꒰ Seis punto uno.

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⌕ Advertencia:
El capítulo tendrá escenas de sexo heterosexual las cuales no serán demasiado explícitas.

Seis meses después.

Aplausos resonando por toda la estancia anunciaba el final del congreso de médicos en el área de medicina general en el que se encontraba, después de casi una semana asistiendo a capacitaciones, congresos, reuniones médicas, Jung Jaehyun se encontraba agotado y sin ánimos de nada; estrechando levemente la manía con varios de sus colegas, avanzó haciendo pequeñas paradas para platicar leves minutos o simplemente saludar a todo aquel que se encontraba en su camino hacia la salida.

Cuando por fin logró llegar al estacionamiento sacó las llaves de su bolsillo, quería llegar temprano a su departamento, darse una ducha con agua tibia y luego lazarse a su cama para fundirse en un relajante sueño. Haciendo el amago de abrir la puerta del conductor de su auto escuchó una voz reconocida que gritaba su nombre a lo lejos haciendo eco en el parqueo subterráneo.

— ¡Hey, Jaehyun! —exclamaron y el sonido de pisadas incrementaron.— ¡Espera!

Girándose para ver de quien se trataba se topó con la esbelta figura de su primo, extrañado al verlo en el parqueo frunció el ceño y sobretodo verlo ya a solo centímetros de él.

— ¡Hey, Mark! —exclamó— ¿Qué haces aquí? No te vi en el congreso.

— Bueno, llegué un poco tarde y supongo que mi mesa estaba muy retirada de la tuya. Había demasiada gente que no logré visualizarte hasta que te vi salir. —dijo el menor restándole importancia.— En fin, he llegado de Daegu y estoy organizando una cena el sábado y bueno debido a que no he tenido tiempo para pasar a verte, así que estoy aprovechando que te veo para invitarte, ¿vendrás?

¿Sábado? Hizo una recordatorio de las cosas que haría el sábado, para su suerte ese día estaba libre, no habría su consultorio, no había turno en el hospital, están libre, dispuesto a confirmar su asistencia, el recuerdo que había quedado con Doyoung para pasar todo el fin de semana juntos llegó a su mente. Por si durante esos seis meses lo que se podía llegar relación había avanzado de manera catastrófica, había pasado de tener encuentros casuales en su consultorio a tener pequeña salidas que terminaban en una expelida sesión de sexo, así como también había pasado varios fin de semana juntos, donde comenzaban viendo una película en el sofá y terminaba haciéndolo por todo su apartamento o inclusive en cuartos de hotel.

Simplemente ellos no tenían limite, siempre terminaban con sus cuerpos enredados, saciados y felices. Jaehyun amaba someterlo lo cual siempre era excitante por que el lado dominante de Doyoung salía a luz aumentando más su deseo de follarlo; sacudiendo la cabeza, centró su mente, y miró a su primo, tenía tanto tiempo que no asistía a sus eventos, que el deseo de compartir con por lo menos un miembro de su familia lo inundó así como el deseo de pasar todo el fin de semana junto a Doyoung, ¿que debía hacer?

— ¿Puedo ir acompañado? —preguntó y su primo asintió con una sonrisa.— Bien, ahí me tendrás —miró a su primo con atención a pesar de la tenue luz y a pesar de que la luz no ayudaba en mucho, pudo notar ciertas marcas amoratadas y otras rojas en el cuello del mayor.— ¿Quien es la afortunada?

Mark lo miró con clara confusión en sus ojos haciendo que él rodara los ojos antes de hacer un gesto que se refería a los chupetones que habían en su cuello y el menor sonrió.

— No es la afortunada, es el afortunado —respondió Mark.

Jaehyun sonrió divertido, sabía a la perfección que su primero era bisexual y el que estuviera con un extraño ya que el menor siempre se había inclinado un poco más por un par de tetas y una vagina, algo que Jaehyun no le llamaba para nada la atención.

— ¡Dime que por lo menos es mayor de edad! —Mark rodó los ojos.— No quiero tener que ir a visitarte a la cárcel por que sus padres te demanden por salir con su hijo menor de edad.

— No seas exagerado, tiene veintitrés años. Así que solo soy doce años mayor. —respondió restándole importancia.— En fin, se me hace tarde y tengo cierto chico caliente en casa esperando a que su Daddy llegue y lo azote por ser un niño. Nos vemos el sábado en la noche.

Después de un leve abrazo fraternal por parte de ambos, se adentró a su automóvil donde colocó su maletín en el asiento del copiloto antes de encender el auto y ponerlo en marcha.

— Llevamos más de seis meses sin sexo, Doyoung, ¿algo anda mal? ¿Ya no me deseas? —preguntó su esposa a solo unos cuantos paso de la cama.— He intentado de todo para que me toques de forma sexual, pero nada. ¿Acaso hay otra?

Estaba cansado de aquella discusión, todas las noches pasaba lo mismo, Yaning reclamaba y exigía que la tocara, pero es que su cuerpo no reaccionaba a ninguna de las insinuaciones sexuales que ella hacía, sus curvas no lo excitaban y cada vez que intentaba obtener una erección pensado en ella no conseguía nada. Y era todo lo contrario cuando se trataba de su urólogo, solo necesitaba que este lo mirara para que sus piernas flaquearan y su polla tomara vida.

Se había preguntado si sus preferencias sexuales había cambiado, incluso había intentado saber si otro hombre lo excitaba o le parecían atractivos, pero no pasó, ver videos de sexo gay tampoco tuvo el efecto que Jaehyun tenía en él. Durante los seis meses que llevaba teniendo relaciones con su urólogo se dio cuenta que seguía viendo atractiva y sensuales a las mujeres, pero no lo excitaban como antes. En un principio se asustó al no saber que pasaba con él, hasta que dejó de pensar en ello y se entregó de lleno a disgústese todo lo que Jaehyun le brindaba.

Así fue que llegó a la conclusión que se encontraba únicamente atraído y que su cuerpo solo respondía a Jaehyun, pero era algo que no se atrevía a aceptar en voz alta o dejar la "estabilidad" de su matrimonio por una aventura sexual con un hombre jodidamente caliente y dominante que lo llevaba a los límites de la locura y a los mejores orgasmos.

— No hay otra —respondió y con la tentación de decirle que el que había era un él y no un ella, pero su parte egoísta se negó a clarar las cosas y retenerla junto a él.

— ¿Entonces qué pasa? —la voz de Yaning se escuchaba al borde del colapso y la culpabilidad lo invadió.— ¿Qué nos está pasando? Ya no eres el hombre con el que me casé, me casé con un hombre activo sexualmente, cariñoso, pero ahora se ha ido, lo exijo de regreso. ¡QUIERO A MI ESPOSO DE REGRESO!

Y eso eso bastó para que Yaning rompiera en llanto, un llanto desesperado. Se sentía culpable, miserable y un completo idiota para hacer llorar a la mujer que una vez amo... y fue en ese momento en el que su cuerpo se tensó y el mundo se detuvo. Se dio cuenta que en el mar de sus pensamientos y sentimientos se había referido a su esposa como la mujer que una vez amo.

Rotundamente no, él no se pudo referir al amor que sentía por su esposa en tiempo pasado, simplemente no podía. No era posible que el hubiese sido capaz de dejar de amar a su esposa, y mucho menos en lapso de seis meses.

Él iba a probarse que aún amaba a Yaning y que también podía mantener relaciones sexuales con ella.

Después de haber calmado a Yaning y de una larga sesión de besos donde había logrado obtener lo que parecía ser una erección, paso a desnudar el cuerpo de su esposa y acostarla en la suavidad del colchón donde sin previo aviso situó su cabeza en las piernas de ella.

Un agudo gemido salió de la boca de la castaña cuando la húmeda lengua de Doyoung se posó sobre su clítoris el cual comenzó a recibir la estimulación que merecía. La lengua de Doyoung rodeaba de forma tentadora su clítoris y de vez en cuando los dientes de él mordían sus labios menores, su clítoris dejándole a ella la labor de gemir y de tomarlo del cabello.

— ¡Mierda sí! —exclamó con sus piernas temblándole y su espalda arqueada cuando Doyoung comenzó a penetrarla con su lengua— ¡JUSTO AHÍ! —gritó al borde del orgasmo.

El característico sabor a salado que Yaning poseía en su vagina era completamente diferente al sabor de la polla de Jaehyun, y era algo que Doyoung podía diferenciar. Jaehyun sabía a gloria y obviamente a cítrico. Sin dejar practicarle el sexo oral fue enumerando las diferencias que había entre su doctor y su esposa.

Conocía a la perfección los puntos que debía tocar para hacerla llegar al orgasmo, sabía que hacerle para hacerla gritar de placer. Conocía a la perfección el cuerpo de su esposa, pero en ese momento únicamente se concentraba en un solo punto, y tras largos minutos logró que Yaning llegase al orgasmo; cuando la castaña se ofreció hacerle una mamada tuvo que hacer un esfuerzo para mantener su erección que a duras penas había conseguido.

Lo que él pensó que sería una flamante sesión de sexo en la que se demostraría que si era capaz de responderle sexualmente a su esposa terminó siendo una sesión de estrés mental ya que se había esforzado por mantener su erección y por lograr eyacular.

— Me iré a dar una ducha —murmuró una vez salió del interior de la castaña.

Sin esperar respuesta alguna y soltando un suspiro pesado, se adentró al cuarto de baño donde se poyo contra el lavamanos, miró su reflejo en el espejo, sabía que ya no era el mismo y que en cierta parte su relación con Yaning ya no tenía futuro, pero se negaba rotundamente a dar por terminado su matrimonio y dar paso a los malos comentarios, tenía miedo de la reacción que tendría su familia que su matrimonio había fracasado con apenas dos años.

Tampoco estaba preparado para dejar algo que tenía seguro por algo que únicamente era sexual, desconocía los sentimientos de Jaehyun, aunque habían momentos en los que se comportaba cariñoso cuando únicamente se dedicaban a acurrucarse en el sillón mientras veían una película o cuando salían de la ciudad y pasaban tiempo juntos. Todo era tan confuso, desconocía los sentimientos de su urólogo y los suyos propios.

Si seguía atormentándose de esa forma era seguro que iba terminar loco, él necesitaba un respiro de todo. Necesitaba pensar y analizar la situación en la que se había metido.

La ducha de agua fría ayudó a dispersar el mar de pensamientos y darle un pequeño momento de tranquilidad se dijo que necesitaba dormir, y con ello se encaminó hacia la habitación donde encontró a su esposa completamente dormida, y un suspiro salió de su boca, para luego dejarse caer en la cama y quedarse profundamente dormido al momento de colocar su cabeza sobre la almohada.


Los días habían pasó con lentitud para Doyoung quien había intercambiado uno que otro mensaje con Jaehyun en los cuales habían acordado verse el viernes por la noche para darle inicio a su fin de semana juntos.

— ¿Seguro que volverás el lunes por la tarde? —preguntó Yaning al ver que Doyoung cerraba el pequeño maletín donde llevaba toda la ropa que podía necesitar ese fin de semana.

Si bien le estaba mintiendo a su esposa de donde se dirigía ese fin de semana, no sentía culpabilidad. Le había dicho que tendría que salir de Busan debido a que tenía que asistir a una conferencia durante el fin de semana.

— Sí, después del trabajado volveré —explicó sin mirarla a los ojos pues se encontraba verificando que todos los compartimentos del maletín estuviesen cerradas. — solo será el fin de semana. Dejaré mi automóvil aquí, así que cualquier cosa puedes usarlo.

Un leve beso en las mejillas como despedida, salió de su departamento con el maletín en mano, el taxi que había solicitado ya se encontraba esperando por él así que a pasos rápidos bajo hasta el lobby del edificio donde se despidió del conserje y el hombre de seguridad con un leve asentimiento y una pequeña sonrisa.

El trayecto hacia el departamento de Jaehyun fue largo ya que el azabache vivía casi al otro extremo se Busan, pero cuando por fin llegó al edificio donde pasaría el fin de semana, el reloj de su celular marcaba las seis de la tarde, había tardado casi media hora en llegar a su destino.

— Como siempre tan puntual, Kim —dijo una voz ronca y conocida a solo pocos metros de él, detenido todo intento de adentrarse al edificio.

— Ese es mi atractivo —se giró para encontrarse con el hombre que sucumbía sus barreras.— Al menos no tendré que esperar en la soledad de tu departamento.

Una profunda carcajada por parte de ambos mientras se adentraban al edificio para tomar el ascensor que los llevaría hasta el piso cuatro; con la puerta principal del departamento cerrada fue estampado contra la pared más cercana y unos labios se unieron a los suyo es un salvaje beso.

El juego de dominación que se generaba en cada beso que se daban le generaba un morbo que hacía que su entrepierna doliera; cuando la falta de aire llegó ambos se obligaron a separarse del intenso y salvaje beso.

— Casi más de una semana privado de tus besos y tu cuerpo —gruñó el doctor.— Espero llegar a mi habitación y encontrarte ahí completamente desnudo y dispuesto para mí. ¿Quedó claro?

— Sí, señor —respondió Doyoung con su voz ronca y cargada de deseo.

Jaehyun sonrió de lado.

— Bien, ahora ve a desnudarte, mientras tanto pediré comida a domicilio.

Con sus piernas temblándoles y su polla completamente despierta tomó su maletín el cual había caído al suelo cuando fue estampado contra la pared. Para dirigirse hacia la habitación del menor, conocía el departamento pequeño como si fuese su propia casa, así que no tardó mucho en dar con la habitación.

Se adentró a la pulcra habitación con olor a manzanilla y madera donde dejó su maletín sobre la pequeña silla que se encontraba en una de las esquinas. Sabiendo que contaba con poco tiempo antes de que su urólogo llegara, comenzó a despojarse de toda su ropa hasta quedar completamente desnudo, dobló su ropa y la colocó donde junto a su maletín.

— En cuatro sobre la cama —ordenó una voz tras él y Doyoung no pudo más que obedecer— ¿Siempre tan dispuesto a mí?

— Sí, señor. —respondió una vez dejó expuesto su trasero a su urólogo.

Esa era la respuesta que Jaehyun esperaba escuchar del mayor, no importaba la pequeña diferencia de edad que existía entre ambos, Jaehyun amaba tener el control sobre Doyoung, por lo que no tardó tanto en acercarse hacia el pequeño armario de madera oscura donde sacó un fusta, su deseo de azotar el hermoso y blanquecino culo del mayor antes de follarlo era mayor a hacer cualquier otra cosa.

Con la fusta en mano se acercó hasta Doyoung y con el picor en sus manos comenzó a acariciarle el culo y dejando que uno que otro dedo rozara la rosada y sensible entrada del mayor, el cual se estremecía cuando sentía la punta de los dedos de Jaehyun jugar con su entrada.

— Voy a azotarte, ¿sabes por qué lo haré? —preguntó y Doyoung negó levemente— Te azotaré para recordarte a quien le perteneces, luego de azotarte, voy a follarte hasta que grites mi nombre por todo lo alto y tú vas a dejarte. ¿Quedó claro?

— Sí, señor, haga conmigo lo que desee.

Y era Justo lo que iba hacer, dejando caer el primer azote con la fusta sobre el trasero de Doyoung, Jaehyun al notar el color rojizo que tomaba los grandes glúteos.

— ¿Quién es tu dueño? —preguntó dejando caer otra vez la fusta de forma brutal sobre el trasero, haciendo que Doyoung soltara un grito ahogado.

Lleno de placer por sentir la fusta impactar contra su trasero, soltaba gemidos y gritos de placer rogando por más, su mente estaba sosegada y embargada por el morbo que difícilmente podía pensar en que los azotes eran dolorosos en lugar de placenteros.

— Usted es mi dueño, señor —respondió arqueando su espalda y abriéndose más para dejar al descubierto aún más su entrada.

El dejar su entrada expuesta era una clara invitación a que deseaba sentir azotes en su entrada, rogaba en silencio para que Jaehyun le azotara la entrada. ¡Dios, él deseaba tan mal ser azotado ahí!

Para su suerte sus silenciosas plegarias fueron escuchadas y Jaehyun le brindó varios azotes en su ano haciéndolo gritar de placer y arquear su espalda, su polla palpitaba de placer y sabía que al recibir un par de azotes más iba a correrse.

— Te gusta ser azotado, ¿verdad, pequeña perra?

Su polla se tensó al sentir como su ano ardía placenteramente y como la fusta fue reemplazada por los dedos de Jaehyun, los cuales le azotaron una vez con sus dedos antes de penetrarlo. Doyoung solo necesito de eso para correrse sin previo aviso.

Su orgasmo fue potente y le hizo gritar en sin fin de incoherencias que difícilmente podían ser comprendidas. Jaehyun por su lado sentía que si no penetraba aquella roja y sensible entrada por los azotes iba a desfallecer, pero deseaba torturar un poco más al mayor.

Los dedos de Jaehyun salían y entraban en el haciéndolo delirar aún más y gemir y gruñir por el placer, su entrada estaba sensible y receptiva a cualquier toque; escuchando como su urólogo se bajaba el pantalón intentó sonreír lascivo al comprender que pronto sería follado.

Pocos segundos pasaron para que fuese llenado por la polla de Jaehyun sin previo aviso. Soltó un grito de placer, su entrada estaba sensible y la forma brutal en la que el menor entró en el sucumbió todos los niveles de placer que había experimentado en el día.

— ¡Sí, señor! —exclamó con los ojos cerrados.— Fólleme como solo usted lo sabe hacer.

Solo bastaron esas palabras para que el azabache comenzara a moverse contra el menor de forma brutal haciéndolo a ambos gruñir y jadear de placer. Doyoung apretaba tan bien su polla haciendo que la fricción que se generaba cada vez que salía y entraba en él lo estuviera llevando a sus límites en tan poco tiempo.

Sus manos viajando por todo el cuerpo del mayor y su boca generando marcas en la espalda, y sus penetraciones más lentas y certeras, tocando la próstata de su amante logró llegar al orgasmo acompañado del mayor.

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