Révisé de nuevo la dirección escrita en el trozo de papel antes de entrar en el establecimiento. "Peleas ilegales" pensé al momento. Sin embargo, eso no me importaba. Tenía que encontrar a alguien.

Siendo tan grande como es no me costó mucho.

- Hola - dije a su espalda.

- ¿__________? - se giró sorprendido - ¿Qué haces aquí?

- He venido a buscarte.

- ¿Ahora?

- Acabo de llegar. Se ve que el viaje en el tiempo no nos afectó a todos de la misma manera.

- Pensaba que... - empezó a decir.

- ¿Que te había abandonado? - pregunté terminado la frase por él.

- Sí. Nueva época, nueva vida. Yo....

- Te toca - le interrumpió un hombre señalando el ring.

- Tengo que irme. Ya hablaremos en.... en otro momento.

Cuando entró en el cuadrilátero dos opciones pasaron por mi mente. Podría quedarme y ver cómo acababa esto o irme. "Ha pasado demasiado tiempo" me dije "Y no pienso desperdiciar ni un momento más"

Cogí sitio en uno de los bancos. Los hombres me miraban mal y susurraban entre ellos que ese no era lugar para mujeres. Los ignoré.

Una campana avisó del inicio del combate. Los golpes de Luther eran rápidos y fuertes, parecía que ganaría hasta que me vio. Se distrajo al darse cuenta de que no me había ido y le dieron un buen puñetazo. A ese le siguieron otros y el chico acabó en el suelo.

Otro sonido de la campana indicó el final del combate. Entré en el ring cuando su contrincante salió y me arrodillé al lado de Luther.

- ¿Por qué no le has dado? Podrías haber ganado.

No me miró a la cara cuando respondió:

- No quería que me vieras así, no en lo que me he tenido que convertir.