13.

- Sólo sigue el plan y no tendrás ningún problema.

- ¿No crees que es muy extraño? Apenas ayer mi padre y yo lo visitamos, si vuelvo a visitarlo será sospechoso.

- Por supuesto que no, han alimentado toda su vida a Naruto, por supuesto que es normal que quieran saber que se encuentra bien.

Ayame hizo una mueca de disgusto, no estaba convencida de que aquella visita se viera tan casual como Jin lo planteaba.

- ¿Y si mejor le envías unas flores con una nota de "recupérate pronto" con firma anónima?

- Claro que no, ya sabes que en este pueblo todos son unos chismosos y pronto se sabría que fui yo quien envío las flores.

La castaña suspiró rendida.

- De acuerdo tú ganas, lo haré.

Jin dio pequeños aplausos de felicidad para luego abrazar a su amiga.

- Mil gracias cara de perro - sonrió satisfecha- te debo una.

- ¡Bah!- chasqueó la lengua- claro que me la debes y ya sé cómo me la vas a pagar.

Los ojos perlados de Jin miraron con sorpresa a su amiga.

- ¿Ah sí? ¿Bueno habla de una vez qué quieres como pago?- preguntó expectante.

- Quiero que me consigas una cita con tu amigo el del clan Nara.

- ¿Shikamaru?

Ayame asintió mientras esquivaba la mirada inquisitiva de Jin.

- No te prometo nada, hasta donde sé tiene novia.

- Bueno a mi no me detiene la esposa de Naruto para hacerte un favor.

La Hyuga fulminó con la mirada a su amiga para después mostrarle el dedo medio.

- De acuerdo, yo me encargo de Shikamaru, ahora vete al hospital y ten mucho cuidado al darle mi nota a Naruto.

- Descuida, será pan comido.

Con la cesta de comida colgando de su brazo, Ayame se dirigió al hospital sin prisa alguna. Era cierto que en un principio se había rehusado a hacer ese favor a Jin, sin embargo ahora que lo haría a cambio de una cita con Shikamaru su actitud había cambiado por completo.

La felicidad le brotaba por los poros, aquel azabache siempre le había parecido inalcanzable pero cuando tuvieran esa cita todo sería distinto.

La chica iba absorta en sus pensamientos pensando en todas las cosas que quería realizar en su primera cita, su rostro irradiaba felicidad y los suspiros salían de su pecho con mayor frecuencia de lo habitual. Parecía una chiquilla de 15 años ilusionada con su primer amor.

A la entrada de la recámara de Naruto se encontraba Shikamaru recargado de espaldas a la puerta, observaba el pasillo con mucho sigilo, esperando ver quiénes entraban y salían para visitar a Naruto.

La castaña finalmente había llegado al hospital y Shikamaru la miró acercarse desde lejos.

Ayame se puso más nerviosa al ver que Shikamaru estaba ahí, un impulso de desesperación le decía que saliera corriendo del lugar, pero dejó ese cobarde pensamiento y se paró frente al del clan Nara.

- ¿M-me de-dejarías pasar? - pidió Ayame tímidamente.

Shikamaru enarcó su ceja intentando descifrar porqué la chica no lo miraba directamente.

- Claro- respondió haciéndose a un lado.

El nerviosismo de Ayame se hacía cada vez más evidente y Shikamaru pudo notarlo, sin embargo no dijo nada y sólo la observó adentrarse en la habitación.

Como de costumbre el genio estratega se quedó analizando la información que tenía durante un buen rato.

Lo analizó de varias formas y la única forma de comprobar su teoría era acertada iba a ser preguntándole directamente a esa mujer.

Veinte minutos después la mejor amiga de Jin salió de la habitación.

- Adiós Shikamaru.- dijo con un leve tartamudeo.

- Oye, espera.

Shikamaru se levantó del piso y alcanzó con un par de pasos a la chica.

El rubor de Ayame se incrementó al ver frente a ella a Shikamaru.

- Te llamas Ayame ¿no?

El corazón de la chica comenzó a palpitar aún más rápido de lo que ya lo hacía.

«sabe mi nombre»

Ella movió la cabeza para asentir a la pregunta que le había hecho Shikamaru.

- ¿Te puedo pedir un favor? Verás tengo que salir a hacer una diligencia pero como pudiste darte cuenta no hay nadie que se quede cuidando de Naruto. ¿Podrías quedarte un poco más con él?

- ¡Sí!- respondió con entusiasmo y una singular voz chillona- Tómate tu tiempo yo espero aquí el tiempo que sea necesario.

Shikamaru la miró extrañado pero no quiso decir nada más, salió de inmediato del nosocomio para dirigirse al Log Royal y encontrarse con su compañera de misión.

Cómo era de esperarse Jin ya se encontraba en el lugar recabando pruebas a discreción. Al verlo entrar en la habitación la chica sonrió amablemente a modo de saludo.

- Al fin llegas, creí que me dejarías sola recabando pruebas.

Shikamaru no respondió, se acercó a ella poniendose en cuclillas para establecer contacto visual con Jin y finalmente la chica volteó a verlo con el ceño fruncido.

- ¿Sucede algo?

- ¿Eres tú no es así? Tú fuiste quien noqueó a Hinata y a Naruto en su noche de bodas.

Jin se quedó sin habla, la mirada de Shikamaru podía escudriñar muy profundo en ella. Y aunque quiso decir algo para negarlo simplemente las palabras no salían de su garganta.

- Yo... No...-balbuceó.- No sé de qué hablas.

La peliazul se puso en pie de inmediato para evadir a Shikamaru, fue hasta el balcón para tomar un poco de aire y tratar de pensar en una jugada rápida para salir de ésa.

- Mi intuición me dice que la única razón por la cuál harías algo como eso, sería que tú y Naruto tuvieran una relación sentimental.

Esta vez la seguridad de Jin había regresado a ella y pudo mentir con naturalidad.

- Ya te dije que no, qué necedad la tuya, ¿de dónde sacas esas patrañas?

La Hyuga se llevó una mano a la cintura para acentuar su postura de me siento ofendida.

- Sólo creo que es lo más lógico para toda esta situación. Que tú seas amante de Naruto explicaría el por qué Hinata te corrió de la casa que su clan te brindaba y también explicaría por qué tus habilidades con el Byakugan no funcionan adecuadamente para encontrar pistas de lo que pasó en la noche de bodas de los Uzumaki. Carajo Jin ¿en verdad crees que me trago el cuento de que no has podido hallar nada durante estas semanas?

La chica relamió sus labios con nerviosismo, miró al suelo para evadir de nueva cuenta la mirada de Shikamaru y de pronto la excusa perfecta llegó a su mente.

- Admito que noquear a los Uzumaki si ha sido responsabilidad mía- hizo una pausa-pero sólo lo he hecho para salvar a mi mejor amiga.

- ¿Salvarla?- cuestionó confundido.- ¿De qué?

Jin suspiró con mucho pesar. Sacó un cigarrillo de su chaqueta, lo encendió lentamente y con la misma lentitud sacó la primer bocanada de humo para después hablar.

- Ella y Naruto tienen una relación en secreto, era obvio que él jamás dejaría su compromiso con Hinata por ella, pero la muy idiota quiso mantenerse ahí.

- Ya veo, lo de la noche de bodas fue ¿por celos?

- Ayame planeaba arruinarles la noche a los recién casados robando la ropa de Hinata, pero no contaba con que llegarían antes de lo previsto y para salvarla de ser descubierta tuve que usar mi puño suave para dejarlos inconscientes.

La Hyuga mantuvo la vista en el horizonte mientras su cigarro se consumía entre sus labios.

Shikamaru se encontraba armando las piezas del rompecabezas. Recordó que la mejor amiga de Jin había ido a visitar a Naruto 2 veces seguidas en menos de 24 horas y la última vez iba más feliz de lo habitual, también se quedó pensando en que Ayame se había quedado cuidando de Naruto con muchísimo entusiasmo. Y por supuesto todo era creíble y nunca levantaría sospechas debido a que Naruto diario iba a Ichiraku, quizás por el ramen o quizás por Ayame. Pero algo faltaba en todo eso.

- ¿Y Sasuke? ¿Qué tiene que ver en todo esto?

Los ojos de Jin rodaron con molestia, mientras que una mueca de desagrado salía sin esfuerzo de su rostro.

- Él sabe lo de Naruto y Ayame y ha querido aprovecharse de eso para chantajearme.

- Ya veo- dijo mientras llevaba ambas manos a su nuca.

Un silencio incómodo se hizo entre ambos.

Por un lado Jin se sentía la peor amiga de la historia por involucrar a Ayame en su mentira, y porque evidentemente ya no iba a poder negociar una cita entre ella y Shikamaru.

Por otra parte Shikamaru se sentía como un completo imbécil ante Jin.

- Lamento haber dudado de ti Jin, es solo que todos estos eventos con los Uzumaki empezaron a ser cada vez más extraños. Sólo me preocupo por Naruto y por tí porque eres mi amiga.

- Entiendo, pero ahora que estás involucrado en todo esto te pido que lo manejes con la mayor discreción posible.

- Por supuesto, no diré nada. Ahora mismo dejaré de perder el tiempo y redactaré un informe para el hokage concluyendo en la falta de evidencia para cerrar este caso.

- Gracias Shikamaru.

Jin abrazó al azabache sintiéndose cada vez peor consigo misma.

- Bueno supongo que tienes el día libre, ya puedes irte.

- Al menos algo bueno salió de esto, una misión menos.

Rápidamente la chica tomó sus cosas y se dirigió con paso acelerado a la casa de Ayame.

<><><><><><><><><><><><><><>

- Así que es por Ayame- Kakashi río aliviado- menos mal.

- Lord Hokage con todo respeto yo creo que debería hablar con Naruto, detener su aventura será lo más sano para todos.

- No espero que me haga caso, sabes bien lo obstinado que puede ser.- respondió restándole importancia.

- Hiashi Hyuga no perdonará que Naruto mancille el honor de su hija, podríamos tener muchos problemas con el clan Hyuga si esto se llega a conocer. No importa que tan obstinado sea Naruto, debemos hacerlo entrar en razón por su bien y por el de la aldea.

Kakashi admitió mentalmente que todo esto era bastante complicado, más de lo que imaginó.

- Tienes razón, habrá que persuadirlo de cualquier forma posible. Avísame cuando despierte para ir a visitarlo. Ya puedes irte.

- Señor, una cosa más. Sé que Sasuke fue su alumno, pero debería hacer algo para que deje en paz a Jin, sobretodo ahora que usted y ella tienen... Bueno... Que tienen algo.

- Me encargaré personalmente de Sasuke, no te preocupes por eso. Te doy mi palabra que haré que la respete por las buenas o por las malas.

Una sonrisa de agradecimiento se dibujó en el rostro de Shikamaru, al parecer iba a poder hacer algo por Jin después de todo le debía una por haber dudado de ella.

<><><><><><><><><><><><><><>

-¡¿Qué hiciste qué?!

- Ayame puedo explicarlo.

- ¡Me importan una mierda tus explicaciones Jin!- respondió furiosa la castaña.

- Shikamaru me acorraló, no tenía opción.- dijo mientras retrocedía lentamente.

- Y la mejor opción fue decirle que yo soy la amante de Naruto ¿no? Hija de mil putas.

Continuará...




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top