Capitulo 03

Sus ojos brillaban mientras miraba atento a la pequeña criatura frente a él, Yoongi siempre se ha considerado alguien demasiado curioso, no puede evitar querer ver y tocar algunas cosas por mucho tiempo, claro que esa excesiva curiosidad le traía problemas, inclusive no pudo evitar recordar la vez en que por accidente había agarrado una planta venenosa, sus manos habían sufrido mucho teniéndolas repletas de pequeñas ronchas que no dejaban de provocarle una comezón infernal, o como ahora que había pagado las consecuencias al acercar su mano hacia ese pequeño cachorro de tigre.

Miro su herida, no era severa, fue un rasguño, el movimiento del animal había sido tan certero y sorpresivo que apenas y pudo reaccionar para quitar su brazo a tiempo, soltó un pequeño suspiro y miro de nuevo al pequeño tigre que parecía haber disfrutado del pequeño trozo de carne que le proporciono.

—Estabas muy hambriento ¿verdad? —pregunto Yoongi, sabiendo que no obtendría respuesta, las orejas del tigre blanco se movieron ligeramente, estaba prestándole atención—. Te has infiltrado con facilidad, ¿cómo lo hiciste?

El tigre dejo en paz el suave pasto, su lengua limpio parte de sus bigotes y su hocico para después levantar la mirada, sus ojos no tardaron en enfocar a ese niño frente a él, Jimin en verdad si se encontraba hambriento, hace ya casi dos semanas que su madre ya no estaba con él, y su plan había sido en todo ese tiempo ir en búsqueda de quien le arrebato lo que más amaba en ese mundo, y por supuesto pagarle con la misma moneda, el aroma de ese niño era muy similar al de la persona que mando a matar su querida progenitora y no le agradaba.

Un pequeño gruñido escapo de su garganta sin que él pudiera evitarlo y Yoongi sonrió levemente, no estaba asustado, es un cachorro, y aunque era consciente de que esa pequeña criatura podría rasguñarlo e inclusive morderlo, no estaba asustado.

Yoongi soltó un pequeño suspiro y miro por breves segundos por sobre su hombro, percatándose de la calidez de su hogar, la noche era especialmente fría.

—Parece que la noche terminará siendo más fría —volvió su mirada hacia el felino—, ¿quieres entrar?

Jimin dejo de gruñir al escuchar su propuesta, ¿acaso ese niño no comprendía? Jimin no estaba allí para ser su amigo, estaba allí para matarlo, para vengarse, pero ese niño parecía estar totalmente seguro de que no le haría nada, era extraño.

—Podrás estar en mi habitación, te sentirás más cómodo.

El tigre lo miraba a los ojos con intensidad, a pesar de que ese felino era sumamente adorable a sus ojos, Yoongi consideraba que esa mirada suya no lo era del todo, había algo en esos especiales ojos azules que le causaba un enorme escalofrío en todo su ser, era intimidante, profunda y llena de intriga.

—Me pregunto si Seokjin permitirá que seas mi mascota —Jimin instintivamente volvió a gruñir ante esas palabras, él no era ninguna clase de mascota, y mucho menos para un humano común y corriente—, t-tranquilo, yo...

Antes de que Yoongi pudiera decir algo más, frente a él, aquel pequeño felino de rayas negras comenzó a transformarse, poco a poco, los bigotes desaparecían al igual que el hermoso y sedoso pelaje que cubría todo su cuerpo, el tamaño del animal incremento un poco más, casi tomando el mismo tamaño que él, las patas se convirtieron en piernas y brazos, y el rostro del felino poco a poco tomo forma humana. Los ojos de Yoongi se abrieron en demasía al ver como aquel tigre de hermoso pelaje blanco se transformaba frente a él en un humano, pudo percatarse que lo único que no desapareció fueron aquellas orejas y esa larga cola que se movía delicadamente de un lado a otro con fastidio.

—¿Qué te hace pensar que seré tu mascota, humano tonto? —el tono de voz era duro, Jimin mantenía su ceño fruncido mientras miraba con intensidad a Yoongi quien tembló ligeramente ante la presencia frente a él.

El miedo volvía a su cuerpo, su padre siempre le había comentado acerca de esas criaturas, los demonios tigre.

—E-e-e-eres... u-un... u-un... —Jimin gruño levemente al notar su nerviosismo y Yoongi trago saliva con pesadez al escucharlo.

—Guarda silencio —menciono Jimin para después relajar sus facciones—, tu aroma no me agrada —menciono Jimin.

—¿Q-qué?

—Hueles igual a él —volvió a gruñir—, igual a ese asesino...

Yoongi no alcanzaba a comprender lo que decía.

—¿Asesino? —Yoongi parpadeo un par de veces—. No entiendo.

—¿No entiendes? —Jimin aproximo su rostro hacia Yoongi, el joven príncipe se quedo sin aliento ante la cercanía de aquella criatura, los ojos azules lo inspeccionaban con detalle, analizando cada una de sus facciones, Yoongi sentía como Jimin inhalaba y exhalaba el aire que lo rodeaba una y otra vez con mayor frecuencia, lo estaba oliendo—. Hueles a él... —dijo Jimin—, pero a la vez —lo miro a los ojos—, es diferente...

Se aparto de Yoongi.

—Aún no te comprendo...

—No es como si quisiera que lo hicieras, humano.

—¿Príncipe? —Yoongi se sobresalto al escuchar pasos de nuevo, ¡se había olvidado por completo de que Seokjin seguía allí! Tenía que hacer algo, él no podía ver que justo ahora en uno de los jardines se encontraba un demonio tigre, no eso sería la perdición para esa criatura—. ¿Sigue allí, príncipe?

Los pasos se escucharon más cercanos.

—Rayos —mascullo Yoongi y miro a Jimin, quien parecía desinteresado en si venía o no alguien—, escóndete detrás de los arbustos, ¿sí?

—¿Por qué debería? —Jimin no estaba dispuesto a conceder caprichos de un humano como él.

—Porque sino lo haces, te atraparán —aclaro Yoongi—, ¿puedes esconderte ya?

—No pienso obedecer —Jimin sonrió ladino—, además, ¿eso no sería más conveniente para ti, niño? Que me atrapen sería una gloria para los tuyos.

—Pero yo no quiero que te atrapen.

—¿Qué? —Jimin frunció el ceño, desconcertado por sus palabras—. ¿Por qué?

—No hay tiempo para explicaciones —miro por sobre su hombro, Seokjin todavía no se veía por ningún lado—, sólo escóndete ¿bien?

Y antes de que Jimin pudiera dar reclamo alguno, el humano frente a él se levanto de forma torpe para salir corriendo dentro de su morada. El demonio tigre gruño por lo bajo al ver sus acciones, estaba molesto, no obedecería las ordenes de un mocoso como él, pero se escondería, no porque un humano se lo ordeno, sino porque no quería ser atrapado, aún no.

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