Capítulo 29

"DEBERÍAMOS IRNOS YA," dice Evelyn, o más bien lo murmura con los labios de Harry sobre los suyos una y otra vez. No puede apartarle incluso aunque sabe que necesita hacerlo. El pobre Talon debe estar fuera.

"Probablemente deberíamos hacerlo," murmura Harry, besándola otra vez.

Ella baja la mano desde su pelo hasta su hombro. "Harry, en serio." Pero ella se ríe cuando la interrumpe con otro beso.

Harry pone pucheros, apartándose sólo lo suficiente para apoyar su frente sobre la de ella. "He querido besarte por meses, Evelyn."

Ella se sonroja, pero lo oculta dándole un golpecito en la nariz con el dedo. "Bueno, si las cosas van como están planeadas, tendrás años para hacerlo."

Él arruga la nariz. Ella jura que es la cosa más dulce que ha visto jamás en su vida. "No me toques la nariz de esa forma."

"¿Por qué?"

"Me hace sentir que tengo cinco años."

Ella le vuelve a dar un golpe en la nariz.

"Evelyn."

Ella lo hace otra vez.

Él le lanza una mirada que le hace estallar en risas. No está segura de dónde viene toda la felicidad que siente, pero no puede escapar de ella. Sabe que no durará mucho. Nunca lo hace. Pero lo disfruta mientras dure, incluso si su risa le hace parecer que está al borde de la locura.

"Deja de reírte de mí," dice, pero él también está sonriendo, y pronto su risa se une a la de ella. Sus brazos rodean su cuello mientras él la agarra de la cintura. Ella apoya su cara en su pecho, las lágrimas de la risa empapan su camiseta pero él no la aparta. De alguna forma ella consigue calmarse. Él también. Ninguno se mueve.

Él apoya su barbilla en su hombro, con el rostro en su pelo. "Te quiero," susurra en voz baja, puede que ella no lo hubiera escuchado si no hubiera pensado en decirle lo mismo.

"Yo también te quiero." No aparta la cara de su camiseta. Tiene miedo de hacerlo. Sus palabras parecían una despedida, como si fuera su último momento juntos. No quiere que la deje. Ella no quiere dejarle.

"¿Harry?"

"¿Hmm?"

"Vamos a estar bien, ¿verdad?"

En respuesta, la besa en el cuello.

Ella cierra los ojos en tranquilidad, pero se aferra a él como si eso evitara hacerla caer.

Ella siente que está cayendo.

Al igual que los demás.

"Evelyn," dice, teniendo que agarrarla de los hombros para separarla de él. La mira con preocupación. Eso la hace sentir mareada. Él entrelaza sus dedos, alzando sus nudillos hasta sus labios. "Vamos a estar bien."

Dios, espera que tenga razón.

"Nadie," dice, entonces tiene que coger aire y empezar de nuevo. "Nadie más va a morir."

Él desearía estar de acuerdo con ella. Ella puede verlo en su rostro, que quiere asentir.

No lo hace.

***

Micah tiene la mirada perdida, la mandíbula tensa. Puede escucharles venir. Sabía al igual que Harry que lo harían. El doctor no tenía que ordenarles que fueran--era un protocolo que tenían que seguir. Siempre lo ha sido. Si el líder desaparece por más de un par de horas, una milicia tiene que ir a por él. No es sólo una misión de rescate, sino que van hacia la gente que ha capturado a su capitán.

Micah había estado en una de esas milicias una vez cuando Harry había desaparecido durante una misión que se le había asignado sólo a él en Europa. No recuerda en qué país. Llegaron e invadieron demasiados como para mantener la cuenta. Aunque resulta que Harry se había hecho amigo del primer ministro y el primer ministro le había invitado a tomar un té. Falló su misión ese día, y decepcionó al doctor más cuando negó la entrada de la milicia en la casa del primer ministro. Micah no tiene estómago para recordar el castigo de Harry.

Intenta avanzar un par de pasos para saber a lo que se van a enfrentar. No puede. No es Harry. No tiene la habilidad. Le frustra a más no poder, saber que no puede prepararse correctamente. Sabiendo que no puede proteger a todos correctamente.

Killian camina detrás de él. Micah no tiene que mirar para saber que es él. Podría oler el aroma del joven antes de siquiera tenerle a un paso de distancia. 

"¿Es malo?" pregunta Killian en una voz suave, su hombro roza el de Micah.

Micah se muerde el interior de la mejilla. "No puedo averiguarlo," dice entre dientes.

Killian se gira hacia él, pero Micah sabe que es mejor que no le mire. "No es tu culpa," dice, sabiendo lo que cree Micah.

Micah tensa aún más su mandíbula. Le duelen los dientes. No le importa. Sólo quiere ser capaz de proteger a los que quiere. ¿Por qué no puede hacerlo?

"Micah."

No le mires.

"Micah."

Sabes que te derrumbarás. No lo hagas.

Killian agarra la barbilla de Micah, pero Micah se aparta de su tacto. Killian le mira sorprendido. Micah no ha sido tan hostil con él desde la vez que se conocieron.

Lo intenta otra vez, más suavemente, como si Micah fuese un animal acorralado que está intentando calmarse antes de explotar. "Micah, háblame. No sé lo que crees que tienes que ocultarme, pero te prometo--"

"Tienes que irte."

Killian se queda sorprendido. "¿Q-qué?"

Micah agarra la madera del porche, bajando la mirada hasta sus nudillos blancos. "Tienes que robar un caballo y alejarte de aquí todo lo que puedas."

Killian intenta reírse, pero más bien parece una mofa. "¿Va en serio? No voy a dejarte."

Micah golpea el porche con una mano, haciendo que Killian se sobresalte. "Joder, Killian, esta no es ninguna película de cliché en la que tengas que quedarte a mi lado. Te vas a ir lo quieras o no."

"No entiendo por qué estás actuando de esta forma. Hemos pasado por cosas peores, ¡incluso con menos oportunidades!"

Micah se pasa una mano por el pelo, intentando controlar su genio. "¿Por qué eres tan molesto? Sólo escúchame por una vez."

"No." Killian pone su mano sobre la de Micah, sin miedo a enfrentarse a la rabia de Micah. "Me voy a quedar porque te quiero, no porque me sienta obligado."

Micah no puede procesar las palabras. Nunca las ha escuchado.

"Tengo miedo," susurra, dos palabras que ha escuchado pero que nunca ha sido capaz de decirlas. "Tengo miedo de no poder protegerte." No le importa que se le rompa la voz. Necesita que Killian lo entienda.

Yo también te quiero.

Tiene las palabras en la punta de la lengua.

Killian sonríe con esa ridícula encantadora sonrisa suya. "Micah..."

"No," interrumpe, inintencionadamente. "Sólo... no me mires de esa forma. No me trates como si fuera un niño que necesita consuelo."

"Estás actuando como uno," bromea Killian.

Micah gruñe en respuesta.

"Aww, mi gruñón de siete años. ¿Necesitas un descanso?"

Micah suspira cansadamente. "No puedo creer que esté contigo."

Killin sonríe aun más y agarra la cara de Micah con sus manos. "Estás conmigo porque tú también me quieres. No tienes que decirlo. Lo puedo ver en tus ojos."

"Quién iba a saber que la mirada fuera tan expresiva," murmura Micah sardónicamente, pero Killian lo escucha.

"Vale. Si no me crees..." Killian se queda pensando, entonces dice. "Si no me quieres, da un paso atrás. Si me quieres, bésame."

El corazón de Micah se acelera con esa palabra, sus mejillas se sonrojan. No es una pregunta y Killian lo sabe. Micah duda sólo porque está nervioso, entonces se inclina y junta sus labios. Siente la sonrisa de Killian.

"Ese," susurra Killian cuando Micah se aleja. "Ese es el por qué te confío mi vida. Porque me quieres."

"Lo hago," dice Micah en su mismo tono de voz. Entonces, para sentirse menos avergonzado, añade. "Y sólo Dios sabe el por qué."

***

Todos los niños se sientan en la misma cama, prácticamente uno encima de otro. Erik, Locke y Max les miran. Un guardia acababa de avisar que un ejército iba hacia ellos. Los tres lo habían esperado por lo que Harry había dicho, pero no lo hacía más fácil de afrontar. Todos estaban cansados de ir en círculos.

"Tenemos algo que decir..." Max mira a los demás buscando ayuda, pero Erik está demasiado ocupado tensando la mandíbula, y Locke le mira al borde de las lágrimas.

Max suspira, evitando cualquier mirada directa con los niños. "Hay una lucha cerca... Puede que sea grande, puede que no. Pero--"

"¿Qué?" pregunta Robbie, con el labio inferior temblando. "¿Otra?"

Maxie se frota la sien. "Mal," susurra. "Mal mal mal."

Caroline, Robbie y Sasha intercambian miradas con los gruñidos de Maxie.

"Venga, venga," dice Max, intentando calmarles. "Todo va a salir bien. Erik y Locke van a escoltaros a un sitio más seguro mientras tengamos tiempo--"

"¡No puedo dejar a Harry y Eve!" dice Sasha. "Acabo de encontrarme con ellos después de mucho tiempo separados. Lucharé con ellos."

Max siente su pecho oprimirse. "Ninguno de vosotros va a pelear. Esta no es una pelea en la que los niños debieran inmiscuirse."

Sasha se pone en pie de un salto. "Me entrenaron para luchar en guerras en el campamento de Wolf. Estaré bien. Puedo ayudar."

Erik agarra la muñeca de Sasha cuando ella intenta irse de la habitación. "Sasha," susurra. "No puedes luchar en esta."

Sasha le mira perpleja. "Sí, puedo. No voy a dejarles."

"Sasha," habla Locke, con las lágrimas corriendo por sus mejillas. "Por favor."

Sasha les mira a ambos, su respiración se entrecorta. "Pero... pero... no puedo... no quiero perderles."

Erik se arrodilla y abraza a la niña.

Robbie agarra la camiseta de Max. "Eve es como mi hermana también," dice, mirándole como si pidiera ayuda.

Max no sabe cómo reconfortar a gente de su edad, mucho menos a niños. Intenta imitar a Erik arrodillándose, pero no sabe lo que decir una vez está al nivel del niño. Suelta lo primero que se le viene a la mente. "No te preocupes, pequeño. Yo voy a quedarme con Evie y voy a asegurarme de que esté bien, ¿vale?"

"Puede ser hermana de los dos, ¿verdad?"

"Claro. Pero..." Max se acerca como si le estuviera contando un secreto. "A veces me pone de los nervios."

Robbie se ríe, secándose las mejillas aunque todavía no tenía lágrimas. "Voy a contarle lo que me acabas de decir."

Max abre la boca sorprendido. "¡No!"

Robbie se ríe aún más.

Max sonríe para sí mismo. Quizás no sea tan difícil reconfortar a los niños, después de todo.

Caroline se acerca y coge la mano de Robbie. "Está bien, Robs. Eve y Harry son como, invencibles, así que no tenemos que preocuparnos por nada."

Robbie entrecierra los ojos. "¿Inven-qué?"

Caroline le revuelve el pelo. "¡Son como superhéroes, tonto! No pueden morir."

A pesar de las palabras de la chica, Max siente que el corazón se le ha hundido hasta el estómago del miedo.

Niña, espero que tengas razón.



☆☆☆☆



Novela original escrita en inglés por juliaxwrites

All the love, A.



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