¿Quién Eres?
Cuando abrí los ojos ya era de día. Miré el reloj colgado en la pared de la sala. No se movía. Me volví a recostar en el sillón. Después de un rato me levanté. Comencé a buscar a mis padres, pero no los encontré. Fui a la cocina. Karen tampoco estaba. Traté de usar el teléfono de la casa. El cable estaba arrancado. Subí las escaleras. Mi celular estaba en el suelo... partido a la mitad. La puerta de mi cuarto estaba abierta. Al entrar percibí un aroma muy fuerte... como el azufre. Mis padres yacían en el suelo... inmóviles. Alguien sostenía en brazos a Karen. La mordió en el cuello... le separó la cabeza del resto del cuerpo. Di media vuelta... corrí hacia la puerta. Me agarro de la cabeza. Comencé a sentir un ardor intenso en el cuello... luego por todo el cuerpo. Un grito fuerte y desgarrador salió de mi interior. La sombra de ojos rojos... sonrió de oreja a oreja mostrando sus dientes afilados. Cubiertos de sangre...
Me desperté a media noche empapada en sudor. De nuevo tuve pesadillas. Esto pasa sólo cuando estamos aquí en Florida.
Durante las siguientes 3 noches seguí soñando con esa sombra de dientes afilados... el sueño cambiaba, pero siempre despertaba gritando... Mamá solía dormir conmigo por las noches con la esperanza de que las pesadillas dejaran de perturbar mi sueño. Era inútil.
Era el quinto día. Las pesadillas cesaron. Tenía 2 días seguidos sin haberlas tenido. Todos pudimos descansar plenamente esos días. Sexto día. Hoy llamaron para avisar que el tío Thompson había empeorado por la madrugada de ayer. El doctor dijo que debíamos prepararnos para lo peor... Subí a mi habitación a leer. A los 10 minutos tocaron a mi puerta...
-Adelante- dije. Estaba echada boca arriba en la cama. Tenía el libro abierto y encima de mi cara... cubriéndola.
-Señorita Elizabeth, el desayuno está listo.- era Karen.
-Gracias, enseguida bajo.- aún seguía igual.
-Con su permiso señorita Elizabeth- me giré boca abajo rápidamente. El libro cayó a un lado.
-Karen...- dije
-Diga usted señorita Elizabeth.- ya estaba casi cerrando la puerta.
-Quedamos en que ibas a hablarme de tú... ¿recuerdas?- dije con voz calmada.
-Es verdad. Lo siento, es la costumbre. Con su permiso señ... Elizabeth.- y sonrió. Un escalofrío recorrió mi espalda.
-Propio.- le devolví una sonrisa.
Por primera vez desde que llegamos, la veo sonreír. Parece una persona distinta cuando sonrie. Decidí ponerme a limpiar mi cuarto antes de bajarme a desayunar. Pasé la mayor parte del día lavando y doblando mi ropa. Miré el reloj de mi celular y ya eran las 4pm.
Hasta ese momento noté que Karen no estaba. Mis padres estaban en el hospital con tía Merry, de verdad espero que el tío Thompson se mejore. Salí de mi cuarto y busqué a Karen adentro de la casa; Nada.
Bajé a la cochera, fui al área de la piscina, al jardín... no estaba.
Volví a mi cuarto y vi que la puerta estaba entre abierta... en ese instante recordé el sueño que tuve hace aproximadamente una semana. Entre abrí más la puerta... todo estaba normal.
Me acosté en la cama, saqué mi ipod que estaba debajo de las almohadas, me coloqué los audífonos y puse "Heart attack" a todo volumen. Amo como canta Demi Lovato.
Abrí los ojos y todo estaba oscuro. Busqué a tientas mi teléfono para revisar la hora y encender la linterna. Eran las 7pm. Apagué el ipod. Escuché un ruido y supuse que era Karen haciendo la cena, bajé las escaleras y fui directo a la cocina. Al dar la vuelta me di un gran susto...
-¡¡AAHHH!!- gritamos los dos al mismo tiempo.
-¡¿Quién eres?!- pregunté mientras me estiraba para tomar el matamoscas.
-¡¿TU quién eres?!- contestó.
-yo... ¡¡Contesta tú primero!!- dije meneando el matamoscas.
-me llamo Jorge- extendió su mano hacia mí. Moví el matamoscas para retirarle la mano pero fallé.
-¡¿Jorge Qué, y que haces en MI casa?!- tenía en alto el matamoscas.
-¿¿TU casa??- soltó una carcajada. -No me hagas reír- seguía riéndose.
-¡¡Sí MI casa, ahora vete o llamo a la policía!!.-
-¡Llamalos!- dijo riendo.
-¡Con gusto!- caminé a paso veloz hacia la sala, levanté la bocina del teléfono, comencé a marcar el número y Jorge me arrebató la bocina. Colgó.
-Mira niñita.- se acercó a mí y me hizo retroceder. -Estoy muy cansado y no tengo tiempo para jueguitos.- me topé con el sillón y caí de sentón en él, de tanto que me hizo retroceder. Comenzó a subir las escaleras.
-¡Hey un momentito!- lo jalé de la camisa. -¿A donde crees que vas?- hizo caso omiso y siguió subiendo. -¡Mírame cuando te hablo animal!- lo empujé. Se dio media vuelta.
-primera: no tengo por qué andar dandote explicaciones. Segunda: te dije que no andaba de humor para jueguitos. Tercera: ¡no es de tu incumbencia!.- siguió subiendo las escaleras.
Me quedé de a seis a media escalera. ¡¿Quien demonios se cree que es para hablarme de esa forma?! Que yo sepa ni tía Merry ni Karen tienen hijos, entonces... ¿Quién es?... Subí las escaleras a paso veloz y al primer lugar al que entré fue a mi cuarto... ese tarado estaba ahí.
-¡¡Sal inmediatamente de MI cuarto!!- grité y le lancé el matamoscas.
-¿Tú cuarto?- se quedó inmóvil. - Entonces tú eres...- se acercó a mí y me abrazó.
-¡¡Sueltame, ni siquiera te conozco!!- dije empujandolo.
-Amy, ¿no te acuerdas de mí? Soy Jorge. Solíamos jugar juntos cuando eramos pequeños. Tú me decías Rorje y yo a ti Ramy.- dijo sonriendo y apretandome contra él.
-¡¿Pero que té...-lo empujé. -Espera... ¿Amy? Mi nombre es Elizabeth, no Amy.- seguía empujandolo. No me soltaba.
-Ya. Estas bromeando verdad.- se río a carcajadas. -No has cambiado nada Ramy.-
-¡¡Deja de llamarme Ramy!! Mi nombre es E-LI-ZA-BETH.- dije enfatizando cada palabra. Seguía empujando pero no me soltaba. Se río a carcajadas.
-¿No se te pudo ocurrir otro nombre como Olga o Esther?.- seguía riendo.
-¡¡MI NOMBRE ES ELIZABETH, NO AMY NI RAMY, REMY O COMO SEA!!- dije gritándo lo mas fuerte que pude. Ya me tenía hasta la coronilla. En ese mismo instante comencé a sentirme mal...
-Eh Ramy, ¿estás bien?.- se oía preocupado. Me alejó de él unos centímetros. No podía contestar, sentía como si me diera vueltas todo. -¿Ramy...? ¡¡RAMY!!...
-No sé que fue lo que pasó. Estábamos hablando y de repente comenzó a cambiar de color.-
-¿La hiciste enojar o algo por el estilo?-
-No señora. Bueno... sí, pero yo pensé que estaba bromeando conmigo.-
-¿Bromeando contigo? Sobre qué exactamente.-
-Siempre cuando vengo de visita éste es el primer cuarto al que vengo después de comer algo, y ayer no fue la excepción. Cuando ella entró al cuarto y me corrió, pensé que era Amy. Me dijo que se llamaba Elizabeth, fue ahí donde yo pensé que estaba bromeando conmigo. Amy y yo solíamos jugar a cambiarnos el nombre cuando eramos pequeños. Pero me mudé de ciudad y jamás volví a verla. Hasta hace apenas un mes regresamos a Florida, para quedarnos permanentemente.- explicó.
-Sigo sin entender por qué se desmayó Beth.- Abrí los ojos para ver quienes eran los que hablaban. -Beth, ¿te sientes bien hija?- dijo mi madre
-¿Qué me pasó?- dije aturdida.
-Dice Jorge que te desmayaste.- dijo volteando a verlo. -y mi pregunta es, y casi sospecho que no... ¿haz comido algo en todo el día?- preguntó
-Sólo desayuné unos Waffles que me hizo Karen.-
-No cambias niña, no cambias- rodó los ojos.
-Mamá tenía mucha ropa que lavar, ademas...- apenas vi a Jorge, salí de un salto de la cama y jalé a mi madre de un brazo hacía la puerta.
-¿Elizabeth, que rayos te pasa?- dijo mi madre safandose de mi agarre.
-¡ÉSE entró a la casa sin permiso!-grité.
-¿Qué? Yo no soy...- dijo Jorge. Mi madre lo interrumpió, soltando una carcajada.
-Ay Beth...- seguía riendo. -ESE es ahijado del tío Thompson.- no paraba de reír. Jorge comenzó a reírse junto con mi madre.
-¡A mí no me causa gracia Jorge!- bufé. Se río de nuevo.
-Ya. Lo siento.- dijo y me sonrió. Su sonrisa es demasiado atractiva, hizo que el enojo se fuera por completo.
-E-está b-bien, no fue n-nada.- Sentí que me sonroje y sólo le devolví una sonrisa tímida. Mi madre levantó las cejas y me sonrió.
-Bueno, dejemos a Beth sola un momento. Bañate y bajas a comer.- dijo mi madre guiñandome el ojo. Sólo asentí.
Mamá y Jorge salieron de mi cuarto. Tomé un Short de mezclilla, una blusa de razo color verde obscuro y me fui directo al baño. Salí 10 minutos después; podría jurar que cuando salí de la regadera envuelta en la toalla, vi a alguien salir del baño. Me asomé rápidamente pero la puerta del cuarto aún tenía el pasador puesto, probablemente sólo fue mi imaginación.
Cuando entré al comedor sólo estaba Jorge ahí, me senté en el lugar que supuestamente era para mí y llamé a Karen para pedirle comida.
-¡Karen, puedes venir por favor!- grité desde el comedor.
-Hola Reli, ¿ya estás mejor?- dijo Jorge. Yo estaba revisando mi Facebook en ese momento. ¿Me hablará a mí? -Reelii...- dijo.
-¿Me hablas a mí?- dije. Jorge río.
- ¡Claro! ¿Que otra Reli ves por aquí?-
-Pero... ¿Reli?...- dije parpadeando.
-Era costumbre de Amy y mía cambiar la primera letra del nombre por una "r".- dijo divertido.
-Ah. Ya... ¿pero no es mas sencillo llamarme por mi nombre?- dije levantando una ceja.
-No.- y se río. -Entonces... ¿Cómo te gusta más, Reli o Reth?- dijo.
-¿Reth?... Ah ya... ¡Beth!- dije y me solté a carcajadas. Jorge río junto conmigo.
-Lo ves, hasta a ti te da risa.- dijo sonriendo. Dios, esa sonrisa me va a matar.
-Reth se oye como nombre de perro, Reli me gusta más.- dije sonriendo.
-Reli será.- dijo sonriendo. Dios...
-¿y... mi madre?- dije tratando de evitar que sonriera de nuevo.
-Salió, dijo que volvía más tarde.- Asentí una vez y seguimos platicando de otras cosas. Después de unos 5 minutos me percaté que Karen no había atendido a mi llamado.
-Karen, puedes venir por favor...- la llamé; nada. Jorge se levantó de su asiento.
-Voy al baño, ya regreso.- dijo Jorge. Asentí con la cabeza y esperé a que llegara Karen.
-Karen...- volví a llamarla. Me levanté y caminé a la cocina. -¿Karen estás ahí?- la volví a llamar antes de entrar. -Ka...-
-Reli... ¿Reli estás bien?- no podía abrir los ojos. -Reli por favor contestame...- me sacudió. - Abre tus ojos por favor...- sollozo.
-¿Q-que m-me p-pasó?- dije con dificultad.
-Gracias a Dios que estás bien.- me abrazó fuerte.
-¿Q-qué p-pasó?-
-Eso mismo quiero saber yo.- frunció el ceño. -Regresé del baño y estabas en el suelo, inconsistente...- hizo mala cara, como recordando algo. -¿No te hizo nada malo?- dijo preocupado.
-Yo... ¿Nada... malo?...- en ese momento escuchamos un ruido.
-Quédate aquí.- dijo Jorge.
-Espera no...- lo jalé del brazo. -¿Viste que me pasó?- volteó a verme.
-Hace rato vi a una mujer saliendo de la cocina. Al principio pensé que era Karen, pero me acerqué y te vi en el suelo...- hizo mueca de desagrado. -Voy a revisar si sigue aquí.- y se levantó.
-No por favor, no me dejes sola- le suplique.
-¿Puedes ponerte de pie?- preguntó preocupado.
-Creo que sí...- dije y me ayudó a levantarme pues aún estaba en el suelo.
Me rodeó la cintura con su brazo y yo le pase el mío por la cintura también. Es muy alto y no alcanzaría el hombro...
Al llegar a la sala vimos que la puerta principal estaba abierta. Jorge me sentó en el sillón y se acercó lentamente a la puerta. Me pegué un susto de muerte cuando Jorge y Karen gritaron al verse...
-Disculpe usted, no era mi intención asustarle.- dijo Karen.
-No se apure, yo también le di un buen susto.- contestó Jorge.
-Llegó antes que siempre joven.- dijo Karen. Se veía como molesta.
-Nos mudamos de nuevo a Florida, ahora no vengo de vacaciones. ¿Karen, no estaba usted hace rato en la cocina?.- preguntó.
-No joven.- dijo rápidamente. -Vengo regresando de hacer las compras.- dijo nerviosa.
-Qué extraño, juraría que te vi salir de la cocina hace rato...- dijo volteandome a ver con preocupación. Karen no dijo nada más y caminó rumbo a la cocina.
-Karen...- la llamé. Se paró en seco y tardo unos segundos en responderme.
-Digame señorita...- dijo sin voltear a verme.
-¿Puedes prepar algo de comer?- pregunté amablemente.
-Claro que sí señorita... ¿Algo en especial que guste comer?- dijo aún sin voltear.
-Lo que sea está bien Karen, gracias.- dije. Siguió su camino. No dijo nada más y jamás volteó a verme. Un comportamiento demasiado extraño en ella... será que...
-Reli...- dijo Jorge interrumpiendo mis pensamientos. Yo tenía la mirada apuntando a la cocina. -Podría jurar que era Karen la que salió de la cocina hace rato...- dijo sentandose a mi lado. Volteé a verlo.
-Yo también...- Jorge se me quedó viendo.
-Tuve mucho miedo cuando te vi tirada en el...- se escucho un ruido fuerte. -¿Oiste eso?- preguntó. Asentí. Se volvió a escuchar.
Jorge salió corriendo a la cocina. Corrí detrás de él.
Apenas entrar a la cocina Jorge cayó al suelo y después ya no supe de mí...
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