Capitulo #7-La noche sin luna
Llevaba caminando un par de calles, las sirenas se escuchaban por todas partes, y las luces de las patrullas iluminaban los edificios. Aun estaba oscuro serian algo así como las 3 am, así que mi presencia levanto sospechas provocando que un oficial se acercara.
—¿No es algo tarde para que estés afuera chico? —dijo el oficial retirándose las gafas de sol oscuras.
—Lo siento, estaba en casa de una amiga y su padre nos ha encontrado en una situación algo incomoda —respondí — ¿Usted entiende verdad?
—Por supuesto chico, no necesitas darme mas detalles —dijo el oficial soltando una breve risa— Solo ve con cuidado, hay mucho loco suelto por ahí.
—Muchas gracias, y buenas noches —dije mientras continúe caminando.
Llegue a mi casa sin ningún problema, esta vez entre por la puerta con total normalidad, y subí escaleras arriba hasta mi habitación y me tire sobre la cama sin siquiera encender la luz. ¿No se cuantas horas pasaron desde que me recosté? o ¿Acaso fueron días?
Abrí los ojos y lo primero que vi es que mi vendaje tenia nuevamente sangre saliendo de el, retire la cinta que protegía mi vendaje, y comencé a quitármelo. Para mi suerte solo era sangre que se había quedado en mi vendaje.
Tome una ducha y al salir Linda se encontraba sentada en mi cama con una venda y alcohol, me senté a su lado y deje que me pusiera el vendaje. No había dicho ni una sola palabra pero podía sentir el enojo en su mirada.
—¿Qué se supone que estas haciendo? —dijo mientras seguía vendando mi hombro.
—Lo que le prometí a Ximena.. —dije desviando la mirada.
—Entonces, lo que me dijiste antes no vale nada —dijo mientras unas lagrimas comenzaron a correr por sus mejillas.
—Por supuesto que tienen valor —dije mientras me ponía de pie— pero era necesario.
—Entonces realmente no te importo —dijo secando sus lagrimas— entonces simplemente has lo que quieras.
— Lo siento, pero la gente realmente necesita ayuda —dije intentando tranquilizarla.
— No le diré a nadie tu secreto, pero aléjate de mi —dijo mientras se acercaba a la puerta— Te amo pero no quiero ver morir a nadie mas por una estupidez.
—Te amo —dije mas para mi que para ella.
Despues de unos segundos escuche la puerta cerrándose con firmeza, me senté unos segundo, respire hondo y simplemente deje que las lagrimas fluyeran, y volví a sentir nuevamente ese sentimiento de vacío que sentí cuando murió Ximena. Sin embargo esta vez el sentimiento de vacío era diferente, mi estomago se retorcía y no podía evitar sentir como si mi corazón se hubiera quebrado.
Me quede un tiempo mas recostado hasta que finalmente decidí levantarme, despues de todo no podía dar marcha atrás. Baje las escaleras en dirección a la sala y encendí el televisor, parece que solamente había estado un día en cama.
Eran las 5:30 pm, así que decidí aprovechar el rato y reparar mi traje el cual seguía teniendo el agujero por el cual había entrado la bala. Lo repare únicamente con un pedazo de tela negro, así que Linda tenia razón con lo que me había dicho, si no quiero morir de una manera tan estúpida debo de mejorar mi equipamiento al menos un poco.
Esta noche, según la libreta de Ximena es cuando los oficiales salen a recibir sobornos y dejan casi vacía la central de policía. Así que hoy tendré que ir hasta la central y robar algunos chalecos antibalas o por lo menos uno.
Paso el tiempo y llego el momento de salir, eran la 11pm para esta hora la central de policías se encontraba cerrada, únicamente siendo vigilada por un viejo guardia nocturno que se encontraba en una caseta en la entrada.
Pero por supuesto que no usare la entrada principal, en la parte trasera hay un par de ventanas las cuales nunca están cerradas. Entre sin ningún problema, y fui directamente a la oficina del comandante de la policía.
La oficina era bastante pequeña para ser del comandante, en el centro de la habitación se encontraba un escritorio con una computadora algo vieja, y en el resto de la habitación un armario donde guardaría los abrigos, y una pequeña silla antigua a un costado de la puerta.
Extrañamente su computadora estaba desbloqueada así que procedí a crear una copia de los archivos que había ahí mientras buscaba el chaleco. — Así que viniste a este lugar tu sola, Ximena. —dije mientras movía el resto de los archivos al USB.
Una luz se prendió en el pasillo y me apresure a meterme en el pequeño armario que estaba detrás no sin antes retirar el USB. La puerta de la oficina se abrió y se podían escuchar voces, teniendo una discusión.
— ¿Cómo puede ser posible que no puedan encontrar a un simple niño? —dijo el que parecía ser el comandante de la estación.
— Lo siento señor, pero es demasiado hábil —dijo el oficial a su lado.
— El es demasiado hábil o ustedes son demasiado inútiles —dijo mientras veía que la aplicación de documentos estaba abierta en su computadora.
— ¿Pasa algo señor? —pregunto su acompañante.
—Alguien a estado aquí —dijo volteando a ver el armario. — Mis documentos han sido revisados, así que tal parece que tenemos una pequeña rata encerrado en una jaula.
El oficial dio media vuelta y se dirigió hasta el armario, abriendo ambas puertas de golpe.
— Sal de tu agujero rata —dijo seguido de una risa nerviosa.
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