───01|𝐄𝐥 𝐢𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐭𝐨𝐝𝐨

───Tengo una duda, ¿ustedes creen que a mí me gusta enseñarles?── preguntó la profesora mirando a sus alumnos. Otra vez no habían hecho su tarea.

──Bueno, el salario no es bueno, entonces supongo que, en el fondo, le gusta.── dijo una joven de ojos grises medio verdosos.

──En el fondo nos quiere.── habló un chico de cabello negro y piel clara.

La profesora levantó su vista y les dio una mirada rápida a los veinte chicos que estaban con ella. Sí, sin duda alguna, amaba enseñarles y, más que nada, hablarles sobre la historia. Aunque llevaba poco tiempo ejerciendo su profesión, ella había sido su tutora desde que entraron; básicamente, había crecido con ellos. Los conoció cuando apenas tenían unos doce años y ahora estaban con ella, con aproximadamente dieciséis o diecisiete años.

──Claro que los quiero, y mucho.── Inmediatamente, todos empezaron a decir: "Awwww.", "La profe nos quiere."── Pero los querría más si hicieran sus tareas. Es la última vez que recibo trabajos fuera de tiempo; para la próxima mando a llamar a sus padres.

Una vez hecha la amenaza, la profesora se levantó y comenzó a escribir cosas en turco en el pizarrón. Hoy le tocaba hablar sobre un tema que era uno de sus favoritos y, a la vez, de los más curiosos.

──Hoy hablaremos de la Guerra Safávida-Otomana. ¿Alguno tiene alguna idea?── Al ver a la misma chica de ojos verdes levantar la mano, decidió darle la palabra.── Anastasia, dinos lo que sabes.

──Fue un conflicto entre el sultán Suleiman Khan y el Shah Tahmasp. Ambos querían el territorio del otro, e inicia con la usurpación del trono a la princesa Rusen, la hermana mayor de Mohamed.

──Bien, como dijo su compañera, el conflicto inicio...









Isfahán 1535

Iba a matar a una persona. ¿Por qué? ¿Por qué ella? Tantos seres en este imperio, tantas personas en esta corte, y ella había sido seleccionada. A esta altura, juraría que el Shah la odiaba.

Tenía tan solo catorce años y ahora su más grande misión era ir al imperio otomano a ser una espía. Solo había sido seleccionada por la Begum porque no tenía ni nombre ni familia; solamente era ella y sus dos o tres recuerdos. Realmente sí tenía una familia, pero no recordaba muy bien cómo eran. Sabía que el nombre de su madre era Rusen, pero más no.

──¿Me escuchaste, Mahshid?── preguntó Banu Begum, mirando a la joven de ojos verdes.

"Mahshid", o ese era el nombre que le habían dado, asintió con la cabeza y comenzó a caminar por los pasillos. Realmente odiaba la situación, pero había que ser agradecida con las personas que le dieron educación y apoyo cuando pudieron haberla tirado a la calle como a un perro. Pero no; el Shah y su esposa habían sido amables con ella. Le habían dado un hogar en el palacio y realmente siempre les estaría agradecida por ello. Sin embargo, eso no cambiaba la situación de que siempre sentía que algo no estaba bien, que su nombre no era "Mahshid" ni era hija de una prostituta, tal y como le habían hecho creer.

Mientras caminaba por los pasillos hasta llegar a su habitación, comenzó a empacar cada una de sus pequeñas pertenencias en una maleta. No sabía exactamente cómo la introducirían en el Harem otomano, ni cómo harían para no levantar sospechas, pero su función era simple: informar al Shah de todos los movimientos del palacio y, sobre todo, de sus hijos.

Se permitió preguntarse si el príncipe Mehmed sería tan guapo como decían los rumores o si era igual de amable que decían las personas. ¿Sería igual de gentil que Ahmed?

Una pequeña sonrisa escapó de sus labios cuando pensó en Ahmed. Le gustaba el hijo del Shah; él era un joven atractivo y de finos rasgos, aunque claro, era un año menor que ella y él era el hijo del gobernante. No se fijaría en ella.

Un Shahzadeh no se fijaba en una esclava. Sí, había distintas categorías: había mujeres para el harem y mujeres para la servidumbre, y ella era una mujer para la servidumbre. Por ende, era imposible que ocurriera algo entre ellos.

Agarró sus cosas y comenzó a caminar de nuevo fuera del palacio para ir al carruaje que la esperaba, no sin antes mirar aquel retrato oculto que tanto le gustaba. Era la mujer más hermosa que ella había visto y no entendía por qué un retrato tan hermoso estaba tirado en una habitación empolvada. Quería llevárselo, pero no podía. Tras contemplarlo un poco más, subió al carruaje que la llevaría al imperio otomano.




Usando personajes históricos, no saben lo feliz que me hace poder tener al fin información sobre el imperio Safavida, cuando recién empecé en este mundillo casi no habia información y me tenia que inventar todo, ¿Se acuerdan de aquellas épocas?

Ahora, vamos a aclarar cositas, la guerra otomana- Safavida si paso, fue un conflicto entre 1531 hasta 1555, más que nada por territorio y fronteras, cosas que en parte también es uno de los motivos de la guerra en esta historia, pero también influye mucho la trama de Rusen, lo cual obviamente es ficticia, al igual del hecho de que Kosem haya nacido mucho antes.

Sin nada más que decir, les dejo este capitulo y ya nos leemos en el otro, en donde aparecen la familia Otomana, muak muak.

Los quiero, mis dulces niños.

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