7.

Una mano se posó en el hombro del Uchiha y en el momento en que éste volteó para ver quién era, un puñetazo se impactó directo en su pómulo haciendo que el azabache terminara perdiendo el equilibrio.

El compañero de misión de la peliazul se había percatado de aquel acto y sin pensarlo dos veces le lanzó un golpe al troglodita de Sasuke.

Tan pronto como el Uchiha se puso de pie, Shikamaru rodeó a Jin con un brazo, haciendo evidente para el del sharingan que ellos dos estaban juntos.

— Vaya así que ahora la señorita está de servicio contigo— rió un poco.

— Será mejor que no vuelvas a faltarle al respeto de ningún modo.— le advirtió el del clan Nara.

Sasuke levantó las manos en señal de inocencia.

— Para nada, toda tuya. Disfrútala campeón.— al terminar su frase dirigió una mirada lasciva a Jin, y acto seguido se retiró a su habitación.

Shikamaru frunció el ceño molesto y confuso por la actitud del Uchiha. Tardó unos segundos para reparar en Jin, que se veía bastante afectada por lo que acababa de suceder.

De reojo el chico se percató que la recepcionista hablaba con otra empleada del lugar, no era necesario ser muy listo para adivinar que aquel par estaban hablando de la Hyuga.

Shikamaru soltó un gran suspiro; no le importaba en absoluto lo que la gente hablara de él, pero le molestaba que esa gente opinara tan a la ligera sobre la moral de su compañera de misión.

— Cariño, tranquila— la rodeó con sus brazos y le dejó un beso en la frente.— Ya pasó todo.

De todos los escenarios posibles Jin jamás imaginó ese, aunque de inmediato cayó en cuenta que el chico lo hacía para seguir aparentando ser una pareja ante los empleados del lugar.

— ¿Podemos ir a la habitación? No quiero estar aquí ni un minuto más.

El ninja asintió, se despegó del abrazo con una ternura genuina y tras ofrecerle una cálida sonrisa a Jin, ambos se dirigieron sin prisa alguna a la habitación que tenían reservada.

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Al oeste de la aldea Naruto se encontraba con Konohamaru, estaba haciendo calentamiento previo para más tarde entrenar con Sasuke.

— Oe Naruto tiene mucho que no hacemos una competencia de jutsu sexy.

Una enorme carcajada salió de ambos al unísono.

— Konohamaru ahora soy un hombre casado, ya no puedo hacer esas cosas o pensarían que soy un señor pervertido.

— Por favor, una última vez.— canturreó el Sarutobi.

Tras pensarlo un poco el rubio terminó accediendo.

— De acuerdo Komohamaru, juguemos un poco
¿Cuál es el reto?— preguntó mientras hacía unos ejercicios de estiramiento.

— Mmmm qué te parece que hagamos jutsus sexys de mujeres de la aldea, pero poniéndoles más curvas.— soltó con una enorme sonrisa.

— Hecho, empieza tú.

Cruzándose de brazos, Naruto esperó a ver el primer jutsu sexy de su amigo.

El primer jutsu sexy que hizo el castaño fue el de Moegi su compañera de equipo, y le añadió un escultural trasero acompañado de un diminuto bikini.

— ¿Qué te parece Naruto Kun?— bromeó el chiquillo mientras movía sugerentemente sus curvas.

— Nada mal, pero el mío será superior, sólo observa.

En un movimiento de manos, Naruto se transformó en una Sakura vestida de colegiala, con el detalle de haberle dado un busto tamaño Tsunade.

— Vaya Naruto, eso sí se ve de lujo.

—Si tan solo Sakura estuviera así...— agregó una voz masculina que se aproximaba a ellos.

De la copa de los árboles descendió Sasuke.

— Pensé que ya no jugabas a esto, perdedor.

— Sólo lo hago a petición de Konohamaru, pero puedes unirte y jugar con nosotros.

Sasuke debía, más no lo hizo así, admitir que una parte de él siempre deseó participar en ese tipo de cosas tontas que se le daban tan bien a Naruto. Por un momento pensó en mantener su postura de "amargado y  aguafiestas" que toda la vida había demostrado, pero al recordar lo sucedido hace un par de horas en el Log Royal, decidió que este tipo de bobadas eran justo lo que necesitaba para distraerse un poco.

— Te ganaría en un instante— dijo con altivez.

— De lo que te pierdes— lo provocó Konohamaru.

— ¿Ah si?, sólo observa enano.

Acto seguido, Sasuke intentó pensar en una mujer que pudiera impactar más que una Sakura con grandes pechos.

De pronto el azabache se convirtió en la legendaria Sannin Tsunade, agregando una enorme  doble de talla de brasiere a la usual.

— Iaghhhhh— expresó el rubio— esos tamaños ya son demasiado grotescos.

— A mi me parece muy grotesco que estés perdiendo el tiempo en estas cosas.

Ninguno de los tres se percataron de la presencia de la nueva señora Uzumaki quien los miraba furiosa.

— Hi-Hinata— rascó su cabello el ojiazul.

La chica los miró de arriba a abajo, desaprobaba de sobremanera ese estúpido juego y más ahora que Naruto y ella estaban casados.

— Te traje algo de comer, porque pensé que estarías entrenando.

Hinata le extendió de mala gana una pequeña cesta con comida a Naruto.

— Gracias.

— Yo... Ya me iba, nos vemos luego hermano Naruto— Konohamaru huyó antes de presenciar la ira de Hinata, y en su mente el ojiazul lo maldijo por abandonarlo.

— Terroncito yo...— la chica no lo dejó continuar y le puso un dedo sobre sus labios para callarlo.

— No, no soy terroncito; Ya no eres un chiquillo, compórtate como un marido de verdad.

La princesa del clan Hyuga se dio la vuelta y se fue de ahí, mientras Naruto y Sasuke quedaron en silencio luego de la escena que la mujer había hecho.

— Wow, ¿siempre es así de... intensa?— le preguntó el azabache.— Recuerdo que era demasiado tímida como para hablarle de frente a alguien.

— Pues esa que acabas de ver es la que yo fui descubriendo.

El azabache le dio una palmada en el hombro a su amigo.

— Ahora entiendo por qué buscas los servicios de la zorrita esa, con una esposa así yo también buscaría tener un poco de respiro en la cama de otra chica.

Naruto enfureció y fulminó con la mirada a Sasuke, con un movimiento abrupto quitó la mano de su amigo haciendo que éste lo viera con desconcierto.

— ¿Qué te pasa imbécil?

— ¡Cierra la maldita boca!

— Ay por favor perdedor,¿ te vas a poner así por una golfa que te calienta las pelotas de vez en cuando?

Por segunda ocasión en el día, el chico recibió un golpe en el rostro por culpa de la peliazul.

— Nunca más vuelvas a hablar así de Jin— exigió mientras sus puños seguían apretados.

Sasuke secó el hilo de sangre que escurría de su boca, por un momento pensó en devolver el golpe, pero luego optó por devolver la agresión de otra forma.

— Cálmate perdedor, no sabía que tú y ella eran amantes, creí que ya sabes, que pagabas por su compañía.

Los ojos azules de Naruto lo miraban con enojo y no perdían detalle de lo que el azabache pudiera decir.

— No, Jin y yo nos conocimos hace poco pero no creo que ella tenga un interés económico en mí.

— ¿Estás seguro?

Sasuke enarcó una ceja.

— Cuida lo que dices, porque puedo darte otro moretón para que te haga juego con ése.

— ¿Vas a golpearme por abrirte los ojos? Dale pues hazlo.

— ¿Abrirme los ojos de qué?

El usuario del sharingan rió con cinismo.

— No puedo creer que seas tan idiota.

Cargado de ira, Naruto tomó de la ropa a Sasuke y lo sacudió bruscamente.

— Déjate de tonterías y ve al grano, di lo que quieres decir.

Sasuke también tomó del cuello de la chaqueta a Naruto y acortó la distancia entre ellos manteniéndole la mirada a su furioso amigo.

— Jin es una mujerzuela, esta mañana la vi entrando al hotel en el que me hospedo acompañada de otro hombre.

El ojiazul trató de buscar una pista de titubeo en la expresión de Sasuke, pero por el contrario, sólo encontró sinceridad en su rostro.

— Estás mintiendo, maldita sea, dime que estás mintiendo.

— ¡No miento!, es más puedes ir a comprobarlo tu mismo, ella se encuentra en este momento revolcándose con Shikamaru en el Log Royal.

Toda la adrenalina que quiso descargar el rubio en una golpiza, la ocupó para irse corriendo hasta el Log Royal.

En cuanto a Sasuke, él veía satisfecho cómo había cabreado a tope a su mejor amigo y de paso también se había cobrado una de las que Jin le debía.

Naruto permaneció en lo más alto de una lámpara que alumbraba la calle, se quedaría esperando para ver si Jin salía del lugar.

Las horas pasaron y cerca de las 7 p.m. la tan esperada respuesta llegó a los ojos de Naruto.

Jin estaba saliendo del Log Royal, la chica iba colgada del brazo Shikamaru, y estos se veían felices.

La mente de Naruto le jugó una mala pasada y al verlos sonriendo sólo pudo pensar:"esa es la misma sensación de falsa felicidad que tuve después de que ella y yo follamos".

Para su sorpresa Shikamaru dejó a la chica en la esquina de la calle y luego se volvió para irse en dirección contraria.

La peliazul caminaba tranquilamente rumbo a casa de Ayame cuando una mano la jaló intempestivamente del brazo y la azotó a la pared del callejón.

El agarre había sido tan repentino que ni siquiera tuvo tiempo de gritar.

La chica levantó la vista y al encontrarse con el par de ojos azules la confusión la invadió por completo.

— ¿Naruto? Pero qué demon...

El rubio no le permitió terminar su frase y le plantó un beso agresivo en los labios.

Hasta aquí el capítulo mis queridxs lectorxs. ¿Qué les pareció?

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