Capítulo 1: ¡Bienvenidos a Lumiscia!
BaekHyun despertó con la diminuta luz del sol que atravesaba su ventana y pestañeó varias veces al notar que el día había comenzado, por lo que ya era hora de que él iniciara sus actividades. Sabía que tenía una reunión en el Concejo, por lo que debía alistarse rápido si no quería llegar tarde. Sus padres detestaban inmensamente la irresponsabilidad y a quienes no tenían decencia en cuanto a sus horarios.
"Buenos días, MongRyong, ¿has dormido bien, mi querido invitado?" BaekHyun se dirigió a su mascota más reciente, un pequeño bubble anaranjado, bastante esponjoso por el corte que ya necesitaba su pelaje, pero al ignorar eso y solo acariciarlo entre sus diminutas orejas con forma puntiaguda, sonrió al notar el gusto del animal que le mandaba mediante vibraciones.
Lo dejó cuando debió levantarse de su cama para dirigirse hacia su bañera, donde tomaría una rápida ducha. MongRyong, sin embargo, era un bubble bastante curioso y siempre terminaba siguiéndole al flotar a su alrededor.
Realmente BaekHyun no tenía problemas con eso, le parecía adorable el que, quien llamara como su 'invitado', siempre estuviera ahí, cerca de él, y mayormente siendo su confidente o un guardián cuando más lo necesitaba.
A pesar de la apariencia pequeña y tierna, los bubbles no debían subestimarse por otros, eran criaturas fieras y territoriales para con sus dueños, y para la suerte de MongRyong, BaekHyun sí que era un dueño interesante.
Al ser el príncipe en Lumiscia, BaekHyun no estaba acostumbrado a verse rodeado de muchos amigos. Era cierto que tenía que tratar con sus habitantes y debía saber relacionarse con cualquier persona, pero su alto rango y la protección que recibía a causa de sus padres le daba imposibilidad de hacerse de seres cercanos a él, sin mencionar a toda su escolta de guardaespaldas que de vez en cuando le seguían—o mayor parte del tiempo, a veces, BaekHyun no los veía al estar ocultos.
Quizá por ello sus padres de igual forma habían permitido que conservara a MongRyong, porque, aunque los bubbles a veces eran animales salvajes o mascotas de muy bajo rango, siquiera él había demostrado saber dominarle y era su excusa para no darle importancia a su falta de amigos.
Aunque, no debían malinterpretarlo, BaekHyun sí tenía amigos, solo que eran tan pocos que apenas sabía contarlos con los dedos de su mano—sí, eran cinco en cada mano—, y entre ellos era una cantidad menor los que no hubieran sido impuestos por sus padres ante su título o con quien realmente sintiera tener confianza.
De cualquier modo, eso ya era cosa de todos los días. BaekHyun no tenía reales quejas en su vida, él vivía bien, habitaba en un espacio propio, podía realizar sus actividades, tenía su debida educación y, hasta que no llegara el tiempo en que su sucesión se viera cerca, él no debía ocuparse aún de ninguna responsabilidad para con el Pueblo. Aunque sí hiciera algunas por su cuenta.
Salió de su ducha, sin tener que preocuparse por el agua que recubría su cuerpo al secarse cuando ya se había desaparecido por absorberse bajo su piel, lo que le hidrató y le dio el brillo necesario a su rostro en cuanto le vio sobre su espejo, aunque a él le gustara añadirle sus propios efectos.
"Oh, gracias, MongRyong, eres muy amable," BaekHyun sonrió al recibir sus prendas por el bubble flotante, a quien recompensó con otras caricias y una pequeña roca brillante. Se fijó antes de que nadie estuviera por ahí viéndolos. "Shh, no digas nada, come esto, pero que nadie se entere."
El bubble quizá asintió, pero eso no preocupó a BaekHyun cuando ya había básicamente aspirado el pequeño diamante de uno de sus aretes que recibió como regalo por su compromiso—sabía realmente que nunca lo usaría por más que la gente dijera que eran muy hermosos y elegantes, además de ser lo último en la moda para los Luminians de clase.
Quizá por eso que también los bubbles no eran aceptados como animales domésticos después de todo, porque, además de ser salvajes, también eran, digamos, ladrones.
BaekHyun se puso sus pantalones de tela suelta, blancos y tan ceremoniosos como solo el color podría representar a la Nobleza—no era su color favorito, pero era lo que debía de usar obligatoriamente—, su camisa, sin ninguna imperfección, no parecía tener realmente la elegancia que su clase transmitía, pero al cumplir en el color, la usó y terminó el conjunto al tomar por encima un saco que le llegaba al menos hasta el nivel de sus rodillas. No usaba zapatos, no eran necesarios cuando sus pies se amoldaban a toda temperatura y superficie que hubiera.
Y aunque Lumiscia estuviera constituida más como si fuera una isla, donde la arena era todo lo que conformaba sus superficies y alrededores—además del mar en la costa—, y el sol que daba todos los días su calor sin mayor cambio climático como el frío, portar tales prendas gruesas y grandes no era ninguna molestia para él o cualquier habitante—aunque muchos preferían ir con cosas más ligeras y quizá en menores cantidades—, sus cuerpos se habituaban a cualquier circunstancia, sin cambios en temperatura o problemas de contextura sobre lo que caliente y frío significaban.
BaekHyun tomó entonces su lápiz negro y se acercó al espejo para fijar una línea perfectamente derecha sobre cada ojo. Era lo que había escuchado a otros llamar 'delineado', era mundano, era aspecto de la baja sociedad, y el negro, a diferencia del blanco, simbolizaba a la clase más pobre de Lumiscia.
Sabía que sus Padres detestaban que hiciera eso, que usara semejante color, sobre todo en su rostro, a vista de todos, pero digamos que para él era su pequeño acto de rebeldía que ejemplificaba su unión y cercanía con todo su Pueblo—aun con la parte más baja.
Sonrió luego y añadió por puro gusto tres puntos por debajo de su ojo derecho, sin ningún mayor significado, pero que le dejó completar su arreglo para mirar en dirección al sol por fuera de su casa.
Ante el aspecto de su posición, supo que ya era hora de que se dirigiera hacia el Concejo, si no, entonces, realmente llegaría tarde.
"Muy bien, vamos, MongRyong, hay que ir a ver qué es lo que quieren mis Padres."
Y el bubble le siguió al enviar vibraciones para dar algún tipo de respuesta como si le hubiera entendido. El animal flotó por detrás de sí, mientras él caminó fuera de su casa, en dirección al lugar donde vivían sus padres, algo lejos de él, pero no sería nada que con una caminata tranquila no pudiera tolerar.
Además, veía así un poco al próximo a ser su Pueblo activo, en sus quehaceres de todos los días.
"Buenos días, Divinidad," los habitantes le saludaron al verle pasar.
Mayor parte de la población era bastante amable, respetuosa y le querían, BaekHyun sabía que lo veían con buenos ojos, así como él lo hacía con ellos, a diferencia de cómo lo hacían otros nobles—algunos habían sido cegados por la avaricia.
Por eso era bueno para él como para otros verle en aquella mañana desde tan temprano y sin tener problema para saludarle, y aunque algo le abrumaba (no sabía si era por la próxima reunión con sus Padres o era algo que por ahora solo pasaba), él sonrió y dirigió a sus súbditos un saludo al inclinar levemente su cabeza.
Para él ser parte de la Nobleza era distinto a cómo lo verían muchos otros.
"Buenos días."
Siguió su camino hasta llegar al Concejo, conformado más que nada por el Jardín Principal y el Palacio de sus Padres, donde ellos estaban junto a otros Nobles. En diversas salas se llevaban a cabo sus actividades diarias, como los inmensos comedores, salones—anfitriones de fiestas para el Pueblo como con los Nobles— y áreas de reunión al necesitar atenderse problemas o necesidades del Pueblo como se congregaban juntas para con sus dirigentes.
BaekHyun no vivía aquí desde que tenía casi la mayoría de edad y había decidido que tener su independencia y vivir más cerca del Pueblo era lo mejor para su aprendizaje. Realmente sus padres fueron muy abiertos en ese aspecto, le concedían muchas cosas que como el Heredero al Trono tal vez no deberían, pero BaekHyun sabía que todo lo hacían a cambio de algo.
Iba ahí cuando su presencia era necesaria y participaba en las reuniones a favor del Pueblo como le encantaba tomar acciones ante las festividades de su tierra; sin embargo, también sabía que, a pesar de sus lujos que recibía con respecto a eso, él debía, a cambio, servir a sus Padres como a cualquier otro súbdito en el lugar.
No faltaba a los llamados que le harían, ni a sus órdenes cuando fueran severas. Era su balance en la vida, aunque había unas cuantas cosas con que se sentía incómodo y aun así acataba. Obediente a sus padres. Obediente a las Divinidades, por el Reino.
No necesitó pasar por ningún tipo de filtro de seguridad, él simplemente entró al Palacio, y mayor parte de las veces el Palacio estaba abierto para el gusto de cualquiera, aunque fueran registrados con anticipación.
El lugar era inmenso, cualquiera podría perderse ahí, BaekHyun conocía cada esquina solo porque en su infancia se dedicó a memorizarlo todo, pero eso no quería decir que ahora le hiciera sentir menos inconforme el lugar al saber cómo tanta gente podría necesitar solo un espacio para habitar, y aquí había tantos cuartos disponibles...
Eran los lujos de la Nobleza.
Sí, BaekHyun era un Príncipe bastante rebelde que creía en la igualdad para su Pueblo, ¡demándelo! De cualquier modo, él creía que era imposible terminar en la cárcel como que sus Padres fueran capaces de aceptar sus ideas nuevas y poco ortodoxas para lo que ya estaban acostumbrados.
Y, de todas maneras, Lumiscia era un lugar tan pacífico aun con sus decadencias para la estabilidad del Pueblo, ¿habría alguien siquiera encerrado en la única cárcel que tenía Lumiscia?
"Divinidad, muy buen día, nos alegra saber que hubiera llegado," un Guardia lo recibió en cuanto llegó a estar completamente dentro del Palacio, a la entrada principal, y su presencia fue advertida.
Él sonrió, con educación se inclinó como mínimo saludo y en cambio el Guardia correspondió el gesto en seguida antes de guiarlo por donde debía seguir.
"Sus Divinidades le esperan en el Salón de Reunión, lo puedo escoltar hasta ahí para anunciar su llegada, si me lo permite."
"No es necesario, yo puedo llegar hasta ahí, aunque si me pudiera decir antes..." el Guardia le miró, a la expectativa de lo que preguntaría por saber que debía permanecer ahí aun cuando BaekHyun le dijera que no lo necesitaba como guía. "¿Hay algún motivo en especial por el que mis Padres estén esperándome o me hubieran llamado ayer por la noche para presentarme hoy por la mañana?"
"No tengo noticias al respecto, Divinidad. Pero sus Padres recibieron anoche visitas. Los Condes de Wu han pedido hospedarse por un tiempo. Quizá eso le ayude algo."
Oh, sí, y vaya que lo hacía.
Porque al recordar que BaekHyun hacía y obtenía lo que quería a cambio de algo, y que había pequeñas inconformidades con lo que a veces BaekHyun quería, los Condes de Wu, sin duda, tenían que ver con una de ellas.
BaekHyun era feliz con la vida que tenía, incluso al ser un Príncipe con pocos amigos y vivir lejos del Palacio y su familia (con compañía de MongRyong, su bubble salvaje), y con una educación impuesta por y para el Pueblo como al tener su propio aprendizaje con la vivencia entre este, pero aún tenía ese pequeño desagrado para una de la órdenes estrictas a la cual tendría que decir 'sí' con lo que sus padres decían, y eso era su compromiso.
Con el Conde de Wu, si era más preciso. Sus padres eran conformistas de la antigua, pero el tipo era un asco.
Un asco cuyos padres creían que tenía toda la disponibilidad de reinar junto a él en Lumiscia. Aun sin tener más mínima relación amistosa o romántica, había sido la elección de sus Padres, y él por ser Heredero y único hijo, dijo sí, por más que otra parte de él pidió que se negara y una más quería escupir a la cara cada vez que veía al Conde de Wu.
Se convencía de algún modo que solo permanecería junto a ese hombre en Unión a petición de sus Padres, pero no le permitiría gobernar su Pueblo como él querría y menos en su presencia. Era como un acuerdo, y quizá sus Padres lo habían propuesto a causa de que los Nobles de Wu eran amigos muy cercanos de ellos.
Todos creían que el Noble-Conde-de Wu sería tan sensato y bondadoso o el mejor líder en su familia. No lo era, solo se trataba de otro Heredero rico que no le importaba nada más que vivir lleno de lujos.
BaekHyun se disculpaba, sus Padres solían tomar las mejores decisiones, pero esa simplemente no lo había sido, y aunque los Condes de Wu le agradaran, simplemente su hijo no era quien diría lo había cautivado.
"Entiendo. Agradezco su servicio."
BaekHyun siguió su camino desde ahí y se dirigió a donde le indicaron al saber que aun cuando el Guardia no le hubiera acompañado, claramente notarían su presencia, y a sus Padres—junto a sus posibles invitados— se la habían notificado.
No podía decir que estaba ansioso ahora por reunirse con sus Padres, pero tampoco se sentía molesto, sabía que era parte de su deber; sin embargo, aún tenía esa ligera espinita metida muy al fondo, algo no le dejaba sentir a gusto, por algún motivo sentía que algo no estaba bien simplemente.
Quizá solo eran ideas suyas.
Porque al entrar a la Sala de Reunión...
"Padres," BaekHyun hizo una reverencia ante las figuras que tenía frente a sí, reunidas alrededor de una mesa junto a lo que creía era un poco de bebida de hierbas en sus elegantes copas. "Estoy honrado de ser llamado a su casa, espero acepten mi presencia."
"Eres bienvenido, amor mío," la Divinidad HeeChul sonrió al verle y levantó sus ojos de donde antes les tenía enfocados para conectarlos con él, aun sin ponerse en pie para saludarle y permitir su entrada. Como siempre. Aunque luego arrugó mínimamente el ceño. "Aun con esa pulgosa y mugrosa bola tuya."
"BaekHyun, Hijo," y su Padre, la Divinidad SiWon fue quien sí se puso en pie para saludarle, aunque sabía que lo hacía más en un acto ceremonioso al tener evidente presencia de junto. "Sé bienvenido, espero no te moleste el acompañarnos a la mesa. Estamos en presencia de los Condes de Wu, ellos te mandan sus más gratos saludos."
"Los recibo con gusto," BaekHyun repuso e inclinó la cabeza al mismo tiempo que los Condes. Al menos pudo agradecer que mantuvieran su distancia, a pesar de que... "Y ya que me lo ofreces, Padre, me uniré a ustedes en su mesa para—"
"Mi Luz," sí, eso era lo que no deseaba. El Conde de Wu, el Hijo, su Prometido, con ese más falso mote se puso en pie al igual que su Padre y se acercó a él lo suficiente para que MongRyong por detrás de él comenzara a gruñir, aun cuando podría ser sancionado por otros.
Pero BaekHyun sabía que no podía evitarlo, MongRyong tenía un vínculo con él, lo conocía, y agradecía que supiera mantener a distancia al hombre cuando sabía que no estaba con ánimos de contacto físico.
"Me alegro de verte de nuevo, ha pasado un tiempo desde la última vez que así ha sido."
"YiFan," él fue corto, recto, sin ningún mote cariñoso—porque no lo había— o alguna formalidad, ya que no tenía por qué ofrecerla cuando realmente el título de Conde aún no lo recibía—y a opinión de BaekHyun, no lo merecía. Además de que su nombramiento no se comparaba con lo que él tenía dentro de la Nobleza o algunos otros en ella.
Tuvo que fingir una sonrisa y calmar mediante vibraciones a su bubble si no querían dejarlo afuera por su comportamiento, entonces el gruñido se fue, pero la advertencia quedó impuesta. YiFan no se movió y menos cuando MongRyong en cambio se situó sobre el hombro derecho de BaekHyun, totalmente en alerta.
"Sí, ya teníamos tiempo sin vernos, sospecho que esa es la razón de la llamada de mis Padres, en todo caso."
"Extrañaba verte, Mi Luz, lamento no haberte ido a ver en cuanto llegamos a la Costa de Lumiscia, pero mis Padres insistieron que se hiciera de esta forma."
Y era bueno saber eso, a BaekHyun poco le gustaba recibir la presencia de YiFan en su hogar, no desde que se dio el lujo de llegar cuando estaba aún arreglándose, pidió la retirada de MongRyong al querer alejarle de su dueño, insultó a los pueblerinos que serían sus vecinos, vació sus cajones de comida y dio claro desagrado por el delineado que hacía sobre sus ojos—sobre todo por el color negro, y fue eso por lo que BaekHyun insistió luego en usarlo todos los días.
"Además, necesitábamos hablar juntos, con tus Padres y los míos para darte esta noticia."
"¿Qué noticia?" tal pregunta la hizo al ver más que nada a su Madre, y notó que bajaba la mirada casi de una manera tímida, porque, aunque también fuera dirigente en Lumiscia, BaekHyun sabía que su Madre a veces se regía más bajo la palabra de su Padre.
Así que se acercó a la mesa, ya sin preocuparse de los intentos de YiFan por querer tocarle o la formalidad con la que debía tratar a los Condes como a sus Padres, porque a veces su curiosidad surgía con cierta rebeldía, que al final sus Padres apenas le daban verdadera importancia.
"¿Padres?" y ya que Mamá no quiso responder, se dirigió hacia su Papá, aún parado, quizá ya sin razón aparente; pero en cuanto pareció no preocuparle, esbozó una sonrisa ante su ceño, y con los brazos abiertos, respondió a lo que pedía:
"Su unión tiene ahora una fecha, Hijo. YiFan y tú se unirán ante el Pueblo dentro de solo cuarenta noches, ¿no te parece eso maravilloso?"
"¿YiFan y yo—?" BaekHyun se atragantó con sus palabras e intentó carraspear para recomponerse por ver al hombre mencionado a su lado, a quizá dos metros de distancia sobre la aún clara advertencia, pero que igual sonreía con fanfarronería como si de algo se burlara en cambio. "¿Tan pronto? Pero creí que nos uniríamos hasta que yo ascendiera, hasta recibir el Trono."
"Ese era el plan inicial, pero discutiéndolo un poco, creemos que sería esperar mucho tiempo. Quizá todavía no esté por heredarte el Trono, Hijo, pero sería bueno que aun así tú ya estuvieras unido con tu Prometido y el hombre que sabemos es el correcto para ti. Para que inicies un hogar junto a tu Pareja, una familia."
BaekHyun estaba en shock con la noticia, sabía que no podía negarse, porque, aunque no lo pareciera, básicamente esa era una orden de su Padre. Había impuesto su compromiso con Wu como ahora estaba dando fecha exacta de su Unión y ello no solo hablaba de la pérdida de su libertad, sino de obtener claras responsabilidades.
Al mirar a los Condes sabía que ellos estaban gustosos por el mandato del Rey—quizá incluso ellos habían venido con la idea y convencieron a su Padres de esta—, pero, por otro lado, su Madre no parecía muy de acuerdo con ello, no tenía tampoco forma de negarse u oponerse, aunque supiera que estaba tan indispuesto como él en una parte muy interna de su mente.
"¿Está seguro de su decisión, Padre?" sin embargo, eso era todo lo que él podía decir, como quizá su Madre lo había hecho antes, aun cuando sabía que habría mayor persuasión por su parte.
"Definitivamente. Ya estábamos haciendo arreglos con los Condes, ellos se quedarán aquí en el Palacio mientras se ajustan los detalles de la Unión, pero de eso no te preocupes, nosotros nos haremos cargo, solo cuando necesitemos de tu presencia, se te llamará pronto. Por ahora lo más cercano que haremos será dar el anuncio de su próxima Unión con el Pueblo, y mañana por la mañana las invitaciones saldrán en seguida. Hoy por la tarde te requiero a ti aquí, debes estar junto a YiFan para cuando demos el Aviso."
"Sí, Padre."
"Mi única cuestión es saber qué es lo que quieres tú que se haga," BaekHyun fue sorprendido con esas palabras, y por un segundo se preguntó si su Padre le estaba dando oportunidad de cancelar el aviso, de pedir que la Unión no se hiciera en esas cuarenta noches, que se anulara el compromiso y si fuera posible, incluso se mandará al Heredero Conde de Wu lo más lejos posible de la Costa de Lumiscia. Pero sabía que eso sería muy bueno para ser cierto. "¿Gustarás permanecer en tu lugar lejos de aquí y de tu Prometido o quieres quedarte en el Palacio junto a nosotros, durmiendo con YiFan de aquí a las siguientes noches? Recuerda que pronto vivirán juntos, así que habrás de tener que acostumbrarte a ello, aun cuando sea antes."
"Prometeré no dañarte ni actuar de una manera indebida," YiFan se adelantó a decir, y sorprendió a BaekHyun a su lado, por lo que, por instinto, retrocedió aunque YiFan solo hubiera alargado una mano y la retrajera tan pronto MongRyong comenzó a gruñir de nuevo. "No te tocaré, incluso podría dormir en el suelo si eso se te facilita las primeras noches. O podría ir a dormir en tu lugar, a tu casa si te sientes más cómodo ahí que aquí en el Palacio. Estará bien, haremos lo que tú quieras, Mi Luz."
"Yo..."
Sin embargo, aun cuando BaekHyun se sintiera abrumado por todo lo que le dijeron justo ahora, sabía que tenía que dar respuesta inmediata, y bien, entendía que su Padre realmente le estaba dando opción, pero otra parte de él sabía que su elección ya estaba tomada.
Por lo que suspiró y abrió de nuevo la boca para responder...
Solo que una sacudida a la tierra les distrajo e impidió que diera una sola palabra en esto por verse a punto de caerse si no hubiera sido porque MongRyong se movió más rápido para evitarlo.
(No, YiFan no lo haría, él estaba más preocupado por sostenerse de la mesa para no golpear contra el suelo su hermosa cara ante la sacudida.)
Incluso algo de la tierra que conformaba el techo cayó cerca de ellos, cosa que no provocó inmensas fisuras, pero sin duda eso llamó la atención de cada uno.
"¿Qué fue eso?" preguntó su Madre, en seguida, y BaekHyun miró en cambio a su Padre, con otra cuestión en mente.
"¿Tuvo un terremoto la tierra?"
"Pareció, pero no—" y sus palabras fueron cortadas de nuevo cuando otra sacudida con mayor intensidad se suscitó a su alrededor.
En este caso, BaekHyun debió sostenerse de algo fijo porque si no él caería como las sillas y otros objetos a su lado. De ahí se escuchó el estallido de cristales, provenientes de esta habitación, pero también del exterior, lo que BaekHyun obtuvo desde la ventana abierta. Gritos surgieron antes de una explosión que generó una onda de calor que claramente todos sintieron.
Entonces eso sí que los distrajo.
"¿Qué está—?"
"Divinidades," tras la queja de su Madre, Guardias aparecieron a sus puertas y demostraron formalidad en las venias expuestas antes de parecer poder hablar, aunque lo que veía BaekHyun en sus ojos no parecía nada bueno. "Lamentamos la interrupción, pero solicitamos su intervención en este suceso."
"¿Qué ha pasado, señores?"
Un guardia miró al otro, a lo que BaekHyun frunció el ceño.
"No lo sabemos, Divinidad Suprema," el segundo Guardia finalmente dijo, y BaekHyun vio sinceridad en las palabras, al igual que temor en sus ojos. No, definitivamente eso no era nada bueno, sabía que él debía confiar en sus instintos. "Un artefacto desconocido ha venido del cielo y aterrizó en su Jardín Principal, estalló, está en llamas ahora mismo—"
"¿Hubo heridos?" cuestionó su Madre, sabiamente, tan pronto algo fue entendido.
"No aún registrados. Parece que ha caído en área libre. Pero está—"
"Si está en llamas, ¿por qué no se han encargado de apagarlas? No sabemos qué podría ser, pero eviten cualquier daño que cause para la civilización. Hay que encargarnos de ello en seguida."
"Sí, Divinidad, pero es que no... Eso no lo es todo."
"¿Qué quiere decir, Guardia?"
"Parece que el artefacto en llamas trae consigo algo. Creemos que son civiles..."
"Condúzcanme ahora mismo ahí," su Padre dijo, a lo que él se sintió ser llamado, y al seguir a los Guardias como a su Padre, salió de la sala. No supo quién más iba detrás de él además de MongRyong, pero no le importó cuando esa misma espinita de antes ahora se removía.
En la dirección que estaban tomando.
BaekHyun entendió el terror de los pueblerinos como el de los Guardias al ver el artefacto tan inmenso que había caído justo entre las hierbas que cultivaban para la bebida de sus Padres. Era una cosa anómala y desconocida para él, de la que ya veía las llamas salir y el humo llenar su ambiente.
Tenía golpes y feos rasguños, además de que se notaba que habían roto la ventanilla que pudo haber al frente por los restos que aún conservaba—aunque BaekHyun no sabía si eso habría pasado antes o después de ahí estrellarse.
Cuando su Padre junto a los Guardias llegaron hasta la superficie inicial del Jardín, puso una mano en alto y mediante una vibración dio orden a los pueblerinos de alejarse del artefacto como del posible daño que de él provenía. Así era como ellos se comunicaban a veces, por vibraciones, eran receptores de emociones. Percibían. Sus Padres, más que nadie, sabían dar órdenes mediante esto y todos las acataban porque era un poder tan fuerte como para verse obligados. Eran sus capacidades psíquicas como dirigentes. Era como comunicarse con la mente, pero sin ejercer una palabra.
Unas chispas surgieron del mismo artefacto cuando los Guardias se adelantaron para apagar el fuego con el agua de la fuente, pero luego de sacar gritos ahogados y otros un poco aterrados de los testigos, lograron detenerse, y dejaron solo así el artefacto destruido y sin mayor amenaza ante sus ojos. Eso no quiso decir que su Padre había eliminado la advertencia a los otros de no dar un paso al frente sin que él se hubiera cerciorado de lo que tenían.
La Divinidad se acercó, seguido de sus Guardias y del propio BaekHyun que logró pasar desapercibido cuando la inquietud podía más con todos.
Su Padre observó, como él, lo que tenía el interior del artefacto, pero todo era tan desconocido como lo que había visto de su exterior, nada parecía comprensible, ni los paneles o los dispositivos destrozados y que parecían ahora en un completo imposible uso.
Los Guardias advirtieron a la Divinidad, pero él no escuchó cuando decidió poner un pie sobre el interior ante la entrada inmensa que esa ventanilla rota les ofrecía. Y así BaekHyun le siguió, mientras cuidaba no pisar vidrios rotos, porque, aunque sus pies fueran capaces de pasar por cualquier superficie, eso no quería decir que no podría lastimarse o resultar herido al clavarse un objeto punzocortante. Y lo que menos quería ahora era llamar la atención para que su Padre le dijera que no podía estar ahí, porque algo le decía que él debía estar ahí.
Un golpe, sin embargo, llamó la atención de nuevo, y todos a su alrededor—Guardias y la Divinidad— se volvieron en la dirección izquierda, solo para ver, de pronto, cómo de lo que parecía un capullo amarillento se plasmaba lo que tenía forma de un puño. Pero nada más se figuraba de ello. Además de que la cosa golpeaba con fuerza tal superficie.
"Divinidad Suprema," un Guardia advirtió cuando su Padre se acercó al capullo, de donde aún se propiciaban golpes y no parecían cesar después de tanto. "Tenga cuidado, no sabemos qué hay ahí, podría tratarse de una amenaza, un enemigo..."
"¡Ayuda! ¡Auxilio, por favor! ¡Auxilio!"
Esa era una lengua extranjera, no se parecía en nada a la suya, el Lumien, pero BaekHyun comprendió lo que significaba, y parecía que su Padre también lo hizo, como todos ahí.
"Sea un enemigo o no, está pidiendo auxilio y nosotros podemos dárselo, no será amenaza cuando sepa que nos debe la vida."
"¡Sáquenme de aquí! ¡Sáquenme!"
"Por protección, Divinidad Suprema, le pido que me permita neutralizar la amenaza," el Guardia insistió y BaekHyun sintió una extraña comezón en la nuca cuando veía que nadie hacía mucho por los gritos desesperados. Había cierta impotencia en él, pero no solo era por esto, había más. "Le sacaremos de aquí, pero en seguida lo neutralizaremos y luego se le podrá dar atención o el trato que necesite."
"De acuerdo," su Padre aceptó y sacó su daga para clavarla inmediatamente en el capullo que se perforó como si de una masa acuosa se tratara, luego, de ella se escuchó con mejor facilidad los gritos y BaekHyun vio en este...
A un ser vivo que conservaba cierto parecido a ellos, pero tenía la piel... Blanca, el cabello oscuro, y estaba lleno de una extraña baba.
"Pero ¿qué...?" habló en cuanto notó que acababan de sacarle de su encierro, y pareció tener la misma cuestión con respecto a lo que veía, solo que no tuvo oportunidad de decir más cuando el Guardia en seguida administró directamente en su cuello una bala tranquilizante, lo que le llevó tan pronto a perder consciencia.
Cayó entonces en la superficie de lo que aún era su desconocido artefacto, y al parecer no había mayor amenaza...
"Llévenlo a analizar en seguida, tenemos que identificar al ser ahora mismo, luego nos ocuparemos de su artefacto," su Padre ordenó, y todos pronto obedecieron al tomar en brazos a la nueva criatura; poco a poco salieron de ahí cuando él simplemente no pudo moverse y solo los vio distanciarse. "Quiero a todos lejos de esto si no es su presencia solicitada."
Eso fue todo lo que escuchó para entender que él también debía salir y quizá ofrecer ayuda si se necesitaba con el residente no esperado, o volver a brazos de su Madre y Prometido, como quizá su Padre preferiría, era solo que sencillamente no era capaz de seguir a los demás como se había pedido.
Y ya que todos parecían prestar atención a lo de la Divinidad Suprema y su escolta, él todavía pasó desapercibido cuando ahí se quedó y decidió dar un vistazo más a su alrededor, sin embargo...
No tardó mucho en hacer caso nuevamente a su instinto cuando esa picazón continuó y se volvió en seguida sobre su eje para descubrir por detrás de sí mismo que había otro capullo como el que había visto al frente.
Su respiración se contuvo y, por algún motivo, decidió apoyar sus manos sobre el capullo, antes que nada, pero no sucedió algo como lo que vieron con el otro. BaekHyun realmente debió temer de lo que ello significaba o de lo que se podría tratar, aunque, en realidad, decidió mirar en dirección a MongRyong flotando a su lado para entender que estaba actuando bajo puro impulso.
"MongRyong, protégeme a mí y a mi Pueblo si libero una amenaza," recibió una vibración de su bubble y pronto regresó su mirada al capullo, entonces tomó en seguida su propia daga.
Debían tener una siempre por precaución, aunque este tipo de casos no se daban demasiado.
Le estrelló y quebró el capullo de una misma forma que su Padre, solo para descubrir...
Otro cuerpo, similar al anterior que pedía ayuda, con la piel blanca—en realidad algo más amarillenta que blanca—, el cabello oscurecido y los rasgos de su especie solo que con otras prendas además de unas muy feas heridas que por algún motivo casi llevaron a paralizar a BaekHyun.
Se inclinó, de pronto, al ver que el cuerpo no se movía, ni hablaba o abría los ojos para dar posibles señales de vida, a lo que él pronto tuvo que colocar su oreja contra donde suponía se encontraba el motor de su existencia, y esperó...
«Pum... Pum...»
Latía, su motor latía. Estaba con vida, pero desde lo que BaekHyun sentía ya no era mucho.
"¡Aquí hay otro, alguien sáquelo ahora mismo!" gritó desesperado y llamó ahora clara atención sobre el que estuviera ahí afuera. Seguro más de uno se preguntó por qué su Divinidad se había quedado adentro, pero a él no le importó cuando regresó al cuerpo y se acercó de vuelta para susurrarle: "Te voy a sacar de aquí, no mueras aún, tan solo espera, ya viene la ayuda a ti, ya vienen..." y leyó lo que en el pecho se tenía sobre el ser vivo. "ChanYeol."
Sé que no es el mejor inicio que podría darse, pero creo que eso fue todo lo que pude dar. Lamento la mala calidad del capítulo, no sabía ya cómo arreglarlo, pero espero el siguiente se vea mucho mejor que este 😓 (sigo creyendo que este principio no es el mejor, pero de cierto modo me gustó, así que aquí quedó).
Bueno, les agradezco sus lecturas, sus votos y cualquier cosa por la que aquí pasan, ojalá no les esté decepcionando. Recibo quejas, sugerencias y opiniones si les interesa 🤗
¡Les quiero! Los veré hasta después, tengan una bonita semana (día, fin o lo que sea para el momento en el que estén leyendo esto) 💙
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top