05. Hospital

Estaba completamente perdida, jodidamente perdida.

Me hallaba en una parte del bosque totalmente desconocida y no sabía cómo regresar a casa.

Durante toda la noche había llovido y la lluvia había borrado cualquier rastro de mí o de otra persona; no percibía ningún olor, solo el aroma a tierra mojada, árboles y algún que otro animal.

¡Ah! También estaba la sangre del ciervo que había cazado anoche y del que me había comido una gran parte. Lo bueno de ser híbrida es que la carne cruda no me hacía daño.

Lo siento, Bambi...

Suspiré de nuevo al encontrarme con el mismo árbol por quinta vez; parecía estar dando vueltas. Volví a suspirar y decidí caminar en línea recta para no confundirme. Después de unos minutos de caminata pude ver una casa.

Apenas me acerqué a la casa, corrí hacia ella y toqué el timbre, esperando que alguien respondiera. No pasaron ni cinco segundos cuando una mujer abrió la puerta con una gran sonrisa maternal.

Xx: Hola, buenos días. ¿Necesita algo?

Antes de que pudiera responder, notó mi ropa y frunció el ceño con preocupación.

Xx: Oh, cariño, ¿qué te pasó? Ven, entra, entra.

Me tomó del brazo y me llevó hacia dentro, guiándome hasta la cocina y haciéndome sentar en una silla.

Xx: Dios mío, ¿qué te sucedió? ¿Estás herida en alguna parte?

Samantha: —Miré mi camisa rasgada y manchada de sangre— No, estoy bien, es solo que...

Xx: —Me interrumpió de nuevo— Espera aquí, ya vuelvo.

La mujer salió casi corriendo y entró en una habitación.

Miré hacia las escaleras, preguntándome si sería una buena oportunidad para huir y correr hacia el bosque, pero antes de que pudiera hacer algo, la mujer regresó.

Xx: Toma, ten —Me entregó algo de ropa y una toalla— Ve y date una ducha.

Me tomó del brazo antes de que pudiera decir algo y me llevó al baño, dejándome sola después de explicar cómo funcionaba el agua caliente.

Samantha: ¿Qué diablos? —Susurré mientras observaba las cosas que me había dado— ¿Y si intenta violarme? —Me llevé una mano a la boca, preocupada, y luego sonreí— Pero seguro que lo disfrutaría.

Me di una ducha rápida y me puse la ropa que la mujer me había dado. Luego, agarré mi ropa rota y salí descalza del baño mientras me secaba el cabello.

Samantha: Disculpe, ¿Dónde puedo dejar esto? —Mostré mi ropa para que entendiera—

Xx: Dame la ropa, yo me encargo. —Agarró mi ropa y la metió en una bolsa, dejándola en la mesa frente a ella— Deberías tirarlas, ya no tienen arreglo.

Samantha: Sí. —Asentí y me rasqué el cuello— Ah, señorita, gracias por la ropa, pero ya debería irme...

Una alarma sonó y la mujer se dio media vuelta, agarró unos guantes para hornear y abrió el horno; un olor delicioso llegó a mí y no pude evitar tragar saliva.

Esme: Llámame Esme, cariño. —Se dio la vuelta, dejando ver una bandeja de galletas— ¿Te gustaría una galleta? —Sonrió—

Esta mujer es diabólica...

Emmett: Ya volvimos.

Se detuvieron al verme sentada en la silla de la cocina con una galleta y un vaso de leche ya vacío que dejé en la mesa.

Samantha: Hola, chicos. —Los saludé con la mano y mordí mi galleta—

Emmett: ¿Samantha, qué haces aquí?

Samantha: —Apunté con el pulgar a Esme— Me secuestró. —Me encogí de hombros sin mucha importancia—

Esme: ¿Tienes hambre? Si quieres, puedo prepararte algo antes de que te vayas.

Samantha: Muchas gracias, señorita Esme, pero no es necesario. —Agarré otra galleta y le sonreí— Ya debería irme ahora sí.

Me levanté de la silla y me dirigí a la salida justo cuando llegaron los demás por la ventana.

Emmett: Llegué primero. —Dijo con orgullo—

Rosalie: Solo te dejamos ganar para que no te quejaras... ¿Esas son galletas?

Esme: Sí, las preparé para nuestra invitada.

Jasper: ¿Invitada?

Alice: —Se rio— Samantha está aquí.

Rosalie: ¿Qué? ¡¿Por qué no me lo dijiste?!

Alguien corrió hacia mi dirección y rápidamente salí de la casa antes de que me vieran, y me puse a correr siguiendo el camino de piedra que me llevaría al pueblo...

━━━✧♡✧━━━✧♡✧━━━✧♡✧━━━

Llegué a casa minutos antes que mi padre, dándome tiempo para cambiarme para la escuela.

Bella y yo salimos de la casa, yo iba detrás de ella caminando con cuidado porque el piso estaba mojado y congelado.

Samantha: Cuidado.

Bella me ignoró y siguió caminando, arreglando un poco su cabello, hasta que se resbaló y la atrapé por detrás.

Samantha: Te dije que tuvieras cuidado.

Mi padre salió del auto de Bella y corrió hacia nosotras.

Charlie: ¿Estás bien? —Le preguntó a Bella y la ayudó a levantarse—

Bella: Sí, estoy bien. El hielo no ayuda a los torpes.

Samantha: Te dije que tuvieras cuidado.

Charlie: Sí, por eso hice que le cambiaran las llantas a la camioneta.

Samantha: Yo lo iba a hacer, pero se me olvidó. —Miré las llantas y con el pie revisé que estuvieran bien infladas— Las anteriores ya estaban muy desgastadas.

Charlie: —Asintió a lo que dije— Bien, volveré tarde para la cena. Voy a ir a Mason Country. Un animal mató a un guardia de seguridad del aserradero Grisham.

Bella: ¿Un animal?

Charlie: Ya no estás en Phoenix, Bella. —Abrió la puerta de su patrulla—

Samantha: Es normal que haya lobos, coyotes, uno que otro oso.

Charlie: Como sea, tengo que ir a ayudarlos.

Bella: Ten cuidado.

Charlie: Siempre.

Bella: Ah, y gracias por las llantas.

Charlie sonrió y asintió, luego entró en su patrulla mientras nosotras subíamos a la camioneta.

Samantha: Por cierto. —Me abroché el cinturón— Edward ya volvió.

Bella: ¿Cómo lo sabes? —Entrecerró los ojos y encendió el auto—

Samantha: —Sonreí y moví mis cejas de arriba abajo— Me lo dijo su madre.

No pude evitar reírme de la cara de Bella; primero se sorprendió y luego le dio asco al entender el doble sentido de lo que dije.

━━━✧♡✧━━━✧♡✧━━━✧♡✧━━━

Mi primera clase había terminado antes que la de Bella, así que la esperé en mi casillero.

Bella: Así que decidí vivir con mi papá por un tiempo.

Levanté la vista de mi teléfono al escuchar la voz de mi hermana. Ella venía platicando muy tranquilamente con Edward Cullen.

Edward: ¿Y ahora eres infeliz?

Se detuvieron frente al casillero de Bella.

Bella: No.

Edward: Lo lamento, pero... no puedo entenderte. Me es difícil leer tu mente.

¿Leer su mente? ¿Estaba drogado este chico? Ya sabía yo que ese pelo no era normal.

Bella: ¿Usas lentes de contacto?

Edward: No...

Abrí mis ojos como platos al escuchar la respuesta de Edward y rápidamente me acerqué a ellos.

Samantha: ¡Bella! ¿Te acompaño a tu siguiente clase?

Bella: Yo...

Antes de que pudiera responder, Edward se fue casi corriendo.

Samantha: ¿Eso es una cebolla? —Apunté a la cebolla que tenía en la mano—

Bella: Ah, sí, la gané en clase.

Samantha: ¿La podemos usar hoy para la cena?

Bella me ignoró y comenzó a meter sus cosas en su casillero.

━━━✧♡✧━━━✧♡✧━━━✧♡✧━━━

Salimos de la escuela y caminamos despacio hacia la camioneta de mi hermana.

Estaba cansada de evitar a las hermanas Cullen todo el maldito día. Si las veía, me daba media vuelta y corría hacia Angela, a quien no solté en todo el día, pegándome a ella como chicle.

Bella: ¿Te gusta Angela? Hoy no la soltaste ni para comer. —Dejó su mochila en el auto—

Samantha: Es linda, pero no es mi tipo.

Bella: ¿Desde cuándo tienes un tipo?

Desde que la vi...

Mi vista viajó de mi hermana a los Cullen, que nos veían desde sus autos. No pude evitar sonreír cuando Alice me saludó casi saltando de la emoción. Le devolví el saludo y luego saludé a Rosalie, quien fingió no verme y me dio la espalda.

Auch, dolió un poco, pero me lo merecía por evitarla.

Samantha: ¿Quieres pizza para cenar?

Bella: Ah, sí, está bien. —Dejó de ver a Edward y se puso sus audífonos para ignorarme y revisar su mochila—

Samantha: Qué mal educada. —Murmuré y me puse a ver mi teléfono—

Un fuerte claxon me hizo levantar la vista, viendo una camioneta a punto de estrellarse contra nosotras. Sin pensarlo, agarré a Bella y la cargué, dando un buen salto y cayendo en el techo de la camioneta.

Samantha: Mierda... —Suspiré—

Casi no la cuento.

Vi a Edward mirarme sorprendido desde el piso entre la camioneta de Taylor y la de mi hermana, él había detenido el impacto, dejando solo una abolladura en los autos

Sentí a mi hermana temblar en mis brazos y su vista no se movía de Edward; ella parecía estar en shock.

Samantha: Vete... —Le gruñí a Edward—

Él al fin se dio cuenta de lo que pasaba y se fue con sus hermanos, que veían todo preocupados.

Bella: Samantha, tú...

Samantha: —La interrumpí— Estarás bien, no te preocupes.

Aun con Bella en mis brazos, di un pequeño salto y caí al piso.

Todo el mundo nos comenzó a rodear.

Angela: ¿Dios, están bien?

Samantha: Sí.

Dejé a Bella en el suelo, pero mantuve un brazo alrededor de su cintura porque aún temblaba.

Mike: ¡Una ambulancia!

Samantha: No es necesario.

Me ignoraron y siguieron pidiendo una ambulancia. Tayler bajó de su auto con sangre en su frente.

Samantha: Tayler, siéntate. —Con mi brazo libre lo ayudé a sentarse en el suelo—

Tayler: Yo... chicas, lo siento tanto.

Samantha: —Negué— No fue tu culpa, perdiste el control por el hielo.

Una ambulancia llegó y nos llevó a los tres al hospital más cercano, metiéndonos en una habitación y comenzando a revisar nuestros signos vitales.

Charlie: ¿Están bien, chicas?

Samantha: Estamos bien.

Charlie: —Apuntó a Tayler— Tú y yo vamos a hablar.

Samantha: Estamos bien, papá, solo fue el susto.

Tayler: Lo siento, chicas. Intenté detenerme.

Bella: Lo sé, y está bien.

Charlie: Claro que no está bien.

Bella: Papá, no fue su culpa.

Charlie: Pudo haberlas matado. ¿Entiendes?

Bella: Sí, pero no lo hizo.

Charlie: Ya puedes olvidarte de tu licencia.

Samantha: Papá, es suficiente.

La puerta de la habitación se abrió y un hombre rubio más pálido que yo entró.

Dr. Cullen: Escuché que las gemelas del jefe están aquí.

Charlie: Oh, Dr. Cullen.

Dr. Cullen: Charlie. —Se acercó a la enfermera— Yo me encargo.

La enfermera sonrió y le entregó el portapapeles al Dr. Cullen.

Dr. Cullen: Isabella.

Bella: Solo Bella.

Dr. Cullen: Bueno, Bella, parece que sufriste un buen susto. ¿Cómo te sientes?

Bella: Bien.

Dr. Cullen: Mira aquí. —Levantó su dedo y miró sus ojos con una pequeña linterna— Puede que experimentes un poco de ansiedad o desorientación, pero tus signos vitales están bien. —Guardó la lámpara y miró a mi padre— No hay señal de algún trauma. Creo que estará bien.

Tayler: Lo siento muchísimo, Bella.

Cerré la cortina para que Tayler dejara de disculparse.

Bella: Hubiera muerto si no fuera por Samantha.

Samantha: —Fruncí mi ceño y abrí la boca sorprendida— No es cierto.

Maldición, Bella, ahora todos me veían preocupados.

Samantha: Edward también estuvo ahí.

Lo siento, Edward, después te compraré un gel como disculpas.

Charlie: ¿Edward? ¿Tu muchacho?

Samantha: Sí, su hijo, Edward Cullen.

Dr. Cullen: Parece que tuvieron mucha suerte.

El Dr. Cullen terminó de revisar a mi hermana y nos dejó ir.

Charlie: Tengo que firmar unos papeles. —Se acomodó nuestras mochilas en su hombro— Deberían llamar a su madre.

Samantha: ¿Por qué se lo dijiste?

Charlie: Es tu madre.

Bella: Ella debe estar histérica.

Un olor dulce e irreconocible llegó a mi nariz y lo seguí sin pensarlo, Bella venía detrás de mí viendo su teléfono.

Edward: ¿Qué querías que hiciera? Pensé que iban a morir.

Detuve a Bella y le hice una señal para que se quedara en silencio.

Rosalie: Esto no se trata solo de ti. Nos pones en peligro a todos.

Edward: Si no lo hacía yo, lo habrías hecho tú por Samantha.

Al escuchar mi nombre, al fin salí de mi escondite, dejando que Bella viera lo que pasaba.

Dr. Cullen: Será mejor que hablemos en mi oficina...

Los tres Cullen nos miraron al mismo tiempo, como si fuera una película de terror.

Bella: ¿Puedo hablar contigo? —Le preguntó a Edward—

El Dr. Cullen se llevó a Rosalie. Edward se acercó, y cuando estuvo frente a mi hermana, ella me hizo un gesto para que me fuera.

Caminé por el pasillo, mirando al suelo. Sin darme cuenta, me encontraba siguiendo a Rosalie.

Rosalie: Puedes detenerte. —Se cruzó de brazos y frunció el ceño, manteniendo su distancia—

Que sexy es, me preguntó cómo se vería si...

Samantha: —Aclaro mi garganta y me rasco el cuello, incómoda— Quería disculparme por lo que pasó la otra vez.

Pude ver cómo sus manos apretaban más fuerte sus brazos.

Samantha: Lo siento si te lastimé... Espero que no pienses que soy una loca... O peor, un monstruo que no sabe controlarse. —Me di la vuelta y comence a caminar—

Rosalie: Espera... —Susurro—

Me detengo y me doy la vuelta para verla, pero ella evita mi mirada.

Rosalie: Yo... yo no creo que seas un monstruo.

Samantha: —Sonrío y asiento— Hasta luego, Rosalie.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top