━ six: winter star.
CAPÍTULO SEIS
━━━━━━━ ༻❁༺ ━━━━━━━
❝ ESTRELLA DE INVIERNO ❞
Cuatro días habían pasado desde que Seren voló con Hiccup y Toothless, y el ambiente parecía haberse vuelto un tanto frío y distante por parte de ella. Era como si un enorme muro de hielo se estuviese alzando entre ellos de repente, tan alto y grueso que Hiccup no sabía qué hacer para alcanzar a Seren. Pensaba que se habían comenzado a acercar, pero de repente era como si hubieran retrocedido varios pasos. Hiccup ni siquiera podía entender porque ella había puesto esa distancia en primer lugar y eso era bastante frustrante.
Mientras tanto Seren sabía bien porque lo había colocado y era para evitar seguir cruzando la línea que nunca debió llegar a cruzar para empezar. Ella estaba allí como parte de un plan de infiltración del clan Dranters, no para hacer amigos, eso era algo que no debía olvidar.
༻❁༺
En ese momento, Hiccup se encontraba en su habitación, sentado en el escritorio mientras dibujaba en un papel, mientras que Toothless ya se había acomodado en su esquina preparándose para dormir. El jinete bostezó un par de veces y se inclinó en la silla mientras decidía si iba a dormirse ya, aunque no estaba seguro de si sería capaz de conciliar el sueño debido a la preocupación por lo que sucedía con Seren; en los días anteriores apenas había dormido unas horas.
Se levantó mientras removía su cabello, se acercó hasta la pequeña y única ventana que había en su habitación y desde allí, pudo vislumbrar en plena oscuridad el cabello rubio platino —que a veces se le hacía que era completamente blanco— de Seren. Había notado que desde varios días atrás la rubia salía todas las noches a contemplar las estrellas antes de irse a dormir y para su suerte, esa noche no fue diferente.
Le hizo una señal al dragón de que iba a salir y después se dispuso a bajar rápidamente, pero intentando no hacer demasiado ruido pues su padre ya dormía. Una vez salió al exterior, observó como la rubia ya se encontraba sentada sobre la hierba en una pequeña colina cerca de la cabaña. Dudó un segundo temiendo ser una molestia si se le acercaba, pero finalmente se animó a caminar hacia allí.
—Parece que te gustan mucho las estrellas —habló cuando ya se encontró lo suficientemente cerca.
Seren giró la cabeza hacia él con una ceja alzada, aunque sus ojos no denotaban sorpresa por verle, pues había escuchado sus pisadas mientras se acercaba.
—Me gustan, sí, ya que por alguna razón me tranquiliza observarlas —contestó simplemente.
—Me pregunto si tiene algo que ver con tu nombre —indagó él y cuando vio como ahora ella enarcaba ambas cejas, prosiguió—: Seren Vinter significa estrella de invierno, ¿no?
—Sí, así es —afirmó mientras una leve sonrisa asomaba en sus labios. Siempre le había gustado el significado de su nombre.
—Es un nombre precioso —dijo entonces Hiccup, sonriendo también—. Sinceramente, me gusta mucho. Creo que tus padres eligieron bien.
—Gracias —se limitó a decir ella y él notó como su sonrisa se esfumaba.
Se lamentó. Quizás no debía haber mencionado a sus padres, pues ella ni siquiera los recordaba debido a la pérdida de memoria y seguramente eso la hacía sentir mal.
Tras suspirar, pidió permiso para sentarse a su lado con un movimiento de cabeza y cuando ella se lo concedió, rápidamente lo hizo. Tomó asiento más cerca de ella de lo que pretendía, tanto que al apoyar una mano en el suelo chocó con la de ella. La apartó rápidamente, llevándosela a la nuca, a la vez que un ligero sonrojo cubría sus mejillas y farfullaba una especie de «lo siento». Seren se permitió sonreír más ampliamente, pues Hiccup era realmente adorable cuando se ponía nervioso. Sin embargo, la sonrisa se esfumó rápido mientras regresaba la mirada al cielo nocturno.
El silencio reinó durante un largo rato, en el cual Hiccup se dedicó a contemplar el rostro de Seren y como de triste lucía su expresión y de solitarios sus ojos. No era la primera vez que la veía así desde que la conocía, en realidad lo había visto más de lo que le gustaría, aunque solo durase por unos segundos. Pero esa vez, podía notar que era peor, que algo no estaba bien y eso solo hacía que su preocupación por ella aumentase.
—¿Hay algo que te esté molestando? —inquirió con cierta cautela.
Seren tardó más de veinte segundos en regresar la mirada a él y no pudo no percatarse de la expresión llena de preocupación que tenía el contrario. Eso le dolió más de lo que esperaba. ¿Si algo la estaba molestando? Por supuesto y no solo había una cosa. Pero incluso si quisiese, no podía decírselo, al menos si quería mantener la cabeza sobre sus hombros, pues hacerlo conllevaría a revelarle quien era y que hacía exactamente allí.
—No, ¿por qué lo preguntas? —respondió secamente de vuelta.
—Últimamente estás algo distante y tu expresión siempre luce triste y solitaria —indicó él, más preocupado de lo que ya estaba, pues ella parecía haber evadido la pregunta.
—Estoy bien, no me pasa nada —repuso ella y casi parecía que estuviese siendo honesta, pero Hiccup fue capaz de ver a través de su mentira.
—No tienes que fingir estar bien solo para no preocuparme —replicó con el ceño ligeramente fruncido—. Voy a preocuparme igual, o incluso más.
—No tienes qué preocuparte por alguien como yo. —Y esta vez sí estaba siendo totalmente sincera. Era lo que sentía desde lo más profundo de su corazón. No merecía la pena que alguien tan bueno como él, se preocupase por alguien tan despreciable con ella. Incluso si era una sensación agradable, no se la merecía después de todo lo que había hecho, de lo corrompidos que estaban tanto su corazón como su alma, de lo manchadas que estaban de sangre sus manos, y sobre todo después del motivo por el cual estaba allí—. No gastes tus sentimientos en mí.
Los verdes ojos de Hiccup se agrandaron y el ceño se le terminó de fruncir. No podía entender porque ella decía algo tan triste mientras sus ojos se veían tan vacíos y a la misma vez tan rotos. A pesar de que le parecía que estaba siendo honesta, también le parecía que no era lo que quería de verdad.
—¿Cómo que alguien como tú? —cuestionó molesto, lo cual sorprendió a la rubia, pues era su primera vez viéndolo así desde que lo conocía—. Eres mi amiga y quiero ayudarte, así que no hagas ver como que el que me preocupe por ti o me importes es un desperdicio.
El silencio volvió a inundar el lugar por unos minutos. Las palabras de Hiccup habían pillado tan con la guardia baja a Seren que ni siquiera sabía qué responderle. Sus azules orbes parecieron temblar y se cristalizaron levemente. Apretó el puño que él no podía ver mientras que se mordía el labio inferior por dentro y maldecía que él fuera tan dulce. Era doloroso. Qué Hiccup le dijese tales palabras llenas de amabilidad y calidez era realmente doloroso. Qué la primera persona a la que parecía importarle ella con toda honestidad y sin intenciones ocultas —como Ylva, que la cuidaba pues esperaba que algún día se vengase de los Dranters— fuera la misma persona a la que estaba obligada a traicionar era todavía más doloroso.
—¿Sabes? —comenzó a hablar tras inspirar hondo y solo continuó cuando fijó sus ojos en los de él—. No deberías confiar tan fácilmente en la gente, Hiccup Haddock —Él alzó una ceja al resultarle extraño que no lo llamase únicamente por su nombre—, podrías salir lastimado.
Era una advertencia. Su advertencia para que no confiara tanto en ella, porque a la larga eso solo le iba a causar dolor, decepción y seguramente también ira, y al menos quería intentar que él no se siguiese haciendo tan cercano a ella para reducir el daño.
—¿Lo dices por ti? —preguntó Hiccup, pero no recibió respuesta, solo una mirada que detonaba amargura—. Si es así, no me preocupa, sé que no me harás daño.
—¿Por qué estás tan seguro? —cuestionó Seren extrañada.
—Porque puedo ver que eres una buena persona —respondió con tanta seguridad que el corazón de ella se encogió del dolor.
«¡No lo soy! ¡Soy una cazadora, una asesina, una persona que estaría dispuesta a matar a un bebé recién nacido si con eso yo puedo seguir viviendo!», quiso gritarle. Quería decirle que no podía estar más equivocado, que ella no era como él, Astrid, Kaira o los demás, que ella no era diferente a un monstruo con las manos cubiertas de sangre. Quería decirle que incluso si quisiese y lo intentase no podría ser como él, porque el peso de sus crímenes jamás desaparecería y cargaría con ellos hasta el día en que se fuera al Valhalla. Quería decirle que era un ser tan frío y tan distante como el significado de su nombre indicaba. Quería decirle que su corazón estaba podrido y congelado, y que su alma no era más oscura porque no podía, que no tenía salvación tras todo lo que había hecho y que tampoco se la merecía. Pero no fue capaz de decir nada de lo que pensaba, las palabras quedaron en su cabeza, pues aunque quisiera, no podía decírselo. Debía seguir actuando hasta el final.
—¿Y si no lo soy? No me conoces realmente, ni siquiera yo me conozco —dijo en cambio, siendo lo último en parte mentira y en parte verdad. Ella se conocía, sabía quién era en la actualidad, pero no sabía quién había sido antes de unirse a los Dranters y si quizás había sido alguien complemente diferente a quien se había convertido.
—Lo eres —contestó Hiccup una vez más sin dudar y eso solo terminó de rematar a Seren.
Dolía. Era verdaderamente desgarrador que él fuera tan amable y hubiese aprendido a confiar tanto en ella en apenas un par de semanas. Ella que ni siquiera podía confiar en su propia sombra, no entendía como él podía haberlo hecho tan fácilmente. Dolía, porque en realidad le gustaba la sensación de tener a alguien que tuviese fe en ella. Dolía, porque ella también estaba aprendiendo a confiar en él y eso era lo último que debía hacer. Dolía, porque algún día él la odiaría y toda la confianza que ahora depositaba en ella, se esfumaría.
Bajó la mirada mientras apretaba los labios y entonces, sin ni siquiera un aviso o preverlo, Hiccup posó una mano en su mejilla con delicadeza y tras dejar una suave caricia, la condujo hacia su mentón para hacer que elevase la cabeza. Cuando Seren lo miró, antes de centrar la atención en sus ojos, pudo notar que estaba avergonzado por lo que él mismo estaba haciendo, pues sus mejillas estaban rojas. Por eso, debido a la vergüenza y los nervios que se lo comían, en cuanto sus ojos se encontraron, Hiccup retiró la mano.
—Seren, no sé que es lo que te tiene tan preocupada, pero si hay algo que pueda hacer, solo dímelo, te ayudaré —dijo con un tono de voz suave. «No puedes ayudarme», quiso decir ella, pero en cambio asintió—. Porque te ves más bonita cuando sonríes —añadió mientras le dedicaba su propia sonrisa.
Los labios de la rubia se entreabrieron, sorprendida y un poco conmovida.
—Y yo que pensaba que me veía bonita siempre —bromeó, cambiando el pesado humor que se había generado y dejando escapar una pequeña risa a la que él se unió.
—Lo haces, pero me gusta más cuando sonríes —se le escapó y en seguida, volvió a ruborizarse. Ni siquiera lo había pensado, simplemente lo había soltado porque estaba contento de verla sonreír de nuevo.
—A mí también me gusta más cuando sonríes —confesó Seren y a ella no se le había escapado, lo dijo de forma intencional porque era la más pura verdad. Le gustaban la bonita sonrisa de Hiccup y sus ojos esmeraldas.
Después de decir aquello y comprobar como él se quedaba unos segundos anonado, porque estaba claro que no se esperaba esa revelación, que por otro lado le había encantado, la rubia se recostó sobre la hierba y volvió a mirar las estrellas. El castaño la imitó en seguida, pero centró su vista en ella y no en el cielo nocturno.
Los minutos pasaron sin hablar, mientras que él memorizaba el perfil de ella y ella pensaba en la sensación relajante que le producía solo tenerlo a su lado.
—Hm, Hiccup —habló entonces, rompiendo el silencio y tras haber regresado la mirada a él, sorprendiéndose gratamente al encontrarse que él ya la estaba mirando—. También me gusta pasar tiempo contigo, ¿sabes? Eres una gran persona y me haces reír, por eso espero que nunca te ocurra nada malo. —De nuevo, era honesta y empezaba a desear que los Dranters cambiaran de opinión y decidieran no atacar Berk para que nada le sucediese a Hiccup.
—Si me llega a pasar, espero que estés ahí para ayudarme —respondió el castaño con una gran sonrisa en la que mostró los dientes, pues la confesión de la rubia le había llegado. Además, él se sentía igual, le gustaba estar con ella y esperaba que si de verdad algo le sucediese, ella corriese a ayudarle, porque eso era justamente lo que él haría por ella.
Seren asintió sin más antes de girar bruscamente la cabeza de vuelta al cielo, para evitar que viese como sus ojos se cristalizaban. No había llorado en años, pero había dejado escapar unas lágrimas el día en que despertó en Berk y ahora sentía ganas de hacerlo de nuevo. No entendía como era que él conseguía ponerla tan sensible, cuando ella solía ser tan fría e insensible. Ni como se las apañaba para saltar el muro que había construido entre ellos y hacer que su corazón congelado se llenase de calidez con tan solo unas sencillas palabras.
Si seguía siendo así, no sabía cómo acabaría todo, para ella, para él, para los Hairy Hooligans y para los Dranters, porque él le hacía plantearse la duda sobre si debía continuar o no con la misión de infiltración, incluso sino hacerlo seguramente le costaría la vida.
━━━━━━━ ༻❁༺ ━━━━━━━
Holis, por aquí os dejo un fanart que medio inspiró este capítulo:
Créditos a su respectivo autor.
Y eso es todo, espero que os haya gustado. ♥
Marie Weasley.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top