrará en su categoría de amigos cercanos le divertía— Pasare a comprar unas cosas al supermercado para el fin de semana por si...
– Si Fuyu, pasaré por ti. — Aclaró antes de que su lindo novio terminará— Me iré a arreglar."
Dejando a un lado la taza y asegurándose de despedirse con un corto beso, decidió emprender todas sus labores importantes que aún le quedaban por hacer.
Por supuesto la primera era ir a buscar a esa librería cerca de la casa de Pah algún manga que tal vez le agradaría a su novio.
Observando claramente sus cajones de ropa pudo percibir que su nueva sudadera estaba desaparecida y que Peke J se encontraba acostado sobre una de sus playeras, Chifuyu no era desordenado pero estaba completamente seguro que está vez el causante de aquel robo era el rubio que vivía a su lado.
Midiendo el tiempo que aún le quedaba se arregló rápidamente para después murmurar un " Nos vemos Peke J" y dejar el departamento para emprender su camino.
El pensamiento de mandar al taller su motocicleta para que estuviera en perfectas condiciones el fin de semana estaba presente y estaba seguro que se daría una escapada después de regresar a casa para dejar su Goki con Shinichiro.
El camino era fresco y sentía sus manos heladas debido al frío, maldecia internamente por no sujetar su cabello antes de emprender camino y simplemente se dejaba llevar por las conocidas calles.
Cuando estuvo frente al lugar pudo divisar la cabellera tan característica de Kazutora que se reía junto a Koko mientras la única mujer en la familia Sano volteaba los ojos.
"– Hey. — Todas las miradas se dirigieron a él en el momento que saludo— ¿Llegaron hace mucho?
– Bueno si un cabrón no fuera tan impuntual, lo sabría. — El reclamo de Koko lo hizo mostrar sus afilados colmillos antes de empezar a reír— ¿Dónde mierda estabas Baji? ¿Crees que tengo todo el día?
– Se que no lo tienes por eso Inui se la pasa en nuestro departamento el fin de semana. — Se burló antes de sujetar el hombro de Emma y empezar a caminar — Vamos, estamos atrasados."
Los insultos y maldiciones de Kazutora y Hajime lo hicieron reír al entrar al lugar, los escaparates estaban llenos y la gente se aglomeraba en algunos puntos del lugar; si, era demasiado sociable pero en esos momentos prefería evitar tantas personas.
"– Lamento decirte Ed, pero toda la sección de Shoujo está llena. — La voz de Emma lo saco rápidamente de sus ganas de tirarse por el ventanal y observar con atención lo que decía—"
Lo entendía, mierda, era obvio que todos los lugares estarían llenos en esas épocas, faltaba poco tiempo para navidad pero aquella voz en su mente le imploraba todos los días diez minutos más con Chifuyu —los cuales se convertían en horas—.
Un suspiro frustrado salió y sus piernas se empezaban a mover solas.
Ese cumpleaños sería inolvidable y no daría su brazo a torcer por pequeños problemas.
Los pequeños balbuceos que salían de los labios de Chifuyu estaban a punto de causarle un ataque de risa, el sonrojó en las mejillas de su pareja lo hacían ver las tierno mientras intentaba cerrar la mochila para irse rumbo a la cabaña donde harían su festejo.
"–¡Baji-san! — Y ahí estaba el primer chantaje de Matsuno— Pero todavía no podemos irnos yo, yo,..."
Un pequeñito bufido fue el remplazo a la carcajada que realmente quería salir, si, Chifuyu siempre lo iba a tener en la palma de su mano pero por esa ocasión no.
Dejando a un lado el cierre, tomo la cintura ajena — si aquella que ya conocía a la perfección— acariciando los costados y sacando pequeños suspiros en el rubio.
"– Te amo Fuyu, pero ya debemos irnos. — Musitó con tranquilidad deleitándose con las mejillas sonrojadas— Te espero abajo."
Escuchando aún las rabietas del más bajo tomo entre sus manos su equipaje para después tomar la transportadora que contenía a Peke J, todos sus amigos estaban invitados y a su madre le tocaba trabajar todo el fin de semana y por ello no podía dejar al pequeño minino.
El timbre de la puerta sonando lo hizo gruñir, era, como si el mundo quisiera retener su huida a aquel lugar.
"– ¡Llegó! — El grito del menor lo hizo fruncir el entrecejo mientras observaba como salía con un abrigo puesto— Espera Kei."
Sin poder rechistar tomo asiento en el sillón de dos personas, mientras trataba de escuchar los pequeños susurros que se llevaban acabo en la puerta de su hogar; no tenía ni la más mínima idea de lo que tramaba Matsuno pero sin duda el recibiría gustoso todo lo que el menor le diera.
El estrepitoso "TADAN" que Resonó por el lugar lo hizo voltear inmediatamente al ver cómo un pequeño gato blanco estaba en los brazos de su novio.
"– Este chiquito se estuvo quedando con Takemichi hasta hoy. — Comento con alegría su pareja al percatarse de su cara — Lo adoptamos hace unas semanas, pero es adorable y tú dijiste que querías que nuestra familia creciera en algún punto.
– Siempre me sorprendes Fuyu, en definitiva me encanta. — Musitó al dejar las cosas que llevaba en sus manos para acercarse a él mencionado— ¿Por eso habías ido tanto con Hanagaki?"
El ligero asentimiento que estaba observando como respuesta lo hizo sonreír, con cuidado tomo a su nuevo amigo entre sus manos para verlo de cerca.
Podría jurar que era el mellizo de Peke J, a excepción del pelaje albino que tenía todo lo demás era igual, en especial esos ojos filosos de tonos amarillos.
Con cuidado dejo un pequeño beso en la frente de Chifuyu para empezar a acariciar la cabeza de su minino, escuchando pequeños ronroneos de satisfacción.
Antes de que cualquiera de sus dudas fuera mostrada, el rubio enseño la transportadora que se mantenía en la puerta y la idea de necesitar un carro empezaba a nacer debido a que no sabía cómo iban a llevar en esos momentos dos pequeños gatos.
El revoltijo de emociones en cuanto iniciaron el viaje fue demasiado, cada tres kilómetros bajaba la velocidad y confirmaba que sus tres pasajeros fueran bien; también intentaba ir más cuidadoso de lo normal en las curvas y procuraba no hacer movimientos bruscos.
Tal vez la hora que debían hacer de camino se tardó aún más, convirtiéndolos en los últimos en llegar al lugar y con sus amigos esperando fuera de la pequeña casa de madera con sonrisas y tazas en las manos.
"– Son los anfitriones y son los últimos en llegar. — Bufó con molestia Manjiro antes de ayudarlos a bajar sus cosas— Hemos hecho café y para Yuyu un chocolate."
El claro tic en su ojo izquierdo se hizo notar, que Mikey se hiciera cercano a su novio fue sin duda algo que no esperaba; entendía que Matsuno era adorable pero no podía deducir que había llevado a esos dos acercarse.
Salian juntos y algunas veces Mikey se quedaba con ellos a dormir — tal vez tres veces desde que vivían juntos—, y Chifuyu le hablaba con cariño y en cierto punto como si fueran hermanos.
"– Oi Baji, ¿Verdad que el regalo de Yuyu es el mejor? — Y ahí estaba la otra persona que le causaba cierta curiosidad en su relación con Chifuyu—
– Claro que si, Kazutora."
Antes de darse cuenta ya se encontraban dentro del lugar, Chifuyu reposando en su regazo junto a sus dos mininos con ellos; era la primera vez que festejaba fuera de la ciudad pero se sentía tan cálido que no le molestaría volver a hacerlo.
Juntar sus festejos fue lo mejor, aunque de su cumpleaños ya había pasado un mes y para el de el rubio faltarán días.
La tarde quedó entre risas, comidas, chistes malos y un gran pastel que tuvo fin entre todos los presentes; los regalos que recibieron cada uno los agradeció desde el corazón.
Sin duda alguna todo había salido bien, claro hasta que interrumpieron en su habitación cuando Chifuyu gritó por la caja que se encontraba ahí.
"– ¡Micchi! ¿Tú le dijiste? — Los saltitos que daba el rubio por el lugar solo lo hacían más feliz— Oh por dios, estuve buscando los Tomos de Horimiya desde hace años."
Si, en definitiva podría ser el mejor cumpleaños; pero aún llevaba el peso de esa cajita aterciopelada en el bolsillo por el miedo al rechazo.
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