4.
☡☡☡☡Este capítulo tiene contenido Lemon, así que disfrútenlo.☡☡☡☡
— ¡¿Estás desequilibrada?!
— Lo-lo siento, yo no quería...
— ¡Eres una estúpida Ayame! ¿En qué momento te pareció sensato decirle a Naruto que era yo quien casi se acostó con él? ¡Y peor aún traerlo aquí!
Ambas chicas se acercaron a la ventana para ver si Naruto aún se encontraba afuera, y en efecto el rubio seguía ahí esperando.
— No lo entiendes Jin, me dijo que si no le decía iba a denunciarnos por intento de homicidio, yo yo no sé qué tanto lo golpeaste y entré en pánico.
Jin movía la cabeza desaprobando las justificaciones de su amiga.
— Ayame, ¿no te pusiste a pensar que quiere saber quién soy sólo para que él mismo pueda llevarme a prisión?
La castaña negó con la cabeza y Jin solo enfureció más.
— Yo—hizo una pausa— yo no creo que el quiera verte para llevarte a la policía.
— No me jodas— alzó la voz— en verdad no me jodas Ayame, ¿Puedes dejar de ser tan tú por un momento?¿Puedes pensar como una persona normal?
Jin recargó su frente en la puerta y luego cerró los ojos tratando de pensar cómo iba a salir de esa situación.
— Ya está, debo huir de la aldea ahora mismo.
La peliazul fue hasta su armario para sacar una maleta y comenzó a vaciar su ropa dentro de ella.
— Ji-Jinnie yo— exhaló con pesadez— lo siento mucho.
Jin no dijo nada pero su mirada estaba llena de ira y desaprobación y ninguna disculpa de Ayame haría que la actitud de la peliazul cambiara en ese momento.
— No lo sientas, de todos modos ese era el plan, irme hoy.
La Hyuga cerró su pequeña maleta y se la colgó en el hombro, luego echó un vistazo rápido a su habitación y lamentó tener que abandonar su hogar de ese modo.
Jin siempre soñó el día en que al fin pudiera irse de ese sitio, en su mente siempre imaginó que saldría de su hogar siendo la esposa de Neji, y que éste le daría un sitio al que verdaderamente pudiera ver como un hogar.
La peliazul se sintió abrumada por sólo recordarlo y dispersó aquellos pensamientos.
— ¿Jin?
La Hyuga se giró hacia Ayame y la abrazó no dijo nada porque no quería hacer de ese instante una despedida triste, así que sólo le dejó un "cuídate, cara de perro" en su oído.
Al separarse ambas esbozaron una gran sonrisa de complicidad.
— ¿Estás lista?— preguntó Jin.
— Más que lista, iré a distraer a Naruto, en cuanto te de la señal salte por la ventana.
Y así lo llevaron a cabo, la castaña salió hasta la pared donde el rubio estaba recargado.
— ¿Y dónde está ella?— preguntó extrañado por ver salir sólo a la morena.
— Está tomando una ducha pero pronto vendrá. — sonrió Ayame.
La castaña comenzó a simular que el aire le faltaba y Naruto dejó de ver fijamente la casa para prestar atención a Ayame, ésa era la señal, así que Jin salió por la ventana que daba a un costado de la casa.
Cuando la chica sacó su cuerpo por la diminuta ventana se encontró con un clon de sombra de Naruto que tenía gran sonrisa dibujada en su rostro.
— Tú eres... ¿Jin?
La Hyuga entró en pánico y lo único que pudo hacer fue empujar a Naruto para luego salir corriendo.
El Naruto original de inmediato se dio cuenta de lo que las chicas querían hacer así que dejó a Ayame y fue corriendo tras la peliazul, fue en la zona boscosa de la aldea donde el rubio corrió con más fuerza dejando así escasos metros de distancia entre la peliazul y él.
— ¡Hey! ¡Espera! Deja de correr.
Los ojos perlados de la chica le dirigieron una mirada de apenas unos segundos.
— ¡Deja de perseguirme!
Jin estaba corriendo como nunca antes hasta que una débil rama se quebró justo en el momento en que la pisó y aunque rápidamente recuperó el equilibrio la mochila que llevaba se le resbaló del hombro.
La pequeña maleta cayó justo frente a Naruto, quien no dudó ni un segundo en levantarla.
— Dame eso— ordenó Jin parandose frente a él.
— Te lo daré cuando me permitas hablar contigo.
— Yo no tengo nada que hablar contigo.
La pequeña chica se lanzó sobre Naruto tratando de arrebatarle la bolsa, aunque el rubio no necesitó más que levantar su brazo para poner la maleta fuera del alcance de la chica.
— ¡He dicho que me la des! — chilló enfurecida.
Mientras Jin intentaba alcanzar su mochila, Naruto comenzó a verla con detenimiento.
Observó con atención su delgada figura, vio como sus pechos rebotaban cada que la chica saltaba intentando alcanzar la bolsa, luego dirigió su mirada hasta rostro, no podía negarlo era demasiado bonita.
Mientras el Uzumaki seguía ensimismado Jin aprovechó y con algo de torpeza se trepó en el cuerpo de Naruto para poder alcanzar su mochila.
— Te tengo — dijo con satisfacción.
Jin tomó su mochila para luego bajar la mirada al rostro de Naruto, sus profundos ojos azules la miraban con mucha atención.
Naruto había afianzado el agarre poniendo su brazo debajo del trasero de la chica.
Jin al sentir su cuerpo en contacto con Naruto comenzó a respirar con algo de dificultad, pues al rozar su piel nuevamente con la suya su mente le hizo recordar los besos y caricias que había recibido del Uzumaki la noche anterior.
Naruto la bajó lentamente sin quitarle la mirada de encima, no decían absolutamente nada, Jin retrocedió un par de pasos hasta que sintió un arbol detrás de ella, ya no había a donde esconderse.
El ojiazul recargó sus manos a cada lado del rostro de la chica dejándola acorralada se acercó lo suficiente a su cara dejando sólo pocos centímetros de distancia entre sus labios y los de ella.
El aire estaba más cargado de lo normal, las mejillas de Jin ardían en calor al igual que otra parte de su cuerpo.
Sin desperdiciar otro segundo finalmente Naruto estampó sus labios contra los de la chica, exploró con desesperación su boca y eso a Jin la prendió demasiado, tanto que enrolló sus manos en el cabello del rubio para poder profundizar aún más su beso.
Jin subió una pierna al costado de Naruto y éste entendió de inmediato que debía alzarla, la levantó y permitió así que la chica enrollara las piernas alrededor de sus caderas.
La peliazul arqueó levemente su espalda mientras ligeros jadeos salían de su boca de vez en cuando y eso solo provocó que el bulto entre las piernas de Naruto se pusiera cada vez más duro.
Naruto pasó una de sus manos debajo de la blusa de Jin la dirigió hasta uno de sus pechos y comenzó a masajearlo con firmeza haciendo que ella soltara un gemido, luego echó un vistazo rápido hacia la cara de Jin, la chica tenía su boca ligeramente abierta debido a la excitación y un par de mechones sueltos caían prodigiosamente sobre su rostro, en conjunto daban un paisaje inigualable para las fantasías de Naruto.
— Na-Naruto— gimoteó.
— ¿Hmm?— sonrió mientras rozaba la feminidad de la chica con su abultado pantalón.
Jin comenzó a acariciar el miembro de Naruto por encima de la ropa provocando que el rubio echara la cabeza para atrás debido a la excitación.
El chico alejó la mano de Jin para poder darle embestidas una y otra vez aunque ambos seguían con la ropa puesta.
La Hyuga estaba demasiado húmeda, su cuerpo pedía a gritos que Naruto estuviera dentro de ella.
— Naruto
El rubio alzó la vista y ella lo miró fijamente.
— Fóllame.— ordenó la chica.
Él sonrió y bajó un poco su pantalón, después hizo lo mismo con su bóxer dejando su gran miembro al aire, estaba desabotonando el pantalón corto de Jin cuando una voz careaspeó a sus espaldas.
— Naruto— carraspeó la voz de aquel hombre—¿podemos hablar?
Ambos se tensaron al escuchar la voz de esa persona y rápidamente se despegaron uno del otro.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top