Capítulo 12. Una distracción peligrosa.
Dedicado a:
sarayberrios2003, Anabell_Martinez, VarelaDCampbell, IraFlores681, MarycieloAsenciosCar, Hidamarilossi15, Alinino, natsumidragonil, ArtandNice, AlmaVargas4, LuzMireyaMujicaNaupa, CarolinaAlfaro024, EvelynJoanyMendez, Yuukeito_Tyrell, DarKiara, Camill1218, y a moyashisa16 la invito ya que me encanta su historia "Sangre en la oscuridad" un Yullen muy bueno de vampiros 😏.
Mientras afuera Kanda se tomaba la molestia de explicarle a su ruidosa aprendiz la situación, en la cama de aquella pieza descansaba entre jadeos el albino inconsciente con el pequeño golem sobre sus blancos cabellos, de un momento a otro el chico despertó, parecía más calmado y se sentó en la cama con la pequeña bola dorada entre sus manos antes de hablarle.
-Cuanto tiempo sin verte, Timcampy...
-Oe moyashi ya desper... tú...
-Tengo nombre y no es ni 'tú' ni moyashi. Es N-e-a-h... ¿entiendes?
-Allen-sama... sus ojos han cambiado...
-¿Heh? ¿quién es la enana?
-¡Dejen de llamarme enana! Moo~ me tratan como a una niña- Kanda se mantenía a la defensiva y apartaba a la castaña sin que esta siquiera notase el cambio en el ambiente.
-Cállate, kobito. Y tú, ¿dónde está el moyashi?
-Estaba sufriendo, no lo podía dejar pasar por esto solo, ahora que su fuerza ha disminuido tanto es que pude volver a salir, pero te lo advierto, no podré quedarme por mucho tiempo, y créeme que si no fuera por mi poder tampoco podría aguantar esto.
-¿Por qué Allen-sama habla diferente, luce diferente y habla de si en tercera persona?- la mirada de la castaña parecía tener remolinos por no poder procesar toda la información.
-Mira... kobito-chan, supongo que debes ser una exorcista si estas con estos dos, pero si aún no lo sabes, Allen es el portador temporal de la memoria del noah de la destrucción, osea yo, pero ahora que me lleva en su vientre su cuerpo esta sufriendo cambios y no los puedo detener, solo puedo ayudar a que soporte las partes más dolorosas hasta que me debilite, como la fiebre tan alta que tengo ahora, pero ya pronto pasará, por otro lado, ¡eh, espadachín! tengo hambre.
-Tsk, aliméntalo tú, me voy a cubierta.- le ordenó a la castaña que miraba con confusión todo y no entendía nada, eso no se lo había dicho su maestro, fue por los alimentos y volviendo a prisa entregándoselos al chico de ojos en ese momento, ambarinos.
-Itadakimasu~- el noah empezó a degustar de los alimentos y en eso también hablaba a la castaña -Ne~ kobito-chan~
-Me llamo Fujiwara Mariko, no kobito, no soy una 'pequeña persona', me puedes decir Mariko.
-Bueno Mariko-chan, yo soy Neah, el noah de la destrucción, también me llaman el catorceavo o el músico.
-¿Cómo es que hay un noah dentro de un exorcista?
-Bueno, supongo que ya has oído algo de los noah- la chica asintió mientras ponía mucha atención -pues yo me revelé hacía ellos y escape, y por cosas del destino no reencarne luego de morir sino hasta 30 años después, y fue en el cuerpo de Allen, pero mis memorias han sido constantes y mi despertar latente más aún así, no he despertado completamente, si así fuera Allen ya no existiría.
-Eso significa que ¿eres bueno o malo?
-Pues no me considero el bueno ni el malo, aunque el niño cara bonita me considera el malo, supongo, y Allen me considera el bueno, por lo menos ahora lo hace...
-Puff... ¿niño cara bonita?- dijo riendo por lo bajo -¿te refieres a Kanda-sama?
-Si bueno, aún no puedo llamarlo de otra manera más apropiada, en un tiempo más mis memorias serán restauradas.
-¿A qué te refieres?
-Volveré a nacer, pero parte de mi naturaleza ya ha cambiado, por lo tanto no seré el mismo y a la vez seré yo mismo.
-Wakaranai/No entiendo
-Ya entenderás a su debido tiempo, bueno, creo que la fiebre ya bajo y me estoy debilitando de nuevo, supongo que Allen ya quiere despertar, y por la comida, arigato, Mariko-nee~- se acostó sobre la cama y cerró sus ojos con un semblante apacible.
-¿Heh? ¿nee? Oe~ Neah-kun~ Oe~ Ne... ¿Allen-sama?- la chica detuvo sus juegos al notar como despertaba de lo que le había parecido a un largo sueño pero reparador, mostrando sus bellos orbes platinos que desafiaban al color y rayaban en violetas.
-¿Mariko-chan? ¿dónde estoy?
-Seguimos en el barco ¿se siente mejor?
-¿Eh? sí, claro, lamento los problemas.
-No hay cuidado.
-Por cierto, sobre lo que dije antes... yo...
-Entiendo, Kanda-sama me lo ha explicado todo, y estoy muy feliz por usted, le prometo que aprenderé rápido a controlar mi inocencia para ser de utilidad y que no tenga que esforzarse ¡watashi wa chikaimasu!/¡lo juro!
-Mariko-chan...- el albino quedó sin palabras, ciertamente la sinceridad de la chica era admirable -arigato.
Pasó el día con gracia y al fin desembarcaron en América, San Diego para ser precisos, siendo tierras estadounidenses, ahora debían tomar un tren que los llevara a embarcarse otra vez, para llegar a una isla republicana no muy apartada, la segunda misión en su informe de expedición, mostraba que el lugar se había detectado presencia constate de akumas y temían que arrasaran con la población. Llegaron a la estación con las justas, el tren con destino a Panamá, los llevaría por varios países antes de llegar al centro del continente, y al fin tomar rumbo a la isla, a la que nombraba el informe como República Dominicana.
El viaje sería igual de largo, y era preferible no utilizar el arca a menos que fuera realmente necesario, era mucho esfuerzo enérgico para el albino y era un riesgo de ser rastreados por akumas, en preferencia era la última opción. Ya en el tren, Mariko y Allen hablaban animada mente uno en frente del otro, y Kanda, quien miraba en silencio todo al lado del albino, apoyaba su codo sobre el marco de la ventana temiendo que no se callaran en todo el camino.
-Ne~ Allen-sama.
-Mariko-chan, preferiría que cuando no haya otras personas no seas tan cordial conmigo, sé que eres una niña y todo eso pero la verdad me haces sentir viejo y apenas tengo 18.
-¿Niña? Yo soy ninguna niña, ya tengo 17 años y bien cumplidos.
-¿Hah?- tanto el albino como el azabache la miraron como si se tratara de un extraño akuma, repararon en detalles que antes no habían notado, ya la chica había cambiado sus ropas infantiles con las que salió de Japón por un mini kimono de colores tradicionales pero liso, la falda negra, la camisa blanca con bordado rojo pero para quitar lo tradicional, las mangas abiertas a la altura de los hombros.
-¿Qué? Es cierto, no tengo motivos para mentir.
-Por eso eres una kobito.
-¿Kobito?- preguntó Allen mirando a Kanda sin entender el término.
-Significa 'persona pequeña' por no decir 'enana', lo cual describe a la enana con perfección.
-Creí que kobito era amante Kanda- dijo el albino con el ceño fruncido sintiendo que algo no andaba muy bien con eso.
-Es kobito, y amante es koibito, será mejor que dejes de lado esa idea de aprender mi idioma, total no lo necesitas.
-Etto... ¿los dejo solos?
-Hai- dijeron a la par sin planearlo, logrando avergonzarse ambos y provocando que la castaña desapareciera como si se hubiera desvanecido en el aire, solo escucharon su voz por el pasillo.
-Los veré por la mañana, tórtolos.
-Esa kobito baka...- Kanda echaba chispas y Allen se mantenía al margen con la cara hecha un reverendo poema.
-S-solo espero que n-no se meta en problemas.
-Preocúpate por ti mismo- el azabache se acercó fugazmente al albino haciéndolo estremecer.
-¿K-Kanda? ¿q-qué haces?
-No preguntes lo obvio- dijo soltando uno a uno los botones del traje y acostando al albino sobre el asiento.
-¿Y si alguien viene y nos ve? ¿si nos oyen?
-Pues pongamos el seguro a la puerta y te aseguras de no hacer tanto ruido como acostumbras.
-¡Yu Kanda detente en este instante!- habló Allen en un tono firme pero sin que desaparezca aquel tono rojizo de sus mejillas luciendo 'nada' imponente.
-¿O qué harás?- sin dejarlo protestar nuevamente, lo besó apasionadamente y con algo de desespero, no habían estado juntos desde que llegaron a Japón y ahora tenían compañía diaria -tú, si no quieres que te haga añicos deja de ver lo que no debes y piérdete fisgón- dijo mirando de soslayo al golem dorado que notó los observaba atentamente como si de una instrucción se tratase, este al verse descubierto se metió en una de las maletas de mano y Kanda estiro el brazo para cerrarla, quedando ahora totalmente a solas con Allen. -ahora ¿en que estábamos? Ah sí...
Termino de despojar al albino de la parte superior de su traje para darse gusto con los botones rosas de su pecho, estando más sensibles por el estado del chico, este último, tapaba sus labios con ambas manos en un intento por refrenar sus pequeños gemidos, pero recién empezaban, Kanda ya estando de rodillas en el suelo llevo sus finos labios al abdomen apenas perceptible del albino, repartiendo besos en este que hicieron enternecer al albino y convencerlo de cooperar, al fin y al cabo él amaba a ese japonés de melena azabache y mal carácter, tomo entre sus manos el rostro de su amado para besarle antes de seguirle el rumbo a sus deseos cuando un sonido estruendoso acompañado de gritos y el detenimiento algo brusco del tren provocó que Kanda quedará acostado en el suelo y Allen se cayera, por suerte logró apañarlo en el aire y abrazarlo evitando que él o el bebé salieran lastimados, y quedando en una posición aún más comprometedora.
-Pero que mierda ¿es que no podemos viajar en tren sin que atraigas problemas?
-¡No es mi culpa!
-Tsk, siempre es lo mismo, vamos de una vez a ver que pasó.
-Ay no, Mariko-chan está sola ¡Tim!- se incorporó y abrió la maleta donde ase encontraba encerrado el golem para dejarlo salir -búscala y guíala hacia nosotros, llámanos si hay problemas.
El golem salió volando rápidamente a cumplir las órdenes de su amo, mientras este acomodaba sus ropas y salía seguido de Kanda a investigar que había ocurrido esta vez en su viaje, no sin antes llevarse el equipaje de los tres a punta de rabietas y quejas de este último, más por la interrupción que por llevar las maletas. Se movían a prisa por los vagones, la gente murmuraba asustada indagando que había ocurrido, por qué se habían detenido tan bruscamente y qué fue aquel sonido estrepitoso, otros corrían de un lado a otro sin rumbo fijo, una explosión y el sonido del ojo de Allen alertó a los exorcistas de la presencia de un grupo de akumas, haciendo que salieran del tren.
-¿Cuántos hay?
-Deben ser unos 10.
-¿Solamente?
-Son de nivel dos, no podrás tu solo.
-Claro que puedo, ni se te ocurra luchar.
-¡Pero...!
-Pero nada, no puedo luchar si estoy preocupado por ustedes dos- dijo posando su mano en el vientre del albino.
-¿Tú preocupado? ¿desde cuando Yu Kanda se preocupa por alguien que no sea el mismo?- dijo con ironía y sarcasmo en una sonrisa forzada y torcida tratando de ocultar el coraje que le daba no poder ayudar y la preocupación que le embargaba por el bienestar del azabache.
-Desde que decidí tener una familia, solo me importan ustedes, el resto del mundo sigue valiendome una mierda y dejaré atrás a todo el que me estorbe que no sean ustedes.
-¿Debo considerar eso romántico?- no le respondió, le dio un beso en los labios y se fue a acabar con el grupo de akumas -¡más te vale regresar ileso Kanda Yu! *o no sabré que hacer sin ti*
-¿Hacía dónde ahora Timcampy?- la castaña corría agitada detrás del golem esquivando como podía a los muchos pasajeros que parecían huir de algo terrible que hacía ver sus rostros pálidos -¡ahí está Allen-sama!- Mariko diviso al albino con un semblante preocupado postrado en el suelo prácticamente rogando cualquier ser divino por ayuda. -¡Allen-sama!
-¿Mariko-chan? ¿estás bien?- la chica asintió-Que alivio...
-¿Y Kanda-sensei?
-Está enfrentando un grupo de akumas nivel dos, pero hace rato que se fue y aún no vuelve, además el número de akumas no ha disminuido mucho.
-¿Puede detectar cuantos son a esta distancia y estando tan oscuro?- dijo afilando la mirada en la dirección en la que se veían las explosiones de la confrontación que mantenía Kanda con los akumas.
-Mi ojo me permite detectar a los akumas y saber si una persona es un akuma o no con solo verlo.
-Eso es impresionante Allen-sama, ¿pero como es que no notó antes de que atacaran que habían akumas en el tren?
-¿Dices en el tren?
-Sí, empezó en la parte del frente, estaba paseando por ahí buscando una cabina donde dormir cuando frenó el tren, saqué a las personas que pude de los vagones delanteros hasta llegar a los más apartados.
-Eso estuvo excelente Mariko-chan, ah y deja de decirme Allen-sama, solo hazlo si hay algún superior como alguien del vaticano o un exorcista que aún no conozcas para que te evites algún regaño, solo dime Allen.
-Bien, Allen-kun, ¿me dirás que hacían ustedes dos que no pudiste percatarte de la llegada de los akumas?
-N-nada.
-¿Seguro?
-¿Podemos hablar de esto después?
-Tienes razón, debemos ayudar a Kanda, pero tú no puedes pelear, yo iré.
-Tu inocencia no tiene forma Mariko-chan, no puedes pelear sin un arma anti-akuma.
-Nunca dije que no tomará forma.
-¿Heh?
-¿Kanda-sama no te lo dijo? estuvimos practicando en el barco y mi inocencia tomó la forma de una katana, no es tan grande como la de Kanda-sama, pero se ajusta perfecto a mi tamaño, aunque es difícil darle forma.
-Espera, ¿cómo lo hiciste la ultima vez?
-Pues él me atacaba con su inocencia y yo esquivaba los ataques, el último no puede esquivarlo porque tropecé con una soga del barco y caí, él no se detuvo y mi relicario brilló y luego se convirtió en una especie de katana inestable.
-Eso no garantiza que lo puedas controlar, es peligroso.
-Pues te defenderé si es necesa...
-Inocencia ¡hatsudou! ¡Clown belt!- antes de que Mariko pudiera terminar de hablar, el albino la cubrió con su inocencia y saltaron del lugar para esquivar el ataque de un akuma.
-¡Rayos! Los tenía en la mira, hehehe~ tendré que jugar un poco más con ustedes...
-¿Eso es un...?- la castaña abrió sus ojos desorbitados por la impresión, nunca había visto a un akuma nivel dos transformado tan de cerca.
-Akuma, de nivel dos.
-Vaya ¿pero que tenemos aquí? ¿Un general acaso? Aunque no te ves muy atemorizante que digamos.
-No te confundas con mi apariencia, no soy un hueso fácil de roer.
-Pues no me gusta pelear con niñas indefensas pero... ¿a quién engaño? mientras sean exorcistas me da igual matarlos a todos.
-¿Niña? ¡Es que todos están tan ciegos para no ver que soy un chico! ¡Crown Clown: Cross Grave!- Allen se enfado por el comentario burlón del akuma y le lanzó un ataque al mismo haciendo aparecer una lluvia de cruces de inocencia sobre este destruyéndolo de un solo golpe.
-Woah- la castaña se impresionó de lo fácil que Allen derrotó al akuma y como respiraba con esfuerzo por la furia que sentía al ser confundido 'otra vez' con una chica -"nota mental: no hacer enojar a Allen-kun".
-Ya está terminando.
-¿En serio?
-Debió notar que use mi inocencia, por eso los acaba más rápido, debe estar pensando que nos atacan aún.
-<¿¡No te dije que no lucharas!?...>- la voz molesta de Kanda se oía claramente a través del golem
-¿Ves? Te lo dije Mariko-chan. Estamos bien, solo era uno, deja de jugar para que nos podamos ir ¿quieres?
-<¿Y quedarme sin diversión? [...] está bien, ya entendí tu silencio, estaré ahí en unos minutos...>
-Bien.
-Eres de temer Allen-kun, lo tienes dominado.
-Más bien es por qué conozco su única debilidad.
-O tal vez por como te pones cuando te enojas, recuerdame nunca hacerte enojar.
-Está bien.
-¿Están muy desocupados?- dijo Kanda llegando a donde estaba el resto, algo sucio y con la ropa hecha jirones, la parte superior de lo que era su uniforme fue comida de akumas en alguna parte de lo que hace un momento fue el campo de batalla, como siempre, y su mirada altiva y orgullosa demostraba la felicidad de haber tenido algo de entretenimiento [como lo llama él] con un buen número de akumas.
-¿Qué acaso eres incapaz de no destrozar el uniforme?- dijo Allen con el semblante y el tono de voz más serio que se podía tener.
-Y tu de escuchar, te dije que no pelearas.
-Fue necesario, además que no me esforcé mucho.
-Para eso te deje a la kobito. Si no es capaz de enfrentar un solo akuma sin ayuda tardaré años en librarme de ella.
-¡Oiga lo estoy oyendo! Digo, no sea así Kanda-sensei.
-Tsk. Te re doblaré el entrenamiento por ser tan insolente, vayámonos de una vez.
-¿Y como nos iremos?
-Como debimos hacerlo desde un principio, usa el arca, no quiero estar en otro tren en un tiempo.
-Pero hay que avisarle a Komui y...
-Yo me arreglare con Komui, úsala rápido.
-Bien- en breves minutos Allen había invocado una puerta del arca y la castaña subió a rastras al estar en shock por la sorpresiva aparición de lo que aparentaba la forma de figuras geométricas simulando ser una puerta muy extraña con un número 00 sobre esta, no reaccionó sino hasta estar dentro del arca.
-Woah... ¿qué es este lugar?
-Estamos en el arca.
-Espera, ¿la de la biblia? ¿el arca de Noé?
-Algo parecido, vayámonos rápido, antes de que alguien nos detecte.- con la misma acción de antes, con un ademán de Allen una nueva puerta se abrió con otro número y lo atravesaron saliendo esta vez a la orilla del mar, no se veía más que agua a sus espaldas y el resto era vegetación, al parecer estaban en una isla, posiblemente en su destino.
Holis holis mis bellos exorcistas, hoy no diré mucho, la verdad no se me da muy bien escribir las escenas de acción ya que lo mío es puro Love hi hi, pero hice mi intento pero desde el principio de la lucha ya iba bañado de azúcar... siempre provocandoles diabetes gratis XD
Y ni hablar de la interrupción de los akumas al salseo, hasta yo los quería destruir (e_e)
~{Teatro Omake (a petición especial)}~
Salen chibi Allen acurrucando a Tim hecho un ovillo en una pequeña sábana, viene chibi Kanda y lo mira con seriedad antes de hablarle.
-¿Qué se supone que haces con la rata voladora?
-Que no es rata, se llama Tim, y estoy practicando.
-¿Practicando para qué?
-Para cuando llegue el bebé, ¿acaso no es obvio?- en eso llega Mariko en modo normal y los mira a los demás con extrañeza.
-¿Por qué todos están en modo chibi y yo no?
-Ahora pregunto yo ¿acaso no es obvio?- dijo chibi Kanda con una pequeña, mínima, sonrisa ladina.
-¿Qué cosa?- pregunta Mariko a lo que chibi Allen le contesta riendo.
-Es que tú siempre estás en modo chibi
~{Fin}~
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