• Capítulo cinco •
• Cafetería •
Las risas contundentes en el santuario Musashi empezaban a molestarle al igual que las miradas llenas de burla que los demás fundadores de la ToMan le dedicaban desde que habían empezado la reunión.
Ciertamente no pensaba contarle a ellos acerca que Matsuno había tomado el primer paso para declararse, pero, no esperaba que Hanagaki se los comentará.
"– Fuyu fue más valiente. — Soltó Kazutora entre pequeñas risas— Digo, tú estabas dudando en decirle que te gustaba.
– Edward ¿No crees que estás exagerando? Chifuyu ya te dió la señal que esperabas, ahora solo tienes que decirle que te gusta.
– Claramente evitando decirle que eres un maldito acosador desde que llegaste de la suspención. — Afirmó con diversión Draken al tomar de la lata de refresco que tenía en la mano— No puedo creer lo malditamente obsesionado que estás Baji.
– Tiene problemas Kenchin."
Un pequeño gruñido de molestia fue emitido rápidamente desde su garganta, en definitiva quería a todos sus amigos, pero precisamente por conocerlos a la perfección había evitado tocar el tema de Chifuyu.
Habían pasado dos días desde la declaración del menor, dónde, lo había dejado sin palabras durante toda la fiesta; ciertamente ese mismo día iba a decirle lo que sentía pero más tardo en decidirse en lo que Matsuno ya había huido completamente del lugar.
Necesitaba consejos y ciertamente al único que se lo pediría sería a Mitsuya Takashi — el cual siempre lo había ayudado en eso de sus indecisión— pero Takemichi, el maldito llorón había abierto la boca.
"– Ba-chin. — Lo llamó con curiosidad Pah dejando de lado las burlas— ¿Realmente te gusta ese chico?"
Un suspiro lleno de cansancio fue emitido por él sin ser conciente, ¿Qué clase de pregunta era esa?
¡Bendito infierno!
Matsuno era literalmente un jodido sol en su mundo, llamaba la atención inmediatamente por ser tan brillante y mantenía a todos atentos por lo lindo que era.
Pero, no fue eso lo que empezó a que el sentimiento creciera de eso estaba seguro.
Le gustaba ver a Chifuyu reír, mientras sus ojos se cerraban y un pequeño sonrojo aparecía en sus mejillas inmediatamente haciendo que se viera tierno; también le encantaba ver sus reacciones cuando leía un manga y lloraba, reía o maldecia junto al protagonista — él lo sabía mejor que nadie porque normalmente leían juntos— o simplemente estaba eclipsado cuando estudiaba poniendo su cara de concentración mordiendo su labio inferior.
Sin mencionar las veces que Chifuyu se sentaba en las escaleras del cuarto piso para contarle su día y regalarle las mejores platicas, también las veces que llevaba a Peke J a su encuentro para que jugará con él; simplemente había tanto que la palabra gustar parecía quedar corta con lo que sentía.
"– Si, me gusta. — Declaró con una sonrisa— Me gusta bastante.
– Bueno eso era lo que queríamos escuchar. — Interrumpió Mikey dándole una palmada en la espalda— Ahora ten las pelotas y dile que te gusta o estarán tan pequeñas que nunca las verá.
– Michael...
– ¿O quieres terminar como Kazutora? ¿Siendo el mal tercio siempre? — Cuestionó con diversión el comandante de la ToMan—
– Deja de burlarte de Tora. — Hablo por primera vez Mitsuya después de escuchar toda la conversación— Él solo está esperando a alguien que lo ame.
– Mitsuya. — Escuchó como el castaño con mechones rubios hablaba con felicidad— Te amo a ti porque...
– Uh, lo siento Tora pero Shinichiro dice que no me convienes. — Musitó con diversión Takashi logrando que las risas inundaran el ambiente—
– Cabrones, hijos de puta. — Susurro Hanemiya causando que el ambiente se embriagara entre carcajadas—"
Cuando las risas dejaron de ser emitidas dirigió por inercia su mano al colgante que llevaba en el cuello, aquel que denominaba como su tesoro; que sus amigos lo apoyaran le hacía sentir querido como si nada pudiera salir mal.
Un fuerte golpe en su cabeza logro descolocar sus ideas rápidamente al mismo tiempo que sentía como su teléfono celular era arrebatado de uno de sus bolsillos para terminar en manos del rubio bajito que siempre lo sacaba de sus casillas.
"– Pah, Kenchin, agarrenlo. — Ordenó con una sonrisa maliciosa — Mañana es tu cumpleaños Edward.
– Oh vaya, el tonto descubrió América. — Mascullo Kazutora al sentarse a un lado del líder de la pandilla— Todos sabemos eso, Mikey.
– ¿Eres estúpido Kazutora? ¿O tu mamá te dejo caer de pequeño? — Interrogó con el ceño fruncido Manjiro antes de soltar un suspiro—
– Mikey. — Llamó con tono molesto Draken viendo al pequeño chico— Sabes que no puedes decir eso, a Kazutora su mamá si lo tiró de crío."
El ceño fruncido del chico de ojos amatista fueron a parar directo a su persona antes de escuchar como murmuraba un "A Baji, madre lo olvido en el supermercado" logrando que toda la atención fuera hacia él.
"– Retomando el tema. — Dijo con seriedad Mitsuya— ¿Qué planeas Mikey?
– El plan de conseguirle un novio bonito a Edward. — Soltó con seriedad al pararse frente a él—
– ¿Qué? — Cuestionaron al mismo tiempo los chicos —
– El plan de conseguirle un novio bonito a Edward. — Repitió antes de teclear rápidamente en su teléfono— Cabrones sordos.
– Y..."
Antes de que alguna pregunta llegará a ser emitida el sonido de un mensaje se escuchó, reconocía perfectamente eso, era Chifuyu y ver a Mikey y Kazutora reír no le daba buena espina.
"– Chifuyu. — Habló Kazutora tratando de imitar su voz— Mañana es mi cumpleaños y pensaba que podríamos pasarlo juntos.
– ¡Claro que sí Baji-san! — Exclamó con tono chillón Manjiro terminando de mandar otro mensaje— Mañana termino mi turno en la biblioteca a las cinco ¿Hay algún problema?
– Oh, no hay problema Chifuyu, ¿Paso por ti? — Leyó el del tatuaje de tigre haciendo una mueca de preocupación— ¿O nos vemos en otro lugar?
– ¿Podemos vernos en nuestro lugar Baji-san? — Musitó Manjiro inmediatamente al recibir un nuevo texto— Lo vería cinco treinta.
– ¡Claro que sí Chifuyu! ¡Estaré esperando!"
Con pesar bajo la mirada antes de golpear a Pachin y Draken, al diablo decir que esos cabrones eran su tesoro, solo se estaban divirtiendo a sus espaldas.
"– ¡Ya tenemos todo planeado! — Gritó Manjiro al regresarle su teléfono— Ver las películas de Emma por fin tendrá sus frutos Kazutora.
– Estoy de acuerdo. — Afirmó el mencionado mientras depositaba una palmada en su hombro— Mañana te mandaremos los datos Baji, todo saldrá bien."
Bueno ¿Qué podría salir mal?
En definitiva todo podía salir mal cuando aquellos cinco habían interrumpido todo el día, casualmente se los encontraron en la plaza donde habían ido a caminar, para después descubrir que eran fotografiados por ellos y al final — el maldito y jodido final— habían arruinado la función de cine mucho antes de que empezará.
"– Baji-san. — Lo llamó con diversión el bonito chico de ojos azules al tomar su mano— ¿Ya acabamos con la idea de Mikey y Kazutora?
– Tú ¿Tú lo sabías? — Cuestionó al detener su paso y rascar su nuca nervioso— Yo lo siento, esperaba que hoy fuera algo para recordar."
El pequeño tintineo de la risa de Chifuyu llamo toda su atención, si, no estaba acostumbrado a disculparse con nadie pero en esa ocasión sentía que era necesario.
"– Está bien, de hecho todavía falta para la reservación que hice. — Aclaró su acompañante regalandole una de sus tantas sonrisas bonitas que lo aliviaban inmediatamente— Pero podemos ir caminando hacia el lugar.
– ¿Cómo te enteraste?
– Takemichi, me habló en la noche diciendo algo de nuestra cita de hoy era fácil de adivinar que Mikey le había dicho. — Respondió sin dejar de avanzar hacía la salía— Aparte Emma-chan me mandó un mensaje hoy.
– Ese cabrón de Takemichi."
Sin recibir una respuesta solo siguió a a Chifuyu durante todo el camino, podía observar como el rubio lo veía una que otra vez y en algún momento reafirmó el agarré entrelanzando sus dedos — como era su costumbre—.
Realmente no tenía idea de dónde iban, el reloj marcaba seis cuarenta y cinco y las calles empezaban a verse más vacías junto a las hojas de diversos colores cálidos bajo sus pies empezaban a agruparse por el pavimento; normalmente se quejaría del clima si fuera con otra persona pero en esa ocasión podía sentir calidez emanar de todo su ser sin problemas.
"– Baji-san. — Habló con su pacífico tono de voz característico Matsuno al detenerse— Quería ir a un café con gatos pero en ninguno había reservaciones, pero creo que este también es divertido.
– ¿Qué?"
Por inercia dirigió su mirada al local que tenían frente a ellos, llevándose una grata sorpresa que generó una sonrisa sincera y casi invisible; un manga café siempre estuvo presente cuando planeaba invitar a salir a Chifuyu pero que el mencionado lo haya pensado para un momento especial lo hizo feliz, demasiado feliz.
El ligero jalón en su mano fue la señal para que empezará a caminar, observando al entrar varias cosas que hacían al lugar hogareño.
El piso alfombrado de un azul tenue acompañado de varios sillones en tonos vino fue lo primero que pudo divisar, para seguir disfrutando el olor a café recién hecho que inundaba el ambiente — suponía que era por la estación del año— culminando con grandes libreros de caoba lleno de viejos, nuevos y cuidados Tomos que le indicaban la temática del lugar.
El lugar estaba medio vacío — o medio lleno— dejando solo algunos sitios libres que podría disfrutar con Matsuno.
"– Vamos Baji-san, ya pedí lo que queríamos. — Mencionó Chifuyu volviendo a tomar su mano, que extrañamente no se había percatado que soltó, para empezar a caminar por un pequeño pasillo— Nadie sabe de este café, ni Takemichi.
– ¿Ni Takemichi? — Repitió dejando que sus pies siguieran al de iris azulinas—
– Me gusta tener mi momento de paz. — Soltó con diversión al detenerse frente a una gran puerta e introducir la llave— Por ello es que siempre rento algún cubículo, pero si es con Baji-san me sentiría aún más tranquilo."
Procesando rápidamente las palabras, se dejó guiar hasta dentro del lugar observando una pequeña estancia, de colores neutros.
"– Cuando leemos manga en las escaleras en uno de los momentos más felices del día. — Comentó Chifuyu al acomodar un sillón cama — Así que buscando opciones decidí traerlo aquí a festejar ¿Es muy aburrido?
– No, es perfecto. — Musitó al observar con atención— Iré por los mangas ¿Quieres alguno en específico?
– Cualquier Shojo está bien. — Aclaró el menor mostrando un ligero rubor en sus blancas mejillas— Gracias."
Dando un pequeño asentimiento regreso a los grandes libreros, observando cada una de las secciones; teniendo en cuenta tomar alguna historia Shounen.
En el momento que llegó con seis pequeños tonos al lugar, divisó en la pequeña mesa dos tazas humeantes y un par de platos con algunos postres que le llegaban a gustar.
"– Es chocolate caliente, para el frío. — Explicó inmediatamente Matsuno al recibir los tomos que le extendía— Y los postres son en compensación a un pastel.
– Gracias, Chifuyu."
Se descalzo rápidamente las botas que llevaba para acomodarse al lado del más bajo en el mullido sillón, sintiendo como inmediatamente la cabeza del menor se acomodaba en su hombro; realmente no podía pedir más ese día y estaba seguro que sería un cumpleaños para recordar.
"– Chifuyu. — Llamó antes de empezar su lectura—
– Si, Baji-san.
– Tú también me gustas. — Confesó antes de abrir el pequeño libro que sostenía entre sus manos— Y el próximo beso, no será uno indirecto."
Una ligera risa escapó de sus labios al observar como los grandes ojos azules se posaban sobre él con sorpresa y el color rojo se apoderaba del rostro ajeno logrando que la imagen de Chifuyu avergonzado se convirtiera en una de sus favoritas.
En definitiva ese cumpleaños sería recordado...
Hola, hola personitas ❤️.
¿Cómo se encuentran el día de hoy?
Bueno realmente se me olvidó poner publicar en esto jajajaja, una disculpa.
Gracias por seguir aquí, leyendo esta locura amorosa-graciosa-tragica que escribo.
Espero les esté gustando.
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