—Estás totalmente demente.—

Exclamó con sorpresa mientras tomaba el celular del de ojos castaños. Jimin siempre quiso tomar clases con esos hombres que le parecían malditamente sexys, pero nunca se atrevió por pena.

—¡Tienes que llevarme contigo!.—

Reclamó el de ojos azules mientras se colgaba del brazo de su amigo. Tae lo miró con sarcasmo para después contestarle.

—Claro, déjame les aviso que irás...—

—¿Enserio?.—

—¡Por supuesto que no!. Jimin, si tanto quieres aprender a bailar, Momo puede darte clases.—

Jimin lo miró con sarcasmo para después sacar varias carcajadas. Dejó el brazo de su mejor amigo en paz y comenzó a caminar a su lado.

—Yo no necesito clases de esa chica. Yo puedo bailar incluso mejor que ella. Lo que quiero decir es que quiero conocerlos en persona... Y tal vez tocarles sus abdominales. ¿Viste lo bien que los tiene Jung? ¡Es un Dios!—

Tae rió ante el comportamiento de su amigo. Siguió caminando mientras cuidaba no encontrarse con Jennie, pues el día anterior le había mandado mensaje diciendo que no estaba bien lo que ella estaba haciendo y luego ignoró sus siguientes 10 mensajes. Simplemente no quería lidiar con ella abrazada a su brazo y pidiendo perdón todo el día.

—Jimin, yo también lo vi, y estaba igual que tú, pero tienes que aprender a calmar tus hormonas.—

—Con hombres como Jung habitando esta tierra, creo que será imposible...—

—Estás loco. —

Sorprendido con la rapidez con la que llegó la noche, Tae procedió a bañarse y cambiarse para poder ir a donde serían sus clases. Se colocó lo primero cómodo que vio, sin llegar a ser pijama. Cogió una camisa negra algo ancha y unos pantalones color mostaza. No se maquilló, pero sí se colocó algo de lip gloss transparente en los labios y peinó su cabello.

Bajó las escaleras y encontró a su madre mirando uno de sus dramas favoritos. Le dijo que iría a su clase de baile y que no tardaría mucho. Se despidieron con un beso en la mejilla y Tae procedió a llamar un radio taxi para que lo llevara a la universidad.

Tae caminaba por los extensos pasillos de su universidad mientras buscaba el salón 3, en el cual le darían sus clases. Nunca había estado por ahí, pues su área estaba tres pisos abajo y no tenía a ningún amigo que estuviera en esa área, además de Hoseok, pero no lo iba a visitar.
Todas las puertas estaban cerradas, a excepción de unas cuantas, en donde podía ver el interior.

Tenían paredes grises, adornadas solamente con algunas repisas de trofeos o diplomas, además de contar con un gran ventanal de tamaño de media pared y un gran espejo que abarcaba toda la extensión de la misma. Tenía pisos firmes de cemento o algún tapete. Muy lindo.

Al fin llegó a la dichosa clase 3, la cual tenía la puerta cerrada. Tae tragó en seco antes de abrir, pues quería prepararse mentalmente para poder hablar por primera vez con los gemelos.

—Eh, disculpen, yo... ¡Santa María Purísima! —

Ahí estaban, los gemelos Jeon, esperando por él detrás de esa pesada puerta gris. Jung traía una camisa suelta de color blanco que dejaba ver su musculoso cuello y parte de su clavícula, además de un pans del mismo color. Gguk, por otro lado, no llevaba nada por la parte de arriba, dejando ver todo su escultural cuerpo, mientras que traía los mismos pans de la sesión qué vio en TikTok.

—Te estábamos esperando... —

—Ansiábamos comenzar ya.—

Hablaron Jung y Gguk respectivamente.

TaeHyung tragó seco cuando vio fijamente a ambos hermanos. Estaba tan nervioso que la voz no le salía y las manos le sudaban. Esto era demasiado de lo que él merecía.