Capítulo 25

HARRY PERMANECE TERRIBLEMENTE callado cuando son escoltados a sus habitaciones, lo cual Evelyn había estado anticipando. Ella sabe lo que tiene que hacer, pero ahora es simplemente cuestión de convencer a Harry que está bien. Sin embargo, sabe que él no lo aceptaría--o lo aceptará--pero afortunadamente al menos puede hacer que respete su decisión.

Después de todo, no tiene otra opción.

Les mira una vez los niños se han puesto el pijama que les dejaron frente a la habitación y se han metido en la cama. Max también la mira preocupado, como si esperara que hiciera la maleta, pero ella no quiere molestar a los niños mientras intentan dormir. Las tres niñas se ríen juntas, pero es obvio que están cansadas. Robbie aceptó la oferta de Evelyn y está arropado en la cama de Harry y Evelyn.

Evelyn ve a Harry morderse el labio un momento antes de que ella suspire, agarrando su brazo y llevándole al pasillo con ella. Hay una pareja de guardias alrededor de sus habitaciones, pero una mirada de Evelyn les hace posicionarse al lado de la salida. No se van, pero están a una distancia justa.

"Harry," empieza, figurándose que debería arrancar la tirita de golpe y acabar con esto. "Sabes que tengo que hacerlo."

Él inhala profundamente pero no dice nada.

"No voy a poner a toda esta gente--no voy a ponerte a ti o nadie del grupo en peligro. Si él quiere hablar, vale, pero yo--"

"Claro que no quiere hablar," responde Harry, pasándose una mano por la cara. "Él nunca quiere sólo 'hablar'."

Evelyn se cruza de brazos, determinada a sacarle del modo protector y llevarle al modo realista. "Sea lo que sea, puedo manejarlo, Harry. No hay otra opción. No puedo sentarme como una cobarde y esperar a ver si el ataque aéreo era un farol de Talon."

Su estómago se revuelve cuando recuerda cómo Talon había llegado en un caballo, sin atreverse a mirarla a los ojos. No le había visto desde que casi le mata en el campamento de Micah cuando le reconoció como el que mató a su madre. Puede que le mate de camino a donde esté el doctor. Micah no estará ahí para pararla esta vez.

Harry no pregunta cómo conoce a Talon, en vez de eso dice, "Los misiles no se han usado desde la guerra de hace un año, Evelyn. No puede fabricarlos." Pero incluso aunque diga esto, Evelyn puede ver la duda en su rostro.

"Sabes que voy a ir lo quieras o no," le recuerda Evelyn. "Pero necesito que te des cuenta de que no hay otra manera, Harry. Vamos a tener que seguir sus normas por una vez."

"Estoy cansado de sus normas," gruñe. "Estoy cansado de ser una marioneta en su patético y retorcido juego."

"Yo también, Harry, pero no tenemos otra opción."

¿Qué más puede hacer para que esté de acuerdo con ella?

Harry gruñe mientras se pasa una mano por el pelo, sus ojos rojos brillan con furia y rabia. "Nunca quise meterte en todo esto."

Ella mantiene la mirada firme a pesar de que la de él sea franca. "Bueno, lo estoy así que no me queda otro remedio."

"Evelyn, no lo entiendes," dice, alzando la voz causando que los ojos de Evelyn se abran de par en par. Ahora que piensa en ello, nunca ha escuchado a Harry gritar, no de rabia. Él toma aire para calmarse antes de continuar. "A veces desearía haberte salvado y marcharme. No debería haberte llevado conmigo."

Ella se sorprende. "No me llevaste a ningún lado, Harry. Siempre ha sido decisión mía quedarme, así que no actúes como si me hubieras mantenido prisionera."

"Aun así no debería haberte metido en todo esto."

"¿Así que ahora te arrepientes de haberme conocido?"

"No, Evelyn," dice entre dientes, sus ojos finalmente se encuentran con los de ella. "Sé que te arrepientes de haberme conocido. No intentes negarlo porque no puedes. Nunca eché de menos la forma en que solías mirarle como si fuera una nube a punto de traer problemas. Y tienes razón- No importa cuánto lo intente, me sigue a todos lados y me recuerda cada maldito día que todos a los que quiero no pueden estar nunca a salvo."

"Harry--"

"No," advierte, apartando la mirada. Entonces, dice en un tono más suave, "Por favor, no."

Ella no sabe si le está pidiendo que no vaya o que no le confronte, así que decide quedarse quieta y mirar su rostro, esperando a que diga algo primero. Quiere hablar, pero no quiere que crea que está subestimándole o actuando como si lo que le preocupase no importara. Ella sabe lo grave que es que no den importancia a tus preocupaciones.

Cuando ve que él no va a hablar, ella debate lo que decir. Decide ser honesta.

"Tienes razón," susurra. "Me arrepentí de conocerte."

Él cierra los ojos como si sus palabras le hubieran herido físicamente.

"Me arrepentí de conocerte porque eras todo lo que me enseñaron a creer que no existía. Eras algo que nadie pensó que sería posible, y creí que era demasiado bueno como para ser vedad. No confié en ti por mucho tiempo porque mi mente no me dejaba." Ella se acerca a él, cogiendo su mano. "Pero ahora me arrepiento de haber pensado de esa forma porque ahora... Ahora ni siquiera puedo imaginar dónde estaría si no te hubiera conocido."

"Estarías mejor," susurra él después de un largo silencio. "Estarías en un campamento a salvo con gente que no se metiera en asuntos peligrosos."

Ella agarra sus mejillas así que se ve forzado a abrir sus ojos y mirarla. "Intentaste dejarme en un campamento y no fue exactamente tan seguro que pensabas," le recuerda, refiriéndose al campamento de Erik. "Y vamos a ser realistas. Cada uno de esos campamentos probablemente esté envuelto en mierda que ni siquiera les concierne."

Harry agarra su muñeca cerca de su rostro, sus ojos penetran en los suyos. "No puedo, Evelyn. No puedo dejarte ir. No sola."

Ella sonríe porque no está segura de qué más hacer. "Tienes que hacerlo."

"Ya te separó de mí una vez y casi te pierdo para siempre."

"Pero no lo hiciste."

Él suspira exasperadamente y la mira mal. "Evelyn."

"Lo siento," murmura. "Yo tampoco quiero ir, Harry, pero... no tenemos otra opción."

Él cierra los ojos y apoya su frente contra la de ella.

La puerta de la habitación se abre, pero Harry no se mueve y Evelyn tampoco.

Max habla. "¿Yo no tengo palabra en este asunto?"

Evelyn se gira para mirarle. Le ofrece la misma débil sonrisa. "No."

Max baja la mirada al suelo. "No quiero perderte otra vez, tampoco, ya sabes."

"Lo sé, Max."

"¿No podemos seguirte en secreto?"

Harry es el primero en negar la idea. "No. Talon tiene muy buen oído, y es tan bueno como yo en escabullirse, no puedo decir lo mismo de ti."

"Yo era el mejor soldado del campamento--"

"Sí, pero los soldados humanos y los soldados experimentos son completamente diferentes."

Max se queda callado, una expresión dolida aparece en su rostro. "No sé si odiarte por meter en esto a Evie, o si odiar al doctor por meter a todos en esto."

Evelyn interviene antes de que Harry pueda inmiscuirse en el asunto del hermano protector. "Nadie tiene la culpa aquí excepto el doctor. Ese es nuestro enemigo real."

Harry agarra su mano con fuerza en respuesta.

"¿Qué podría querer de ti?" pregunta Max, su voz casi se rompe por su preocupación.

"¿Alguna idea?" pregunta a Harry.

Él frunce los labios. "Ya ha dejado claro que quiere convertirte en un soldado. Yo apuesto a que va a intentar convencerte de que te pongas de su lado."

"Seguramente sabe que yo nunca--"

"Exactamente, y esa es la razón por la que probablemente te obligue."

Max cierra las manos en puños.

"Ya te lo he dicho," dice Harry derrotado. "Nunca quiere sólo hablar. La última que nosotros 'hablamos', terminé siendo más monstruo de lo que ya era."

"Por enésima vez, deja de llamarte así," reprocha Evelyn, golpeándole el hombro. "Esta vez voy a estar preparada."

"Eso no marca la diferencia."

"¿Podemos por favor ser un poco optimistas por el bien de mi corazón?" dice Max en un tono agudo, casi como de mujer.

Harry, sin estar molesto por el humor de Max, responde, "He aprendido a no tener muchas esperanzas."

Evelyn le golpea en el hombro otra vez.

"Estaré bien," dice, aunque no está segura de ello. "Hemos pasado por cosas peores, ¿verdad?"

Los chicos intercambian miradas antes de mirar al suelo.

Evelyn suspira dramáticamente. "Y la gente me dice que soy pesimista."

***

Talon es liberado de su celda tres minutos antes de medianoche y da dicha señal, lo que resulta ser algún extraño gesto con la mano en dirección al cielo. Harry dice que un par de experimentos deben haber llegado más tarde para ver la señal y dar reporte, porque no les había oído llegar con Talon.

Tan nervioso como Talon está alrededor de Evelyn, pensarías que ella era el experimento con un problema temperamental y no al revés. Él no la mira, ni una vez, y apenas pasa los ojos por Harry.

Leo le dice que desearía que las cosas fueran diferentes, y que si no está de vuelta a la hora que Talon dijo, enviará a su ejército en su búsqueda. Ella no lo cree, pero supone que lo que cuenta es la intención. Si acaso, sabe que Harry irá detrás de ella incluso si llega un segundo más tarde. Ese pensamiento es lo que ella necesita para sentirse cómoda.

Se despide brevemente porque no le gustan las despedidas. Obliga a todos los hombres vigilar a los niños y calmarlos en su ausencia, aunque siguen durmiendo en la cama. Evelyn no podría despertarles para molestarles, así que les dejó dormir.

Leo envía a un guardia buscar un caballo para Evelyn a pesar de darse cuenta de que Talon había pretendido que los dos montaran juntos. Evelyn no podría estar tan cerca de él sin vomitar o sacar su daga--otro regalo de Leo--y clavársela en el pecho. Casi agradece que no la haya mirado, lo cuál demuestra más su cobardía--y su culpa.

Evelyn intenta no mirar atrás una vez montada en el callo y Talon ha atado sus cuerdas en sus muñecas. Ella no quiere ver el miedo en los rostros de sus seres queridos, así que mantiene la vista al frente con la mandíbula tensa, sus dedos agarran la daga que ahora está en su posesión. Siente como si hayan pasado años desde que tuvo su propia arma, aunque sólo han pasado un par de días. Tan retorcido como suena, las dagas se han convertido en su ancla al igual que los osos de peluche para los niños.

Ella sólo se enerva más una vez han entrado en el bosque, los árboles parecen no terminarse nunca. Se siente rodeada incluso con toda la tierra que el bosque ofrece. Agarra el mango de su daga en su cinturón, sus oídos están alerta por el más mínimo sonido.

"Estos bosques son seguros."

Ella debe haber pasado por alto las palabras de Talon si no hubiera sido tan cauta. Escucharle hablar le produce coraje. "No me hables."

Un largo silencio. Entonces reúne la fuerza otra vez. "No hay palabras para--"

"No," le interrumpe. "No hay."

Él se queda callado.

Ella no está segura de cuánto les queda, hasta que abre la boca otra vez. Exceptuando que esta vez, no hay disculpas. "Mi lealtad está con 748," susurra, casi como si fuera un mantra para él.

Ella le mira. "¿Qué has dicho?"

Él junta los labios, entonces vuelve a hablar. "Soy igual de prisionero que tú. No tengo que gustarte para que creas que te voy a devolver con 748 sana y salva."

Evelyn abre la boca, pero esta vez es Talon quien interrumpe. 

"No puedo hablar más de esto. Ya casi estamos llegando."

Ella se figura que hay espías y guardias en todos lados, así que no discute con él y vuelve la vista al frente.

Ella se pregunta cuánta gente estaría dispuesta a participar en un levantamiento.

☆☆☆☆

Novela original escrita en inglés por juliaxwrites

All the love, A.

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