Capítulo 17: «Escapar no es una opción»

— ¡Suéltame, imbécil! —Exigió la pequeña hada, intentando forcejear con el villano para poder liberarse, logrando captar la atención de los demás villanos que se encontraban en la calle; pero ninguno de ellos estaba dispuesto a ayudarla. — ¡No volví por Carlos, si eso es lo que te preocupa, así que déjame ir!

—No me importa la razón por la que regresaste, me importa que por fin puedo vengarme. —Replicó el joven ladrón, sonriendo con cinismo ya que él era mucho más fuerte que la traidora que acababa de capturar, así que era imposible que se le escapara esta vez. Era consciente de que tenía público a su alrededor y debía mantener su reputación para sobrevivir. —Tú y yo tenemos cosas en común, ambos odiamos Auradon y sentimos resentimiento hacia Lonnie, pero dime ¿qué te hizo ella? —Dudó, lleno de curiosidad, mientras caminaba por las calles de la Isla junto a su prisionera.

— ¡Nosotros no tenemos nada en común! —Replicó Jane, sin dejar de esforzarse por liberarse, aunque tratar de pelear era en vano. —No te voy a decir que me hizo mi ex mejor amiga, no confío en ti y sé que los rumores corren rápido por este lugar.

—Somos más parecidos de lo que crees, tú no necesitas un hechizo para ser la peor amenaza que el reino ha visto, es por eso que terminaste aquí; ¿o me equivoco? —Le echó en cara el descendiente de Jafar, alzando una ceja, pero no recibió ninguna respuesta por parte de la adolescente. —Supongo que te llevarás los pecados de Lonnie a la tumba, desde la primera vez que la vi supe que ella tenía un lado oscuro, solo era cuestión de tiempo para que lo revelara; pero afortunadamente la hija de Mulán no vendrá a salvarte esta vez. —Se burló para luego reírse con malicia.

—No trates de manipularme otra vez porque eso no funcionará de nuevo, yo estoy aquí por tu culpa. —Gruñó la menor. —No hables de ella, no la necesito, no quiero tener cerca de mí a una traidora.

—Bonita, no me des tanto crédito, Mal, Evie y Carlos también merecen tu odio. Los cuatro somos culpables, así que nos vas a liberar de una vez por todas y entonces prescindiremos de ti de una vez por todas. —Afirmó el villano, sonriendo maliciosamente. —No estarás cerca de Lonnie, estarás rodeada de las personas que te arruinamos la vida.

— ¡Prefiero morirme antes que romper la barrera! —Replicó la chica de ojos azules, negando con la cabeza, entonces recordó una de las tantas técnicas de defensa personal que su mejor amiga le había enseñado. — ¿Sabes qué? Cambié de opinión, ella no es tan mala comparada con ustedes. —Dicho esto, movió su cabeza hacia atrás, dándole un golpe en la mandíbula a Jay; luego le pisó el pie y él inmediatamente la soltó, por lo que Jane aprovechó la oportunidad para salir corriendo hacia el único lugar seguro en el que sabía que sería bienvenida.

— ¡Maldita desgraciada! —Se quejó el ladrón, furioso. — ¡Puedes huir todo lo que quieras pero tarde o temprano, te encontraré!

 La pequeña hada ni siquiera tuvo el valor para voltearse, simplemente corrió lo más rápido que pudo por las calles de la Isla, escabulléndose por varios callejones –ni siquiera estaba segura de si su enemigo la estaba siguiendo, cosa que él no había hecho, pero ella no tenía idea alguna de eso– hasta que finalmente llegó a la casa de Yen Sid; entró a la misma y cerró la puerta para acto seguido apoyarse en la misma mientras trataba de normalizar su respiración.

— ¡Jane! ¿Ya volviste? —Oyó la voz del hechicero desde la cocina.

—Sí, no me fue muy bien. —Respondió la joven, haciendo una mueca, entonces caminó hacia la sala y oyó pasos que provenían desde las escaleras, por lo tanto dirigió su mirada hacia allí.

—Ya dejé mis cosas y preparé mi cama en el cuarto de Valentina. —Comentó la joven guerrera para luego darse cuenta de que su ex mejor amiga había regresado. — ¿Y a ti qué te pasó? Estabas tardando mucho, ya empezaba a preocuparme. —Añadió mientras terminaba de bajar las escaleras velozmente para asegurarse de que su compañera de aventuras se encontraba bien.

—No me paso nada así que no te me acerques. —Le advirtió Jane, señalándola con el dedo, entonces la descendiente de Mulán retrocedió unos pasos. —Jay me encontró y quiso secuestrarme. —Explicó antes de sentarse en el sofá.

— ¿¡Que él hizo qué!? —Gritó Lonnie, indignada. — ¡En cuanto lo vea lo mato! ¡Te lo juro! ¡Ese bastardo me va a conocer enojada! ¡Le voy a enseñar que no debe meterse con las chicas de Auradon!

—No necesito que me protejas todo el tiempo, yo sé cuidarme sola. —Intervino entonces la chica de ojos azules, cruzándose de brazos. —Pero estuve pensando cuando estuve sola y gracias al hijo de Jafar me di cuenta de que no puedo sobrevivir sola en esta Isla.

—Me llenas de orgullo, pequeña. —Exclamó la joven guerrera, sonriendo victoriosa al escuchar que su chica se había defendido, luego suspiró hondo y se sentó en el mismo sofá que la menor; manteniendo un poco de distancia entre ambas para que su ex compañera de cuarto no se sintiera incómoda. —Mira, sé que estuvo mal lo que hice, no debí haberte mentido y me arrepiento muchísimo. Pero esta no es mi lucha, Jane, no me corresponde a mi decirte quien es tu padre. Pero te prometo que voy a estar a tu lado cuando lo descubras. Yo jamás voy a dejarte sola, así que ¿crees que podrías perdonarme? —Cambió de tema, nerviosa.

—Te perdono, pero a partir de este momento no quiero que haya más secretos entre nosotras, tenemos que estar juntas para sobrevivir aquí. —Accedió la pequeña hada, acercándose a ella y tomando su mano para acto seguido sonreírle.

—Te prometo que ya no te ocultaré nada y que haré mi mayor esfuerzo para que ambas nos adaptemos rápido a nuestras nuevas vidas. —Aseguró Lonnie.

— ¡Chicas! ¡La cena ya está lista! —Las llamó Yen Sid desde la cocina, por lo tanto las dos adolescentes se incorporaron para dirigirse hacia allí, ambas estaban felices porque su amistad era más fuerte que nunca.

  Ahora que nuevamente estaban juntas, serían imparables.

[...]

 Al día siguiente, Mal, Evie y Carlos estaban sacando las cosas que necesitaban para sus clases mientras charlaban.

— ¿Han visto a Jay hoy? —Cuestionó el pecoso mientras sacaba una manzana de su casillero y le daba un mordisco. —Anoche me dormí muy temprano y él no me dio mi beso de las buenas noches.

— ¿Cómo es posible que te duermas a las siete de la tarde? Nunca lo voy a entender, enano. —Mencionó la hija de Maléfica, negando con la cabeza mientras guardaba algunos sprays que había robado en su casillero. —Tú vienes aquí temprano pero nosotras no y él tampoco.

—Déjalo en paz, M, estas hablando con el bebé del grupo. —Habló Evie, logrando que su novia soltara una pequeña risa. —No lo hemos visto porque nos fuimos de la guarida luego de que ese ladronzuelo no diera señal de que tuviera intenciones de venir, pero no te preocupes, sabes que él siempre llega muy tarde a clases.

— ¡Chicos, chicos! —Los tres se voltearon al oír la voz de su mejor amigo, quien atravesó el pasillo corriendo hasta llegar a donde se encontraban sus casilleros. — ¡Al fin los encuentro! —Añadió el chico de cabello largo, aliviado.

—Hey, ¿por qué estas tan ansioso por vernos? —Cuestionó el joven de cabello blanco y negro, jugando con la manzana que había traído. —No te vi así desde que las chicas asistieron al primer partido de Tourney en el que participamos una vez que entramos al equipo en Auradon.

—No seas ridículo, De Vil, Jay se arrancaría una pierna antes de volver ahí. —Exclamó la chica de cabello morado, sabiendo que no les convenía hablar sobre lo que había pasado en el reino ya que estaban rodeados de estudiantes con sed de venganza.

—Me la arrancaré si tenemos que pasar otro día en esta Isla. —Murmuró el hijo de Jafar, lo suficientemente bajo como para que solamente sus amigos lo escucharan, apoyando su espalda contra el casillero que se encontraba al lado de Carlos. —Pero no es por eso que quería verlos, anoche me pasó algo y quiero contárselos.

—Si regresaste con Valentina y tuvieron sexo durante toda la noche no nos interesa, mucho menos si ese es el motivo por el que no regresaste a la guarida. —Dijo la princesa malvada mientras sacaba un perfume de su casillero y se lo colocaba.

— ¡No es eso! —Se opuso inmediatamente el recién llegado, arrugando la nariz, jamás volvería con esa rubia. —Y sí volví allí a casa anoche, solo que lo hice más tarde porque estuve ocupado, tratando de recuperar algo que nos pertenece.

— ¿Y de qué estas hablando, específicamente? —Preguntó la ojiverde, cruzándose de brazos mientras se volteaba para observarlo con una ceja alzada.

— ¿Robaste algo que pueda servirnos? —Dudó Carlos, mientras arrojaba la fruta en el aire y la tomaba, pero en cuanto volvió a hacerlo su mejor amigo fue más veloz y se la arrebató. — ¡Hey!

— ¿Van a seguir con el interrogatorio o me van a dejar hablar? —Gruñó el chico de cabello largo antes de comerse la manzana que acababa de robar. —Gracias por alimentarme siempre, tú siempre eres tan atento a mis necesidades. —Se burló antes de despeinarlo un poco.

— ¿Y de qué estás hablando? —Cuestionó Evie, guardando el perfume en su casillero y cerrándolo.

—Anoche salí a caminar por la Isla y me encontré con... —Empezó a hablar Jay, pero de un momento a otro sus mejores amigos dejaron de prestarle atención.

—Por todos los abrigos de mi madre, ¿esas son...? —Lo interrumpió el menor del grupo, señalando a ciertas personas que acababan de aparecer por el pasillo, por lo cual el descendiente de Jafar se volteó.

—No puede ser. —Murmuró la princesa malvada, shockeada, mientras observaba a las recién llegadas.

—Por Lucifer, no creí que volveríamos a verlas. —Susurró Mal, sorprendida.

  Por primera vez, Lonnie y Jane caminaban por los pasillos de Dragon Hall con seguridad y elegancia, pues era su primer día en una escuela para villanos gracias a que Yen Sid las había inscripto ya que no iba a permitir que las adolescentes dejaran de recibir educación.

—No quiero decir que les dije que regresarían, pero se los dije. —Alardeó el chico de cabello largo, mirando sin disimulo a la chica de la que estaba enamorado, que ni siquiera se había percatado de su presencia aún; así que el villano acomodó su cabello y se acercó a ella, bloqueándole el paso. —Hola bonita, te ves muy sexy hoy, esa ropa de cuero te queda mejor que tus vestidos de princesa. —Exclamó de manera coqueta para acto seguido tomar una de sus manos y besársela.

—Este chico no tiene dignidad. —Se lamentó Carlos, negando con la cabeza, observando aquella escena.

—Quita tus sucias y asquerosas manos de mí, estúpido. —Le recriminó la joven guerrera, mirándolo con desprecio. — ¡Intentaste secuestrar a mi mejor amiga anoche y ahora pretendes seducirme! Pero, ¿¡qué clase de cínico hace eso!? —Alzó la voz antes de empujarlo con fuerza hacia uno de los casilleros.

 Algunos estudiantes que se encontraban en aquel pasillo se sorprendieron y comenzaron a prestarles atención.

—Te lo puedo explicar, linda. —Murmuró el chico de cabello largo. —Si solo me dieras una oportunidad, yo...

—No quiero escucharte. —Lo interrumpió la descendiente de Mulán, señalándolo con el dedo índice. — ¿Una oportunidad para qué, Jay? ¿Para que intentes destruirnos de nuevo? ¿Para que juegues conmigo como lo has hecho desde que nos conocimos? No, si sabes lo que te conviene nos vas a dejar en paz, no queremos problemas.

— ¿¡No quieren problemas!? ¡Oh, por Lucifer! ¡Nena, estas en la Isla de los Perdidos, armar conflictos es uno de los pasatiempos favoritos de todos los VKs! —Intervino una joven hechicera, acercándose hacia las recién llegadas. —Pero puedes patearle el trasero a un idiota que valga la pena, no a este mujeriego. —Se burló ella para luego reírse.

—Disculpa, desconocida, esta es una discusión privada; así que si no te importa.... Desaparece. —Habló por primera vez la chica de ojos azules, incómoda. —Lo, me prometiste que no íbamos a llamar la atención en nuestro primer día de clases. —Le susurró para luego morderse el labio inferior.

—Primera regla de supervivencia en este basurero: aquí no hay privacidad, así que todos podemos meternos en lo que no nos incumbe, tesoro. —Exclamó la villana, divertida. —Oh, ¿dónde han quedado mis malos modales? Permítanme presentarme: soy Freddie, hija de Facilier, yo estoy a cargo de orientar a las alumnas nuevas que aparecen de repente.

— ¿Y se supone que debemos confiar en ti? —Cuestionó Lonnie, alzando una ceja y cruzándose de brazos.

—Segunda regla de supervivencia en esta cárcel: mantén a tus amigos cerca...—Dijo la joven estafadora, en un rápido movimiento logró acercarla demasiado a Jane. —... y a tus enemigos, aún más cerca. —Añadió, separándola de la pequeña hada para acto seguido empujarla hasta que ella quedara a centímetros del hijo de Jafar.

—Ya es suficiente, Freddie, no asustes a las nuevas. —Intervino la chica de cabello azul, acercándose hacia su mejor amigo y a la mayor de las AKs para separarlos y colocar a Jay detrás de ella. —Te pido perdón en nombre del imbécil impulsivo de Jay, no todos en la Isla respetamos el espacio personal.

—Arruinas mi diversión, princesita. —Se quejó la adolescente, haciendo un puchero falso, luego frunció el ceño. — ¿Mis oídos me engañan o acabo de escuchar a Evie Grimhilde disculpándose con alguien?

—Yo... no... es decir...—Empezó la descendiente de Grimhilde, nerviosa, sin embargo la chica de cabello morado se apresuró a colocarse en medio de ambas VKs.

—Deja en paz a mi novia, ella puede hacer o decir lo que quiera, te sugiero que no te metas más con mi chica o lo vas a lamentar. —Masculló la líder de los VKs, mirándola con seriedad. —Además, ¿no tienes que mostrarles a las nuevas cuáles serán sus casilleros y todo eso?

—Ten cuidado, Malsy, no querrás que tu madre se entere de su relación secreta... a menos que ya lo haya descubierto. —Le advirtió Freddie, sonriéndole con picardía, luego miró de reojo a las chicas de Auradon. —Ahora que ya me divertí, podemos irnos, tengo mucho que enseñarles antes de que empiecen las clases.

  La hija de Maléfica se sorprendió al oír su comentario desubicado y sus ojos no tardaron en comenzar a brillar, apretó los puños mientras pensaba en la satisfacción que le daría enseñarle a esa brujita estafadora que nadie la amenazaba, pero antes de que pudiera hacer algo Jay la tomó por los hombros con fuerza.

—M, ni se te ocurra dañarla, no vale la pena. —Murmuró él en su oído. — ¿Recuerdas que tenemos que mantener un perfil bajo? —Insistió, la líder de los Vks bufó y sus ojos dejaron de brillar.

—Odio que tengas razón. —Admitió la chica de cabello morado antes de regresar hacia su casillero y cerrar la puerta del mismo con fuerza, pues seguía furiosa.

 Freddie tomó las manos de las nuevas y comenzó a caminar junto a ellas, pero en ese momento aparecieron tres VKs más, y para mala suerte de Jane, la menor chocó con una de ellas.

   Las recién llegadas eran las descendientes de Yzma junto a la hija adoptiva de Facilier y madre Gothel.

— ¿¡Qué haces, imbécil!? —Le gritó Valentina, molesta. — ¿¡Cómo te atreves a arrugar mi ropa!? —Le recriminó.

—Perdón, es que no te vi, yo...—Tartamudeó la pequeña hada, nerviosa, levantó la mirada solo para percatarse de con quien estaba hablando; entonces reunió valor ya que no iba a dejarse intimidar. —... yo no me voy a disculpar contigo.

 Las tres villanas intercambiaron miradas y Ariana les guiñó el ojo.

— ¿Qué estás haciendo aquí? —Cuestionó Sabrina, fingiendo sorprenderse al ver a su hermanita en su escuela.

—Estoy caminando por los pasillos, ¿o acaso la tintura de tu cabello te quema tanto las neuronas que ya no te das cuenta de lo que hacemos las personas que estamos a tu alrededor? —Mencionó la chica de ojos azules, provocando algunas risas y exclamaciones de asombro por parte de los estudiantes que se encontraban cerca, pues les sorprendía que alguien de Auradon fuera tan descarada. —Regresé para quedarme, así que acostúmbrate a verme por aquí.

—Yo soy rubia natural, chiquita, y me doy cuenta de lo que hacen los demás; pero no me importan las personas insignificantes como tú. —Replicó la chica que estaba obsesionada con Carlos, colocando una mano en su cintura. — ¿Por qué no nos haces un enorme favor a todos y vas caminando hacia la salida, abres la barrera con un bibidi babidi y te ahogas en el mar?

—Además no sé quien te crees que eres para venir a estudiar aquí, en Dragon Hall no hay lugar para una hadita insignificante como tú. —Añadió la rubia mayor.

—A mí no me hablan así. —Gruñó Jane, apretando los puños. —Yo ni siquiera les hice nada.

  Las rubias no pudieron evitar reírse al escuchar sus palabras.

 Si supieras todo lo que nos has hecho, hermanita, pensó Sabrina.

—En esta Isla ya no hay lugar para gente de Auradon. —Aseguró la descendiente menor de Yzma. —Y mucho menos para personas que creen que pueden escapar a su reino perfecto cuando las cosas aquí se ponen feas y volver aquí cuando son rechazados.

— ¿Qué estás diciendo? —Murmuró la pequeña hada.

— ¿Qué estoy diciendo? Lo que saben todos. —Prosiguió Sabrina, divertida. —Estos estúpidos tenían una misión que cumplir, te involucraron pero nos traicionaste y te marchaste. Ellos fallaron por tu culpa. —Añadió, señalando a Mal, Evie, Carlos y Jay.

—Que gran VK resultaste ser. —Se burló Valentina, luego se llevó una mano al pecho al darse cuenta de lo que acababa de decir. —Oh espera, no tienes sangre villana, solo eres patética. Crees que para ser una de nosotras, solo debes usar ropa de cuero y actuar como si no te importara tu reino perfecto, pero tú siempre serás una chica de Auradon.

— ¿Saben qué? No me importa lo que ustedes digan, eso no es cierto. —Afirmó la chica de ojos azules. —Ellos me hechizaron, cuando me di cuenta de eso hice mi mayor esfuerzo para regresar a casa y esos ingratos me lo agradecieron al encerrarme aquí, así que no te atrevas a decir que soy una chica de Auradon porque ese reino lleno de gente hipócrita ya no es mi hogar. —Masculló, sus ojos comenzaron a brillar debido a lo enojada que estaba.

—Claro que es cierto, ellos nos contaron todo su plan cuando te fuiste, así que guarda tus mentiras para alguien que sí se las crea. —Insistió la villana que estaba muy obsesionada con De Vil. —Si odias tanto a esos principitos presumidos y princesitas primorosas, pruébalo aquí y ahora.

—No las escuches, no te dejes influenciar por estas parias. —Murmuró la joven guerrera en su oído, tratando de hacerla entrar en razón. —No necesitas la aprobación de los villanos.

—No seas necia, Jane, la única oportunidad de libertad que teníamos desapareció por tu culpa. —Exclamó Sabrina.

  La pequeña hada la miró con odio, lo que más deseaba en ese preciso momento era callarla y demostrarle que ella sí podía pertenecer a la Isla, pero antes de que pudiera sacar su varita mágica; alguien más intervino.

—Sabrina, ¿qué estás diciendo? —Le recriminó el chico de cabello blanco y negro, acercándose a ellas.

—No te metas, bonito. —Le advirtió la rubia.

—Sí que me meto, ¿sabes por qué? Porque no voy a dejar que trates así a Jane. —Dijo él, señalando a su ex novia.

—Ay, que amor, ¿qué te pasa, De Vil? ¿Por qué la defiendes tanto? ¿Estas enamorado de ella? —Lo provocó la villana que estaba obsesionado con él, alzando una ceja.

 El pecoso intercambió miradas con la pequeña hada, los dos estaban sintiéndose incómodos, después observaron a las descendientes de Yzma, quienes se encontraban serias. Sabrina se cruzó de brazos mientras que Valentina posaba ambas manos en su cintura.

—Entraste a escena como un héroe, la defendiste un montón y cuando tienes que hablar, te quedas callado. —Prosiguió la hija menor de Yzma, señalándolo. — ¿Qué te pasa? ¿Te comieron la lengua los perros?

—Te voy a hablar, y más te vale que me escuches porque te lo voy a repetir por última vez. —Insistió Carlos, fulminándola con la mirada. —No voy a dejar que trates así a Jane, ni a Lonnie, ni a nadie.

—No respondiste mi pregunta. —Dijo la villana que estaba obsesionada con él. — ¿Por qué la defiendes tanto? ¿Te pasan cosas con ella? —Dudó, señalando a la menor que odiaba con toda su alma.

  La descendiente del hada madrina miró a su ex novio y luego a la rubia insoportable que seguía incomodándola con sus interrogatorios.

—Lo que nos pasa a los dos es que estamos hartos de ti. —Se apresuró a contestar la pequeña hada. —Y es hora de que alguien te de tu merecido. —Añadió, dicho esto le dio una cachetada.

 Los estudiantes que se encontraban a su alrededor no tardaron en rodearlas, encerrándolas en un círculo en medio del pasillo.

— ¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea! —Gritaban los VKs.

— ¡Que maleducada! —Le recriminó Sabrina, mirándola con odio. —Vas a pagar eso, a mi nadie me falta el respeto. —Le advirtió antes de abalanzarse sobre ella, comenzando a golpearla.

—Oh, no hay nada mejor que las peleas de chicas para mejorar mi día. —Comentó Jay, divertido, mientras observaba el espectáculo.

—Será mejor que en esto no te involucres. —Murmuró De Vil al darse cuenta de que la hija de Mulán se quitaba su chaqueta de cuero con la intención de unirse a la batalla para defender a su mejor amiga, rápidamente la arrastró con él fuera del círculo para que no interviniera.

—Adoro la iniciación de las nuevas, es tan divertido ver como se olvidan de todo lo que aprendieron en Auradon cuando las provocan. —Habló Ariana cuando su hermana se colocó a su lado. — ¿No te encanta esto?

—Estoy de acuerdo contigo, nena. —Respondió Freddie, sonriendo con picardía mientras veía como la pequeña hada intentaba defenderse, pero la rubia no iba a rendirse fácilmente. —Anoche te oí hablando con papá y no creas que vas a ser la única que genere problemas entre esas dos, eh.

—Celia también sabe de esto y guardará el secreto porque le dieron un montón de dinero, pero tú no necesitas un precio para callarte. —Murmuró la mayor, observándola de reojo.

—Claro que no. —Su hermana menor negó con la cabeza, sonriendo victoriosa. —Yo me voy a aprovechar de esto. —Dicho esto, la villana corrió hacia la oficina de su padre, pues tenía que contarle sobre esta pelea.

  En ese preciso momento, la campana que indicaba el comienzo de las clases sonó, pero los estudiantes no la oyeron debido a que seguían gritando para que continuara la batalla entre las dos chicas.

 Unos pocos minutos después, Freddie regresó con el Hombre Sombra, quien negó con la cabeza al ver el escándalo.

— ¡Si saben lo que les conviene, se callarán todos, o les entregaré sus almas a mis amigos del otro lado! —Gritó el director de la escuela, y todos los alumnos cerraron sus bocas. — ¡Ahora, todos los que no estén involucrados en esto, se van a las aulas ya mismo! —Ordenó, así que todos los VKs –excepto las descendientes de Yzma, las dos chicas de Auradon y Freddie– lo obedecieron.

— ¡Ya fue suficiente! —Intervino Valentina, interponiéndose entre ambas y tomando a la rubia por los hombros, mientras que Lonnie separaba a la pequeña hada de la villana que estaba obsesionada con Carlos. — ¡Tenemos público! —Añadió, entonces las adolescentes dejaron de intentar acercarse a la otra para continuar golpeándola.

— ¿Y quién de las dos inició esto, jovencitas? —Cuestionó el Hombre Sombra, cruzándose de brazos.

— ¡Jane lo hizo! —La acusaron las rubias, señalándola con el dedo.

—Técnicamente, sí es cierto. —Concordó la descendiente de Facilier, haciendo una mueca.

— ¿¡Y tú de qué lado estás!? —Le recriminó la joven guerrera, indignada, pero la villana simplemente se encogió de hombros. —Ella no la habría golpeado si estas perras no la hubieran provocado.

—Entonces estas castigada, te has metido en grandes problemas, por lo tanto tú y yo vamos a tener una conversación muy seria en mi oficina. —Dijo el director de la escuela. —Ustedes, vayan a clase. —Exigió, dirigiéndose hacia las demás.

— ¡Pero eso no es justo! —Se quejó Lonnie.

—Estamos en la Isla de los Perdidos, aquí no existe la justicia, linda. —Comentó Freddie, tomándola de la mano. —Ahora te acompañaré a tu salón de clases. —Dicho esto, las dos se retiraron mientras la mejor amiga de Jane se quejaba entre dientes.

  La chica de ojos azules suspiró hondo, su nariz sangraba un poco y su ropa estaba arrugada y algo rota, sin embargo no tuvo más opción que seguir a Facilier hacia la dirección de Dragon Hall.

—Yo siempre me salgo con la mía. —Alardeó la hija menor de Yzma, sacando de su bolso el collar que le había dado Ariana y llenándolo con la sangre de su hermanita que había en su chaqueta. —Te dije que este plan es perfecto.

—Me llenas de orgullo. —Mencionó Valentina, mientras comenzaba a caminar por el pasillo. —Deberíamos ser actrices.

—Lo sé, somos las mejores, aunque... —Sabrina le guiñó el ojo y se guardó el collar en su bolso para luego comenzar a seguirla. —...primero seremos emperatrices.

 Cuando el Hombre Sombra le abrió la puerta de su oficina, la pequeña hada entró con timidez y el adulto la siguió antes de cerrar la puerta, él caminó hacia su escritorio para sentarse allí y la adolescente tomó asiento frente al villano.

— ¡Por favor, no le entregue mi alma a sus amigos del Otro Lado, haré lo que sea necesario para seguir viva! ¡Limpiaré los baños de toda la escuela si así lo desea pero no me mande al Upside Down o algo parecido! —Pidió la menor, uniendo sus manos en señal de súplica.

—Por Lucifer, niña, tranquilízate que no es eso lo que planeo hacer contigo. —Aclaró el hechicero, haciendo una mueca, tomó una carpeta que se encontraba sobre su escritorio y la abrió. —El rey Benjamín me envió tu expediente, pero no necesito verlo para saber que estoy en presencia de una joven hada incomprendida que ha intentado sobrevivir por años en un lugar en donde no encaja, ¡un reino en el que el uso de la magia está prohibido!, no me sorprende que te rebelaras.

— ¿Ah no? —Exclamó Jane algo sorprendida y un poco asustada pues no le gustaba que ese hombre supiera tanto sobre ella, pero no era momento de ser una cobarde. Era momento de aprovecharse de la situación, tal y como una villana lo haría. —En eso tiene razón, iba a hartarme de pretender ser obediente tarde o temprano, pero déjeme ver si entendí esto: usted no va a castigarme gracias a mi rebeldía, ¿así funcionan las cosas aquí?

—Así es, además fuiste víctima de una de las iniciaciones que los estudiantes les hacen a todos los nuevos alumnos en Dragon Hall, ellos hacen cualquier cosa para darse cuenta de qué eres capaz; de esa manera pueden decidir si les conviene tenerte en su pandilla o no. —Respondió el director de la escuela. —No hay necesidad de que me trates con respeto, querida, ya no estás en Auradon, olvídate de tus buenos modales. En esta Isla todos los estudiantes me llaman Dr. F, pero tú... tú eres especial. —Añadió, estirando su mano para acariciar su mejilla.

—Bueno, supongo que lo soy, es decir ¿cuántas AKs rompen las reglas y terminan aquí? Solo dos... por ahora. —Alardeó la pequeña hada. —Bueno, si eso es todo, creo que será mejor que me vaya a clase... aunque no tengo mi horario. —Hizo una mueca y se incorporó de su asiento.

— ¡De hecho, hay algo más que necesito decirte! —Exclamó Facilier, por lo que la chica de ojos azules volvió a sentarse. —Estúpida Freddie, nunca hace bien su trabajo, le dije a esa chiquita malcriada que...

— ¿Qué más necesita de mí, Dr. F? —Se atrevió a interrumpirlo la mejor amiga de Lonnie, impaciente.

—Necesito que sepas la verdad de una vez por todas, Jane. —Aseguró el hombre, tomando su mano. —Una fuerza te trajo aquí, pequeña, llámalo como quieras: suerte, destino...

—... o mi ex y sus amigos. —Intervino la chica de ojos azules, arrugando su nariz al mencionarlo. — ¿De qué demonios está hablando ahora, Dr. F?

—Todos los alumnos me dicen así pero tú puedes llamarme papá. —Dijo el director de Dragon Hall, ocasionando que la menor se quedara en shock al oír esas palabras. —Y debes tener un millón de preguntas para hacerme, quiero que sepas que estoy dispuesto a responder cada una de ellas.

— ¿Cómo es posible que mi mamá y usted...? —Cuestionó la adolescente, confundida, lo único que recordaba sobre su progenitor era que él es un hechicero –al igual que el hombre que tenía en frente–; había soñado con volver a encontrarlo y ese momento finalmente había llegado. — ¿...Por qué te fuiste? ¿Por qué no trataste de contactarme durante todos estos años?

—Oh no, querida, no me digas que sigues creyendo que la cigüeña te dejó en la puerta de tu hogar; ¿¡qué les enseñan hoy en día en Auradon Prep!? —Se quejó el hombre, indignado. —Yo no me marché por voluntad propia, el estúpido del rey Bestia nos desterró a esta prisión a mí y a todos los demás hace años. Quise contactarte, pero las cartas no llegan a Auradon y la magia voodoo tampoco gracias a ese campo de fuerza que nos mantiene atrapados.

— ¡Esa no era mi pregunta! —Aclaró inmediatamente Jane, comenzando a sonrojarse mientras negaba con la cabeza. Apretó los puños al oír la explicación de aquel hombre y le dieron ganas de haber destruido a Ben cuando tuvo la oportunidad de hacerlo solo para hacer sufrir a la familia real. —Eso tiene mucho sentido... pero ¿cómo es que tú te enamoraste de mi madre? —Murmuró.

—Lo que el hada madrina y yo tuvimos sucedió hace mucho tiempo, y ya sabes lo que dice esa mujer sobre el pasado, ella no hizo nada para impedir que me alejaran de ustedes; así que no creo que me amara tanto. —Contestó Facilier, encogiéndose de hombros. —Pero eso no importa ya, pequeña, finalmente estamos juntos y eso es lo único que debe interesarte.

—Concéntrate en el pasado y te perderás el futuro. —Habló la joven hada, imitando a su progenitora, haciendo ademanes con sus manos. —Cuando era una niña, soñaba con volver a tener una familia unida, pero después de todo lo que me hizo esa mujer; no quiero ni estar cerca de ella.

—Entonces lo único que tienes que hacer a partir de ahora es olvidarte de tu antigua vida, hijita, porque de ninguna manera voy a permitir que regreses a Auradon. No te perderé de nuevo. —Aseguró el Hombre Sombra. —Escapar no es una opción, pequeña, te acostumbrarás a la vida en la Isla de los Perdidos; pronto ya no extrañarás a nadie de ese reino lleno de hipócritas.

—Si esa es la única manera de encajar en este lugar, entonces lo haré. —Accedió la mejor amiga de Lonnie. —Todas las personas que necesito tener cerca están aquí.

—Esa es mi niña inteligente y obediente. —Exclamó el hechicero, sonriendo victorioso, mirándola con orgullo. —Ahora tienes que ir a clases, aquí está tu horario, si necesitas algo puedes buscar a Freddie; a quien le ordené que te haga compañía durante todo el día. —Añadió, entregándole una hoja con sus horarios de clases a la chica de ojos azules.

—Excelente, papá, es bueno tenerte a mi lado de nuevo. —Dijo Jane, tomando la hoja y levantándose de su asiento. —Seré la peor versión de mí misma, prometo que no te decepcionaré. —Dicho esto, le guiñó el ojo de forma cómplice.

—Tu primera clase del día es Maldad Correctiva, pero lamentablemente ya la perdiste porque estas aquí desde hace una hora, así que la siguiente es Vanidad. —Le recordó el director de Dragon Hall. — ¿Quieres que te acompañe a tu salón? No quiero que te pierdas.

—Eso no es necesario, voy a encontrar esa clase tarde o temprano. —Mencionó la adolescente, dirigiéndose hacia la salida. —Adiós papi. —Dicho esto, la pequeña hada salió de la dirección con una sonrisa victoriosa para luego comenzar a caminar por el pasillo.

  La Isla de los Perdidos no es tan mala después de todo, pensó ella, ahora que sé que mi padre vive aquí... tal vez pueda ser un mejor hogar para mí. 

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