Capítulo 5. 1er Mes.

México, Cancún, Sábado a las 3:25 p.m.

Habían pasado ya cerca de un mes después de que Tony dejo Nueva York, quería estar lejos un tiempo, sin decirle a nadie donde estaría, y así fue, Pepper casi se muere por no saber donde diablos esta, Bruce anda un poco estresado con lo del embarazo, aunque conociendo al castaño era de esperarse que todos estuvieran un poco nerviosos, a Steve casi lo mandan de nuevo a Italia pero esta vez a otra parte de esta, pero no quiso, decidió dejarlo por un tiempo, su deber era cuidar de su "familia", encontrar a Anthony aunque este no quisiera.

Tony justo ahora se encontraba en su cuarto, mas preciso en el balcón, sentado en un pequeño comedor para dos personas, una mesa redonda de vidrio con una sombrilla grande y blanca, mirando al mar mientras las cortinas de su habitación se movían ondeando tras de él, traía unos lentes negros, una camisa blanca bastante grande para que su estomago no se notara mucho y pantalones que se mando a hacer para la ocasión, un joven entro en su habitación con un vaso de jugo de manzana.

- Aquí esta lo que pidió señor, seguro que no quiere algo mas, ya sabe que si no le gusta la comida de acá le puedo traer unos tacos muy, muy ricos que hace mi abuela - Le ofreció cordial y con una sonrisa - Pa' que el bebe este bien fuerte - Comento alegre.

Tony por alguna razón sonrió, por eso le gustaba tanto México y es que la gente era tan amable, era fácil llevarte bien, además de tener mucho humor.

- No, Juan, aunque tu abuela hace unos tacos muy buenos, comí algo hace un rato - El joven asintió sonriente.

- Oiga y discúlpeme, ya sabe como soy de meche, pero... pues ¿Todavía no sabe que si es niña o niño? - Pregunto Juan, un joven de cabello negro y ojos oscuros, alto y con una barba creciente.

- No, sabré hasta después, hasta que regrese a Estados Unidos, tengo un amigo, el...es un genio, es un poco tímido, pero si se enoja nos lleva a todos, literalmente - Juan río ante tal comentario.

- Ay señor Stark, pues igual y no se le nota, pero eso si que buena suerte, eso de que así como así, sin ningún proceso en el quirófano, se embarazo, como si hubiera sido natural y eso de que el padre si le quiso responder pues si esta bueno, a mi prima se le hizo wey y se le fue - Relato el muchacho con algo de gracia.

Tony rió un poco, estos mexicanos.

- Ya regrese se, usted sabe que lo queremos mucho aquí señor pero pues aya esta el papa del niño y su hogar, a mi se me hace que namas le esta huyendo a lo que quiere - Hablo el joven peli negro, a lo que Tony puso una expresión de no entender - Pues nomas piense le, el mejor hombre del mundo, como dicen wero, de ojos azules, mide como metro setenta y cachito, además según usted feo feo no es, tendrían un hogar, una vida estable ¿verdad? - Tony se quito los lentes y lo miro para rápidamente asentir - Ya ve, pero le gusta que lo azoten, le tiene miedo a una buena vida, pero pues yo nomas estoy aquí de confianzudo, así que mejor ya me retiro, con su permiso señor- Se despidió Juan, nuevamente con la formalidad de su trabajo.

- Creo que tienes razón Juan - el joven sonrió desde la puerta - Pero no le digas a nadie que te dije eso, puedes retirarte - Lo ultimo que oyó fue el sonido de la puerta cerrarse.

Anthony suspiro con cansancio mientras sobaba su ya notable estomago, desabotono su camisa, tanto había tardado en el gym para que en ese momento pareciera un globo en crecimiento.

Juan Nevárez había sido la primera persona en saber de su embarazo, también en atenderlo pues era parte del servicio del Hotel, además de que le daba mucha confianza siempre fue muy amable desde que lo conoció.

Para Tony el primer mes fue algo difícil, no tenia mucha idea de que hacer, no iría a ver un doctor o ginecóloga, los cambios de humor si llegaron... aveces mas fuertes que otros, solo que Juan fue el que tuvo que aguantarlo y ni se diga con la comida.

Tony era vanidoso, le gustaba verse bien, pero comiendo de esa forma se sentía como si fuera a explotar, además de que ese bebe no ayudaba, se movía bastante fuerte, trataba de imaginar como seria cuando lo pateara y ya le estaba doliendo.

Ese día mas que otro se sentía extraño, de esas veces en las que quería salir, pasear por los mercados de entre las calles, cubiertos por la sombra de edificios hechos con piedras, como los castillos, igual que sus calles con algunas escaleras, estaba subiendo una, se sentía tranquilo hay, en una parte había una pequeña banca en la que se encontraba un hombre viejo pintando un cuadro, en la misma banca justo a lado de el había otro hombre, uno mas joven, no le presto atención, se acerco a ver como el hombre de cabellos blancos y cara cansada pintaba.

Se quedo ahí, admirándole, el hombre "joven" anteriormente mencionado se acomodo a su lado, mirando al hombre pintar.

- Hola Tony - el mismo hombre toco el estomago del embarazado y susurro - Hola peque - Tony estaba de brazos cruzados, sin ningún tipo de expresión en el rostro, el hombre suspiro, - Anthony, por favor, quiero estar contigo y con nuestro hijo - Suplico el rubio.

- ¿Hablas de Maria Stark?- El castaño lo encaro al decir eso con una ceja ligeramente levantada.

- ¿Maria Stark? -.

- Si, Steve. Me gustaría que fuera una niña y si lo es...ten por seguro que se llamara así - Explico el mas pequeño.

Steve tomo las manos de este y les dio un ligero beso.

- Tony, por favor vuelve conmigo, voy a cuidar de ti y de Maria, si es una niña o un niño no me importa, si viene de ti se que me gustara, no tendrás que estar solo, no necesitaras tu armadura yo voy a cuidar de ambos, te amo Tony, entiende eso - Hablo el rubio.

- No te pongas meloso Rogers - Dijo sarcástico el moreno.

- Seré eterno por ti y si me matan...tendré que revivir - Termino susurrando lo ultimo muy cerca de él.

El castaño no sabia que decir, estaba perdido en los ojos azules del capitán y solo paso, sus manos desesperadas se aferraron a el y sus labios cerrar un acuerdo silencioso, extrañaba besarle, pero esta vez era diferente, no era pasión lo que estaba en medio de sus bocas, sino algo mas dulce y cálido, ese hombre que le prometía amor eterno, el mismo hombre que siempre quiso en secreto.

Se separaron lentamente, tenia sus manos en el pecho de Steve y este sonreía de esa manera que le parecía boba y tierna, bajo su mirada un poco, sentía su cara arder "Malditas hormonas" cuando levanto su rostro algunas lágrimas salieron, un poco de presión se alejo de el y Steve se alarmó.

- Tony, hey Tony calma, hay que ir a casa ¿okay? - Simplemente asintió, pero antes de irse el viejo hombre se les acerco.

- ¿El es Tony o te gusta besar gente por ahí? - Sonrió el anciano y de esto le siguió Steve - Valla forma de inspirar a un viejo - El hombre mostró el cuadro con la escena de ellos dos hace unos momentos plasmada en el cuadro - Llevársela, para un viejo amigo ¿o no Steve? - El castaño miro a Steve asentir sonriendo, Tony tomo la pintura y la miro un rato, en cerio se veía así?
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Llegando al hotel del castaño se encontraron con Juan, el cual reconoció a ambos al instante.

- Señor Stark - Saludo al menor y luego miro a Steve - ¿Que onda perro? - Se dirigió al rubio con el ceño algo fruncido - ¿Lo esta molestando señor?-.

- No, Juan, él es Steve Roger-.

- Juan Nevárez, un placer conocer al padre de ese pequeño inquieto - Saludo alegre el joven estrechando su mano con la de Steve, quien solo se limito a asentir. (Juan también anda de bipolar)

Una vez en la habitación, Tony lo jalo del cuello hasta juntar sus bocas, le estaba quitando como podía la chaqueta al rubio.

- Espera Tony, seguro que ¿esto es bueno para el bebe? - Pregunto un poco angustiado.

- No te preocupes - Le dio un pequeño beso - No creo que se entere de lo que pase - Un beso mas largo y profundo.

Steve lo coloco sobre uno de los muebles tirando mucho de lo que había ahí y volvió a cortar el beso.

- A-Al menos deja me llamar a Banner - Tony seguía besando su cuello, aveces lo mordía.

Steve tomo el teléfono y llamo a Bruce, este respondió algo agitado.

- Ah, B-Bueno - Al fondo se oía la respiración agitada de alguien mas y el sonido de ropa moviéndose entre si.

- ¿Al bebe le hace daño que tengamos sexo? - Pregunto el rubio.

[ Ah! Maldición, Bruce, no contestes mientras intento que me lo hagas] Se escuchó la voz de Clint.

- No, no le hace daño de hecho ayuda a que.. ***- En ese momento se colgó, Clint había aventado el teléfono y este se rompió.

Steve volteo a ver a Tony, el cual ya no tenia mucha ropa y estaba sobre la cama tocándose de forma sugerente, gimiendo a propósito, esta noche seguro no duerme...

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Jack: Si, ese es el nuevo separador de notas xD :-)

Bueno eso es todo por la semana, espero que les gustara, además de un pequeño indicio que les deje por ahí e.e

Bye! Nos leemos el próximo sábado.


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