(Narra Ruisa en primera persona, ¿da?)

Por alguna razón estaba en la entrada de una mansión extraña, ¿dónde estoy? ¿qué he hecho el día de hoy?

A mi alrededor estaban Alemania, Japón, China, el tsundere, el cerdo capitalista, Francia, Prusia, España y Romano, inconscientes. 

-¿Hola?

Mi pregunta no tuvo respuesta alguna.

-Chicos esta broma no tiene gracia, dejar de haceros los muertos, ¿da?

Silencio.

Me empecé a desesperar, por mí el cerdo capitalista podía morirse, pero el resto, sobre todo China... Todos son mis amigos ¿verdad?

A mi mente vinieron memorias indeseadas. Sentía la fría nieve sobre mi piel, ser acosado por tantas naciones... solo, maltratado, ni siquiera mis hermanas eran de ayuda... Solo el general invierno, que no siempre pudo protegerme.

Recuerdo la desesperación, las lágrimas caer por mis mejillas y convertirse en gélido hielo, me abrazaba a mi mismo intentando dar luz sin éxito a la oscuridad en la que me ahogaba.

Años después me hice fuerte, muy fuerte, pensé que así podría tener amigos, pero... oh dios que equivocado estaba.

 Al ser tan grande empezaron a temerme, mi hermana, Ucrania... 

Bielorrusia se obsesionó con que quería casarse conmigo...

Estonia, Letonia y Lituania, me odiaban...

América e Inglaterra me aborrecían...

Ambos Italias me temían...

Francia no veía belleza en mi...

Alemania...

China...

Canadá... ¿qué es eso? ¿se come?

Prusia...

YO YA ESTOY HARTO. NO ME CONSIDERAN SU AMIGO. NO ME QUIEREN Y, SEAMOS SINCEROS, YO A ELLOS TAMPOCO.

Empecé a llorar allí mismo y con el corazón helado, tal como siempre estuvo, me fui de allí.

Caminando por el bosque que había alrededor de la mansión, más bien, huyendo, noté dos presencias. 

Me paré en seco, observando a mi alrededor.

Y entonces, fue cuando sentí un abrazo. 

Era de alguien con el corazón frío... en constante sufrimiento...

Como yo...

-** ***** ****.- No entendí nada de lo que dijo aquel que me daba el abrazo.

-Perdone, no sé que ha dicho, ¿podría hablar más alto, por favor?

-N* e**ás *o**.

-¿Podrías repetirlo de nuevo, más alto?

-NO ESTÁS SOLO.

Y allí vi a quien me abrazaba, un joven rubio que llevaba un abrigo canadiense y unas gafas de aviador, con los ojos cerrados y llorando mucho, aferrado a mí con fuerza.

-Eres... ¿Canadá?

Alzó su cabeza, que estaba escondida entre los pliegues de mi abrigo y me encontré con unos hermosos y brillantes ojos amatista.

-Me has... ME HAS RECONOCIDO.

Sonrió feliz, cosa que me enterneció y lo abracé, brindándole todo el calor que pude.

Ambos, naciones gélidas, estábamos allí tratando de dar calor al otro.

Dos corazones gélidos y solitarios, comenzaron entonces una amistad.

-¡RUSIA, AHÍ ESTÁS!

De la nada apareció China, jadeando, parecía haber corrido larga distancia.

-NOS TENÍAS PREOCUPADO, MALDITO COMUNISTA. 

Tras el oriental apareció el gordo capitalista. Podría haberse quedado muerto en el suelo, por mi no hay problema.

-Tenemos cosas que contarte. Especialmente Inglaterra y Canadá. Vamos, Rusia.- China extendió su mano hacia mí, dándome ánimos a continuar. 

La agarré, asentí con felicidad y corriendo, los dos juntos, guiados por el americano y seguidos por el canadiense, fuimos donde todos estaban esperando.

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Para que los fans de Rusia no se quejen, aquí un especial de este maravilloso personaje :D 

Espero que lo hayan disfrutado mucho y les haya gustado y no olviden dejar su estrellita que es gratis y si les ha gustado me ayudan a que más gente lo lea y da apoyo a esta historia, que no la hago por fama si no por ocio y por dar algo bueno a lectores y hetalianos como yo

Ci vediamo dopo~