Capítulo 22

LEO OFRECE BARRITAS energéticas y zumos, chucherías para atenuar el apetito. Dice que es todo lo que pudieron encontrar en el avión, pero que tienen bastantes y pueden coger todo lo que quieran. Los soldados de la batalla viajan en los otros aviones, y la comida había sido para ellos.

Evelyn come dos barritas y tres zumos. Aunque el líquido no es exactamente frío y refrescante, humedece su boca y garganta a la vez. Las barritas sorprendentemente la llenaron un poco, y se siente mucho mejor una vez ha ingerido un poco de comida. Combinado con la pequeña cantidad de sueño que ha recibido, se siente extrañamente con energía.

Sasha, Robbie, Maxie y Caroline tienen cada uno una barrita y dos zumos, y están satisfechos. Sin embargo, los tres experimentos y el hermano de Leo se toman en serio las palabras de Leo y comen mucho de todo. Ella cree que Harry ha comido seis barritas, aunque no está segura de cuántos bricks de zumo ha tomado. Killian regaña a Micah por tirarlos al suelo, pero Micah le asegura que lo limpiará cuando aterricen.

"Así que," dice Leo dudosamente, mirando a los experimentos con una mirada llena de diversión y precaución. "¿Habéis saciado vuestro hambre?"

Evelyn sabe lo que quiere decir.

Es una forma discreta de decir si se comerán a alguien.

Micah, por supuesto, se da cuenta y sonríe. "Estas barritas no tienen exactamente los nutrientes que necesitamos."

El rostro de Leo palidece y Monique se pone detrás suya.

Killian golpea a Micah en el pecho. "Eres idiota." Él intenta sonreír a Leo. "Está bromeando. Bueno, puede que lo diga en serio pero no os tocará. A ninguno de vosotros. ¿Verdad, Micah?"

Micah gruñe en respuesta, estrujando otro brick en su puño.

"Vuestro campamento," dice Evelyn para romper la tensión. "¿Os habéis reubicado aquí?"

"Nos movemos con la guerra," dice Leo, aunque mantiene el ceño fruncido mientras vigila a Micah cautelosamente, manteniendo un brazo sobre Monique. "Cuando se transfirió de Florida a Philly con el doctor, recibimos un mensaje de un aliado que nos pidió ayuda aquí. Aunque aún tenemos nuestro campamento en Florida."

"¿Un aliado?"

"Le conocerás pronto."

Evelyn frunce los labios, molesta por no obtener información valiosa.

"Espero que tengáis el refuerzo necesario centrado en Wolf," interrumpe Harry, alzando una ceja mientras estudia a Leo.

"Está en una celda con dos candados y seis guardias," contesta Leo. "Creo que está bien vigilado hasta que aterricemos."

"No subestimaría a alguien tan manipulador como él," dice Harry sospechosamente. "Dos candados y seis guardias son mucho para un humano, pero sinceramente es muy poca seguridad contra nosotros."

Leo traga visiblemente y duda antes de preguntar, "¿ podrías escapar de ahí?"

"Si quisiera, podría hacerlo fácilmente."

"Bueno, me agrada saberlo."

"Por suerte para ti," habla Gavriel, "Wolf es igual de idiota que sádico. Probablemente se esté agarrando la cabeza, caminando de un lado a otro y preguntándose cómo el universo ha podido ponerse en contra suya."

Harry mira mal a Gavriel, lo que hace que Gavriel le sonría en respuesta.

Leo tose y se sienta en el suelo. Monique se separa de él, algo raro de ver, pero sólo es para coger algo de comida.

El avión de pronto se tambalea, haciendo que Evelyn se choque contra la pared y los niños griten. Harry frunce el ceño mientras escucha, y Leo se pone en pie otra vez con una pequeña sonrisa. "Estamos llegando más rápido de lo previsto. Bien."

Evelyn mira a Harry. "¿Qué es?"

"Mucha gente," dice confundido.

Ella también frunce el ceño. "¿Pero... mala gente?"

Él se centra, entonces niega con la cabeza gentilmente. "Tu gente."

Ella odia cómo "tu gente" suena tan condescendiente, pero él siempre habla así para distinguir los dos grupos. Aunque ella odia la separación, todos han hecho lo posible por no dejar que les moleste. Siempre habrá una división clara entre ellos, no importa cuánto deseen lo contrario.

Aunque ella sabe por qué está tan nervioso al aterrizar. Le mirarán, como su "raza" suele hacer. La gente no recibe bien a otros con apariencias similares a las suyas. No descarta la idea de que tendrá que romper un par de narices. Sin embargo, lo hará con mucho gusto. Seguirá jurando en su tumba que Harry es el mejor hombre que jamás haya conocido, aparte de su padre y su hermano. No le importa mantener sus creencias.

Pensando esto, le coge la mano y entrelaza los dedos para relajarle. Él le devuelve la caricia después de unos segundos cuando el avión se mueve de nuevo. Puede sentir que están descendiendo. Su estómago se retuerce en anticipación.

"Que todo el mundo se agarre a algo," grita Leo por encima del ruido de los motores.

"Voy a vomitar," gruñe Max, agarrándose a una barra sobre la cabeza desesperadamente mientras aprieta los labios con fuerza.

Monique sonríe mientras muerde otra parte de la barrita. "¡Ésta es la mejor parte!"

El rostro de Max palidece. "Permíteme discrepar."

Evelyn ve a Locke intentando agarrarse a Erik, quien le regaña y le dice que se comporte como un hombre. Locke insiste en que están cayendo del cielo hacia la muerte.

Termina tan pronto como empezó.

La puerta del avión se abre con un siseo, el metal cruje. Evelyn puede escuchar una muchedumbre fuera. Le preocupa, y le recuerda demasiado al estadio de Wolf. Leo, sin embargo, camina hacia la puerta con una sonrisa y la abre del todo. Los gritos son ensordecedores, incluso aunque siga dentro del avión.

Leo alza las manos triunfantemente, animando a la multitud mientras Monique se pone a su lado. Evelyn no puede evitar echar un vistazo. Un nudo aparece en su garganta al ver cuánta gente hay fuera, saludando a los dos líderes con gritos victoriosos.

"¡Hemos regresado triunfantes!" grita Leo, e incluso otra vez la multitud grita enloquecida, emocionada.

"Ya me siento fuera de lugar," susurra Evelyn, y sólo puede imaginar cómo Harry se está sintiendo en esta situación.

Es obvio lo fuerte que le agarra la mano, cómo entrecierra los ojos, y cómo tensa la mandíbula. Ella se apoya en él, esperando calmar un poco sus nervios.

"La primera batalla es nuestra," dice Leo, la multitud se calla lo suficiente para escucharle. "Y con nuestra victoria, hemos traído algo que podría hacernos ganar la guerra."

Leo camina hacia la multitud, Monique siguiéndole por detrás. Evelyn da un paso al frente para mirar, pero los pies de Harry están pegados al suelo del avión y no se mueve. Aunque mantiene su mano en la de ella, lo que evita que ella se aleje demasiado.

"¡Damas y caballeros, nuestro prisionero, el Rey Wolf!"

Todos se quedan boquiabiertos cuando Wolf es arrastrado fuera del vehículo que está al lado, cayendo de rodillas. Su aura es peligrosa incluso desde la distancia de Evelyn, y se da cuenta de cuánta gente se echa atrás. Sin embargo, cuatro armas apuntan al experimento, y más esperan a saltar en defensa.

Leo se mantiene en pie frente a él, orgullosa y arrogantemente. "Hablará, lo quiera o no. Terminaremos con esta guerra de una vez por todas. ¡Y podremos volver a nuestro país y ser libres de nuevo!"

La multitud contesta igual de emocionada.

"Ya no temeremos a los monstruos en las calles. Nuestro mundo será nuestro de nuevo."

Evelyn se atreve a mirar a Harry, pero sus ojos están centrados en Wolf, como si estuviera esperando a que hiciera un movimiento para poder atacarle.

"Ahora, por vuestra seguridad, debemos pediros que os disperséis y volváis a vuestra rutina. Habrá una celebración en el comedor esta noche."

La gente hace lo que se les ordena, aunque miran varias veces atrás al espectáculo. Una vez todos están a una justa distancia, Evelyn saca a Harry del avión y bajan las escaleras. Oye a los demás seguirles.

Wolf se ríe. "Eres idiota," le dice a Leo, mirándole con rabia.

"Tú eres el que está encadenado," contesta Leo, cruzándose de brazos. "No soy el que no pudo proteger a su gente."

Wolf se ríe más alto. "Idiota," repite. "Creer que encadenarme es suficiente. Te has cavado tu propia tumba. Si fuera tú me andaría con cuidado, antes de que caigas en ella."

Leo tensa la mandíbula. "Llevadle a prisión."

Requiere muchos hombres escoltar a Wolf, y más para mantenerles a salvo.

Leo se gira hacia ellos como si nada hubiera pasado, con una sonrisa en su rostro. Evelyn puede ver que es forzada. "Tenemos un par de habitaciones vacías en el edificio principal. Aunque algunos tendréis que dormir juntos. Os sugiero que descanséis antes de la fiesta de esta noche." Cuando nadie contesta, él dice, "Vais a venir, ¿no?"

Evelyn habla cuando nadie más lo hace. "La fiesta de anoche no nos fue exactamente bien."

"Ah." Leo sonríe más sinceramente esta vez. "Puedo aseguraros que no habrá sorpresas en ésta. Por favor. Sería un honor teneros allí."

Evelyn se encoge de hombros.

"Os enviaré ropa a vuestras habitaciones."

"¿Es una fiesta formal?"

"¿Es que hay de otro tipo?" Leo guiña un ojo, entonces coge la mano de Monique. "Debemos ir a hablar con la Corte. Marcus os llevará a vuestras habitaciones. Os veo esta noche."

Todos los guardias cubiertos de sangre y suciedad siguen a Leo y Monique excepto uno. Marcus, seguramente, da un paso al frente haciendo una reverencia con la cabeza y se gira. Sin otra opción, le siguen.

Evelyn no está segura con las formalidades de este campamento. Parece demasiado anormal y fuera de lugar. Espera a gente civilizada, claro, pero la forma en la que actúan a veces como si nada malo pasara le molesta. No puedes ignorar todo lo que está pasando simplemente haciendo una fiesta.

O quizá está siendo demasiado crítica y necesita distraerse.

Una idea se le viene a la mente, mira a Harry. "¿Sabes bailar?"

Él frunce el ceño, mirándola. "Yo... creo que lo he hecho alguna vez." Entonces una mirada cruza sus ojos e inhala fuertemente, quedándose en silencio. 

"¿He dicho algo malo?" pregunta, preocupada por que tenga algún episodio y no quiera preocuparla con ello.

"No," murmura. "No pasa nada."

Ella decide que esperará hasta que tengan algo de privacidad para preguntarle.

Hay dos habitaciones libres, cada una con dos camas y un sofá. Está decidido que Harry, Evelyn, Robbie, Sasha, Caroline, Max y Maxie estarán en una. Killian, Micah, Locke, Erik y Gavriel en otra. Gavriel quería quedarse con su mejor amigo, pero Max se negó a dejar a su hermana otra vez y al final Gavriel tuvo compasión. Está claro que un par de personas tendrán que dormir en el suelo, pero Marcus les asegura que hay mantas y almohadas de sobra si las necesitan.

Una vez dentro de las habitaciones esperan su ropa, Robbie agarra la camiseta de Evelyn confuso. "No puedo dormir con chicas otra vez," dice en voz baja, como si no quisiera ofenderlas. "¡Estuvieron riéndose toda la noche!"

Evelyn se ríe. "Puedes dormir conmigo y con Harry, o en el suelo con Max." Maxie se había pedido el sofá, y era natural que Evelyn estuviera con Harry.

"Oh claro, déjame tirado por tu novio," dice Max. "No te preocupes. Seré un caballero y dormiré en el suelo. No querría interrumpir a una pareja en pleno rollo."

Evelyn se sonroja y le mira mal.

"Puedo dormir en el suelo si--"

"Oh no," dice Max exageradamente cuando Harry empieza a hablar. "No me tomes en cuenta. Ya tengo problemas de espalda. ¿Por qué no añadir unos cuantos más?"

"Eres un dramático," le dice Evelyn.

Él sonríe un poco, confirmando que sólo les estaba bromeando. "Uno de nosotros tiene que serlo. Es una norma entre hermanos."

Harry frunce el ceño, como si hubiera pensado que Max hablaba en serio sobre lo de dormir en el suelo. Evelyn se ríe por su expresión y le golpea el brazo. "No escuches nada de lo que Max diga. Es un idiota."

Max se encoge de hombros como si ya lo supiera y no le importaa.

Entonces llaman a la puerta, y una mujer entra con los brazos llenos de ropa. "Tomad. Aseguraos de que tenemos vuestras tallas."

Como Evelyn temía, es una fiesta normal cuando ve las telas lujosas en los brazos de la mujer. Se niega a ponerse otro vestido, pero no tiene derecho a discutir. Leo les está dando techo y comida, después de todo. Lo menos que puede hacer, supone, es aguantar otra fiesta de gala.

Después de que la mujer les asesore y se asegure de que tiene ropa para todos, se va y dice que pueden hablar con los guardias si algo va mal. Los niños son los primeros en buscar su ropa, emocionados.  No pudieron asistir a la fiesta de anoche.

"¿Crees que encontraré a una doncella encantadora?" pregunta Max en su peor intento de acento, alzando las cejas.

"Rezaré por su alma," contesta Evelyn.

Max le saca el dedo corazón cuando los niños se distraen.

Hay un biombo en una esquina de la habitación, para cambiarse. Maxie entra primero, saliendo con un vestido azul con brillo en la falda que llega hasta sus rodillas. Sonríe en el espejo, mirándose. Sasha es la siguiente en ponerse su vestido hasta la rodilla, aunque el suyo es morado. Ella y Maxie se miran en el espejo juntas, y Caroline pronto se une con un vestido rojo a juego con su pelo.

"¿Cómo va esto?" pregunta Robbie, cogiendo un traje. "¿Qué hago con esto?" señala la corbata.

Harry le ofrece ayuda, y Robbie se quita la camiseta en mitad de la habitación, sin importarle la privacidad lo que hace que Max y Evelyn se rían y las chicas gruñan, dándoles la espalda. Harry ayuda a Robbie a ponerse la camiseta, abotonándola fácilmente. Entonces le pone la chaqueta y le ata la corbata en el cuello. Robbie frunce el ceño, cogiéndola.

"Es incómoda," se queja.

"No tienes que llevarla," dice Evelyn.

"¡Pero tengo que estar bien vestido!"

Evelyn pone los ojos en blanco y se acerca a la pila de ropa mientras Harry termina de ayudar al niño.

"¿Crees que les molestará que vaya con mi camiseta sucia y los vaqueros rotos?" pregunta Max, señalándose.

"No creo que nos hayan traído ropa si querían que fueras así."

"Cierto. Es sólo que odio los trajes." Pero coge uno, como Robbie, sin importarle cambiarse en frente de todos.

Hombres.

Llaman otra vez a la puerta, pero sólo es la mujer de antes con zapatos. Los deja en el suelo y aprueba las elecciones de las chicas, entonces se va de nuevo. Corren por los zapatos, con emoción en sus ojos.

Harry se acerca a Evelyn. "¿Qué vas a ponerte?"

"No sé. Hay dos de mi talla." Coge un vestido negro en una mano y otro rojo oscuro en la otra. Los alza hasta su altura, alzando las cejas expectante.

Él frunce los labios pensando, y ella siente una oleada de calor cuando le examina el cuerpo antes de mirar los vestidos. Ella no puede evitar mirar sus labios cuando los mueve durante su consideración. Nunca había deseado a nadie tanto. Nunca había deseado a nadie en general.

"Me gusta el negro," dice Max. "Es más largo y nadie puede ver tu piel."

Le mira mal. "Dios, gracias. Puede que también me ponga una bolsa en la cabeza."

"No haría daño a nadie."

Evelyn deja los vestidos para agarrar una almohada y tirársela a la cabeza.

"¡Sólo daba mi opinión!" se queja después de que la almohada le golpee la mejilla. "No quieres que la gente se te quede mirando, ¿no? Un vestido rojo es como 'Oh, mira, wow, mira lo bien que me veo'."

"Bueno, ¿y si me gustara el rojo?"

"No necesito que me des lecciones de que puedes ponerte lo que quieras," dice Max. "Sólo estaba dando mi opinión."

"Una opinión muy protectora."

"Es lo mismo."

"¿Cuál te gusta?" pregunta Harry antes de que los hermanos sigan con su discusión.

Evelyn se encoge de hombros. "Los dos son muy bonitos. Me gusta el lazo del negro, pero me gusta el dorado que acentúa el rojo. Me gusta el largo del negro y el vuelo de la falda, pero, ¿y si hace calor? El rojo apenas sobrepasa mi rodilla."

Harry sonríe. "Creo que estoy de acuerdo con Max. Por diferentes motivos."

Evelyn alza una ceja, pero le dice que se lo pruebe y vea cómo le sienta. Se va detrás del biombo, rápidamente poniéndose el vestido. Pregunta a Maxie si puede ayudarla a subir la cremallera, figurándose que Max se incomodaría si se lo pidiera a Harry--o a él. Maxie lo hace con fusto, entonces asiente cuando Evelyn se gira.

"Es un vestido para dar vueltas," le dice Maxie. "Tienes que girar con él."

Evelyn se acerca al espejo, girando de un lado a otro. Admite que le gusta. No es demasiado pegado, pero tampoco demasiado suelto. El escote es bonito, pero no enseña mucho. Va a juego con su color de piel, especialmente con la línea plata bajo sus pechos y el lazo a su espalda. La falta está definitivamente hecha para girar, tiene brillos al final.

"Voy a cambiar de opinión," escucha a Max gruñir. "Deberíamos ponerte un saco."

Ella se gira para mirarle mal, quizás darle un gesto obsceno, pero se percata de Harry y la mirada que tiene. Como si la estuviera viendo por primera vez, pero tal sorpresa en su mirada es familiar. Sus mejillas se sonrojan por cómo la mira. Él finalmente se da cuenta de que le está mirando y se aclara la garganta, sonrojándose un poco. 

"Sí," dice. "Me gusta este."



☆☆☆☆



Novela original escrita en inglés por juliaxwrites

All the love, A.







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