Capítulo 18: «Stick to the wicked you know»
Después de un largo día de escuela, los estudiantes de Dragon Hall se encontraban reunidos en Ursula's: Fish & Chips, ya que se les había hecho costumbre almorzar allí; eso incluía a algunos profesores.
Sabrina se encontraba sentada junto a su hermana y Ariana, observando a su alrededor con una sonrisa llena de maldad, estaba muy cerca de su tan ansiada libertad y no iba a permitir que nadie se interpusiera en su camino. Ella sonrió al ver como el descendiente de Cruella se levantaba de la mesa en la que estaba con sus amigos y empezaba a caminar de un lado a otro por todo el lugar, parecía que el pobrecito estaba a punto de tener una crisis existencial.
El chico de cabello blanco y negro vagaba por el restaurante de izquierda a derecha y viceversa, sus manos sudaban sin parar y su corazón latía demasiado fuerte pues no podía dejar de pensar en que había visto a Jane de nuevo, él estaba muy arrepentido por lo que había hecho en el pasado y quería disculparse con ella; pero la chica de Auradon lo había ignorado durante todo el día después de que el pecoso había tratado de defenderla.
—You can bet there's nothing but net, when I am in the lab and on a roll. —Empezó Carlos, acercándose a una mesa llena de los VKs más inadaptados, quienes solían juntarse con sus secuaces. —But I've got a confession, my own secret obsession, and it's making me lose control.
—Everybody gather 'round. —Gritaron aquellos secuaces, llamando la atención de sus colegas, pero solo algunos se acercaron.
—Bueno, si Sabrina nos dijo su secreto entonces puedo decir el mío. —Dijo el menor, observó de reojo a Mal, Evie y Jay; quienes lo miraban extrañados desde su mesa, ellos no tenían idea de qué estaba haciendo su mejor amigo. —Yo cocino. —Admitió, entonces los VKs que se encontraban a su alrededor comenzaron a murmurar.
— ¿Qué? —Exclamó Hadie, frunciendo su ceño.
— ¡Amo cocinar! —Afirmó el hijo de Cruella, llenándose de valentía. — ¡Strudels, escones, hasta pan de manzana!
—Not another sound. —Le advirtieron los secuaces.
— ¡Algún día espero hacer el perfecto crême brûlée! —Insistió el villano que le temía a los perros, quien ya estaba cansado de quedarse callado.
—No, no, no, no, no, no, no. Stick to the stuff you know. —Se opusieron los VKs, incorporándose de sus asientos y comenzando a bailar alrededor de la mesa. Carlos dirigió su vista hacia su pandilla, pero la princesa malvada simplemente continuó comiendo mientras que la ojiverde suspiró hondo, por último el ladrón del grupo tomó su bandeja y se dirigió hacia la barra, cerca de la tripulación de Uma. —If you want to be cool, follow one simple rule. Don't mess with the flow, no no. Stick to the status quo. —Prosiguieron antes de que Hadie tomara por los hombros al pecoso y lo obligara a sentarse junto a ellos.
—Look at me and what do you see? Beautiful beyond compare. —Alardeó Evie, luego acomodó su cabello, dejó de comer su ensalada pues ya estaba cansada de no comer lo que quisiera solo porque era de la realeza, entonces logró captar la atención de las chicas que se encontraban en su mesa; entre ellas Dizzy, Celia, Freddie y la chica de cabello morado. —But inside I am stirring, something strange is occurring, it's a secret I need to share.
—Open up, dig way down deep. —La animaron su novia y la nieta de Lady Tremaine, tomando sus manos, entonces la chica de cabello azul se levantó de su asiento.
— ¡Diseñar es mi pasión! —Confesó la hija de Grumhilde, entusiasmada. — ¡Amo coser y cortar, medir y ajustar!
— ¿Eso es legal? —Dudó Freddie.
—Not another peep. —Se opuso su hermanita menor, negando con la cabeza.
—Es solo diseñar. —Se defendió Evie. —A veces creo que es más cool que romper corazones.
—No, no, no, no, no, no, no. Stick to the stuff you know. —Prosiguieron las descendientes de Facilier, quienes se levantaron y comenzaron a bailar alrededor de la mesa, la menor sacó el maquillaje de la chica de cabello azul de su bolso y se lo entregó. La princesa malvada negó con la cabeza, incómoda, por lo que Dizzy se lo arrebató y volvió a guardarlo; mientras que Mal comenzaba a murmurar cosas en el oído de su pareja para que no les prestara atención a esas dos brujitas estafadoras. —It is better by far to keep things as they are. Don't mess with the flow, no, no, no. Stick to the status quo. —Dicho esto, Evie bajó la mirada y se sentó nuevamente.
—Listen well, I'm ready to tell about a need that I cannot deny. —Mencionó Jay, quien se encontraba sentado encima del lado izquierdo de la barra, llamando la atención de los piratas. —Dude, there's no explanation for this awesome sensation, but I'm ready to let it fly.
—Speak your mind and you'll be heard. —Dijeron los miembros de la tripulación pirata de Uma.
—Bien, si Sabrina tiene otra hermana, ¡entonces yo lo diré! —Exclamó el joven ladrón, seguro de sí mismo. — ¡Juego al Tourney!
— ¡Asombroso! —Habló Gil, aunque –al igual que los demás- no tenían ni idea de lo que estaba hablando el hijo de Jafar.
— ¿Qué es eso? —Lo interrogó Harry.
— ¿Una competencia? —Sugirió el descendiente de Gastón, confundido.
—No, tonto, ¡es un deporte Auradiano; es una mezcla entre hockey sobre césped y lacross! ¡Es muy divertido! —Aclaró el joven ladrón.
—Not another word. —Ordenaron los piratas, negando con la cabeza.
— ¿Tienes que usar un disfraz? —Preguntó el hijo de Hook, alzando una ceja.
—Uniforme de equipo. —Lo corrigió Jay, entonces la tripulación empezó a abuchearlo mientras que se levantaban de sus asientos.
—No, no, no, no, no, no, no. Stick to the stuff you know. —Insistieron los piratas, Gil tomó una botella de ron y se la escondió en la chaqueta al chico de cabello largo, quien inmediatamente la dejó en la barra. —If you want to be cool, follow one simple rule. Don't mess with the flow, no, no. Stick to the status quo.
Mal, ya harta de tanto escándalo, se incorporó y tomó la mano de Evie; se dirigió hacia la mesa en la que se encontraba Carlos y le hizo una señal con la cabeza para que las siguiera, luego los tres caminaron hacia la barra para rescatar al descendiente de Jafar.
—Tenemos que irnos ahora mismo...—Exigió la chica de cabello morado, mirando a su alrededor con desconfianza. —... antes de que nos arranquen las cabezas por traidores.
Los cuatro intercambiaron miradas, pues sabían que la líder de los VKs tenía razón, así que comenzaron a caminar hacia la salida, pero los demás adolescentes se interpusieron en su camino.
—Oh, no, no, no. Stick to the stuff you know. —Los regañaron todos los VKs que se encontraban en el restaurante, bailando alrededor de las mesas e impidiendo que Mal, Evie, Carlos y Jay se alejaran. —It is better by far to keep things as they are. Don't mess with the flow, no no. Stick to the status quo. —Insistieron, encerrándolos en un círculo y señalándolos.
Las hijas de Yen Sid e Yzma se miraron y Sabrina se subió encima de la barra para ser oída por todos.
—This is not what I want, this is not what I planned. —Alzó la voz la chica que estaba obsesionada con De Vil, mirando a los cuatro de reojo mientras caminaba de un lado a otro con elegancia. —And I just gotta say I do not understand.
Los cuatro VKs que estaban encerrados observaron a su alrededor, buscando la manera de huir sin ser destrozados por sus compañeros de clase.
—Something is really...—Continuó la descendiente menor de Yzma cuando su hermana mayor se subió a la barra.
—Something's not right. —La interrumpió Valentina, pero su pariente la miró con odio y levantó el brazo para que se callara.
—...really wrong. —Prosiguió Sabrina.
—And we gotta get things back where they belong. —Gritaron las rubias. —We can do it. —Aseguraron, mirándose a los ojos.
—Gotta play! —Alzó la voz Jay.
—Stick with what you know. —Ordenaron los piratas.
—We can do it. —Insistieron las hermanas.
—Desing hooray! —Gritó la princesa malvada.
—She has got to go. —Amenazaron las VKs, alzando sus puños.
—We can do it. —Prosiguieron Sabrina y Valentina justo cuando Uma salía de la cocina con una bandeja llena de comida.
La brujita del mar frunció su ceño al ver aquella escena y se abrió paso hasta quedar en el centro del círculo.
— ¡A ver, idiotas, escúchenme bien porque no voy a repetirlo! —Intervino la chica de cabello turquesa. — ¿Quién de ustedes ordenó una...?
— ¿Crême Brûlée? —La interrumpió el pecoso antes de arrebatarle aquel pedido y arrojárselo en el rostro a Gil, todos empezaron a reírse mientras que el pirata probaba un poco de aquel alimento en mal estado.
— ¡Cállense, moluscos! —Alzó la voz Úrsula, quien sacó uno de sus tentáculos hacia el restaurante para derribar a los insoportables mocosos que hacían tanto ruido, pero todos lograron esquivarlo. — ¡Uma! ¡Estos platos no se lavarán solos! —Se quejó antes de arrastrar su tentáculo hacia la habitación en la que se la pasaba encerrada durante la mayor parte del día.
—Keep your voice down low. —Aconsejaron los secuaces a los demás.
—Not another peep, no, not another word. —Murmuraron los demás VKs, acercándose cada vez más a las cuatro personas que no habían podido cumplir con la misión que se les había asignado. —No, not another sound, no.
En ese momento, las chicas de Auradon ingresaron al bar.
—Te dije que los duendes hacen comida más decente y menos cara. —Le dijo Jane a su mejor amiga mientras que la primera sostenía un plato lleno de papas fritas con queso cheddar.
—Tenías razón, pero allí todas las mesas estaban ocupadas. —Concordó la joven guerrera mientras comía un par de papas fritas.
—Everybody quiet! —Gritó Sabrina para luego bajarse de la barra junto a su hermana mayor, todos se voltearon para observarlas mientras ellas empezaban a bajar las escaleras.
— ¿Por qué todos te están mirando? —Dudó la pequeña hada, extrañada.
—A mi no, a ti. —Respondió Lonnie, haciendo una mueca mientras buscaba con la mirada una mesa libre para poder sentarse allí.
— ¿Porque mi padre es un hechicero? —Sugirió la chica de ojos azules, quien no le había dicho a nadie sobre lo que había pasado en la oficina del director, por lo tanto eso logró sorprender a su mejor amiga. — ¡No puedo tener gente mirándome! ¡En serio, no puedo!
—No! No, no, no. Stick to the stuff you know. —Gritaron los VKs, señalando por última vez a Mal, Evie, Carlos y Jay, luego se dirigieron hacia sus respectivas mesas para que las recién llegadas no les quitaran el lugar. —If you want to be cool, follow one simple rule. Don't mess with the flow, no, no. Stick to the status quo.
Las descendientes de heroínas avanzaban para buscar una mesa en donde podrían sentarse, a pesar de que las dos se estaban comenzando a sentir incómodas por tantos adolescentes interponiéndose en su camino.
Mientras tanto, Sabrina rodeaba la barra mientras admiraba todo el caos que se estaba desatando en aquel restaurante, le encantaba.
—Oh, no, no, no. Stick to the stuff you know. —Gritaron todos mientras que Mal, Evie, Carlos y Jay aprovechaban que ellos estaban distraídos para poder dirigirse hacia la salida de aquel bar. —It is better by far to keep things as they are. Don't mess with the flow, no, no.
—Stick to the status, stick to the status. —Continuaron los VKs mientras que Jane seguía esquivando a la gente, nerviosa. —Stick to the status quo! —Finalizaron, elevando sus manos en el aire.
En ese preciso momento, la chica de ojos azules se tropezó con una bebida que había sido derramada en el suelo y su plato lleno de papas fritas con cheddar cayó sobre el atuendo de la villana que estaba obsesionada con Carlos.
La rubia se puso a gritar y todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo para prestarles atención, incluso los miembros de la pandilla de Mal –a pesar de que estaban a pocos pasos de la puerta– se detuvieron para ver la escena. Hasta Yen Sid, que estaba sentado solo en una de las mesas más alejadas, las miraba.
— ¡Tú! —Alzó la voz Sabrina, harta. — ¡Tú hiciste esto! —La acusó.
Al escuchar esa inconfundible voz, Jane se dio vuelta lentamente para enfrentarla, fingiendo ser totalmente inocente.
— ¿Yo? —Repitió la joven, señalándose a sí misma. —Oh no, si quieres echarle la culpa de esto a alguien más te vale que sea al personal de este bar por no limpiar.
El chico de cabello blanco y negro empezó a acercarse pero antes de que pudiera bajar las pequeñas escaleras, su mejor amigo lo detuvo tomándolo del brazo.
—Ese es mucho drama familiar. —Exclamó Jay, serio. —Y la última vez que trataste de intervenir, fuiste humillado. —Le recordó, entonces el joven suspiró hondo, resignándose.
— ¡Eres una torpe, te voy a enseñar a...! —Gritó la rubia menor, acercándose a la pequeña hada de ojos azules, pero Valentina la tomó por los hombros antes de que pudiera hacerle algo.
— ¡Ni se te ocurra iniciar otra pelea, ya han tenido una, eso es más que suficiente por hoy! —Le recriminó la primogénita de Yzma, seria. — ¿Por qué no vamos a casa para que te cambies?
— ¡Pero ella me arruinó! —Insistió Sabrina, sin embargo sabía que su hermana no iba a ceder, así que bufó. —Ugh, bien, pero esto aún no ha terminado. —La amenazó antes de retirarse del restaurante junto a Valentina, no sin antes dar un fuerte portazo.
Yen Sid se levantó de su asiento para acercarse a las dos mejores amigas, tenía que decirle la verdad de una vez por todas, no quería volver a perderla.
— ¿Podemos hablar afuera? —Cuestionó el hombre, la pequeña hada simplemente asintió con la cabeza y entonces los dos salieron del restaurante, pasando por al lado de Mal, Evie, Carlos y Jay; el menor de los VKs no podía dejar de mirarla hasta que ella se retiró.
— ¿Qué es lo que pasa? —Preguntó Jane.
—Cariño, ¿cómo sabes que tu padre es un hechicero? —La interrogó el profesor de Dragon Hall, confundido. — ¿Acaso tú lo recordaste o alguien te lo ha dicho?
—Oh, lo sé porque él mismo me lo ha contado. —Respondió la mejor amiga de Lonnie, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta. —Tuve unos problemitas gracias a tus hijas y tuve que ir a la oficina del director, creí que iba a castigarme pero no lo hizo, en lugar de eso descubrí que Facilier es mi papá.
— ¿¡Qué!? —Alzó la voz Yen Sid, frunciendo su ceño, luego negó con la cabeza. No podía entender como ella podía creer en las palabras de ese hombre. —Tu padre no es un villano, pequeña.
A pocos metros del bar, precisamente en la esquina, se encontraban dos rubias. La mayor de ellas oía las quejas de la descendiente menor de Yzma.
—No entiendo por qué sigues queriendo atacar a esa estúpida en cada oportunidad que encuentras, ya tienes su sangre, eso es lo único que necesitas para completar nuestro plan perfecto. —Exclamó Valentina, mientras ambas caminaban hacia la tienda de su progenitora. —Te alegrará saber que yo fui más disimulada y conseguí la sangre de Lonnie cuando la estúpida se cortó con la hoja de uno de los exámenes que hicimos en Dragon Hall, así que ya tenemos todo lo que necesitamos.
—Lo hago porque es bastante divertido. —Respondió la villana que estaba obsesionada con De Vil. —Entonces nos iremos en la noche, cuando todos estén durmiendo, así nadie podrá detenernos.
—En eso tienes razón, querida. —Concordó la mayor antes de reírse, acomodó su cabello y se volteó solo para darse cuenta de que dos personas que ella conocía muy bien hablaban afuera del restaurante. —Creo que alguien sí se interpondrá en nuestro camino, Brina. —Murmuró, señalando hacia el final de la calle, por lo tanto su pariente se volteó.
— ¡No voy a dejar que papá arruine nuestro futuro! —Gruñó la rubia menor, apretando los puños. — ¡Jane no va a saber la verdad! —Aseguró antes de comenzar a correr hacia donde estaban sus familiares para detenerlos.
— ¿A qué te refieres con eso? —Lo interrogó la pequeña hada al adulto que se encontraba frente a ella, frunciendo su ceño. —La única razón por la que regresé es para tener las respuestas que necesito y creí haberlas encontrado, pero si no es así entonces dímelo.
—No tengo ni idea de por qué ese brujo malvado quiere hacerte creer que es tu padre, pero no puedes confiar en él, ni en ningún villano que se te acerque. —Empezó a hablar Yen Sid, con su semblante serio. —Solo puedes confiar en mí, pequeña, conoces mi historia y por eso sabes que no soy como los demás hombres que viven aquí; pero hay algo que no te he contado.
— ¿Por qué él querría engañarme? —Dudó la chica de ojos azules, quien cada vez comprendía menos lo que sucedía a su alrededor. — ¿Tú también me ocultas cosas?
—Ya me cansé de guardar secretos, tú no mereces ser engañada. —Murmuró el hechicero, nervioso. —Tengo que decirte que...
— ¡Papi! —Lo interrumpió Sabrina, llegando a su lado, agitada luego de haber corrido velozmente. —Necesito que... ehm... yo... necesito que me acompañes a casa porque perdí la llave que me diste. —Mintió entonces, nerviosa.
—Nena, ¿no ves que estoy ocupado teniendo una conversación privada? —Le recriminó Yen Sid, cruzándose de brazos y señalando con la cabeza a la chica de Auradon que se encontraba a su lado. — ¿Para qué quieres ir a mi casa? Sabes que tienes que pasar el resto del día con tu madre, y no puedo acompañarte porque tengo muchísimas cosas que hacer, además mi llave está rota. —Se excusó el hombre, quien no quería que la rubia volviera a su hogar ya que se enteraría de que las chicas de Auradon estaban viviendo allí y no deseaba que eso sucediera.
—Quiero ir a casa porque olvidé mi bolso favorito, no puedo usar el mismo bolso durante dos días seguidos, no combina con el outfit que sé que usaré mañana. —Dijo la villana que estaba obsesionada con De Vil. —Oh por Lucifer, no intentes engañarme, tú me criaste; sé perfectamente que me estas mintiendo pero te necesito.
—Eso no es una emergencia, puedes esperar hasta que me desocupe. —Replicó el adulto. —Además, debes estar en la tienda de Yzma porque tu turno comienza en veinte minutos, así que yo te recomiendo que te vayas.
— ¡Es una emergencia de moda! ¡Es muy urgente y muy importante para mí, es por eso que no puedo esperar! —Insistió la joven que anhelaba ser emperatriz. — ¡No me voy a ir a ningún lado sin ti!
—He dicho que no y esa es mi última palabra. —Sentenció el hechicero, serio. —Si no vas a trabajar, tu madre va a castigarte y sabes que no hay nada que yo pueda hacer para evitarlo.
—Pero ¡yo soy tu hija! ¡Yo debo ser tu prioridad! —Se quejó Sabrina, indignada, no se iba a rendir tan fácilmente. — ¿¡Por qué no puedes ser un buen padre para mí!? ¿¡Por qué siento que soy tu segunda opción siempre!? ¿¡Por qué yo...!?
— ¡Ay, por todas las varitas mágicas! —Intervino la chica de ojos azules, ya harta de tanto escándalo. — ¡Ya cuéntale que me permitiste quedarme en tu casa y que me diste su habitación así se va de una vez por todas! —Exclamó, mirando al adulto.
— ¿¡Que tú hiciste qué!? —Gritó la descendiente menor de Yzma, apretando los puños mientras fulminaba a su progenitor con la mirada. — ¡Eres un traidor! ¿¡Cómo puedes hacerme esto!?
—Eso no fue lo que hice, simplemente tendrán que compartir cuarto. —Respondió Yen Sid, encogiéndose de hombros. —De esa manera podrán respetarse mutuamente y convivir mejor.
— ¡Tú no me dijiste eso! —Se quejó la pequeña hada, frunciendo su ceño.
—No, bonita, pero piénsalo de esta manera: esto no es diferente a compartir habitación como lo hacían tú y Lonnie cuando estaban en Auradon. —Exclamó el hechicero, tratando de convencerla.
— ¡Claro que sí es distinto! —Replicó Jane. — ¡Yo nunca compartí mi cuarto con una villana y no lo voy a hacer ahora!
—Pues lamentablemente no tienes otro lugar en donde quedarte así que esta es tu única opción, cariño. —Mencionó el hombre. —Y no seas malagradecida conmigo, jovencita.
—Ugh, supongo que tienes razón. —Bufó la hija del hada madrina, quien apretó los labios al darse cuenta de que no ganaría esa discusión. —Perdón.
— ¡Claro que no tiene razón! —Insistió Sabrina, señalándolo. —Que duerma entre las bolsas de basura, después de todo, allí es donde pertenece. —Sugirió con una sonrisa llena de malicia.
— ¡Ya no voy a tolerar esta falta de respeto entre ambas! —Alzó la voz el profesor de Dragon Hall, cansado de tanto drama. —Van a compartir habitación, es una orden.
— ¡Pero no es justo! —Se quejó la villana que estaba obsesionada con Carlos. — ¡De ninguna manera yo...!
— ¡Silencio! —La interrumpió su progenitor, harto. — ¡Soy tu padre y debes obedecerme, así que vas a compartir cuarto con tu hermana te guste o no!
En ese momento, se formó un silencio incómodo en el ambiente.
—Creí que nunca se lo diría. —Comentó Jay, entonces las tres personas que se encontraban fuera del restaurante dirigieron su mirada hacia una de las ventanas del bar y se dieron cuenta de que él y sus amigos los estaban espiando. —Al menos él es más valiente que tú, De Vil. —Se burló el joven ladrón antes de despeinar al chico de cabello blanco y negro, que se encontraba a su lado.
Valentina llegó al lado de la otra rubia en ese momento y colocó una mano en su hombro.
—Cierra tu horrible boca o voy a cosértela. —Le advirtió la primogénita de Yzma, señalándolo con el dedo.
—Obviamente él se refiere a que compartiré cuarto con Valentina. —Aclaró con nerviosismo Sabrina, mirándola de reojo con una sonrisa. —Ella es mi única hermana.
—Me tienes harto con tus mentiras, no voy a permitir que la engañes de nuevo. —Dijo el hombre para luego mirar a la mejor amiga de Lonnie, suspiró hondo antes de revelar lo que le había ocultado durante tanto tiempo —: ¡Jane, yo soy tu padre! —Gritó finalmente.
— ¿¡Qué!? —Alzó la voz la joven de ojos azules, sorprendida y confundida.
—Denle el premio al papá del año. —Habló la chica de cabello morado, desde la ventana. —Ya era hora de que se lo dijeras, eh.
— ¿¡Ustedes lo sabían!? —Cuestionó la pequeña hada, frunciendo su ceño.
—En la Isla de los Perdidos, los secretos siempre salen a la luz. —Respondió Evie, jugando con su cabello.
—Y nos enteramos luego de que te marcharas. —Añadió el pecoso. —Sabrina nos lo dijo en clase. —Aclaró antes de que los cuatro dejaran de ver por las ventanas y salieran de Ursula's: Fish & Chips.
— ¿Así que todos en el reino y todos en este horrendo lugar conocían la verdad menos yo? —Murmuró la chica de Auradon, intentando procesar todo lo que acababa de enterarse.
—Sí, pero te vas a llevar el secreto a la tumba. —Dijo la descendiente menor de Yzma y quiso acercarse a ella para golpearla pero inmediatamente Mal, Evie y Jay se interpusieron en su camino.
—No vamos a dejar que la dañen esta vez. —Gruñó el hijo de Jafar, apretando los puños. —Así que desaparezcan de mi vista ahora mismo si no quieren que les arruine la ropa con su propia sangre.
— ¿Y desde cuándo nosotras cedemos ante una rata callejera? —Cuestionó Valentina, acariciando la mejilla del joven ladrón, luego soltó una carcajada malvada y negó con la cabeza.
—Desde el momento en el que vamos a hacer que nos respeten de nuevo porque somos la pandilla más peligrosa que gobierna esta Isla. —Respondió la ojiverde, sonriendo victoriosa.
—Querrás decir, la pandilla de traidores más odiada por darle la espalda a todo lo que representa la maldad. —La corrigió Sabrina, entonces la princesa malvada fue la primera en golpearla y pronto su novia se le unió, mientras que el chico de cabello largo empujó a su ex pareja para que no se atreviera a defender a su hermanita.
—No puedo estar aquí ni un minuto más. —Exclamó la pequeña hada, negando con la cabeza al estar rodeada de tanta violencia, por lo tanto se apresuró a correr lejos de ellos.
— ¡Jane! —Gritaron Yen Sid y el menor de los VKs al unísono, pero solo el último se atrevió a seguirla, mientras que el adulto se quedó allí con la intención de separar a los adolescentes.
Unos minutos después, la joven se detuvo para recuperar el aire perdido tras haber corrido sin rumbo, solo para darse cuenta de que se encontraba fuera de la guarida de Mal, Evie, Carlos y Jay.
— ¿Quieres compañía? —Le preguntó una voz detrás de ella, logrando sobresaltarla, aún así la chica se volteó.
— ¿Cómo llegaste aquí antes que yo? —Dudó la descendiente del hada madrina, observando a su ex novio con desconfianza.
—Durante toda mi vida he tomado atajos para ocultarme de mi madre, conozco cada callejón de la Isla, y no quiero presumir pero soy bastante rápido. —Respondió el pecoso, encogiéndose de hombros.
—Lo sé, fuiste muy veloz para engañarme y manipularme. —Masculló la mejor amiga de Lonnie con frialdad, tomó una piedra del suelo y la arrojó hacia el cartel que decía "cuidado con las piedras", entonces la reja que bloqueaba las escaleras se abrió. Ella se apresuró a subir las escaleras y el villano la siguió.
—Lo siento, de verdad, me arrepiento de haberte hecho tanto daño. —Se disculpó el chico de cabello blanco y negro una vez que ambos entraron a la guarida. —Mi vida empeoró desde que te dejé ir.
—Y yo fui una estúpida al creer que todos mis problemas se terminarían si dejaba la Isla, todo empeoró desde que volví a pisar Auradon. Ben quiso regresarme aquí pero yo no iba a dejar que me humillara, Lonnie y yo nos escapamos. —Admitió la chica de ojos azules, volteándose para mirarlo. —Yo solo quería encontrar a mi papá, no estar involucrada en el drama de Sabrina.
—Yo nunca he conocido al mío, creo que mi madre estuvo con tantos hombres que ni ella debe saber quién es mi padre, pero tú sacrificaste todo por encontrarlo. —Le recordó él, acercándose a ella para tomar su mano. —Y lo hiciste, Jane, no tienes que dejar que tus hermanas te quiten eso.
—No las llames así, no después de todo lo que he sufrido por culpa de ellas, pero debo admitir que tienes razón. —Concordó la joven, mirando sus manos entrelazadas. —Papá tiene muchas cosas que explicarme, ni Sabrina ni Valentina van a alejarme de él ahora que lo encontré. Tengo que ir a hablar con él. —Dicho esto, la menor quiso alejarse, pero Carlos se apresuró a impedirlo, colocándose frente a ella.
—Espera, necesito decirte algo más. —Suplicó Carlos, quien no quería perderla de nuevo. —Durante tu ausencia, pasaron muchas cosas, Maléfica y la reina malvada casi matan a Mal y Evie cuando descubrieron que estaban juntas; Jay se hartó de Jafar y yo enfrenté a mi madre...
— ¿Y cuál es el punto, De Vil? —Lo interrumpió la hadita, impaciente.
—Mi punto es que los cuatro hemos tenido suficiente de nuestros padres. Ya no podemos seguir escondiéndonos aquí, tarde o temprano ellos nos encontrarán, todos en la escuela saben que ya no somos los mismos y eso no les agrada. —Prosiguió el pecoso. —Elegimos el bien, Jane, y ya no podemos seguir fingiendo que somos malos desde la cuna. Si no salimos de aquí... estaremos muertos.
—Así que me necesitas...—Murmuró la chica de ojos azules, pero luego se dio cuenta de que realmente esas palabras habían salido de sus labios, tímidamente se soltó del agarre de su ex novio. —... digo, los cuatro me necesitan para que abra la barrera.
— ¡Claro que te necesito! Tuve que perderte para darme cuenta de que mi vida sin ti es insoportable, no cometeré ese error otra vez. —Admitió el villano para acto seguido besarla, Jane no tardó en rodear la nuca del chico de cabello blanco y negro con sus brazos mientras le correspondía el beso, pero a pesar de que habían extrañado muchísimo los labios del otro; debieron separarse por la falta de aire. —Ni Mal, ni Evie, ni Jay, ni tú y mucho menos yo pertenecemos aquí; debemos irnos antes de que algo peor pase.
—Carlos, no voy a volver, Ben jamás nos aceptará en el reino después de todo lo que le hicimos. —Se opuso la mejor amiga de Lonnie, la verdad aún le dolía pero debía aceptarla. —Y quiero pasar tiempo con mi padre ahora que estamos juntos de nuevo.
— ¡Me importa una mierda lo que ese idiota con esa corona enorme piense de nosotros! ¡Hicimos lo que teníamos que hacer para sobrevivir pero fallamos y ahora realmente estamos intentando ser mejores personas! ¡No podemos pasar otra noche en este lugar! ¡Somos el objetivo de toda la Isla! Ahora que todos saben quien eres, no estas a salvo aquí. —Exclamó el descendiente de Cruella, serio. —Comprendo que quieras recuperar el tiempo perdido con Yen Sid, pero puedes hacer eso en Auradon.
— ¡Nos guste o no, ese imbécil es el rey! ¡Apenas pongamos un pie en el reino, él lo sabrá y nos desterrará o nos aniquilará, nadie va a impedirlo! ¡Ni siquiera mi madre! No puedo regresar, lamento decepcionarte pero no quiero volver a ser la misma chica incomprendida de antes, tampoco volveré a perder a papá. Hay una razón por la que él se fue de allí y tengo que descubrirla. —Prosiguió la pequeña hada, negando con la cabeza, para luego comenzar a caminar hacia la salida; pero al recordar algo importante se volteó para verlo —: Por cierto, te perdono y a los demás también, pero escapar ya no es una opción. —Añadió y salió de la guarida sin siquiera mirar atrás, bajó las escaleras y cuando la reja se cerró detrás de ella se percató de que Mal, Evie y Jay se dirigían hacia su escondite secreto; pero la menor simplemente los ignoró y apresuró el paso hacia su nuevo hogar.
Después de 10 años, Jane finalmente obtendría respuestas y nada ni nadie iba a impedirlo, sin embargo ni siquiera sospechaba que una gran maldad llegaría a Auradon en cualquier momento y todo lo que alguna vez había conocido –junto a las personas que había dejado atrás– desaparecía para siempre.
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