Capítulo 14. El regreso a la Orden Oscura.

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 Hidamarilossi15natsumidragonilIraFlores681AlemanyReynaArtandNiceInufan4reverYuukeito_TyrellCarolinaAlfaro024VarelaDCampbellAlininoralexa810Susuya98jithomiEvelynJoanyMendezAlmaVargas4Camill1218Naomi_Martinez16DarKiaraChema_D_LoisDemonTaisho, tlizzt,  y Anabell_Martinez. (Y para los lectores fantasma también)

Anteriormente...

-¿Haz visto... lo mismo que yo, Kanda?

-Tsk, sí moyashi, significa que el boca floja se tendrá que ir con nosotros...

La decisión estaba tomada, debían reportar de inmediato su regreso a la orden, adicional a solicitar permiso para abordar el arca, para lo cual debían moverse del pueblo a una zona menos habitada por si atraían akumas en el proceso en el que Allen abriera la puerta del arca. Por supuesto que Anel debía partir con ellos pero antes, debían convencerlo.

-Y básicamente, es por eso que debes venir con nosotros a la Congregación de las Sombras en Inglaterra- le explicaba el albino al moreno, quien en medio de un debate mental, se enfrentaba a la idea de irse y ayudar a salvar a las personas y a su propia hermana a la vez que tomaba venganza por sus seres queridos fallecidos en el pasado; o si se quedaba y seguía arriesgando a toda la ciudad con la aparición de akumas que lo estarían buscando sin descanso hasta encontrarlo y liquidarlo.

-Bueno Allen, la verdad es que no quiero arriesgar a nadie pero, dejar atrás a lo que queda de mi familia no es fácil tampoco.

-Bueno tendrás que escoger rápido, debemos partir ya, es cosa tuya si en tu egoísmo quieres dejar que todos mueran, sería mejor saber que viven aunque lejos de ti a dejar que mueran por estar cerca de ti. Pero como ya dije, es cosa tuya crío- Kanda no estaba interesado en llevarse consigo al moreno, ni mucho menos le agradaba la idea de tenerlo cerca de su moyashi, no le daba buena espina. Pero sabía que Allen no se iría sin llevarse al chico con él.

-Kanda tiene razón, gracias, me he decidido, viajare con ustedes. Iré por mis cosas.

-No lleves mucho equipaje, no lo necesitarás, solo trae lo básico- dijo Allen dando una sonrisa alegre porque gracias a Kanda el chico se había decidido.

La despedida de su familia fue muy emotiva, aquellos que se suponían eran el mayordomo y la ama de llaves parecían bien ser sus padres, le abrazaron llorando diciendo cosas como "cuidese señorito Anel" o "lo vamos a extrañar mucho, cuidaremos de su prima por usted en su ausencia", las lágrimas del moreno no se quedaron atrás, por último abrazó a su prima, la cual lloró con más ahínco por su partida. Al cabo de varios minutos subieron a un carruaje, en el cual el mayordomo nos llevaría a un punto afuera de la ciudad y nos dejaría ahí. Dentro del carruaje, tres de sus cuatro ocupantes mantenían una conversación para destensar el ambiente tan triste que había dejado la amarga despedida.

-Oye Anel-kun, ¿cuantos años tienes eh?- Mariko estaba más concentrada en saber del chico que en animarlo y era notorio para los generales.

-17. Cumplí no hace mucho aunque creo que eso ya lo había mencionado cuando ve, el mes pasado.

-¿En serio? moo~ yo esperaba que fueras mayor que yo, pero si hasta eres menor que Allen-sama.

-Mariko-chan, Anel ahora es parte del equipo, podemos hablar con más confianza en su presencia ahora.

-Cierto, gomenasai Allen-chan.

-¿Qué son todas esa palabras que usan con sus nombres?

-Son honoríficos Anel-kun, es para demostrar cierto grado de confianza o respeto a una persona según sea el caso, como por ejemplo'san' que es usado como señor o señora, 'kun' para joven, 'chan' para niños o personas de baja estatura o incluso con personas menores que tú o que se lleven cierto nivel de confianza. Y 'sama' es el más alto respeto por así decirlo, como Kanda y yo que somos generales, nuestros... inferiores en rango por así decirlo, nos deben hablar con respeto. Pero puedes decirlo en tu idioma, esto es del japonés y sucede que Kanda y Mariko son ambos de allá. Aparte en la rama se habla una mezcla de idiomas a la que pronto te acostumbraras, ya verás.

-Oh ya veo, ¿y como se usa para chica joven?

-Mmm bueno supongo que puedes usar el mismo de joven y si es alguien que ya es conocido y tienen confianza podrías usar el chan.

-¿Puedo hablarles a ustedes así?

-Claro- respondió Mariko emocionada de más.

-Bien, pues serán Mariko-chan y Allen-chan.

-¿Eh? Pero si yo soy mayor que tu Anel-kun- dijo el albino con una gotita cayendo de su nuca.

-Pero dijiste que podía, además eres más pequeña que yo, no puedo evitar verte como una chica bajita y según lo que tu dijiste...

-Matte, ¿dijiste pequeña? ¿chica bajita?

-Sí ¿pasa algo?

-Etto... Anel-kun, Allen no es mujer.

-¿Eh? ¿En serio?

-Anel-kun...- el albino que parecía adorable empezó a despedir un aura horriblemente aterradora, estaba por demás decir aue Kanda, quien se había mantenido al margen en su meditación, quedó alerta por el aura asesina que salía de su lado y río de soslayo.

-Considerate muerto crío- dijo riendo con más gusto que antes.

-¡L-lo siento mucho Allen! ¡de verdad! Creí que eras una chica por la ropa que usas y...

-¿Solo por eso?- preguntó el albino volviendo momentáneamente a la normalidad -bueno, no importa, te perdono, y si puedes llamarme así siempre y cuando no olvides que soy un chico.

-¿Solo así?- preguntó el azabache con fastidio, él esperaba una masacre en realidad.

-Kanda, he decidido que Anel-kun sea mi primer estudiante, ¿que te parece a ti Anel-kun?

-¡Genial! ¡estoy totalmente de acuerdo!

-Pero eso no significa que no vaya a ser estricto con tu entrenamiento, y no olvidaré que me confundiste con una chica.

Entre risas y uno que otro melodrama montado por el moreno, llegaron a la salida de la cuidad, se bajaron del carruaje y este último se despidió una última vez de aquel mayordomo que había sido como un padre los últimos diez años al lado del chico. Cuando éste se alejó lo suficiente, Allen invocó una puerta para entrar al arca, el chico de ojos acuarela quedó muy sorprendido cuando vio una figura geométrica parecida a un conjunto de rombos con un número dentro del rombo más alto [ -4- ].

El chico fue llevado adentro todavía incrédulo a lo que sus ojos veían, al atravesar la puerta y contemplar la bella ciudadela de blanco, cada edificio era tan blanco como la cal.

-Woah... ¿está es la Congregación de las sombras?

-He he, no Anel-kun, estamos en el arca.

-¿El arca? antes ne habían mencionado sobre ella pero aún no entiendo que es.

-El arca de Noé, no es precisamente como cuentan en los libros, digamos que esta es una versión un poco más moderna que se mantiene en el aire y fuera de la vista de todos, es casi in-detectable y me puede llevar a cualquier lugar que conozca, o que por lo menos conozca su ubicación exacta.

-¡Eso es aún más increíble! ¡Allen-chan es genial, tengo al mejor general!

-De eso nada bonito- interrumpió Mariko la alegoría que tenía el oji acuarela -mi general Kanda-sama es el mejor general del mundo, sin ofender Allen-chan.

-No que va, si no me ofendo- dijo el albino con un tic en su ojo y una gota de sudor escurriendo de su frente, mientras abría otra puerta para volver a la Orden Oscura -bien Anel-kun, Mariko-chan, bienvenidos a la Orden Oscura o Congregación de las Sombras.

-Tadaima~- dijo una efusiva Mariko al ver con emoción el lugar al que ahora llamaría hogar, ya no tendría que dormir en el piso ni pedir limosnas y eso la reconfortaba aún más.

-¿T-tadaima?- repitió el chico a lo que dijo la castaña mientras veía a un grupo de científicos acercarse casi corriendo a rodear a ambos generales, pero más específicamente a Allen.

-¡Allen-kun~!- gritó Johnny siendo el primero en llegar al lado del albino para abrazarle y llorar en su hombro por su regreso -¡te extrañe mucho!

-He he, yo también Johnny, pero si solo han pasado dos meses.

-Eso es mucho Allen-kun- dijo con enormes chorros de lágrimas.

-Oe, quítate de encima- el aura asesina de Kanda se había activado al sentir los largos brazos de Komui abrazarle.

-Pero Kanda-kun, yo también los extrañe~

-Suéltame ahora mismo o me ocupare de que Lenalee consiga novio hoy mismo.

-¡Noo...- gritó soltando de su agarre al azabache -...lo que sea menos eso!

-Tú también aparta, ya fue suficiente- dijo quitando a Johnny del abrazo que este le daba con ahínco a Allen.

-¿Y ellos quienes son?- preguntó Reever siendo el único que le había puesto atención al par de sombras blancas que habían sido ignoradas olímpicamente por el resto que estaba concentrado en los generales más jóvenes de la orden.

-Ah, cierto, chicos ella es Mariko-chan, viene de Japón.

-Fujiwara Mariko para servirles. Soy la primer aprendiz de Kanda-sama.

-¡Okaerinasai!- dijeron los científicos, muchos de ellos con corazones en sus ojos.

-Y él es mi aprendiz, Anel De La Cruz de República Dominicana.

-B-buenas.

-¡Bienvenido!

-Bien chicos, vuelvan a sus labores, y ustedes- dijo señalando a los generales y sus aprendices -vengan conmigo a mi oficina.

Caminaron por los nuevos pasillos que conformaban la reconstruida Orden, los nuevos integrantes de esta, estaban más que anonadados con todo lo que veían, llegaron a la puerta de madera de sauce que conformaba la entrada a la oficina de Komui Lee, ya luego de ocuparían de darle un buen recorrido a ese par por la Orden. Entraron y tomaron asiento en los sillones que se hallaban frente a el escritorio de Komui lleno de papeles por firmar y documentos referentes a misiones y demás temas de la inocencia. En eso que se acomodaban la puerta se abrió casi de golpe y una ráfaga de viento sopló con intensidad, el par de recién llegados no entendía que había pasado ni como es que de pronto una chica abrazaba a Allen por el cuello desde la parte de atrás del sofá.

-¡Allen-kun~! ¡los extrañe! ¿cómo están? ¿te sientes bien? ¿estás comiendo apropiadamente?

-Ha ha ha- Mariko rió con algo de disimulo llamando un poco la atención del albino.

-L-Lenalee, me asfixias...- la chica lo soltó de inmediato disculpándose en el proceso incontables veces hasta que el albino le detuvo -no te preocupes, sé que no fue con esa intensión, por cierto, ¿de qué te ríes Mariko-chan?

-Es que ella, parece una mamá preocupada por su hijo.

-¿Eh? ¿de verdad? he he, por cierto, lamento haber entrado así nii-san.

-No importa mi querida Lenalee, siempre puedes entrar cuando quieras visitar a tu nii-san.

-Por cierto, soy Lenalee Lee, mucho gusto chicos, y bienvenidos a casa.

-G-gracias- respondió el castaño de ojos verde menta acuarela con un ligero rubor en su rostro -s-soy Anel De La Cruz... e-encantado.

-Y yo soy...- la castaña fue interrumpida de pronto por el sonido un grito lejano que se acercaba poco a poco.

-¡¡¡Yu~!!! ¡¡¡moyashi-chan~!!!- el pelirrojo parchado entró corriendo ya que no había podido seguirle el paso a Lenalee quien le dejó minutos atrás al enterarse del regreso de los exorcistas que eran sus amigos, pero se detuvo abruptamente antes de llegar a tocar siquiera a alguno de los dos, cuando divisó el filo de Mugen viajar directo a la puerta y quedar clavada en esta, justo a la altura de los ojos del pelirrojo, quien perdió unos tres o cuatro cabello en el proceso y se mantuvo estático unos segundos antes de que el azabache tomara la palabra.

-Baka usagi, te he dicho que no me llames por mi nombre... ¿acaso quieres morir?

-¡T-ten cuidado con eso!- dijo señalando la katana frente a su rostro -¡pudiste haberme matado! no me des esos sustos...- dijo con lágrimas dramáticas en sus ojos.

-Fallé. Agradéceme que la haya lanzado de espaldas.

-Pero Yu...- la mirada pesada y fría del japonés le hizo helar la sangre -d-digo, Kanda, e-era broma, lo juro, he he.

-Ay Lavi, tú nunca cambias- dijo el albino muy divertido con la escena.

-Hmm hmm, como iba diciendo, yo soy...

-¡La valiente aprendiz de Yu!- el pelirrojo, quien no le había mirado aún pero sabía que vendría en ese grupo una nueva exorcista y se había encargado de investigar todo lo posible de ella para cuando la conociera, pero cuando le miró quedo mudo de impresión -¡Fujiwara Ma...!

-¿Sucede algo Lavi?- preguntó Lenalee al ver que había pausado sus palabras, como si algo o alguien no le dejará continuar hablando.

-S...

-¿Eh?- preguntaron Lenalee, Allen, Komui y Mariko.

-S-s..¡STRIKE!

-Tsk, este nunca cambia, ni se te ocurra juntarte con el conejo kobito, es una orden.

-Hai, Kanda-sama.

-¡Yuuu! ¡no seas así conmigo! ¿acaso no somos amigos?

-¿Acaso no te dije... ¡QUE NO ME LLAMES POR MI NOMBRE!?

El escenario de reencuentro se volvió algo cómico, mientras Lavi huía por su vida y Kanda trataba de cortarlo en trozos con su katana, y a los demás les resbalaba una gota en la nuca al estilo anime, hasta que Allen se cansó del bello 'ejemplo' que les daban a los nuevos y se interpuso, controlando a Kanda para sorpresa de los demás, menos de Mariko que ya los había visto en la acción cuando Allen dominaba a Kanda con un simple susurró en el oído, justo como lo acababa de hacer ahora. Una vez las cosas se calmaron, Lenalee se ofreció junto a Lavi a darle un recorrido por la orden antes de que anocheciera, para terminar en el comedor, ya mañana los revisaría Komui y los llevaría a ver sus inocencias con Hevlaska. Mientras tanto, el albino aprovechaba para volver a su habitación junto con el azabache, darse un buen baño y quitarse ese uniforme que tanto le disgustaba y que tantas confusiones con su género había causado durante su expedición de campo, ya luego ajustaría cuentas con Komui por los ajustes que solicitó en su traje de general. 

Entraron y como venía planeando hacer desde hace unos minutos, tomó una muda de ropa y se metió al baño dejando al azabache en su propio mundo, sentado en un sofá de la habitación. Una vez se sintió más cómodo con el cambio de ropa, salió del baño, y se dirigió a la cama, pero antes de llegar a acostarse, el azabache le tomó de una mano para atraer su atención.

-¿Kanda?

-Moyashi... ¿te has visto?

-¿Eh?- la mirada zafiro del mayor se posaba sobre su abdomen, el oji violeta le siguió y notó a que se refería el mayor -woah... ha crecido tanto y ni siquiera lo había notado, con tanto trapo encima...- el abdomen de tres meses y medio se hacía notar con la ropa un poco más ajustada del albino.

-Esto es... increíble.

-Me veo gordo.

-¿Qué?- la mirada seria del albino le dio a entender que no era broma, el albino estaba teniendo uno de esos cambios hormonales normales en su estado. -no estás gordo.

-Sí lo estoy.

-Estás embarazado moyashi, no soy un experto pero creo que esto es normal.

-Me pondré como una ballena y es por tu culpa.- su voz empezó a quebrarse.

-¿Mi culpa? en todo caso sería de ambos si hubiera que buscar un culpable.

-¿No nos quieres?- sus orbes violeta platinadas se veían invadidas por dos pequeñas lágrimas amenazantes por salir de las cuencas del albino.

-Noo, digo sí, pero, tsk, no me confundas moyashi, lo que quiero decir es que no hay que buscar culpables porque ambos queremos esto que llevas dentro ¿n-no?- el azabache miró con duda al albino, ¿le habría logrado convencer y evitar así que haga una rabieta? había tenido dos meses de práctica de campo por así decirlo, cada vez que el albino cambiaba de humor y hacía una rabieta que lo volvían loco, por lo que tuvo que aprender a la fuerza tres cosas: 1. No hacer llorar, enojar o entristecer a Allen durante el embarazo; 2. Evitar que Allen llegué a hacer una rabieta, es insoportable y se vuelve peligroso si no haces nada; y 3. No llevarle la contraria, si se enoja en el proceso te hará sentir en el mismo infierno. Sí, el azabache había aprendido su lección en las últimas semanas y había practicado como sonar cursi para calmarlo.

-Bueno, sí, tienes razón, arigato Yu.- suspiró sabiendo de lo que se había salvado y luego escucharon una voz a sus espaldas.

-Pero que tiernos, jamás creí escuchar al espadachín-kun hablarle así al shonen~

-¡Tyki! ¡usa la puerta!

-Gomen, gomen, pero Road está impaciente por verte, a ambos.

-¿Y para qué a mi?- preguntó el azabache molesto por la burla hacía su persona.

-No hablaba de ti, me refería al bebé. Bueno, lástima que tendrá que esperar, Komui los mando a buscar, quiere que vayan los dos solos.

-Pero si acabamos de estar allá.

-Pues parece que es urgente y que solo puede hablar con ustedes.

El albino se colocó la capa de exorcista para cubrir su pequeño y abultado vientre, para partir nuevamente a la oficina de Komui acompañado por el azabache en total silencio, por su cabeza rondaba el pensamiento de que podía ser tan importante para que el chino solicitara hablar con ambos tan urgentemente y con total discreción, ¿tendría que ver con sus nuevos alumnos? ¿o sería algo relacionado al embarazo del albino? no tenían ni idea, pero ahí se encontraban ambos, ya sentados frente al escritorio de Komui, quien por algún milagro de la vida (llamado Reever Wenhamm) ya se encontraba despierto y esperándoles cuando entraron, invitándoles a tomar asiento.

-¿Paso algo Komui-san?- preguntó inocentemente el albino al ver la seriedad en el rostro de su supervisor.

-Chicos, los he llamado solo a ustedes para decirles algo importante, y sé que no les gustará.

-Habla de una buena vez.- espetó molesto el azabache, algo no le daba buena espina.

-Es sobre el embarazo de Allen.

-¿Qué? ¿le pasa algo a mi bebé? ¡Komui digame rápido!- Allen se exaspero pensando lo peor.

-No, no, cálmate, miren, el vaticano estuvo investigando mi supuesto proyecto Hermafrodita y hace poco descubrieron algo, Kanda, Allen, lo siento mucho, pero Leverrier ya sabe que eres tú quien está embarazado, aún no saben quién es el padre, pero estoy seguro que ya tienen sus concluciones al estar ambos viajando juntos por el mismo espacio de tiempo y ruta.

-¿¡Me éstas diciendo que ese imbécil quiere convertir a mi hijo en un experimento!?- gritó Kanda encolerizado.

-En realidad él no ha hecho más movimientos de investigación interna desde entonces y los altos mandos no lo saben ya que el no habló, pero aún así desconfío de su aparente ayuda silenciosa.

-Opino igual.

-¿Sabe que estamos de regreso?- preguntó el albino tomando al fin la palabra.

-Sí, tengo órdenes explicitas de informar cada vez que un general arriba a la Orden así que no se puede evitar, lo más seguro es que llegue en unos dos o tres días.

-¿¡Que no puedes darnos una misión y decir que ya partimos o algo!?- Kanda ya estaba exasperado, solo de imaginar que podrían tomar como un experimento a aquel ser que crecía dentro de su moyashi lo enloquecía.

-No Kanda, cálmate, Komui-san no tiene la culpa de esto, no se puede hacer nada más que esperar a que llegue y desear que nada pase- el albino ya se había resignado ante la situación más que evidente a la que se enfrentaban.

-¿Cómo puedes decir eso tan tranquilo? ¿acaso te volviste loco moyashi?

-Si nos vamos él no descansará hasta encontrarnos, nos darán orden inmediata de volver a la Orden y si no lo hacemos seremos prófugos, otra vez. Ya pase por eso una vez y no es fácil, y no quiero pasar por ello en mi estado de ser posible.

-¿Qué quieres hacer Allen-kun?- Komui sabía que no era fácil para el albino tomar una decisión, pero el momento lo ameritaba.

-Lo enfrentaremos, y dependiendo de lo que suceda tomaré acciones. No permitiré que nadie le haga daño a mi bebé.- el albino acarició su pequeño vientre con una mirada de determinación, definitivamente él no permitiría que nadie los dañara y sabía que Kanda tampoco lo permitiría.

-Chicos, hay algo más...

-¿Y ahora qué?- preguntó Kanda más cabreado aún que antes.

-Ya todos dentro de la Orden saben sobre el embarazo de Allen.

Mientras ese día llegaba, los nuevos integrantes de la Orden comenzaban su recorrido por las instalaciones a las que ahora llamarían hogar, acompañados por Lavi y Lenalee, conocieron las salas de entrenamientos, los baños comunes, el área de habitaciones y las que ocuparían cada uno, siendo casualmente las antiguas habitaciones de sus ahora generales y maestros, Allen y Kanda, Mariko ocupó la antigua habitación de Kanda, y Anel la que en su momento perteneciera a Allen, luego el departamento científico donde fueron muy bien recibidos he inundados con una lluvia de preguntas sobre sus inocencias, como que hacían o si ya las habían utilizado en combate, a lo que ambos respondieron afirmativamente y con lujo de detalles.

Por último procedieron al área del comedor, donde se encontraron con gran número de personas, entre ellos algunos de los científicos que ya habían conocido antes, los buscadores y los pocos exorcistas que ocupaban la orden en ese momento aparte de Lenalee y Lavi, entre ellos Alystar Krory III, Miranda Lotto, Timothy Hearst, Chaoji Han y finalmente, los noahs aliados a la Orden, Tyki y Road. Pronto, Kanda y Allen se unieron al resto.


-Hola chicos- saludo el albino, quien cubría su cuerpo con su saco de exorcista.

-¡Allen-kun! ¡Kanda!- todos sus amigos se emocionaron mucho de verlos de regreso a su 'hogar'.

-Tsk.

-Kanda, no seas así, ¿cómo están las cosas por aquí eh?

-Chotto...- Kanda notó un detalle tan pronto centro su vista en los ocupantes de aquella mesa, mirando específicamente a Chaoji -si tú estás aquí, eso significa que...

-Él no está aquí, aún, está en una misión con Marie desde hace dos días, seguramente volverá pronto- respondió el chino, sabía que su compañero y ahora general, se refería al general Froi Tiedoll. -pero seguramente se dará prisa al saber que han vuelto, desde que supieron la noticia de Allen-kun pues, está... ya sabes como es él, emocionado.

-Y sobre eso, ¿cómo te sientes Allencito?- preguntó la noah de los sueños abrazando a Allen por el cuello mientras flotaba por los aires bajo el uso de sus habilidades -¿como está tu bebé?

-¿¡Bebé!? ¿cuál bebé? no sabía que Allen-sama tuviera hijos...- exclamó Anel totalmente confundido.

-¿Es que no lo sabes?- preguntó Lenalee mientras todos miraban expectantes al chico que había viajado los últimos días con el grupo del albino y quien ahora era su aprendiz.

-¿Saber qué?

-B-bueno sobre eso- interfirió el albino -supongo que olvide mencionar ese pequeño detalle a Anel-kun, ya que Mariko-chan si se dio cuenta al inicio de nuestro viaje desde Japón hacía República Dominicana.

-¿Pequeño detalle? creo que no tiene nada de pequeño moyashi-chan~- dijo Lavi removiendo el saco de exorcista de Allen dejando ver su pequeña pancita oculta, claro que recibiendo un fuerte golpe en la cabeza por parte de Kanda en el proceso, por haber acercado sus manos a su moyashi -¡auch! ittae~, Yu que malo eres, si yo solo le explicaba a Anel-kun lo que...

-Usagi... ¡date por muerto!

-Lo siento, no te vuelvo a decir así, lo prometo Yu... ¡hiiieeh!- la persecución fue tremenda, si no hubiera sido porque Lavi tropezó, hubiera podido escapar de la paliza que le propino Kanda.

Holis holis mis bellos exorcistas, ¿creyeron que me había olvidado de ustedes? pues no, aquí esta su tan aclamado capítulo ¿que les pareció? ¿impresiones?

Y a petición popular, un pequeño teatro omake...


Teatro Omake

Salen en el aula de clases Allen,  Lavi,  Lenalee, Road, Tyki, Kanda y Chaoji, todos en modo chibi, llega la chibi profesora Miranda con dos nuevos estudiantes y los presenta.


-Buenos días clase, les traigo dos nuevos estudiantes, Mariko y Anel, pueden tomar asiento... a ver... Mariko-chan, te puedes sentar al lado de Lavi y Anel mmm... ¡ah! entre Kanda y Lavi.

-Por favor cuiden de nosotros- chibi Mariko (igual que de costumbre) y chibi Anel hacen una reverencia y se van a sus asientos.

-Hola soy Mariko- se presenta Mariko con chibi Lavi.

-Hola, soy Lavi.

-¿Qué te pasó en la cabeza?

-Es que Kanda me pegó muy fuerte- dijo señalando el triple chichón en su cabeza con lágrimas a chorros brotando de sus ojos exageradamente.

-¿Y eso por qué?- pregunta chibi Anel que escuchaba todo.

-Por llamarle por su nombre.

-¿Y cual es?

-Yu- le dice en un susurro para que no le oiga Kanda y le vuelva a pegar.

-Pero suena muy bien, oye- mira a Kanda y este le voltea a ver también -soy Anel, es un gusto conocerte Yu.

-No me llames por mi nombre.

-¿Por qué no, Yu~?


Al final de la clase, salen chibi Lavi con su triple chichón acompañado de Anel con un cuádruple chichón por ser necio.


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