2.
- Oye Jin ¿a qué hora dijiste que debías ir para ayudar a tu abuela?- preguntó Ayame antes de darle la primer mordida a su almuerzo.
- Mierda lo olvidé ¿Qué hora es?-dijo la peliazul sobresaltándose al notar que ya había estado mucho tiempo en la cocina, la abuela iba a asesinarla.
- Las 11:30- respondió Ayame.
- ¡Maldición!, voy bastante tarde, ¡nos vemos luego Bakayame!
Y sin más la chica Hyuga salió corriendo hasta el santuario donde preparaban a los novios antes de contraer nupcias, iba tan a prisa que ni siquiera se dio cuenta que había entrado en el sitio equivocado, hasta que cerró la puerta.
Al girarse vio a un hombre rubio saliendo de la ducha con una toalla amarrada alrededor de su cintura, era Naruto. Él al verla en la habitación se quedó paralizado, no esperaba a ver a nadie mientras se alistaba y menos a una mujer.
- Oye creo que no deberías estar aquí- dijo el rubio mientras sus mejillas se ruborizaban.
Jin se quedó atónita ante el impresionante panorama que tenía frente a ella, en todo el tiempo en que conocía a Naruto nunca reparó en el físico tan favorecedor que el rubio poseía, y pensó que quizás la ropa escondía demasiado bien los atributos del chico.
- Amhh si bueno es que yo...
- Naruto ¿podemos pasar?- preguntó una voz al otro lado de la puerta.
Jin y Naruto entraron en pánico en ese momento, ambos sabían que si alguien entraba y veía a la chica ahí podía mal interpretarse.
Naruto se tensó al tiempo que observó que la chica se había escondido en la ducha en vez de haberse ido por la ventana, esto pintaba para salir mal.
- Ehm sí adelante.
Quienes estaban esperando entrar eran nada más y nada menos que Iruka Sensei acompañado de Hiashi Hyuga, el líder del clan Hyuga y próximo suegro de Naruto.
- Creí que ya te habías vestido- dijo Iruka algo extrañado de ver a Naruto recién bañado.
- Estaba a punto de hacer eso, pero di-di-díganme ¿qué les trae po-por aquí?- contestó nervioso.
- Naruto, el señor Hiashi y yo queremos que tengas algo especial en este día.- Iruka sacó un portaretratos que extendió al Uzumaki, en éste se podía observar una fotografía donde estaban Kushina y Minato luciendo felices y enamorados.
-Quizás no lo sepas pero tus padres fueron un matrimonio feliz y ejemplar en la aldea, no pediría nada menos para la vida de casados que llevarán tú y mi hija de ahora en adelante.- dijo Hiashi mientras le daba unas palmadas en el hombro a Naruto.
- Gracias por esto- dijo el Uzumaki mientras dibujaba una gran sonrisa en su rostro- les prometo que la haré feliz.
Luego de aquel gesto de buena voluntad, Iruka y Hiashi se fueron de la habitación para permitirle a Naruto vestirse.
En cuanto salieron del cuarto, Naruto fue a la puerta del baño pero luego de pensarlo un instante decidió aún no avisarle a la chica que ya podía salir.
Así que aprovechó para ponerse rápidamente la ropa y también para tranquilizarse un poco.
- Cálmate, no has hecho nada malo.- se dijo a sí mismo.
- Muchas gracias por avisarme que ya se habían ido- le reclamó Jin mientras salía.
- Estaba por avisarte- rascó su nuca algo avergonzado.
Jin miró su reloj eran las 12 y nuevamente sintió terror de cómo iba a reaccionar su abuela.
- Aysh la anciana esta vez sí me va a matar.- se quejó- Ya perdí bastante tiempo aquí, discúlpame por importunarte.
Y sin dejar que Naruto pudiera decir algo la chica salió del lugar. Pensó que el destino estaba lleno de horribles casualidades, justo había hablado de Naruto hace unas horas con Ayame y ahora venía a meterse con él en una situación incómoda, dejó de pensar en eso para tocar la puerta de la habitación donde preparaban a Hinata.
- Soy Jin ¿puedo entrar?
Se hizo un silencio unos momentos antes de que una voz femenina dijera que podía entrar. Al ingresar vio cómo su abuela y otras dos chicas permanecían en silencio y con la mirada hacia abajo, ese no era un buen indicio.
- ¿Así que te divierte llegar tarde?- dijo Hinata con una actitud altiva y cruzada de brazos mientras caminaba hasta donde estaba Jin.
- Hinata sama lo lamento estuve en la cocina y no supe- Jin no terminó la oración pues un golpe a puño cerrado de parte de Hinata se estrelló en su mejilla.
- No me importan tus excusas, de hecho nada de ti me importa, pero sabes hoy por alguna razón debías venir a ayudarme y no pudiste hacerlo, porque estabas desperdiciando tu patética existencia en algo menos importante.
A Jin le comenzaron a brotar lágrimas de coraje por las mejillas.
- Ay no puede ser ¿ahora vas a llorar?- dijo Hinata burlándose de la chica.- Piérdete Jin, no te necesito aquí.
Jin se levantó furiosa, y cuando estuvo a punto de decir algo, su abuela la detuvo acercándose a ella y llevándola afuera.
- Te dije que no llegaras tarde.
- Eso no le da el derecho de tratarme así.
La abuela Hanaro abrazó a la chica dejando que se desahogara un poco sobre su hombro.
- Ya, ya, tranquila todo estará bien, quizás si te disculpas con ella te permita entrar a ayudarnos.- soltó entusiasmada la abuela.
- ¿Qué dijiste?- gruñó Jin separandose del abrazo.
- Vamos entra y ofrece una disculpa yo te acompaño.
La anciana jaló del brazo a la chica para que volvieran a la habitación donde estaba Hinata.
-¡No! ¡No lo voy a hacer abuela! ¿De qué lado estás?
-De tu lado por supuesto, pero en este momento no hay mayor honor para ti que estar al servicio de la rama principal.
Al escuchar esas palabras Jin enfureció y se desprendió del agarre de la abuela, maldijo internamente pertenecer al peor clan de la aldea, maldijo cada una de las veces que tuvo que aguantarse las malas actitudes de la rama principal de los hyuga, estaba harta.
Jin estuvo toda la tarde en el cementerio charlando con la tumba de Neji, y tras horas de estar ahí, por la noche decidió ir a contarle su pesar a alguien que no estuviera muerto.
Se dirigió a la cocina de su amiga, Ayame al ver entrar a Jin se percató que algo malo había pasado, le indicó que esperara en el almacén de alimentos mientras ella echaba del lugar a los ayudantes que aún andaban por ahí.
- BakaJin ¿Qué sucedió?- se inclinó para abrazar a su amiga.
Jin se refugió en su regazo y con lágrimas en los ojos le contó todo.
- ¡Ay esa maldita! La mato juro que la mato.
- Estoy en mi límite Ayame, ya no quiero vivir de este modo, quizás me largue de la aldea.
- Bueno, entonces te acompañaré, nos iremos juntas.
- ¡Baka! Tú debes ayudar a tu papá en Ichiraku.
- Aysh ya lo sé cara de castor, pero tampoco quiero que me abandones.
- Es mejor que me vaya, si Hinata, Hanabi o el mismísimo Lord Hiashi vuelven a pisotearme sé que terminaré golpeándolos.
- Pues no le veo lo malo, bien merecido se lo tienen.
- Si eso no implicara terminar en prisión, lo hubiera hecho hace mucho. -dibujó una media sonrisa al decirlo.- Iré a empacar.
- Primero deberíamos ir a hacer una última travesura juntas.- sugirió Ayame con una sonrisa maliciosa.
- Cara de perro no quiero meterme en problemas, además eso lo hacíamos cuando teníamos 13.
- Y es justo por eso que debemos hacerlo, será un buen último recuerdo. - la castaña extendió su mano a la Hyuga.
- ¡Estás loca! Esto sobrepasa todo.- dijo en voz baja la peliazul.
-Conoces el juego, haces el reto o caminas desnuda frente a la oficina del Hokage.
- Pero esto es una estupidez, no robaré la ropa que Hinata usará en esta su noche de bodas.
- Apúrate, o alguien vendrá y nos meteremos en problemas.
Jin se odió a sí misma por dejarse convencer de jugar a esto, saltó por el techo del lugar y luego se metió a la habitación donde Naruto y Hinata pasarían su primer noche juntos. Buscó rápidamente por todos lados y al fin en el baño encontró lo que buscaba, un bonito baby doll negro acompañado de un liguero.
La pequeña y divertida travesura estaba a punto de ser completada. Jin iba a abrir la puerta para salirse del baño cuando oyó un par de voces que habían entrado a la habitación, eran los recién casados.
- Na naruto- dijo Hinata con la respiración entrecortada debido a los besos que el rubio venía dejando en su cuello.- Espera, déjame vestirme de forma adecuada para la ocasión
- Hinata, estás preciosa y no quiero esperar ni un minuto más.- dijo mientras la cargaba hasta la cama.
- Tienes que esperar, sé que te va a encantar lo que usaré para ti.- Hinata le dio un beso apasionado para luego levantarse y meterse al baño.
Jin estaba viendo todo gracias a su Byakugan y al ver que Hinata entró al baño no le quedó más opción que noquearla con su puño suave.
- ¿Y ahora qué hago?
- Hinata apresúrate o tendré que entrar por ti.- gritó con entusiasmo Naruto.
- Ya- ¡ya voy!- contestó Jin muy nerviosa.
De pronto a la Hyuga tuvo una idea, se vistió con el babydoll de Hinata, y al salir apagó las luces. Ella creía una magnífica idea decir que había olvidado algo y salir de la habitación. Era su única forma de salir de ahí y esperaba que funcionara.
- ¿Por qué apagaste las luces? Quiero ver lo hermosa que luces.
Jin aclaró la garganta para simular el tono de voz de HInata.
- Naruto Kun, estoy un poco nerviosa y prefiero tener las luces así.
- Amor, estamos casados no tienes que avergonzarte de mostrarte como eres, prenderé la luz.
Naruto se levantó y antes que el rubio alcanzara el apagador Jin se lanzó a los brazos de Naruto besándolo profundamente haciendo que el Uzumaki correspondiera con entusiasmo ese beso.
Jin trató de despegarse de sus labios pero no pudo, porque Naruto la cargó para que ella enredara sus piernas en sus caderas.
- Naruto, lo-lo siento se me ha olvidado algo abajo.
-No- Naruto besó a Jin apasionadamente- ni creas que te me vas a volver a ir.
Luego de decir esto Naruto apretó el trasero de la chica y Jin se sobresaltó cuando el rubio lo hizo.
- Naruto espera, no soy...
-No quiero esperar más- dijo dándole un beso profundo para luego recostarle con una pasión desmedida sobre la cama.
Jin al principio trató de interrumpir los besos que el rubio le daba, quería confesarle lo que había hecho, pero cuando Naruto comenzó a tocarla, decidió que era el momento de cobrarse todo lo que Hinata le había hecho y se lo iba a cobrar de la mejor forma posible.
Hasta aquí el capítulo 2, gracias por todo su apoyo.💓
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