--Stiles, ¿pasa algo?- preguntó, sacándome de mis pensamientos.

--No, nada... sólo que... nada.- respondí.

--Está bien.- dijo --Entonces... ¿qué opinas?

--Ah... lo pensaré.

Después de unas cuantas horas hablando con Derek a escondidas, él se fue.

Me iba a acomodar para dormir pero mis padres llegaron. Tenían caras de pocos amigos. Estaban decepcionados de mí, se notaba a leguas.

--Stiles, hijo...-dijo mi madre, pero fue interrumpida por la voz de mi padre.

--¿En verdad lo hiciste, Stiles? ¿En verdad hablaste con el lobo?- preguntó mi padre.

--Sí.- contesté --Pero incluso a mi mes sorprendió que pudiera hablar, o mejor dicho, que le pudiera entender. No sé qué fue lo que pasó.

--Tranquilo hijo, te sacaremos de aquí, lo prometemos.- habló mi madre.

No se quedaron mucho rato. Cuando se fueron, me volví a acomodar para poder dormir.

Los días eran los mismos, yo encerrado mientras que mis padres, Scott, Isaac o Derek me venían a visitar. Me estaba empezando a gustar Derek, pero no era un gustar normal. Creo que me estaba enamorando de Derek.

--Hey, pequeño brujo. Levántate. Es la hora de tu sentencia.- dijo un hombre alto y robusto de piel oscura.

Hice lo que me pidió. La verdad no esperaba a ser rescatado.

Cuando salí de aquella pequeña cárcel, me colocaron cadenas en las muñecas y en los talones y me pusieron una máscara que cubriría mi rostro para "no ser reconocido", algo estúpido si lo piensas bien.

Mi vista era limitada. Casi no podía ver. Por lo poco que vi. Me sentaron en medio al frente de un camino seguramente para guiar al lobo hacia mí. Al sentarme, me ataron a la silla y luego se fueron.

Puede que haya dicho que no me gustaría ser rescatada, pero el miedo se está apoderando de mí. Necesitaba ayuda.

Volteaba a ver a la izquierda, luego a la derecha, nada, nadie. Lo que prometieron mis padres, lo que prometió Derek...¿eran...?

El fuego se alzó alrededor mío, buscaba al que lo causó, pero una voz muy cerca de mí, me hizo detenerme y sonreír.

--Ya estoy aquí, Stiles.- la voz ronca de Derek soñando cerca de mi oído, hizo que pequeñas descargas eléctricas recorrieran mi espalda.

Era inevitable no enamorarse de él.

Cuando por fin me vi liberado de todas esas cosas nos dirigimos a la casa de mi abuela ¿Cómo sabía dónde vive mi abuela?

Al llegar, tocamos la puerta y abrieron rápidamente.

--Cariño, ¿estas bien? ¿No estas herido? Oh Dios, gracias Derek. Lo trajiste a salvo.- habló rápidamente mi abuela. ¿Derek le prometió salvarme?

--Esperen, y mis padres ¿donde están?- pregunté preocupado, nos los había visto en la casa.

--Están en la aldea. Ellos iban a distraer a los guardia junto con tus amigos Scott y Isaac para que yo pudiera rescatarte.- dijo.

--¡¿Qué?!- grité --¿Cómo pudieron dejarlos? Tenemos que regresar por ellos.- dije y salí corriendo.

Los llamados de Derek y de mi abuela se escuchaban detrás mío pero no pensaba regresar, tenía que ir a ayudar a mis padres.

Rápidamente llegue a la aldea, el fuego se expandía, calcinando todo a su paso. Fui a donde me habían atado y a donde Derek me rescato hace solo unos minutos. No había nadie.

Busqué en mi casa. Nada. Busqué en la casa de Scotty. El mismo resultado. Busqué por toda la aldea. Nada de nada.

Había buscado por todos lados menos en uno. La iglesia. Dirigí mi marcha hacia ese lugar. En la iglesia estaba la mayor parte de la gente. Chris me miraba con odio, como si yo fuera el culpable pero luego cambio su rostro a uno de miedo, pero ¿qué le pasa?

Una sombra mucho mayor me cubrió.

--Hola, Stiles.