6.
— ¡Llegaste!
—¿Mmh?
La mujer no se contuvo y recibió a su esposo arrojándose a sus brazos para luego depositarle un tierno beso en los labios.
— ¿Dónde estabas? Te esperé para comer porque pensé que vendrías.
Hinata enrolló sus brazos alrededor del cuello de Naruto y éste se sintió un poco incómodo con el gesto de la Hyuga.
—Ah sí— la separó un poco— estuve algo ocupado.
Su mirada viajó hasta la mesa que estaba adornada con velas, copas de vino y un apetitoso platillo para resaltar que era una ocasión especial, se notaba el esfuerzo que su esposa había puesto para realizar la cena.
— ¿Qué es todo esto?
— Lo preparé para nosotros, para que ya sabes— se ruborizó— sea el aperitivo de nuestra primer noche.
El ojiazul hizo una pausa y luego dejó salir un gran y largo suspiro.
— Estoy algo cansado Hinata.
— Ah— dijo con decepción—claro, no pasa nada.
— Hey— levantó su barbilla para que pudiera verlo— estamos bien. Yo también deseo estar contigo pero por ahora solo quiero descansar.
El rubio le dejó un suave beso en la frente para luego subir las escaleras hasta su habitación.
Hinata por su parte se quedó observando la cena que había preparado, no podía ocultar que le dolía que Naruto hubiera despreciado aquel gesto.
— Ya, ya, solo debe estar abrumado por lo que pasó ayer— dijo para sí.
Hinata forzó una sonrisa mientras recogía la mesa y a la par unas discretas lágrimas iban saliendo para escurrirse tímidamente por su rostro.
Ella sabía que la vida de casada iba a ser difícil pero no creyó que tan pronto iba a tener el primer obstáculo en su matrimonio, y lo peor era que sentía que había algo mal, y no sabía exactamente qué era.
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—Jin— le movieron un par de veces— ¡Jin!
— ¿Mmmmmh?— gruñó sin abrir los ojos.
— Hay un joven que te busca.
La anciana esperó que su nieta respondiera pero lo único que obtuvo fue un sonoro ronquido de su parte.
— ¡Niña! ¡Despierta o te saco de la cama a patadas!
Jin sabía que la abuela Hanaro no hablaba en sentido figurado cuando decía "sacar a patadas" realmente lo había hecho en ocasiones anteriores y ella no iba a esperar a sentir la punta del pie de la anciana, rápidamente se levantó y estando de pie talló sus ojos para poder despertar.
— ¿Qué quieres anciana? Por si no te has dado cuenta son las malditas 7 de la mañana.
— No me hables así mocosa, y agradécele a tu amigo que no deja de lanzar piedritas a la ventana, me pidió que te dijera que te está esperando.
— ¿Amigo? ¿Qué amigo?
— ¿Y yo que voy a saber ah? Ni siquiera me quiso decir su nombre.
La chica se asomó a la ventana y pudo visualizar a un joven esperando afuera de su casa.
— ¿Segura que me busca a mí?
— Y yo que sé— la anciana le dió un golpe en su nuca— sal y pregúntale tú misma, no te quedes aquí como estatua.
Jin se puso una bata y luego fue a donde estaba aquel hombre.
— ¿Tú eres Jin?— preguntó.
La chica asintió con la cabeza y lo miró expectante.
— ¿Y tú? ¿Quién eres?
—¿El Hokage no te dijo nada?, soy el encargado de la misión de investigación, me pidieron que viniera por ti a primera hora.
— Mierda, lo olvidé por completo.— se llevó una mano pars golpear su frente.— Dame 15 minutos ya vuelvo.
— Ahm... Ah ¡Oye! ¡Espera!
Jin no escuchó al chico y se metió rápidamente a ducharse, se vistió con su ropa ninja, colgó su mochila en su hombro y minutos después de lo pactado salió para volver a encontrarse con aquel chico.
— Estoy lista— dijo sonriente.
— Mujer te metiste antes de que pudiera darte indicaciones.— soltó con un poco de molestia.
— Ah, bueno es que yo...— el ninja no la dejó continuar.
— Tendrás que cambiarte, por si no lo notaste yo no traigo ropa característica de un shinobi, y lo mismo tendrás que hacer, ponte algo normal y de preferencia algo bonito, un vestido sería adecuado.
Jin sintió sus mejillas arder, no precisamente por sentirse halagada ante la sugerencia, en realidad le había molestado bastante el comentario del chico.
— ¿Y por qué debo ir así? ¡No te quieras pasar de listo! ¡Pervertido!
El hombre rodó sus ojos al escuchar la molestia de la chica.
— A donde vamos a investigar es un maldito hotel de lujo, y si no te lo mencionaron no deben saber que hacemos una investigación como tal, así que entraremos encubiertos como una pareja.
Jin ahora sí se había sonrojado de pronto ella se sintió la pervertida al haber pensado mal, ¿iba a simular ser la pareja de ese chico? No era que la idea le desagradara pero entrar a una habitación de hotel, el solo pensarlo le producía calor en las mejillas.
— Ah ya veo, con que es eso, i-iré a cambiarme no-no tardaré nada.— balbuceó nerviosa.
Nuevamente la chica se metió a su casa y para la tortura del hombre esta vez había tardado más tiempo que antes.
—Jin— llamó a la puerta varias veces.
Cuando dejó de golpear la puerta se abrió revelando a la chica con un precioso vestido azul que hacía lucir sus piernas pero sobretodo su escote.
— Estoy lista, nos vamos...ah...— ofreció una amplia sonrisa— perdona sé que te veo algunas veces en la oficina del hokage pero no sé tu nombre.
— Shi-Shikamaru Nara— dijo tragando saliva.
— Bien Shikamaru, vámonos.
La chica cerró la puerta y se adelantó un poco mientras Shikamaru aún admiraba la belleza que Jin irradiaba.
— ¡Hey! Camina que no quiero que piensen que voy sola.
Ella lo jaló un poco y fue entonces como Shikamaru regresó en sí, ahora entendía por qué el Hokage estaba obsesionado en ver a la chica cada que ésta se presentaba en su oficina.
— Shikamaru aguarda.
La chica lo detuvo a la vuelta del lujoso lugar.
— ¿Qué sucede?
— No podemos entrar así como venimos caminando lejos uno del otro, sería raro ¿no?
— Pues ahora que lo dices...
— Dame la mano.
Shikamaru se sonrojó ante la petición y el calor en sus mejillas aumentó cuando la chica extendió su palma para que él la tomara.
— Ah Jin — carraspeó— no es neces...
— Ay no seas bebé, es una misión, concéntrate en eso.
Jin no le dio tiempo para titubear y jaló al chico de la mano. Y luego entraron al lujoso lugar.
Era un sitio sumamente exclusivi y ostentoso, en el lugar solo habían 12 habitaciones, todas de lujo y no cualquier habitante podía darse la oportunidad de pisar el sitio sin la solvencia económica suficiente.
Los chicos se sintieron algo intimidados al entrar a un lugar así y lentamente se dirigieron a la recepción del sitio.
— Buen día, sean bienvenidos a Log Royal. Por el momento no tenemos habitaciones disponibles.— mencionó de forma despectiva la recepcionista quien los examinó lo suficiente para pensar que no tenían la líquidez económica para hospedarse en el lugar.
— Nosotros tenemos reservación.— dijo apenado el chico.
Jin enarcó una ceja y lo miró sorprendida, ella no sabía de la reservación hasta ese momento.
La recepcionista verificó la información pero aún así no estaba muy segura de que alguien que lucía tan ordinario tuviera tanto dinero como para estar ahí.
— Señor disculpe, ¿me podría acompañar unos minutos a la gerencia? Al parecer hay un conflicto entre la reservación y el nombre que me brindó.
Shikamaru se sintió incómodo pero aún así acompañó a la recepcionista.
Jin se quedó recargada en la barra de recepción, veía la pulsera en su mano una y otra vez tratando de hacer menos su aburrimiento.
— ¡Vaya! Así que lo haces por profesión—dijo una voz a sus espaldas.
La peliazul se giró solo para corroborar que aquel hombre se dirigía a ella.
— ¿Disculpe?— dijo cruzándose de brazos.
— No te hagas la desentendida. El que estés aquí solo confirma que eres una zorrita y una con bastante ojo para atrapar a hombres con dinero.
Jin se sintió enfurecer. Apretó su puño y lo dirigió a la cara de ese chico.
Pero el joven detuvo su agresión sin ningún esfuerzo y antes de que la chica reaccionara, la atrajo a su cuerpo tomándola de la cintura con su otra mano.
— ¡Suélteme! ¡¿Qué le pasa?!— forcejeó sin éxito.
— Sólo quiero el mismo servicio que le estabas dando ayer a Naruto en el bosque.
La chica se congeló al oír eso, fijó sus ojos en el rostro del hombre y al verlo a detalle se dio cuenta que era Sasuke Uchiha.
Éste rió al ver que ella había dejado de forcejear.
—No te hagas del rogar te pagaré bien.
Jin sentía con horror un bulto apretándose a nivel de su cadera, mientras el azabache le detenía con fuerza la cara para terminar plantándole un beso en contra de su voluntad.
Hasta aquí el capítulo.
Aclaración, aquí Naruto y Sasuke tienen sus dos bracitos.
Dejen sus votos y comentarios aquí.
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