03. Who is that woman?
. . .
Bajó las escaleras en completo silencio, intentando no llamar la atención de nadie.
Hace poco había cumplido siete años, era probablemente el niño más pequeño en esa casa.
Y decía probablemente debido a que no sabía cuántos secretos más le escondieron.
Miraba a su alrededor, y se daba cuenta que había algo que no cuadraba. Sentía que sus padres escondían más de lo que él le gustaría, y quería averiguar una de esas cosas.
¿Quién es esa mujer?
Miró por entre los barandales de las escaleras, mientras sus padres estaban en la cocina. Permaneció ahí, para verlos a lo lejos.
Su padre Byron estaba lavando los trastes, mientras que Edgar estaba sentado en una silla, descansando...
—... Otra vez se metió a mi oficina a revisar.
Exclamó el mayor mientras tallaba repetidamente un plato. Sus manos extrañamente temblaban.
El agua que escurría apenas lo podía dejar oír que fue lo siguiente que dijo, pero no tardó más en cerrar la llave y dejar el plato a escurrir. Secó sus manos con una extraña rapidez, y volvió a desdoblar sus mangas.
Se escondió un poco más cuando se dió la vuelta para ver a su marido.
—¿Cuándo crees que deberíamos decírselo? Digo, si es que no lo sabe ya.
Edgar desvió la mirada, se veía molesto. Puso las manos sobre la mesa y las usó para esconderse de la fría mirada de Byron.
No hubo respuesta. Gregory necesitaba respuestas.
—Edgar. Entiendo que no quieras que se entere de ella aún, pero a este punto ya desobedeció las reglas de no entrar a mi oficina, ya debió haber encontrado algo.
La foto de esa mujer. La que no tuvo tiempo de ver con detención.
Frunció el seño, por mero instinto casi sisea como una serpiente cazando a su presa.
—¡Es que es más complicado que eso! Es un niño, aunque sea el más inteligente del mundo, sigue siendo un ser inocente...
Susurró, aún escondido entre sus brazos.
—Está desesperado por respuestas cuando en la escuela le dijeron que no era normal, y que debía tener una madre biológica en algún lado... Ahora está desesperado por saber...
El otro se cruzó de brazos, mientras juzgaba en silencio la respuesta de su esposo.
—Solo... No quiero hacerlo sentir mal y hacerlo llorar...
Pero Byron solo frunció el seño y soltó un quejido.
—¿No es que no quieres sentirte mal tú?
Toda la casa cayó en silencio.
Edgar no respondió ante aquella declaración, y tras pasados unos segundos de incómodo silencio, se levantó... Casi azotando las manos contra la mesa.
El mayor no tardó en rodar los ojos e intentar acercarse al otro para abrazarlo, pero la respuesta del menor solo fue alejarse de golpe y caminar a paso veloz a la entrada de la casa, para salir abruptamente.
Gregory entonces supo que debía retroceder, pues ahora la atención de su padre estaba centrada en la entrada, y por consiguiente, las escaleras.
Se echó para atrás, y corrió silenciosamente a su habitación.
Tal vez estaba causando muchos problemas, ¿verdad?
. . .
La tenue luz de la luna apenas entraba por las blancas cortinas de la ventana. Sus padres creían que ya estaba dormido, pero era la una de la mañana y no podía cerrar los ojos.
Se sentó en su cama y miró al rededor. Todos sus postes, juguetes, absolutamente todo.
... ¿Cómo sería tener una mamá?
Se levantó, y puso sus pantuflas de osos en sus pies.
Se acercó al reproductor de música que tenía al lado y, tras bajarle el volúmen, se dispuso a darle play al disco que tenía ahí desde hace unos días.
Había estado extrañamente adicto a la música de My Chemical Romance. Por un momento creyó que era herencia familiar cuando escuchó a su papá Edgar hablar acerca de su abuelo, quien aparentemente fue fan de ellos en los 2000.
Eso era un problema, pues si la banda fue activa en esos años, eso quería decir que ya nunca volverían a juntarse, ¿cierto? Después de todo ya habían pasado treinta años desde entonces.
Pero lo de la herencia le pareció una idiotez cuando le dijeron en la escuela que si o sí debió haber nacido de un hombre y una mujer, ya que era biológicamente imposible que dos hombres cis pudieran tener un hijo.
Miró entonces sus pantuflas, con temática de su videojuego de terror favorito, y recordó que su época de oro fue en 2014. De nuevo, había llegado quince años tarde.
Y mientras pensaba, siguió mirando a su alrededor. Todas las cosas que le gustaban, y casi cada una de ellas ya no estaban activas en la actualidad.
"Nací en la época equivocada".
Se sentó en el suelo, recargando la espalda en su mueble al lado de la cama, y se detuvo a pensar.
Su padre Byron ya era un hombre grande, pudo haberlo tenido años antes, ¿no? Tal vez no hubiera llegado tan tarde si no hubiese esperado a su papá Edgar... Quién era mucho más joven que él.
¿Por qué tuvo que esperar a casarse con un hombre para tenerlo? Hubiera sido mejor siquiera haber nacido mínimo al rededor de 2010.
Gruñó.
Hubiera sido mejor si hubiera nacido de un papá y una mamá... Que no se llevarán veinte años de diferencia, y que hubieran decidido tenerlo desde antes.
Y entre más pensaba, más curiosidad sentía.
Soltó otro siseo por mero instinto, mientras se reproducía su banda favorita de fondo.
No sabía si tenía el ADN de su padre Byron o su papá Edgar... O de quién era la otra parte de ADN.
Miró la puerta.
¿No estaría mal si intentaba de nuevo, verdad?
Se levantó, bajo el volumen de la música que se oía desde hace ya varios minutos, y una vez estuvo casi al mínimo, se aproximó a la puerta.
Tomó la perilla, y la abrió con extremo cuidado... Antes de salir revisó el pasillo cuidadosamente, conocía a sus padres y sabía que de repente se levantaban sin razón aparente. A veces los oía llorar en la noche.
Una vez confirmó que no había nadie por ahí, se aventuró a salir...
Y era la primera vez que estaba despierto tan hasta tarde, y era la primera vez que desobedecía la orden de no salir del cuarto por la noche.
Se sentía... Extraño.
Rompiendo una regla... Miró a su alrededor. ¿Para qué mentir? Se sentía extrañamente bien.
Como una sensación de libertad, quebrando el sistema que tenía autoridad sobre él.
Caminó.
Aunque se trataba de solo un niño de siete años rompiendo la regla de no salir del cuarto por la noche, aún así era una experiencia nueva para él.
Se sentía rebelde, como las canciones que Gerard escribía.
Una vez su camino llegó hasta la habitación de sus padres, se asomó de a poco a este mismo. No habían cerrado bien la puerta, estaba entrecerrados. Se asomó de a poco...
Sintió temor cuando vio a su padre Byron sentado en la cama, viendo el dirección al armario.
Se veía preocupado, y Greg entendía porqué.
Suponía que era porque Edgar no estaba en cama, pero tampoco entendía porqué era así y porque su padre miraba al armario.
Se alejó. Seguro habían peleado y en ese momento intentaban reconciliarse. Podría aprovechar para ir rápido a la oficina de su padre y revisar lo más que pueda el lugar.
No tardó mucho en llegar a la oficina que estaba al fondo del pasillo de las habitaciones. La puerta estaba cerrada pero con suerte no con llave, Gregory pensó en lo bobo que fue su padre Byron para no haberlo hecho, si sabía que él estaba suelto por ahí.
Abrió la puerta silenciosamente, entrando a ese muy cálido pero oscuro lugar. Vio a su alrededor. Había una chimenea falsa prendida aún, habían sofas grandes y estantes con muchos libros. Archiveros, un escritorio con muchos materiales que Greg podría usar para dibujar.
Se le tenía estrictamente prohibido entrar ahí, y nunca había visto con detalle. La última vez que estuvo ahí solo pudo ver de reojo pues su padre llegó justo cuando empezó a buscar.
Ahora tenía todo el tiempo que quisiera, ¿cierto?
Se subió a la enorme y cómoda silla frente al escritorio y prendió la lámpara para iluminar el área de trabajo.
Abrió uno de los cajones. Ahí es donde se encontraba la mayoría de cosas que lo habían hecho cuestionarse desde antes. Así, comenzó a hurgar.
Hurgando y revisando. Gregory se sentía como un agente secreto en ese preciso momento.
Habían fotos viejas, al igual que nuevas. Algunas de ellas eran de él cuando era bebé, y algunas otras eran de su padre Byron con una niña rubia de paseo.
También pudo encontrar fotos de sus dos padres juntos, al lado de una chica de cabello blanco.
Algunas de las fotos más viejas tenían a su padre al lado de otra mujer de cabello blanco, mostrando el dedo de en medio mientras que Byron, viéndose más joven, sonreía ante la cámara.
Encontró entre las fotos dos en particular...
Su padre Byron de joven, al lado de una chica albina, una mujer adulta de cabello color naranja fresa usando un precioso vestido rojo, y un hombre.
Al hombre no fue capaz de verle la cara, pues había sido rayada por un bolígrafo azul que... De alguna forma reconocía muy bien.
En los papeles que sus padres tenían que firmar, su padre Byron siempre lo hacía con bolígrafo azul...
La otra foto era más sencilla. Vio en ella un adolescente con el cabello cubriéndole la mitad del rostro, y una bufanda vieja de rayas. A muy duras penas pudo teorizar que era su papá Edgar, pues no lograba conectar a ese adolescente con su papá de ninguna manera. Se veía muy molesto.
A su lado estaba una mujer de pelo oscuro sonriendo, aunque se veía extremadamente demacrada. La mujer tenía una corona de flores.
Y por otro lado, el aparente padre de familia, era un hombre de cabello grisáceo con muchas canas, estaba despeinado y se veía igual de demacrado que la mujer.
Volteó ambas fotos para saber si tenía información valiosa.
En la foto de la familia demacrada venía escrito "Familia Cottsweld". Reconocía ese apellido, no era vergüenza para su padre el hablar sobre su apellido de soltero, aunque ahora le entraba la duda como decidieron usar el apellido de su padre...
Abajo del todo estaba en letra pequeña... "¿Dónde está Ada?"
La otra foto de la familia millonaria venía escrito "Familia Starr..." Y ese no era el apellido de su papá...
Se supone que venía a averiguar sobre su madre biológica... Y estaba descubriendo más cosas que no estaban en sus planes.
Volteó a ver los papeles de su padre, volvería al tema de la mujer después. Tal vez averigüe algo por ahí.
Se dispuso a buscar entre esos papeles, libros y todo. Encontró en algunos de estos la palabra "Starr", estrella con dos erres. No entendía nada pues no había información que revelara nada.
Tampoco entendía los propósitos de esos papeles, su cabeza infantil superdotada no era lo suficientemente avanzada para comprender eso.
Dejó los papeles de lado. Buscaría después.
Y fue entonces cuando vio la foto de tres personas a la completa luz de la lámpara de escritorio.
Una foto que él no había dejado ahí...
Eran sus padres, al lado de una mujer con cabello rizado. Era de piel morena clara, con ojos cafés y una sonrisa encantadora. Llevaba un vestido de flores.
... Sería... ¿Ella?
—¿Es eso lo que buscabas?
Dió un salto del susto, y volteó a ver en completo pánico hacia atrás.
Su padre Byron había puesto la foto ahí... Mientras lo miraba con furia en la sombra de sus ojos...
. . .
Buenos días!
Solo pasaba a pasear para especificar un par de cosas antes de continuar con este fanfic.
1- Los años en los que sucede este fic son al rededor de los 2030, después de 2021.
2- Esto es así debido a que todo esto ocurre después de Rooms, Anxiety and Silence.
3- Además, la historia de los padres de Edgar y Byron es la misma que la de Learning From the Bullet, pero adaptada al universo original de RAAS.
Y para finalizar;
4- Este fic es un especie de "collab" con SeaRaccoon donde hacemos la historia de nuestros fanchilds juntos, pero desde perspectivas diferentes.
Si te interesa, acaba de postear el primer capítulo, y sus fanchilds son Cici y Dimitri (hijos del Mortis x Bibi) y Chris (hijo del Piper x Rico, de alguna forma).
Aparecerá información de Gregory por allá, que probablemente no ponga acá. Así que... Espero que le vayan a dar mucho amor y apoyo, díganle hola de mi parte<3
Eso, besos.
Gracias, los amo<3
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