Epílogo


EPÍLOGO

EVELYN JADEA, CORRIENDO MÁS RAPIDO mientras su corazón golpea su pecho. Puede escuchar los disparos detrás de ella, el sonido de gritos y dolor. Las lágrimas nublan sus ojos, su cuerpo aparece en su mente por enésima vez desde que se vio forzada a abandonarle. No debería haber sucedido. No podía haber sucedido. Se niega a creerlo. 

No está muerto. No lo está. 

No puede estarlo. No después de todo lo que han sobrevivido juntos. Siempre han estado juntos. Siempre lo estarán. 

Tiene que llegar hasta Robbie antes que ellos. No sabe quiénes son "ellos", pero no importa. Siempre hay alguien. Siempre hay gente detrás de ellos cuando las cosas finalmente empiezan a estar bien. No le importa quiénes son o qué quieren. Todo lo que sabe es que están disparando a la gente, incendiando todo, y los niños no están en ninguna parte. 

Escucha un grito, seguido por la voz de Robbie gritando su nombre. Sus ojos están ardiendo. Está cansada de este miedo mortal. Está cansada de tener miedo. Desearía poder tumbarse y nunca más levantarse, nunca pasar por el mismo ciclo una y otra vez de casi perder a todo al que quiere. 

Respira con fuerza y sus piernas están doloridas, aun así corre más rápido. Robbie está gritándola. No llegará a tiempo. Ni siquiera puede verle. Pero Dios, está intentando llegar a él. Lo está intentando con todas sus fuerzas. 

Algo le golpea en el costado, empujándola fuera del camino entre los arbustos. Se levanta de inmediato, lista para atacar brutalmente a lo que sea que le impide rescatar al pequeño que es como un hermano para ella. 

Se queda congelada. 

Hablando de hermanos....

El cuerpo inconsciente de Max yace en el suelo ante sus pies. 

Alza la vista cuando escucha pasos, sus manos tiemblan de rabia y miedo y desesperación a morir. No puede salvar a nadie. Les ha fallado a todos. ¿Qué sentido tiene estar sola en el mundo?

Pero Max está gimiendo. Aún sigue vivo.

Antes de que pudiera arrodillarse a su lado, una daga pasa volando sobre su cabeza, seguida de una risa maniática. No puede ver el rostro. No reconoce la voz. 

"Es hora de decir adiós," se burla el hombre misterioso. 

Justo cuando una espada va volando, directa a su pecho. 

Evelyn se incorpora en la cama, sudando, temblando. Se pasa una mano por el pelo grasiento, lágrimas amenazan con salir de sus ojos aunque ahora esté despierta. Aún puede ver su cuerpo cuando cierra los ojos. Se interpuso para salvarla, como siempre hace, y acabó con él. Aún puede ver la luz de sus ojos desapareciendo, su último aliento escapando de su garganta.

"Para," se gruñe a sí misma, agarrándose a las sábanas. Tiene que levantarse y moverse. Tiene que ir a verle.

Debería estar con Nicola a estas horas, planeando rutas para obtener recursos para reconstruir casas en las áreas vecinas. Después de tan solo un par de meses, la mitad del vecindario ha sido reconstruido, y familias con niños pequeños fueron las primeras en mudarse. Todavía, cada día su campamento acoge a personas que han atravesado el país. Se ha corrido la voz del liderazgo de Nicola. No hay ni un alma que no sepa sobre ella. 

Evelyn no había planeado echarse una siesta a las tres de la tarde, pero ayer se pasó todo el día enseñando a los experimentos como convivir con personas normales. Es la única persona (a parte de alguno que otro) que no tiene miedo de estar con ellos, así que cuantos más llegan, sale a conocerles y a civilizar con ellos. Lo admira. 

Sin embargo, se pasó dos horas entrenando a Torrin, uno de los peores experimentos, para evitar que persiguiera a cualquier humano que pasaba por su lado. Él es hiper-sensible a la sangre y le han lavado tanto el cerebro que se sorprende cuando a un Normal cerca. Llegó hace dos semanas, y eso había sido terrible. Casi fue ejecutado por escaparse de las celdas donde los famélicos experimentos son recluidos por seguridad. No son celdas de prisión. Tienen camas y acomodaciones como los Normales para sentirse más cómodos cuando estén con los humanos. 

Nicola no estaba de acuerdo con la idea de que los experimentos se quedaran en el mismo campamento, pero admitió que merecen una segunda oportunidad para rehabilitarse. 

De todas formas, Torrin es la razón por la cual se pasó esta tarde con dolores musculares. Se echa siestas todos los días desde que él llegó. 

Llega a la oficina de Nicola, donde el resto de líderes se reúnen para hablar de esto y aquello. Evelyn no había querido formar parte de los temas políticos, aunque Nicola le ofreció un puesto y le dijo que puede ir cuando quiera. Micah rechazó también el puesto, aparentemente perdió el interés por el liderazgo. No es difícil imaginar por qué; está preocupado por algo--o alguien

Harry, Gavriel, y Erik tienen puestos en el pequeño consejo de Nicola, junto con otra gente en la que confía. Evelyn puede decir con orgullo que es una buena mezcla de hombres y mujeres, ambos en harmonía y escuchándose entre ellos antes de saltar con conclusiones. 

"Hey, Nicola," dice Evelyn, percatándose de la mujer cuando se echó sobre un mapa que estaba en la mesa. Entonces Evelyn frunce el ceño. "¿Harry no está contigo?"

"Terminamos hace media hora," contesta. Alza la mirada. "¿No fue a verte?"

Evelyn frunce el ceño. "No, qué extraño. Iré a buscarle."

"Buena suerte. Y dile que gracias, otra casa ha sido reconstruida y una familia de cuatro se muda esta noche."

Evelyn sonríe. "Lo haré."

Es raro que no volviera con Evelyn, sin sonar empalagoso o algo por el estilo. Ambos normalmente comen juntos cuando termina de hablar con Nicola; de hecho, normalmente la despierta de la siesta para que pueda comer propiamente. 

¿Dónde habrá ido?

***

"Así que... ¿Me estás diciendo... que quieres llevar a Evie a una... cita?"

Harry se sonroja, pero asiente, sintiéndose pequeño frente a Max incluso a pesar de ser más alto que cualquier otro hombre.

"¿Y quieres... mi consejo?"

Asiente de nuevo.

Max frunce los labios, rascándose la barbilla. "No la lleves a una cita."

Harry parpadea, confuso. "¿Q-qué?"

"Vamos, tío. Es mi hermana pequeña. Obviamente voy a desanimarte." Pero Max sonríe cuando lo dice, dándole una palmadita a Harry en el hombro. "No, pero en serio, no sé a lo que Evie está acostumbrada. Es la misma, pero sólo en ciertos aspectos. Además, nunca ha hablado sobre citas conmigo. Dudo que alguna vez hubiera querido ir a una cita."

Harry arruga la nariz. "Ahora que las cosas están bien, se merece que la lleven a una cita adecuada. Pero no sé cómo hacerlo."

"Bueno, no es que hayan reabierto restaurantes de cinco estrellas o algo por el estilo," Max murmulla, pareciendo pensar profundamente. "¡Llévala a un picnic al estanque que hay detrás del campamento!"

Harry le mira mal. "¿Has olvidado que el estanque está lleno de basura y escombros? Nadie ha tenido tiempo de limpiarlo todavía."

"La basura puede ser romántica."

"Así que, ¿Quieres que lleve a tu hermana a un picnic al lado de un estanque lleno de basura?"

"Cierto, es una mierda. ¿Lo pillas? Mierda. Porque probablemente hay mierda allí también."

"¿Me vas a ayudar o no?"

"A ver, ¿necesitas mi bendición o algo?"

Harry se lleva la mano a la frente. "¡No nos vamos a casar!"

"Todavía," corrige Max. "Todavía no os vais a casar."

"¿Me estás alentando o desalentando a ello? Porque a estas alturas no sé qué pensar."

Max se ríe. "Un poco de ambas. Odio que me caigas bien, ¿sabes? Estoy intentando ser el hermano mayor duro que mantiene a su hermana soltera y sola con gatos, pero me haces difícil que quiera eso para ella."

Harry frunce el ceño. "¿Gracias?"

"De nada."

"¿Ha sido un cumplido de verdad?"

"Vamos." Max chasquea los dedos. "¡Lo tengo!"

Mientras Harry escucha su idea, gruñe en voz baja. Es una terrible idea, pero también es la única que cree que puede ir bien.

Después de todo, es difícil tener una buena cita cuando el mundo está ocupado en restaurarse. 

***

Jasper se muerde el labio inferior para evitar que las lágrimas salgan de sus ojos. Se inclina sobre la puerta, deseando estar en cualquier otro sitio menos en este restaurante. Su móvil vibra otra vez en su bolsillo. Sabe quién es. Como lo sabe, es incapaz de mantener a raya las lágrimas cuando se da cuenta de todo.

Hay un golpe en la puerta del baño. Había bloqueado la puerta principal cuando vio que nadie más estaba en la sala. No quería que su hermano mayor le persiguiera, pero parece ser exactamente lo que ha ocurrido.

"Jasper, vamos, tío. Abre la puerta. Esconderse no va a cambiar lo que ha pasado," dice Marcus al otro lado.

Jasper abre la puerta del baño--sí, había bloqueado ambas; sólo por si acaso--entonces va a la principal. "No puedo mostrar mi rostro nunca más, Marcus."

"Estás siendo melodramático. Sólo déjame entrar, ¿vale?"

Jasper toma una bocanada de aire. Su hermano es su mejor amigo. Su hermano nunca le ha juzgado, herido, o abandonado en nada. Incluso en sus fiestas de cumpleaños cuando sus amigos se iban, Marcus se quedaba cerca de Jasper para que no estuviera solo. 

Marcus es más como un padre para él, más que su propio padre.

Quizás es por eso que es capaz de abrir la puerta, sus ojos están rojos y sus mejillas llenas de lágrimas.

Marcus suspira cuando le ve, entrando y cerrando la puerta. "Jaz..."

Por alguna razón, que le llame así le hace llorar más. Marcus inmediatamente se acerca a abrazarle. 

"Me va a echar a la calle," Jasper llora en el hombro de Marcus, agarrándose a él como si su vida dependiera de ello. "¿H-has visto lo furioso que estaba?"

"No te va a echar, ¿vale?"

"S-sí, lo hará." Jasper apenas puede respirar. 

"No, no lo hará." Marcus se echa atrás, agarrando a Jasper por los hombros. "No te va a echar, ¿de acuerdo? No dejaré que eso suceda. Puede estar todo lo molesto que quiera, pero no te va a dejar sin casa. Se le pasará."

Jasper no lo cree.

Su padre es el hombre más homófobo que queda vivo. 

Jasper supo que no debería haber abierto la boca en la cena, pero se le escapó inintencionadamente. Cuando su padre le presentó a una joven mujer--la hija de un hombre rico con el que trabaja--supo lo que estaba pasando.  Apenas le llevó a su padre cinco minutos anunciar sus planes de boda. Su padre, siendo el jefe de una gran compañía, le dijo a Jasper desde el primer día que se casaría con quien su padre quisiera para mantener la reputación de su compañía. 

No debería haber dicho que no podía casarse con ella. No debería haber dicho que está enamorado de otra persona. Entonces es cuando su padre le quitó el teléfono cuando Jasper intentó irse de la mesa discretamente. Leyó todos los mensajes que compartió con Warren, su rostro se enrojecía cuanto más leía. Jasper había recuperado su teléfono y huyó antes de que su padre pudiera explotar en público. 

Y ahora Marcus está aquí para salvar el día. O al menos, intentarlo. 

"¿No me odias?" Pregunta Jasper en una callada, aterrada voz, sonando más pequeño de lo que es. No le ha dicho a nadie sobre su bisexualidad excepto a Warren. Ni siquiera estaba seguro de que su hermano mayor lo comprendiera. 

Marcus se rasca la mejilla, suspirando. "Claro que no te odio. Eres mi hermano pequeño, Jaz. No soy quién para dictarte a quién debes amar; se supone que debo protegerte de ellos. De quien sea."

Jasper parpadea, pero sus ojos todavía están rojos. No puede parar de llorar. "¿A-aún me quieres?"

Marcus se ríe. "Claro que sí, idiota." Le empuja con diversión. "No importa a quien ames, eso no va a cambiar, ¿vale? Deja de flipar tanto. Ya me has estropeado la camisa," bromea.

Jasper sonríe, pero sigue llorando.

Marcus le coge de la barbilla, obligando a mirarle a la cara. "Intentaré hablar con él, ¿vale? No te va a echar, te lo prometo. Si insiste, nos alquilaré un piso o algo."

Su padre fliparía si Marcus se fuese. Es su ojito derecho. Marcus es el prodigio, el próximo jefe de la empresa. Su padre no le perdería.

Marcus lo sabe. Y el hecho de que dejaría todo atrás por Jasper, al joven le hace sentir un poco culpable, pero también indescriptiblemente amado. 

"¿Por qué no te vas a casa? Yo me ocupo de todo."

Jasper asiente, secándose las lágrimas con la palma de la mano.

"Y, Jaz."

"¿Sí?"

Marcus sonríe amablemente. "Te das cuenta de que necesito conocer a ese chico algún día, ¿verdad?"

Jasper sonríe. "Sí. Lo harás."

***

Micah abre los ojos lentamente, todavía sonríe por el recuerdo. Siempre tiene una cada noche desde la operación del mes pasado. Nicola tiene un cirujano de confianza, Sarah, quien leyó todo en las notas del doctor que Harry consiguió de alguna forma. Micah fue el primero en pasar por ello, el hombre más desesperado que solía ser. 

Killian había desobedecido las reglas y permaneció en la sala de operación durante la intervención después de que Sarah dijera que no estaba cien por cien segura de que funcionaría. Aunque no había riesgo de muerto, Killian no le había creído y se quedó. Le dejó, probablemente porque no quería seguir discutiendo. 

Cuando funcionó, no se lo había creído del todo. Pensó en escenarios al azar en su cabeza de lo que podría haber pasado. 

Gavriel había sido el siguiente en recuperar sus recuerdos, e intenta dormir tanto como puede ya que es lo que más le ayuda a recuperarlos. Micah puede haberle visto despierto cuatro veces esta semana, y sólo fue para comer antes de volver a dormir y saltarse la cena. Micah dudó que fuera saludable, pero no podía culparle. Él siempre está emocionado cuando va a dormir, también.

Mira alrededor  buscando a Killian, pero recuerda que se echó una siesta después del desayuno ya que Killian estaría en el colegio todo el día ayudando a restaurarlo. Todavía no está listo ni en marcha, pero Nicola espera que dentro de una semana o dos, los niños estarán retomando sus estudios desde donde lo dejaron. Killian quiere ser profresor; dice que siempre lo quiso ser. 

Ambos comparten una habitación en el campamento, como la mayoría hace desde que las casas reconstruidas están ocupadas por familias. A lo cual Micah está absolutamente de acuerdo. No le importa quedarse en el dormitorio, a pesar de haber sido construida rápidamente y tener poco espacio. Ha estado en sitios mucho peores. 

La puerta se abre y Micah se apoya sobre sus codos, mirando a Killian balancearse con emoción. Micah alza una ceja, pero Killian salta cuando se da cuenta de que está despierto.

"Dios santo, pensé que un demonio había tomado tu cuerpo," dice. "Pensé que seguirías dormido."

Micah pone los ojos en blanco sonriendo. "Me acabo de despertar, de hecho. ¿Por qué estás tan feliz?"

"Nicola me acaba de asegurar un puesto en el departamento de Inglés," Killian contesta con una sonrisa, haciendo un pequeño baile feliz que hace que Micah se estremezca, pero también se ría. "De hecho hay alguien que solía ser profesor de inglés en el campamento, y me ha dicho todo lo que debería saber. Tengo que estudiar mucho."

"Eso es aburrido," dice Micah con el ceño fruncido. 

Killian alza una ceja. "¿Tenías algo divertido planeado?"

Micah se encoge de hombros, una idea o dos aparecieron en su cabeza pero Killian lanzaría ese libro de Inglés a su cabeza si las dijera en voz alta. "En verdad no," dice. "Sólo quería hacer algo, supongo."

"Podemos ir al estanque de basura," sugiere Killian. "Puedo estudiar allí y estar contigo, así que los dos ganamos." 

Micah se pone en pie, de acuerdo, a pesar del hecho de que los estanques de basura huelen exactamente a eso: basura. En cierta manera mata cualquier situación romántica que podría haber surgido. Pero, hay una puesta de sol increíble y hay muchos robles para darle una mejor vista."

Micah arruga la nariz ante el olor cuando llegan. Lo ha estado oliendo desde hace diez minutos con sus sentidos avanzados, pero Killian sigue hablando sobre algún libro clásico que quiere encontrar para leer. Micah se da cuenta de que si hubiera sido otro el que estuviera hablando, le habría golpeado antes de darse la vuelta e irse. 

No con Killian, claro. Nunca con Killian.

Incluso intenta parecer interesado. Así que, ¿es un buen libro?"

"Eso creo, pero no me acuerdo muy bien. A ver, se que me encantó cuando lo lei, pero fue hace cinco años así que..."

Los dos se sientan en el césped, a una buena distancia del estanque para que el olor no sea tan fuerte, aunque Micah está prácticamente muriéndose. Lo usa como excusa para esconder su cara en el hombro de Killian. Killian ni se inmuta, aún sigue hablando. 

"Soy aburrido, ¿no?" Pregunta Killian después de un rato. 

Micah alza el rostro, apoyando su barbilla en el hombro de Killian. "Un poco, sí, pero no me importa escucharte ya que estás tan emocionado."

"¿Me dejarías aburrirte sólo para complacerme?"

"Sí. Y podría escucharte hablar horas, honestamente."

Killian se sonroja, pero intenta ocultarlo riéndose. "Quién iba a pensar que Micah, quien fue una vez un gran líder, podría ser tan dulce."

"Nunca quise ser un líder, idiota." Micah pone los ojos en blanco. "Sólo quería sufiente poder para deshacerme de ya-sabes-quién."

"Bueno, me alegra que no quieras ser un líder. Odio a la gente hambrienta de poder."

"Así que me odias."

"¡No! ¡Has dicho que no querías poder!"

Micah se ríe. "No quiero."

"¿Qué quieres de la vida entonces?"

Micah se inclina, besando la mejilla de Killian. "Ya tengo lo que quiero."

Killian se gira hacia él, con los ojos abiertos de par en par. "Bastardo cursi."

"¿Qué? Estoy hablando de tener mi propio estanque de basura, claro. ¿Qué creías que era?"

Killian va a darle en el pecho, pero Micah le agarra la muñeca, besando la mano de Killian gentilmente. Realmente le gusta ver las mejillas de Killian sonrojarse. Le gusta tener la confianza que le faltó cuando los dos se conocieron. Es agradable ver que es el que le hace sonrojarse en vez de ser el que se sonroja. Está cómodo con Killian ahora, y con sus recuerdos regresando, es mucho más fácil abrirse. 

"¿Puedo decir algo?" Susurra Micah, de repente sintiendo como si no debiera hablar demasiado alto.

Killian asiente, su mano aún en la de Micah.

Micah deja su frente descansando contra la de Kllian. "Agradezco haberte conocido."

Killian le mira con dulzura. "Micah--"

"No creo.... No creo que hubiera tenido la fuerza para continuar si no hubieras estado a mi lado. Estaba empezando a perder la esperanza y... no sentía nada.  No podía sentir nada después de todo por lo que había pasado. Incluso en mi vida pasado, nunca había sentido tantas emociones hasta que te conocí."

Ni siquiera con Warren, quien estaba con "Jasper" durante alguno de los peores momentos de su vida. Se había enamorado de ese chico, pero ahora es un simple recuerdo, uno que podía ser sólo un sueño y Micah no notaría la diferencia. Agradece haber recuperado sus recuerdos, pero eso no cambia quien es ahora. Por qué es quien es ahora. 

"Te quiero. No lo olvides, ¿vale?" Susurra Micah. 

Killian sonría, inclinándose para juntar sus labios. El brazo de Micah rodea la cintura de Killian, atrayéndole a él. Los dos se tumban en el césped, Micah sobre Killian, deseando quedarse así para siempre.

Incluso el estanque de basura no puede arruinar el momento.

***

Evelyn frunce el ceño mientras camina por el campamento, preguntando a algunas personas si han visto a Harry. No es que esté preocupada porque le haya pasado algo--lo sabría. Sólo que es raro de él desaparecer... Especialmente cuando están en una propiedad pequeña.

Está rodeando un edificio que lleva a las celdas cuando dos brazos rodean su cintura, echándola atrás. Instantáneamente en modo supervivencia, automáticamente asumiendo que Torrin se había escapado otra vez, golpea la garganta del culpable con su codo, entonces se inclina y agarra sus tobillos, tirando al hombre al suelo. Se cae de espaldas tosiendo.

Se gira, lista para golpear con enfado cuando se queda petrificado, atragantándose con su propia saliva. "¿Q-qué? ¿Harry? ¡Sabes que no puedes agarrarme así!"

"Bueno," Harry gruñe, acariciándose la garganta. Si hubiera sido otro, le hubiera matado. "La mayoría de las chicas lo encuentran adorable."

Le mira mal.

"Sí, sí," gruñe. "No eres como la mayoría de las chicas. Definitivamente."

Le ayuda, quejándose. "He estado buscándote toda la tarde y decides aparecer como un asesino en serio."

"Creo que eres un poco dramática. Sólo quería abrazarte desde atrás," dice, sonriendo parcialmente.

"Para mí parecía un ataque," murmura, apartando la mirada.

Sus mirada se suaviza. Sabe cuánto ha estado luchando para sentirse a gusto ante la situación de orden, otra vez. No está acostumbrada a confianza en cualquier que aparezca de la nada, incluso aunque sepa que está a salvo en su campamento. Él sabe que no puede actuar romántico con ella como habría hecho con una chica en el pasado. 

Le besa la frente. "Me disculparía pero casi me partes la tráquea, así que diría que estamos en paz."

Ella pone los ojos en blanco pero sonríe. "De acuerdo, estamos en paz."

"En fin," dice, entrelazando sus dedos. "Quiero que te unas a mí en mi próxima tarea."

"Oh. ¿Y qué va a ser?"

"El techo de su oficina tiene un boquete."

"¿No tiene a alguien para eso específicamente?"

"Jura que un experimento subió con intenciones de sorprenderla mientras dormía para matarla," contesta Harry monótonamente.

"Bueno, es justo, supongo," remarca Evelyn sarcásticamente. "¿No puede esperar hasta mañana? Está oscureciendo."

Harry besa su mejilla. "Será rápido. Necesito compañía."

"Podrías haber tenido compañía hace tres horas si te hubieras molestado en aparecer."

Harry la mira entre divertido y comprensible, sin decir nada más mientras la lleva con él, la mayoría de los habitantes del campamento se estaban yendo a sus habitaciones.

Inhala profundamente. Espera que esto no falle.

Más bien, espera que Max no lo estropee. 

Sabía que era un plan de mierda...

"¿Por qué estás tan callado?" Pregunta Evelyn, caminando a su lado mientras balancea sus brazos.

"Sólo estaba pensando..."

"¿Qué? ¿Qué un experimento quiera matar a Nicole mientras duerme haciendo un agujero en su techo?" Se burla.

"Nunca se sabe."

"Como persona paranoica que soy, puedo decir que está siendo muy ridícula."

Harry se ríe, sacudiendo la cabeza. "Ve a decírselo, entonces."

"Se lo diré por la mañana, ¿qué te parece?"

Usan la escalera apoyada en el lado del edificio para escalar. Nicole ha estado intentando hacer una estructura más alta, así que hay madera apilada a un lado del techo, algunas piezas de contrachapado ya están listas. Max está de pie donde se supone en una esquina, y se sorprende cuando ve a Evelyn aparecer detrás de él. 

La vela sobre la mesa improvisada (hecha de madera y contrachapado, y la vela se encontró en un almacén... "vela" es una descripción generosa, considerando que es una mera vela pequeña) está encendida, y Max coge la guitarra que encontró en uno de los dormitorios hace semanas. 

Entonces Harry se estremece. 

Es horrible. 

Max arruga la nariz cuando roza las cuerdas mientras Harry masajea su frente, demasiado humillado para observar la reacción de Evelyn. 

No necesita mirar--escucha cuando estalla en risas.

No puede decir que esperaba una reacción de alegría, de todas formas... Pero... ¿se está burlando de su intento?

"¡Hey!" Grita Max, señalándola con la guitarra. "He practicado quince minutos este solo, así que será mejor que lo aprecies."

"Continúa," dice, riéndose. 

Vuelve a empezar hasta que el instrumento chirría anormalmente. Se lame los labios, chasquea la lengua, entonces señala la escalera. "Sabes... Voy a..." Se queda quieto, dejando la guitarra y desapareciendo en un instante. 

Las mejillas de Harry están muy rojas. Ni siquiera puede alzar la mirada.

Evelyn le agarra las mejillas y alza su cabeza. Hay una sonrisas en sus labios que hace que se sonroje más. "¿Estás avergonzado?" pregunta suavemente, mordiéndose el labio para evitar reírse más.

Harry se rasca la barbilla, apartando la mirada.

"Harry. Hey, vamos." Acaricia sus mejillas. "Me río de lo idiota que parecía Max sujetando algo que no es un bate de béisbol. Sabes que nunca ha tocado un instrumento en su vida, ¿verdad?" Se acerca más, rodeándole la cintura con sus brazos. "¿Has hecho todo esto para darme la cita que prometiste?"

Pasa un brazo sobre sus hombros, apoyando la mejilla sobre su pelo. "No diría que ésta es la cita que prometí, pero..."

"Me encanta," susurra con completa sinceridad. Harry intenta encontrar la sinceridad forzada en su voz; no puede hacerse a la idea de que realmente le guste. 

Pero está siendo cien por cien sincera. Ni siquiera se alteran sus latidos. 

"Bueno," dice, separándose para sentarse en la mesa improvisada del techo. Le sonríe. "¿Qué hay de cena?"

***

DIARIO DE MAXIE

ENTRADA #1

AGOSTO, 2084

Hola, lectores del futuro. Mi nombre es Maxie, una chica de quince años que de alguna forma le tocó la lotería cuando conoció a las mejores personas de su vida. Mi anterior diario está perdido, pero con suerte alguien podrá encontrarlo. Hay mucho miedo en esas entradas, muchas palabras escritas con pánico porque estaba constantemente convencida de que serían mis últimos días. 

Ya no. 

He conseguido escribir este diario con mucha alegría, sabiendo que estoy sana y salva mientras el mundo se restablece a mi alrededor. Recordaré cada momento, desde el comienzo de la guerra hasta ahora. Es difícil creer que ya ha acabado. Las pesadillas van a terminar por fin. 

No necesito decir que no será fácil. Hace falta mucho para conseguir que el país vuelva a estar como antes. Tenemos suerte de tener a Nicole, alguien lista y apasionada por arreglar todo. Tenemos suerte de tener a gente como Harry y Evelyn y Micah, siempre preparados para defender a la humanidad. Con ellos a nuestro lado, no creo que sea posible que vuelva a empezar la guerra.

Después de todo, son los que han ayudado a acabarla. 

Pero no os preocupéis. Conoceréis a cada uno a su debido tiempo, e intentaré escribir todo lo que sé lo mejor que pueda. Quiero ser auténtica, cómo me sentí en esos momentos con ellos. Puedo llamarles familia ahora, pero no siempre fue tan fácil.

Han ocurrido muchas cosas en pocos meses. 

Muchas

Pero es por eso que estoy aquí, y es por eso que vosotros--futuros lectores de próximas generaciones--estáis leyendo esto ahora. Para saber cómo ocurrió todo. Puede que no tenga todas las respuestas a los por qué y los cómo, pero puedo decir con toda seguridad que sé el resultado final. 

No sé específicamente por qué empezó la guerra, pero sé cómo afectó a las personas. No sé cómo los experimentos perdieron el control, pero sé que ahora sólo eran almas atormentadas desesperadas por liberarse. 

Estoy aquí para decir que no hay un verdadero villano en esta historia aparte del ciencítico que empezó todo. Pero de nuevo, ¿puede un hombre que tenía una visión pacífica del mundo ser realmente el villano? ¿Si su corazón estaba en lo correcto, pero su cerebro no conocía el camino para conseguirlo? No soy yo quien debe decidirlo. Él esta con su propio creador ahora; dejaremos que el Gran Hombre de arriba juzgue por sí mismo. 

Pero éste es el comienzo de lo que espero hará que la gente no elija ningún bando. Algunos de los héroes en este libro empezaron siendo villanos. Algunos de los héroes lo pasaron mal demostrando que son realmente buenos. Así es como funciona la vida. No siempre es una línea recta donde escoges salirte del camino o no.

La vida es un completo desastre. 

Y con cada historia, siempre hay más de una versión.

Así que vamos con la entrada dos, donde os introduzco al primer héroe en hacer su aparición...


THE END















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