Capítulo 6: Mantener mis demonios dentro
Canción para este capítulo: Echo-Jason Walker
Abro los ojos lentamente. Mi cuerpo entero tiembla y noto las mejillas húmedas. Cole está delante de mi y me mira preocupado. Baja la vista a su mano, cerrada en un puño. Y cuando yo le imito y el lo abre, veo una bala levemente aplastada.
Él me ha impedido suicidarme, ¿por qué?
––Pequeña Astrid... ¿Qué has hecho? ––pregunta con un susurro triste.
Está actuando. Solo soy su comida. Me ha mentido y lo seguirá haciendo. Es un Visitante, ¿cómo pude confiar en él? Y encima no me ha permitido terminar esta mierda de vida, ¿quiere que siga sufriendo? Pues claro que sí.
––¿Por qué la has parado? ––pregunto medio gritando.––Era la salida de mi túnel. Y tú te has encargado de cerrarla. ––escupo con desprecio.
––Yo me ocuparé de abrirte otra, pero mejor, y que no implique que acabes muerta, ¿de acuerdo? ––murmura.
Trago saliva. Él no lo entiende.
––Cállate Cole... No sabes lo que es perder lo único que tenías dos veces... Recuperarte de la caída para luego volver a caer... ––se me quiebra la voz.
Él ignora mi comentario y se acerca a mi, colocando su mano en mi frente unos segundos
––No tienes fiebre... ¿Entonces, por qué estás sudando tanto?
Entrecierro los ojos, y no puedo evitar que otra lágrima se deslice rápidamente por mi mejilla. Ladeo la cabeza, mirando por detrás del Visitante. Mi vieja Yo sigue ahí. Frunzo el ceño asustada. Hacia tiempo que no experimentaba temor, pero esta vez tengo miedo de mi misma.
Mi cuerpo tiembla nuevamente y señalo hacia dónde está la niña. Cole se pasa la lengua por los labios y se gira.
––No hay nada ahí, pequeña Astrid.
––S..si que hay. ––digo
Cole se vuelve de nuevo en mi dirección.
––Estás teniendo alucinaciones, seguramente por el cansancio y el hambre... Además has perdido mucha sangre... Tranquila, se te pasará.
Niego con la cabeza energéticamente.
––Me estoy volviendo loca... ––susurro mientras me pongo en pie con dificultad. Me paso una mano por el cabello, tratando de tranquilizarme.
De pronto la niña avanza un paso y en consecuencia yo retrocedo otro, golpeando mi espalda con el tronco de un árbol.
––Él solo quiere matarte lentamente, haciéndote sufrir; no te dejes engañar, acaba con él antes de que sea tarde. ––me dice.––Después podrás acabar contigo misma.
No muevo un solo músculo.
––Mátalo. ––susurra cada vez más cerca de mi.––Clávale un cuchillo en el corazón. Es la única forma de matarlos. Su corazón es el epicentro de su sistema... Da igual si les cortas la cabeza o cualquier otra parte del cuerpo, se recuperan... a menos que le des en el blanco que tienen en el pecho.
Niego de nuevo.
––No. ––mi voz es débil, justo como me siento ahora.
––¿No...?¿Qué? ––oigo la voz de Cole.
––Adelante, confirma la verdad. ––me pide haciendo una mueca la joven.
Giro mi cabeza levemente, dudando si debo hacerlo. ¿Desde cuándo yo dudo?
––Los Visitantes os alimentais de sangre, ¿no es cierto? ––pregunto esta vez al alienígena.
Noto como se tensa y sorprende.
––¿Lo ves? Es cierto. Quiere tu sangre, nada más. ––la niña señala con la mirada el cuchillo que he fabricado hace unas horas y escondido en la parte lateral de mi cinturón.––No te va a llevar ante unos padres que no existen, acaba con él.
Con cuidado saco el arma de su escondite y la observo unos segundos. El fantasma de mi pasado no para de incitarme a matarlo.
Camino con lentitud hacia Cole. Le miro a los ojos y veo un destello de confusión en ellos. Después se percata del cuchillo que descansa en mi mano, pero no se inmuta.
––No hagas nada de lo que te puedas arrepentir. ––dice antes de acercarse aún más a mi. Nuestros zapatos se rozan.––Eres fuerte, pequeña Astrid, puedes con esto. Es tu elección, si de verdad piensas que matarme es lo correcto, no te lo impediré.
Las lágrimas vuelven a caer. ¿Quiero hacerlo?
Es culpa de su gente que esté así. Le odio por hacerme dudar. Le odio por intentar ayudarme. Le odio porque en el fondo sé que no quiero matarlo.
Bajo el arma lentamente, pero mi otro yo suelta un grito que hace que me derrumbe en el suelo, tapándome las orejas. Es como si me taladraran la cabeza. ¿Tan mala he sido?¿De verdad merezco esto?
De pronto noto unos brazos rodearme dudosos. Y todo se esfuma. Mi Yo susurra un "no" y desaparece, al igual que el dolor físico. Los musculosos brazos del Visitante me estrechan contra él. No le devuelvo el abrazo. No tengo fuerzas.
Me recuesto contra su pecho. Me recuesto contra el pecho de mi enemigo, enemigo que con un solo gesto de cariño me ha salvado. Supongo que eso era lo que en cierto modo necesitaba: aprecio. Aunque sea falso, que lo es, lo necesito.
Me siento bien, me siento bien en los brazos de Cole. Y aunque sé que está mal y me arrepentiré de ello, cierro los ojos, sumergiéndome con Morfeo en el mar de los sueños. Esto está mal, y no se repetirá. Mañana fingiré que nada ha pasado y hablaré con él seriamente. Tiene mucho que explicarme. Mi odio hacia él sigue intacto, pero el modo en que me pasa la mano por la espalda y me tranquiliza, hace que por primera vez en años, me sienta medianamente bien.
Solo tengo que mantener mis demonios dentro, porque si salen fuera... Entonces si que estaré perdida en mi propia oscuridad.
Se que es corto, pero es simplemente la segunda parte del anterior. También se que seguramente no le encontraréis mucho sentido a todo lo que ha pasado, pero al final, las piezas del puzzle encajarán ;)
Espero que os haya gustado :*
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top