Seven
El día había pasado muy rápido, aún recordaba lo que paso con Jaden.
— ¿Qué crees que paso? —le dije a Elena mientras caminábamos a mi casa.
— ¿Qué?
— Jade...
— ¿Qué paso?
— Me choque con el, me ayudo a levantar mis cosa, fue muy amable. Es hermoso.
— ¡Ahhh! Pero sigue con Petula.
— Lo sé —hice una mueca.
— Mira, allí va el Sr. Ian, va en bicicleta. Es tan sexy —me susurro—. Adiós Sr. Halder.
— Adiós chicas.
Lo mire un par de segundo, mientras manejaba la bicicleta. Mi amiga considera muy atractivo al maestro, yo bueno, yo...
Lo creo muy amable y lindo, perfecto, cariñoso, digo. ¡¿Qué?!
Sólo lindo, ni lindo, mi maestro.
Mi cerebro se fue un par de segundo mientras pensaba en Ian, Sr. Ian.
— ¿Chart? ¡Charlotte!
— ¡Ah! Si.
— ¡Dios! Has estado muy distraída estos últimos días —comenta mi amiga con el ceño fruncido.
— Lo lamento, tienes razón.
— ¿Por qué?
— ¡Ah! ¿Quieres qué te diga? —cuestiono sorprendida.
— Obvio, somos amigas, lo sabemos todo.
— Si...
— ¿Bueno...?
— Bueno ¿qué?
— Dime, ¿en qué tanto piensas?
— ¡Ah! Si, claro.
No sabía, me estaba ahogando en mis palabras, ni una mentira, jamás le he mentido a mi amiga. Es mi mejor amiga.
— La tarea.
— ¿Qué tarea? —preguntó sorprendida.
— La del Sr. Halder. Dios, Elena pon más atención en clase. Ha dejado mucha tarea y no sé, estoy exhausta.
— ¡Dios! No hecho nada.
— ¡Ayyy!
(...)
Hace ya dos días que presentamos los exámenes de evaluación, los resultados los pusieron en el mural escolar. Como siempre, excelente.
Cogí mi blusa y unos jeans, abrí mi ventana y la tenue luz del sólo apenas saliendo, entraron por mi ventana, las nubes con un color carmesí, un aire fresco. Camine a la escuela, allí estaba el. Parado con sus amigos, Jaden.
Camine un poco más y allí vi a Sr. Halder. Con esa sonrisa coqueta, sus ojos profundos, extremadamente azules, su cabello oscuro y revuelto con ese aire juvenil, su aspecto, alto y delgado. ¡Dios!
(...)
Las clases pasaban muy rápido, de hecho el día se había ido tan rápido, normalmente a veces se me hace eterno. Elena se encontraba conmigo mientras salíamos de la clase de literatura.
— Srta. Gilbert —me llamó el Sr. Halder.
— No —le pedí.
— ¿Qué? —preguntó, todos habían salido del aula.
— No me gustaba Gilbert, dígame Usher —pedí y baje mi rostro.
— ¡Hey! ¡Hey! —me llamó, tomó con su mano derecha mi mejilla, la alzo lentamente y me hizo verlo frente a frente—. De acuerdo, como quieras, Chart —suavizo su voz, tan neutro y dulce.
— Sr. Halder —entró de repente una de las maestras, la Sra. Petrel.
Mis instintos de encubrimiento me hicieron separarme rápidamente de el, al igual que el. El se alejó un par de centímetros.
— Maestra Petrel, pasé, sólo le explicaba a la Srta. Usher un ejercicio —aclaró su garganta.
— Si —asentí.
— De acuerdo, Sr. Halder quería hablarle... —empezó a hablar la maestra Petrel—. Salgamos al pasillo, le mostrare...
— ¡Charlotte! —me hablo ¡Jaden!
La maestra Petrel y el Sr. Halder voltearon al tiempo que yo lo hice.
— ¡Oh! Lo lamento —pidió Jade—. Charlotte ¿podemos hablar?
— S-i.
Salí del aula y camine hacia Jaden.
— Hola —saludó Jaden.
— Ho-la —baje la voz, en una dulce voz tenue.
— Te vez muy linda hoy —dijo, los nervios controlaron mi cuerpo, sonreí y cubrí mi sonrisa con mi mano, parte de ella y mi rostro.
— Gracias, ojalá fuera real.
— ¡Enserio! —exaltó la voz—. Eres muy linda —jugó conmigo. Sonreí—. Oye, quería preguntarte, bueno es que... —se movía de un lado a otro, mientras yo babeaba por aquel chico.
— ¿Si?
— Bueno, no te tu calificación en matemáticas y pues, no sé, si bueno, ¿quisieras ser mi...
— ¿Tu qué?
— ¿Ser mi tutora?
No sabía que contestar, que respondele, el estaba allí parado diciendo que le enseñe
— ¡Si! —contestaron mis instintos, ¡estúpidos!
¿Qué?
¡Diooos!
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Mientras a salía del aula de clases con la maestra Petrel, llego uno de los chicos atléticos, aquel joven Jaden.
Salí del aula con la maestra, y vi a Charlotte hablando con aquel chico, tenía su pose de chica dulce, apenada, donde su nervios controlaban cada parte de su ser.
Creía que... Bueno que yo...
Nada.
Tenía un extraña sensación al verla allí, con el. El chico, era evidente que al chico le gusta Charlotte, o tal vez... No lo sé, ¿qué hace un chico popular con la niña más invisible de la escuela? Esa niña hermosa, digo, Charlotte Elena Gilbert Usher.
Esos extraños sentimientos me enloquecieron, tenía que quitarme de aquella vista insoportable.
— Si, eh, maestra Pelter, debo irme... ¿Lo discutimos luego? —trague un nudo en la garganta, este la había tomado de los hombros y beso su cabeza. No pude más.
— De acuerdo —me miro extraña y me fui, con mi portafolio.
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— ¿Te parece hoy?
— Claro —asentí sonriente.
— Genial —el me abrazo y beso mi cabeza—. Eres genial Chart —dijo y se fue—. ¿En tu casa? —asentí—. Le pediré a Elena que me la de la rato ¿te parece? —asentí.
Estaba impactada al ver lo que acaba de Jaden Holt me acaba de abrazar y besar el rostro, dios, nunca lo espere. Le daré clases, estoy taaan, ¡emocionada!
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