the train of life
a dylan o'brien one - shot
(solongsherwood 2025)
alessi rose as eva
dylan o'brien as himself
Todos los días, la gente cree que el viaje en el subterráneo o en el transporte es la parte más aburrida de ir a un lugar.
Para Eva no era así, todas las mañanas disfrutaba de admirar a toda la gente que se subía, siempre era diferente, excepto algunos cuantos. Entre ellos, había uno que siempre, a la hora que Eva tomara el subterráneo, siempre lo encontraba ahí.
Y tal vez él era la persona más misteriosa de todos, a pesar de ser a quien más veía. No era como la chica que siempre traía un libro diferente, muy aclamado en su mayoría, tampoco era la estudiante que todas las mañanas repasaba todas sus lecciones, o la pareja de novios que iban juntos siempre al colegio. De él no sabía nada.
Todo cambiaría una mañana, cuando Eva se quedó dormida por accidente, y se pasó de su destino, sin ver a ninguna de las personas que ubicaba
—Rayos... —la joven de cabello rojizos pronunció entre dientes. Giró, observando a todos los que estaban ahí, y justo a su lado, estaba ese misterioso chico
—¿Se le ha pasado el camino? —Por primera vez, había escuchado la voz del joven, tal como la había imaginado, le transmitía confianza al instante
—Si, debí haber bajado hace mucho —Eva musitó, mirando un tanto desesperada la hora que marcaba su teléfono
—¿A dónde ibas?
—Al parque, iba a hacer un trabajo de fotografía en el acuario del centro, está cerca de donde trabajo —Eva contestó con una ligera mueca
—¿Puedo hacerte una sugerencia? —La chica asintió— Mire, señorita, ¿Alguna vez ha llegado al final del camino?
—Jamás, no tengo por qué hacerlo
—¿Y dónde quedó el experimentar? ¿Romper la rutina?
—¿Me lo dice alguien que siempre está aquí todos los días como yo? Un completo extraño, cabe aclarar —La chica negó ante el comentario del chico
—Tienes un punto, pero no sabes todo, todos los días bajo en un lugar diferente, ya sea porque decido caminar al trabajo o porque tengo el día libre para explorar, eso, me da la posibilidad de romper la rutina y siempre hacer algo diferente. Además, todos los días encuentro algo nuevo —El chico sonrió plenamente, recargándose en el asiento— ¿Qué tiene que ver contigo? Bueno, ya te pasaste, pero, si confías en mí, te enseñaré algo mucho mejor que a dónde ibas
—¿Y tu trabajo?
—Puedo tomarme el día libre, no te preocupes, mi hermano es mi jefe, y está acostumbrado a que a veces no llegue, no me dice nada porque siempre que vuelvo traigo una idea perfecta para el negocio, una pequeña cafetería —explicó el chico, sonriendo mientras esperaba una respuesta
—¿Porqué iría con alguien del que ni siquiera se su nombre?
—Claro, déjame presentarme, soy Dylan —extendío su mano hacia la chica
—Un gusto Dyl, soy Eva —la chica con una gran sonrisa, correspondió y estrecho la mano del joven— Bien, confiaré en ti, solo porque prefiero hacerte responsable si me pierdo y no perderme yo sola
Ambos soltaron una risa
—Bien, bien, entiendo —El chico se asomó por la ventana notando que estaban cerca de la estación— Este es nuestro destino, Eva
Ambos se levantaron, primero Dylan, seguido de la joven, quien estaba intrigada ante aquel chico extraño que, después de tanto tiempo, le hablaba como si la conociera de toda la vida.
Salieron y caminaron recorriendo parte de la estación de aquel subterráneo, con gente corriendo, y un ajetreo que Eva jamás había visto en su vida
—Se nota que no vienes seguido a la gran ciudad, ¿verdad? —Dyl le abría paso entre toda la gente, acercándose a la salida
—No, solo un par de veces cuando era niña. Siempre estuve acostumbrada a que todo lo que necesitaba estaba en la provincia
—No te lo negaré, alguna vez fui como tú: un chico provinciano. Pero hay gente como yo, que no todo lo que necesita esta en la provincia. Como mi hermano, que está peleado con mis papás, y el trabajo es la única forma de verlo —Ambos subían las escaleras, saliendo de aquel subterráneo.
—No tenía idea...
—A veces de eso se trata la vida, no te preocupes, provinciana —Dyl sonrió restándole importancia, justo cuando la luz del día comenzó a bañarlos mientras salían— ¡Bienvenida a la ciudad, Eva! —Miles de edificios adornaban la gran ciudad, y algunos árboles adornaban bellamente las estructuras.
—¡Wow! —Eva sacó su cámara de su mochilas y tomó algunas fotos.
—¿Puedo preguntar en qué trabajas?
—Tengo mi propio portal de noticias —Eva comentó con una sonrisa— informo sobre cosas que creo que deberían llegar a la provincia.
—Con más razón deberías estar aquí, darles un lugar que visitar me parece algo perfecto, creo yo —Ambos empezaron a recorrer las calles de aquel lugar. La plática surgió con naturalidad y la química era innegable. Parecían que se conocían desde hace años; y tal vez si, con cada mañana en el subterráneo
—¿Cuál es tu gran sueño? —Eva preguntó con curiosidad mientras ambos comían un helado en las columpios de un parque.
—Irme de aquí, siempre ha sido mi gran sueño, por eso siempre me gusta estar en un lugar diferente. Mi hermano no se opone de que a veces este del otro lado de la ciudad, el dice que me aprisiona demasiado cuando mi sueño está en otro lado, y ya he visto que varias veces ha mandado cartas de trabajos a otras ciudades que rechazan —Dyl hizo una pausa para comer un poco de helado— La única que no, fue una que mande yo hace unos días para trabajar en las investigaciones marítima. De hecho, lo encontré en el acuario que visitaremos
—Tal vez por eso ninguna de las otras cartas fueron aceptadas. Esperaban tu momento —Eva contestó con esperanza — las cosas pasan o no por algo —la chica colocó su mano sobre la pierna del joven como gesto de consuelo.
El resto del día, fue lo que se podía esperar: ambos divirtiéndose y conociendo la ciudad. Además de la parada en el acuario, por supuesto, donde Dylan mostraba saber sobre las especies, siendo de apoyo para Eva en su investigación
—Hablamos mucho de mi, ¿Qué hay de ti? ¿Qué aspiras con esta página y tú grande sueño? —Dylan preguntó mientras paseaban en el acuario
—Quiero convertirme en escritora, contar historias increíbles o relatos que le ayuden a la gente a crecer. Encontré la oportunidad de hacerlo en el periódico de mi vecindario, aparte tengo un blog en internet, un poco más allá de las noticias del día a día —Eva hizo pequeñas pausas para tomar fotos.
—¿Y no intentaste buscar alguna editorial por aquí?
—No, creo que te darás cuenta que no conozco nada de la vida en la ciudad. Así que, me limito al pequeño alcance que pueda tener yo —Eva giró para sonreírle al joven— Y soy feliz, así que, no veo para que salir de la zona donde me siento en paz
Para cuando la noche empezó a asomarse, con los últimos rayos de luz en el atardecer, ambos regresaban a la estación
—Tengo que ir con mi hermano, así que está vez no te acompañaré, ya sabes, nos vemos mañana en el mismo lugar de siempre, Eva —Ambos sonrieron ampliamente al despedirse. La joven de cabello rojizo abordó el subterráneo, viendo al chico alejarse entre la multitud.
A la mañana siguiente, todo parecía un sueño. Seguía pareciendo imposible que por fin se habían cruzado sus caminos. Pero el sueño se convirtió en algo aún más imposible cuando aquella mañana, al subir al subterráneo, no encontró rastro de Dyl. Como si fuera un fantasma que se había esfumado
Aquel día, Eva decidió regresar a la ciudad, y la diferencia era gigantesca a comparación del día anterior. Sus pasos eran inseguros y algo lentos; aun con el radiante sol, Eva sentía que todo se había llenado de oscuras nubes.
Se detuvo en la primera cafetería que encontró. Ordenó un café ante una cara sumamente dulce y extrañamente familiar. Tal vez era el lugar más desolado de la ciudad, y aún así, era sumamente acogedor
—¿Dylan? ¿Qué tal el vuelo? —El chico que atendía a Eva hablaba por teléfono detrás del mostrador. Aquel nombre cayó como un balde de agua fría. Eva analizo su ambiente: estaba en una cafetería y el dueño hablaba con un joven de nombre Dylan. Al alzar la vista, la joven de cabello rojizo notaba que había fotos del extraño que estuvo con ella el día de ayer: estaba en la cafetería de su hermano—Temía que no alcanzarás el vuelo, todo fue tan de repente, me alegro que vayas persigas tu sueño, mucha suerte hermanito
Eva tuvo que mirar la mesa, fingiendo analizar el detalle de la madera; para procesar lo que acababa de descubrir. Así tan rápido como Dyl estuvo en sus manos, así tan rápido también se fue. Era demasiado tarde para siquiera alcanzarlo
"Querido lector:
La lección del día de hoy es: las personas entran a tu vida solo en el momento que lo necesitas, no para más o menos.
Pero no por eso hay que dejar de lado los hechos y las aventuras que abrazaron el corazón. Al contrario, hay que recibirlas con los brazos abiertos y atesorar esos pequeños momentos para siempre; algún día, nos ayudarán en nuestra vida, y recordaremos siempre a quien nos lo enseño.
Esa es mi historia, conocí a una persona y sin saberlo, sería la única interacción que nuestras almas tendrían. Tal vez así estuvo escrito, estabamos destinados a ser extraños en el tren de la vida, que su parada es diferente. No niego la posibilidad de que los caminos se vuelvan a cruzar, pero ninguno volverá a ser la persona de aquel encuentro. Nuestras realidades cambiarían para siempre.
O tal vez, el tiempo se encargará de borrar los rostros de los recuerdos del otro, podríamos encontrarnos en la calle y ni siquiera recordar que alguna vez, fuimos confidentes del otro.
Esa gente pasajera a eso viene, a romper la rutina y enseñarte cosas nuevas, cambiar la más mínima cosita puede ser lo mejor, hasta perderte en el subterráneo puede ser lo mejor. No desperdicies ningún momento por el miedo a que todo sea pasajero, porque todo lo es.
Espero que estas palabras les ayuden tanto como lo que aprendí me ayudó a mi.
Atentamente, una aspirante a escritora"
El tiempo se encargaría de que aquel recuerdo jamás se borrará, todos los días de los siguientes cinco años, ese día siempre aparecía de una forma u otra en los recuerdos del otro, tal vez no recordaban con certeza a aquella persona, pero siempre llegaba ese pequeño chispazo que encendía su corazón.
Ambos crecieron y lograron sus sueños. La publicación de Eva se volvió viral y muy pronto muchas editoriales le ofrecieron un lugar. Poco tiempo después ella público su primer libro, claramente, se volvió la sensación.
Dylan, adoraba su nuevo trabajo, descubriendo nuevas cosas sobre la vida del mar, siempre viajaba a un lugar diferente para hacer investigaciones.
Ambos viajaban con giras e investigaciones, y siempre uno descubría que el otro estuvo poco antes. A veces podían encontrar "joven escritora visita el pueblo" "defensor de los animales acuáticos visita acuario" pero jamás se cruzaban sus caminos.
Un día, Dylan entró a una biblioteca para consultar libros sobre algunas especies de la zona. Desde que entro, notaba que había una gran cantidad de personas, pero no le dio mucha importancia, hasta que escuchó a la escritora en el meeting literario.
Aquella voz rápidamente lo hizo recordar sus días cuando trabajaba en la cafetería, así que se giró rápidamente para ver a la chica dueña de aquella voz, su corazón latía a toda velocidad. En una tarima se encontraba una chica con el cabello entintado de rojo, Dylan sabía que solo se podía tratar de una persona: Eva.
Eva bajaba de la tarima despidiéndose del público. Mientras caminaba hacia la salida, firmaba algunos libros de los fanáticos, y entre el público, lo vio a el, y fue entonces cuando todo se detuvo.
La mirada de Eva se cruzó con la de Dylan, y ambos sabían que a partir de aquel momento, jamás se apartarían del otro.
allie's note:
HOLIII, bueno, esta pequeño relato lo realicé con motivo de la dinámica del amigo invisible de labyrinthgirlie, en mi caso, mi pequeño regalo es para deadpoetsouls, Eva, espero que te guste 😊
Aunque fuera algo realizado para una dinámica, debo decir que me divertí demasiado escribiendola, ame escribir este relato, así que espero que todo el que lo lea lo disfrute tanto como yo ♡
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