Capítulo 1: POV COLE.

Canción para este capítulo: Do I wanna know?-Arctic Monkeys.

Suspiro esperando a que Astrid llegue al edificio. Llevo años vigilándola desde lejos, cuidándola; preparándome emocionalmente para todo lo que me espera.

Me pasa uno mano por el cabello, recordando la amenaza de Jack. Me dejó claro que si no llevaba a Astrid hasta la Sede, él mismo acabaría con ella. Y no puedo permitir eso. Por otra parte, la idea de que ella me odie cuando todo esto termine me sienta como un jodido puñetazo en las costillas.

El sonido de unos pasos me sobresalta levemente. Aprieto los labios y me escondo tras una estantería. Astrid entra en la habitación apresuradamente, con la inquietud presente en sus movimientos. Permanezco unos segundos en las sombras, observándola. Ella no me recuerda. Solo soy un puto Visitante más al que ella quiere asesinar. Cierro los ojos, pensando que una vez salga a la luz, no habrá vuelta atrás. Ha llegado el momento, y ambos tenemos que hacerle frente aunque en el fondo ninguno esté preparado.

Me muevo rápidamente y rodeo su cuello con mis dedos. La pistola cae y se desliza un par de centímetros por la tarima del suelo. Oigo como el corazón de Astrid comienza a palpitar cada vez con más velocidad, siento como todo su cuerpo se tensa, como su respiración se torna entrecortada. La humana da un paso hacia atrás, estrechándose contra mi, mientras yo me limito a no apretar demasiado el agarre y reprimir las ganas que tengo de abrazarla. Su delicada mano se dirige a mi muñeca e intenta torcérmela. Apenas lo noto. Sabe defenderse, no lo voy a negar. Imágenes de Astrid en el campamento de supervivencia llegan a mi mente. Recuerdo que al principio nadie la consideraba una rival, pero con el tiempo se ganó el respeto de todos. Una leve sonrisa se forma en mi rostro.

Y entonces llega el golpe.

Su cabeza impacta contra la mía fuertemente. Suelto un quejido. Creo que me ha roto la puta nariz. Antes de que pueda recuperarme, su codo choca contra mis costillas. Aflojo el agarre en su cuello hasta el punto en el que ella puede soltarse con facilidad.

Astrid se gira y juro que jamás me había sentido tan jodidamente paralizado como en este momento. Sus ojos marrones se abren como platos al ver mi rostro, y por un momento, la alocada idea de que me recuerde surca mi mente. Pero la esperanza desaparece cuando el asco y el odio comienzan a aparecer en sus pupilas. La humana se agacha y recupera su arma, con la que me apunta. Traga saliva y noto el esfuerzo que está haciendo por no temblar.

–¿Donde está la salida? –pregunta. Su voz suena dura.

Entrecierro los ojos y me paso la lengua por los labios al darme cuenta de la cantidad de cicatrices que adornan su cuerpo. Las imágenes de ella con quince años siendo atacada por un Visitante acuden a mi cabeza y lo único que consiguen es ponerme de mal humor. Aún recuerdo lo destrozado que me sentí cuando la cogí en brazos, creyendo que el alienígena había acabado con su vida.

–¿Qué queréis de nosotros? ¿Dónde está la puta salida? –exclama con impaciencia.

Y también recuerdo la alegría que recorrió mi cuerpo al descubrir que se estaba recuperando. Jack la consideró un amenaza, pues era imposible para un humano normal sobrevivir al ataque de un Visitante.

Astrid baja el arma en dirección a mi pierna y reacciono inmediatamente al conocer sus intenciones. Ella aprieta el gatillo y yo utilizo la increíble velocidad con la que los Visitantes contamos para atrapar la bala entre mis manos y colocarme a su espalda, sujetándola los brazos en esta ocasión. Me inclino levemente para poder susurrarle al oído:

–No eres tan lista como pareces...

Alzo mi mano derecha para mostrarle la bala. Ella contiene la respiración unos segundos. Y entonces suelta el aire con un leve tarareo. Un tarareo que conozco a la perfección. Recuerdo que cuando era una niña y había una tormenta, ella empezaba a cantar la melodía. Me contó que su madre la interpretaba todas las noches y que era lo único que la tranquilizaba.

Giro su cuerpo en mi dirección pero cierra los ojos antes de que puedan encontrarse con los míos. La canción es mi invitación a actuar. El plan de Jack me pareció tremendamente cruel, pero era esto o que el Presidente la asesinara con sus propias manos.

–¿Quién te ha enseñado eso?

Ella responde cantando más alto. Sus párpados se cierran con más fuerza, como si estuviera reprimiendo las lágrimas. Eso me hace enfadar. Yo no quiero que esto sea así pero Jack no me ha dejado otra opción. Si por mi fuera, estaría llevándome a Astrid muy lejos de aquí, pero el Presidente tiene Visitantes por todas partes y no tardarían en encontrarnos a ambos.

La humana abre los ojos lentamente y mi atención vuelve a recaer en ella.

–Déjame ir. –susurra con voz queda.

Sonrío al ser conocedor de su arma en estos momentos: la distracción. Ladeo la cabeza, preguntándome si habrá caído ya en cuál es la salida.

–Déjame ir, y te daré lo que quieras.

Me paso la lengua por los labios y aparto la vista.

"Si supieras, pequeña Astrid..."

De pronto, su puño impacta contra mi entrepierna. ¡Mierda! Me retuerzo soltando un gruñido. La chica libera uno de sus brazos y me golpea en la mandíbula, impulsándome levemente hacia atrás.

Astrid corre por la habitación y se sitúa delante del espejo. Sonrío fugazmente: se ha dado cuenta. Hago una mueca mientras me incorporo. Joder, me arden las bolas.

–En realidad... soy aún más lista de lo que parezco.

Ya lo creo, pequeña Astrid.

Me guiña un ojo y sin dudar, se lanza contra el espejo mientras yo la observo orgulloso.











Holaaaaaaaaaaaaaa

Espero de verdad que os haya gustado. He escrito este capítulo para celebrar que "The Visitors" está en el puesto #11 de Ciencia Ficción. Cuando lo vi casi me pongo a saltar de alegría, me hizo muchísima ilusión. Y como el mérito de que esté llegando tan lejos lo tenéis vosotros, pues decidí prepararos esta pequeña sorpresa <3

¿Ha estado bien Cole como narrador? ¿Queréis más capítulos de este tipo?

Siento si ha quedado un poco raro, pero es que llevo todo este tiempo escribiendo desde el punto de vista de Astrid y no estoy acostumbrada a hacerlo desde el de otros personajes.

Jé.

Mañana actualizaré The Angels :)

–Lau.

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