El móvil volvió a sonar, esta vez el identificador mostraba el numero de su hijo.

-Clark. Finamente me contestas, necesitas ir con Tony. Te necesita. No estaba bien cuando salimos de la casa- hablaba rápidamente su hijo

La mente de Clark era un caos. Las palabras de Lutbor resonaban en su cabeza y la amenaza contra su compañero le preocupaba. Era cierto que Luthor era un psicópata, pero rara vez mentía. ¿Acaso Tony sufría por el embarazo de Carter y Rogers? ¿Aún amaba a Rogers? Y como si eso fuera poco Luthor también le había advertido que se alejara de Lois antes de matarla. ¿Lex pensaba matar a Tony? ¿A su compañero? Un compañero que aun sufría por su antiguo amante.

-Connor- intento hablar a pesar del nudo en su garganta- ¿Por qué estaba mal Tony?

-Al parecer la esposa del capitán le dijo que estaba embarazada- respondió inocentemente -Pero Clark, eso no importa, Tony te necesita-

Clark no necesito escuchar mas, como si el teléfono le quemara, lo destrozo. Las palabras de su hijo confirmaban dos cosas. La primera es que Luthor de alguna manera había logrado espiar sus conversaciones y tenía espías en Industrias Stark. La segunda es que por muy loco que Lex estuviera, lo que había dicho era verdad.

Tony aun amaba a Steve

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Tony fingió dormir mientras Pepper se retiraba de su habitación, creyéndolo dormido. Natasha había salido a comprar la cena. Por lo que en la casa eran solamente ellos dos. Las lagrimas ya se habían secado y solo el tenue palpitar de su cabeza le recordaba el dolor de hace unas horas.

Tomo el anillo dorado de Steve, aquel anillo de compromiso, lo giro lentamente entre sus dedos. Era un anillo sencillo, un simple circulo dorado con una gema roja. No había sido capaz de tirarlo luego de que él rubio perdiera la memoria.

No tuvo el valor.

Porque en el fondo se aferraba, patéticamente, a la esperanza de volver al lado del capitán. Sí, incluso después de todo lo ocurrido. Quizás Harley y Natasha tenían razón y necesitaba ayuda profesional.

Un suave golpe en la ventana lo trajo de regreso de sus oscuros pensamientos. Clark lo observaba con seriedad a través del cristal, parado en su balcón con los brazos cruzados.

Camino presuroso para dejar entrar al hombre de acero pero este no hizo ningún movimiento para ingresar a su hogar. El temor se acento en la boca de su estomago.

-¿Clark?- no estaba seguro si era un reconocimiento o una duda

-Tony- saludo el alíen con suavidad – no te ves bien-

Tony quiso reírse ante la sinceridad de su amante, pero su risa salió como un quejido rotó. Clark se estremeció ante tal sonido e hizo el amago de acercarse para abrazarlo, pero las palabras crueles de Luthor aun resonaban en sus oídos, bajo sus brazos. Tony observo el conflicto del granjero y se abrazo a si mismo.

No estaba seguro de poder soportar mas rechazos.

-Hoy no parece ser un buen momento- inicio el millonario – quizás lo mejor será pasar un tiempo separados- intentó ingresar a la habitación pero el agarre firme de Clark se lo impidió -Clark por favor- en verdad no podía con la situación

-¿Alguna vez tuve una oportunidad de que me amaras?- su pregunta fue una mezcla de reproche y agonía. -¿Me usaste?-

Tony quería negar, no, él no era la clase de personas que usaba a otras para olvidar viejos amores. No. No era esa clase de personas. Egoísta, sí definitivamente, rencoroso también. Pero no era un canalla. Su madre y Jarvis lo habían criado mejor que eso.

-No te use. No soy esa clase de persona, sin importar lo que diga el resto del mundo- durante toda su vida siempre lo habían catalogado de distintas formas. Y nunca le había dolido tanto una acusación como la de Clark. -Lamento que pienses de esa forma. Lamento haberte dañado-

Aquellas palabras fueron como una bofetada para el alíen, prácticamente podía sentir la voz de Lois diciéndole “¿Qué diablos Smallville?” ante su comportamiento engreído e hiriente.

-Vete Clark. Hoy no soy una buena compañía- el genio ni siquiera duro en cerrar las puertas del balcón en la cara del hombre de acero

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En el complejo de los Vengadores, Carol estaba fúrica con la pareja de América, habían arruinado el anuncio de la futura escuela de niños superdotados. Todos esos meses de planeación y organización con la ONU se habían visto empequeñecidos con la noticia amarillista del nacimiento del bebé de Steve y Sharon. No es que fuera una mala noticia ni mucho menos, en verdad los felicitaba, pero ese no era el lugar ni el momento.

La escuela le había costado millones a Tony, Hope, Charles, Wayne y la princesa Shuri. Además había sido difícil lograr un acuerdo unánime con los distintos gobiernos involucrados para el desarrollo y edificación de la academia.

Fueron años de preparación y reclutamiento, y a casi nadie le había importado, solo porque Steve ni siquiera le había consultado el anuncio del bebé.

Para colmo había tenido que lidiar con el enojo de la ONU y Nick por sí misma. Rhodey iba camino a San Francisco y ni siquiera podía culpar a su pareja por correr al lado de su casi hermano.  

Sin duda iba a matar a los rubios.

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La felicidad era notoria en el rostro de su esposa. Una leve sonrisa se alzo en sus labios, la felicidad de Sharon era contagiosa. La rubia brillaba mientras acariciaba su vientre y charlaba con Wanda. Disfrutando de la atención que la mayoría de sus compañeros les daban. 

Ojala Tony pudiera estar ahí.
Por un momento todo se detuvo, su respiración quedo resguardada en sus pulmones. Ahora comprendía la referencia de me cayo como un balde de agua. Hasta ahora no había notado que nadie le había informado del bebé al genio.

Nunca tuvo la delicadeza de informárselo.

Viendo que su esposa estaba ocupada, escapo hacía el pasillo, en dirección a su oficina, esperando encontrar algo de privacidad para llamar al genio.
Su llamado fue contestado al tercer tono -Tony- saludo alegremente

-Steve- su nombre fue susurrado con algo de pena

Ninguno de los ex amantes lo sabía pero aquella sería la ultima vez que ambos entablaran una conversación en mucho tiempo.

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Luthor sentía que podía flotar entre las nubes,  hacer dudar a Clark no era una tarea laboriosa ni complicada. No, para él que sabía exactamente que fibras sensibles tocar de aquel granjero. No importaba los años separados ni lo mucho que Clark parecía haber madurado, en el fondo su amor seguía siendo aquel adolescente torpe e inseguro, asustadizo de no ser capaz de ser amado con la misma intensidad.
Podía recordar el eterno sufrimiento de Kent por Lana. El primer y tierno amor de Superman. Oh como había sufrido la morena por atreverse a posar sus ojos en su amado. A causa de su eterno amor Kent había perdido a su padre, todo por elegir salvar la vida de la chica. La culpa se había instalado en el corazón del granjero y desde allí fue fácil manipular a la joven. Había sido sencillo dominarla, y acabar poco a poco con ella. Al punto de volverla loca y que terminara en suicidio.

Lane fue verdadero oponente. La castaña parecía saber cada una de sus artimañas, y rara vez caía en sus juegos. Además que la mujer podía dominar fácilmente con su carácter a Kent. Sin duda ella fue una digna oponente. Pero todos tenían una debilidad y la debilidad de Lane había sido el deseo de poder tener hijos con Clark.

Fue como quitarle un dulce a un niño llevarla hasta la muerte, era una pena que su niño fuera un cómplice de sus crímenes pero todo fuera para que al final pudieran ser una familia. No contaba con ir a la cárcel, que su hijo atestiguara en contra de él. Pero finalmente era libre.

Stark era otro problema que pronto zanjaría de una buena vez. La duda ya estaba implantada en Clark, y con los sucesos reciente, aquella relación terminaría pronto.

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En verdad no quería espiar a Tony, en verdad no quería, estaba enojado, con él, con Tony, con el destino, pero algo lo había echo quedarse en el lugar, escuchando detrás de las puerta de vidrio. Viendo y sintiendo la angustia del castaño, que parecía desmoronarse como un castillo de naipes.

Verlo tan frágil, derrotado no era algo normal en Tony Staark. No. Stark era un hombre duro, lo había sido desde niño. Sabía como dominar las cosas a su favor. Un digno hombre de hierro. Un empresario duro que ni siquiera había llorado con la perdida de sus padres, sino todo lo contrario, se había encargado de hacer que la empresa de su padre creciera en solo el primer año en que el adolescente se hizo cargo.

Ni siquiera la tortura del grupo terrorista lo había doblegado. Por Dios, ni siquiera había dudado en llevar un misil nuclear hacía un agujero para derrotar al ejercito Chitauri. Tampoco se había doblegado ante su creación, Ultron, ni ante los reclamos del mundo. Ni siquiera cuando sus compañeros le dieron la espalda había flaqueado.

Y ahora, verlo así, derrotado, aferrándose a un anillo como si fuera su único salvavidas, le hizo cuestionarse si realmente conocía a su compañero.

Se había atrevido a cuestionar el dolor del castaño, cuando este jamás lo había juzgado por las pesadillas que solía tener con la muerte de Lois.

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Sintió los brazos del alíen rodearlo, trato de separarse inútilmente. Golpeo con fuerza los pectorales de Clark, logrando magullar sus puños. Mordió sus labios hasta hacerlos sangrar para no gritar de rabia, de dolor, de desolación. Pero aun así Clark se negó a soltarlo.

-Déjame- ordenó, no quería que Superman lo sujetara, ni siquiera que estuviera cerca, quería estar solo, para ser capaz de gritar hasta que sus cuerdas vocales no pudieran emitir sonido alguno- Déjame- imploro, necesitaba deshacerse de todo su dolor, pero no podía con Clark ahí- por favor- rogó

Clark negó, no, no volvería a abandonar a Tony. Sin importar que el castaño no lo quisiera allí, permanecería a su lado. Ya sea como compañero, amante o un simple amigo, no lo abandonaría.
Incluso si Tony jamás olvidara al capitán. Permanecería vigilante a la felicidad y estabilidad del castaño.

Una vez Lois le pregunto que significaba ser compañeros para los kryptonianos, Kara había contestado que era una unión única y especial, capaz de vencer las distancia y el tiempo, que no siempre significaba una relación amorosa sino el saber que tu alma siempre estaría acompañada por otra capaz de entender incluso sin palabras de por medio.

Kal-El anhelaba el corazón de Tony Stark y Clark Kent solo anhelaba la compañía del alma de Tony, aquella que estaba empezando a comprender y querer.

Sin duda sería una largo camino, lleno de dificultades, pero estaba seguro que valía la pena.

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Seis meses después

Lex sentía enormes deseo de matar a todos sus inútiles secuaces, no podía ser que no pudiera dar con el paradero de Clark. Era como si el alíen se hubiera marchado de la Tierra. Su lugar en la Liga había sido ocupado por SuperGirl.

Clark no había sido el único en desaparecer, Connor también había desaparecido, casi al mismo tiempo que su amado.

Lo que mas le disgustaba era que Stark también había salido del radar junto con su hijo menor. Aunque estos dos se hallaban recorriendo el mundo en busca de nuevos reclutas para su academia de superhéroes.

Los informes mostraban al hijo de Ironman junto a su hermana mayor en Japón. A veces Stark solo estaría acompañado por su hijo menor, otras por Rachel o Peter.

Le frustraba no saber de Clark y su hijo. Y le asustaba no poder tener el control de sus vidas.

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Diana lucía maravillosa en aquel vestido de estilo griego, el estomago de la amazona parecía haber crecido aun mas desde la ultima vez que la vio, la anatomía de las mujeres era sumamente interesante y sin duda agradecía ser hombre, no se consideraba lo suficientemente valiente para llevar a cabo un embarazo.

Dios bendiga a las mujeres.

Jason pareció notar su cara pálida y comenzó a reírse, juguetonamente le acaricio la parte baja de su estomago y eso lo estremeció.

-Imagínate ser capaz de poder albergar a nuestros hijos en tu pequeño estomago Pet-

Peter muchas veces no comprendía el humor de su pareja. Las solas palabras de su amante lo hacían querer correr lo mas lejos posible de él y gritar a todo pulmón.

-Sí eso pasara, mi hermana y padre te castrarían-

-Nah. Rae me adora, ella solo me magullaría y me obligaría a hacerte un hombre honorable-   contrataco el de ojos verdes – Tony me pediría que te cuidara y alejara de los pervertidos

-¡Tú eres un pervertido!- exclamo un tanto molesto Spiderman

-Anoche no te quejabas- a Jason le sorprendía lo que sus palabras podían lograr en su novio, no sabía que Peter era capaz de adquirir ese tono rojizo en su cara.

-Arg te detesto. No volveré a tener sexo contigo-

Jason se encogió de hombro -soy irresistible y lo sabes, no soportaras mucho sin mi-

La risa de la amazona y la tos fingida de Dick impidió que la pareja siguiera discutiendo.

-No es que no sea ameno verlos tontear, pero Alfred dice que la comida será servida pronto- la matriarca de la familia hablo con cierto cariño -Peter tu hermana acaba de hablar, dice que llegara en unas horas-

-Gracias señora Wayne- no importaba el tiempo que pasara junto a Diana, siempre lo ponía nervioso y es decir, Diana era Wonder Woman. La mujer mas fuerte del mundo y sin duda una de las mas hermosas

- Vamos Jason, Bruce quiere vernos antes de la comida- indico Dick a su hermano

-Te veré después Pet-Pet. No vayas a extrañarme mucho- la actitud altanera de su novio era lo que más gustaba a Peter pero otras veces lo volvía loco.

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Sus ojos se sentían un tanto cansados, nuevamente  había perdido la noción del tiempo, pero no importara que leyera libro tras libro, la respuestas que buscaba ansiosamente no parecían encontrarse en la biblioteca de Wong.

Cuidadosamente volvió a colocar el antiguo libro en su estantería correspondiente, algo que sin duda alegraba la vida del asiático mago, quien la despidió con cariño antes de volver a sumergirse en su sándwich de atún.

Saliendo de la casa de 177A de Bleecker Street, la realidad la golpeo con furia, el sonido de los automóviles y las personas apresuradas que iban y venían por la calle, totalmente sumergidos en sus propios mundos o pantallas, fue el paisaje típico de Nueva York.

Caminando hacía uno de los callejones, invoco un portal que la llevo directamente hacía los brazos de su novio. Dick parecía haberla estado esperando y ni bien la sintió, corrió a su encuentro.

Con un suspiro se hundió en sus brazos, deseosa de su calidez. Nuevamente había vuelto con las manos vacías y el tiempo se les acababa.

Y eso la asustaba. Necesitaba encontrar respuestas. Respuestas que le aseguraran que la vida de Tony no corría riesgo.

Porque perder a su padre, podría volverla loca, a ella y a sus hermanos pero especialmente a Superman. Y nada le aterraba mas que saber lo poderosos que eran y lo que juntos podían hacer.

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Sharon trato de no verse en el espejo, porque lo que veía reflejada la asqueaba, su figura armoniosa y sensual había quedado en el olvido a partir del tercer mes de su embarazo. El cabello había comenzado a caerse y su revolución hormonar la hacía lucir totalmente irreconocible. Las estrías adornaban gran parte de su gran estomago.

Ni siquiera Steve le decía que se veía hermosa ya. Ni siquiera la tocaba, temeroso de dañar al bebé.

Además a partir del segundo trimestre las cosas parecían volverse complicada con su embarazo, la fuerza sobrehumana del feto la hacía doblegarse del dolor, hasta había logrado fracturarle una costilla. Y los doctores temían por sus órganos.

Su obstetra incluso había planteado la idea de terminar con el embarazo para salvaguardar su vida. Hubo un tiempo en que rogó y suplico a su esposo acabar con el embarazo, pero Steve se había negado a abortar a su hijo.

Marie también la había amenazado con contarle todo al capitán si se atrevía a matar a su pequeño retoño experimental. Por suerte la científica había desarrollado una formula que paralizaba al bebé sin llegar a dañarlo psicogenéticamente.

Pero a pesar de lograr evitar que  el feto la matara, podía sentir como sus sueños se desmoronaban.

Steve rara vez compartía su lecho, parecía obsesionado con rastrear el paradero de Stark. Y para lo único que le hablaba era para saber del bienestar del bebé.

Tony y el bebé eran las únicas cosas en la mente del rubio capitán, y ella los odiaba.

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Harley acompaño al nuevo recluta hasta la habitación compartida, se aseguro de que el niño conociera a su compañero y que todas las necesidades del pequeño estuvieran cubierta, antes de marcharse en dirección a su hogar.

Había decidido tomarse un año sabático para ayudar a su padre con la academia. Fury lo había puesto a cargo de recolectar a los diferente estudiantes alrededor del mundo. Al principio le había parecido divertido, siempre había querido formar parte de la comunidad de héroes, incluso si su única habilidad era tener una gran cerebro y cero poderes.

Pero junto con su padre habían logrado suplir esa necesidad de poderes con una poderosa armadura y en pocos años su padre le entregaría el manto de Ironman. Hasta entonces era conocido como Nova.

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Natasha junto con Bucky observaban el comportamiento enojado del capitán, era mas que notorio que Steve solo estaba descargando su furia con los pobre reclusos. El ex asesino de Hydra temía que lograra lastimar gravemente a uno de los nuevos agentes y solo por eso se había ofrecido como entrenador.

Natasha no podía comprender la furia de Steve. ¿Acaso el rubio no tenía todo lo que anhelaba?. Iba a tener el hijo tan deseado y ya nadie ponía en duda su masculinidad, no desde su boda con Sharon. Había vuelto a ser uno de los héroes favoritos y lo mas seguro que pronto recuperara el liderazgo de los Vengadores.

Entonces ¿Cuál era el problema?

El horrible crujido de un hueso quebrándose acompañada de un grito agónico, fue lo que hizo que una cabreada Carol ingresara al gimnasio acompañada de Fury y otros mandatarios de la ONU.

-Rogers. ¿QUÉ DEMONIOS FUE ESO? Se suponía que lo entrenaras no que los mandaras al hospital- Fury parecía escupir las palabras mientras veía a otro agente lesionado por el capitán. A este ritmo Hydra no necesitaría mover un dedo, Steve Rogers acabaría con sus agentes.

-Lo siento señor, no medí mi fuerza- se disculpó viendo como el agente era llevado a la enfermería

Últimamente se centraba tanto en los entrenamientos que olvidaba con facilidad la fragilidad de sus compañeros. Pero era durante estos momentos en que podía olvidase que su vida se había ido al desagüe en solo unos meses.

-Capitán. Señor- fue el grito urgente de una agente, amiga de Carol -La señora Rogers acaba de romper bolsa-

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Harley suspiró felizmente al sentir los tibios labios de su novio recorriendo con lentitud su cuello, mordiendo levemente, logrando suspiros extasiados. Las manos inquietas de Connor parecía juguetear con sus pantalones. Deseosos de introducirse dentro de sus bóxer, tentándolo, antes de acariciar su miembros sobre la molesta y áspera ropa. 

Gruño enfadado al notar que su apuesto novio seguía con su ropa intacta.

-Quítate la camiseta aunque sea. No es justo que yo este medio desnudo- reclamó

Connor tuvo el descaro de reírse, y ese fue su error. En cuanto las manos del clon dejaron de presionarlo contra la cama, Harley aprovechó para intercambiar de lugar. Ahora era Harley quien montaba a Connor. Era su novio quien yacía a su merced.

Aunque esto no parecía molestarle en lo absoluto al pelinegro, todo lo contrarió, era lo que lo tenía planeado el pelinegro. Con algo de molestia, rompió la camiseta negra favorita del clon. Otra risa de le escapo a Connor.

-El gatito tiene garras- molesto el clon a su novio

-Voy a hacerte suplicar por lo de gatito- maldijo Harley al tiempo que besaba con dureza a su ojiazul

-No puedo esperar a ver mi castigo- Fue las palabras pronunciadas con cierta arrogancia que dejaron los labios de Superboy

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Nunca. Jamás había experimentado tal dolor. Prácticamente sentía que todo su cuerpo ardía en llamas, mientras que sus entrañas parecían ser arrancadas desde su interior. Los único que sus oídos registraban eran los fuertes latidos de su corazón.  Ni siquiera noto que sus gritos de agonía ponían nerviosos al personal medico.

¿Dónde estaba Steve? No era así como imaginaba su parto.

Observo como los doctores trataban de tranquilizarla, pero lo único que quería era a su esposo acompañándola. Apoyándola a través del dolor. Pudo sentir como era atada a la camilla, y luego una enfermera le administraba un sedante.

Era demasiado tarde para una epidural. Y una droga mas fuerte podría complicar mas su parto. Por lo que trataban de tranquilizarla con sedantes de baja dosificación.

Al notar mas tranquila a la paciente, el obstetra procedió a comenzar con la cesaría, a pesar de que había dilatación no estaba dilatada por completo, el niño parecía ansioso por llegar al mundo, y eso era peligroso porque amenazaba con romper las caderas de su madre.

El bebé emergió de su estomago, y aspiro su primera bocanada de aire, antes de comenzar a llorar, anunciándole a todos su llegada al mundo.

Sharon reviso al pequeño que habían colocado en su pecho, lagrimas amargas brotaron por sus ojos celestes. Su hijo  no se parecía a nada a su amado Steve.

En ese preciso momento el capitán ingresaba al quirófano, la respiración agitada y el sudor que le corrían por su frente, delataba la prisa con la que se había dirigido a la enfermería.

El quirófano había quedado inusualmente callado, tanto los doctores como las enfermeras miraban inmóvil al bebé que no dejaba de llorar.

Steve se acerco a su esposa que lloraba abrazando y cubriendo a su bebé recién nacido.  Su corazón latía presuroso, con pasos mas calmados, se acerco hasta Sharon, beso su frente sudada pero la rubia negaba una y otra vez con su cabeza.

Steve trata de ver a su hijo, su valiente soldado, y entre la manta celeste se asomaba una pequeña y frágil mano. Con cuidado la tomo entre dos de sus dedos, sorprendiéndose con la suavidad de la piel de su bebé. El niño inmediatamente tomo con fuerza su dedo.

Su hijo había atrapado su corazón con ese simple acto.

-Déjame verlo Sharon- pidió amablemente

La rubia se estremeció, trato de cubrir al bebé con las mantas, logrando que el niño se disgustara y llorara con mas fuerza.

-Déjame ver a mi hijo- ordenó, cansado de la actitud de la rubia
Sharon se estremeció, logrando que soltara las mantas.  Mantas que Steve retiró con su cuidado, revelando un pequeño bebé de ojos azules. El corazón de Steve se contrajo al notar que los ojos azules era lo único que compartía con su hijo.

Pues él bebé era pelirrojo.

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Abrió sus ojos al escuchar el sonido de los pájaros cantar fuera de su ventana abierta, el viento veraniego movía con suavidad las cortinas claras que no impedía el paso de la luz. Su compañero había dejado las ventanas abiertas luego de ingresar por ellas en la madeugada. Giro su cabeza en dirección a su compañero, quien dormía plácidamente, totalmente ajeno que su descuido había ocasionado su despertar.

Los continuos despertar en la madrugada por los descuidos de su pareja serían cuestión de separación.

Aun que en el fondo disfrutaba poder ver dormir a su amante. El sol parecía siempre ansioso de acariciar la piel  nívea de su pareja.  Un tanto celoso del sol, comenzó a besar la piel sin imperfecciones, saboreando el olor tan único del héroe.

Unos poderosos brazos rodearon su cintura, recorriendo lentamente hacia el sur, hasta acaricia con suavidad su trasero. Logrando que el millonario revirara los ojos. Su compañero parecía tener una obsesión con su trasero. Se sentiría ofendido sí él mismo no tuviera una obsesión por el trasero del granjero.

Clark busco ansiosamente los labios de su compañero. Dedicándose con total suavidad, recorrer aquellos suculentos labios, que generalmente sabían a mezcla de café y canela.
-Buenos días amor- murmuro feliz el alíen

-Alguien olvido volver a cerrar las ventanas- reclamó mostrando su mejor cara de ofendido – necesito mi sueño de belleza

El granjero se rio del puchero infantil del ingeniero, sus manos se deslizaron lentamente por el cuerpo de su pareja hasta posarse con suavidad en el estomago del genio. Donde una pequeña protuberancia era notoria a través de la camiseta.

Tony lo miro con cariño y un tanto exasperado- Sigo culpándote por esto- murmuro cuando Clark lo besaba, entre beso y beso – Este bebé es tu culpa-

-Cuidare de los dos y los amare hasta que la muerte me lleve- fue su sincera respuesta

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Hola. Volví. Jajajajaja apuesto que mas de una quedo sorprendida, esto es así, o no actualizo por un buen tiempo o lo hago demasiado pronto. La verdad también es una forma de recompensarlos por las lecturas, los votos y los comentarios que dejaron en el capitulo 11.

Bien, las cosas se ponen interesantes. Y sí al final hay mpreg. Lo explicare mejor en el siguiente capitulo. Por un momento había decidido que haya salseo, pero después me arrepentí.
No se si muchos lo han notado pero Clark es una especie de quimera, es la unión y el pasado de Clark Kent de Smallville, es la Lois de esa serie, pero en el cuerpo de nuestro amado Cavil no quiero que se hagan confusiones, por eso lo explico ahora. También hay  algunos aspectos de los comic de DC. Los poco que se, soy mas fan de Marvel. Injustice se nombre muy suavemente. Y luego son todas referencias de las películas.

Bueno. Por ahora los dejo. Cualquier duda o sugerencia pueden dejarlo en los comentarios.

P.D: Creo que necesito una beta. Mas que nada por los acentos, me encanta hacer que no existen jajajaja.

Las amodoro. KISSKISS