Mi Don

Sonó la campana. Era hora de ir a casa. Guardé mis bolígrafos en la lapicera y la metí junto con la carpeta al bolso. Tomé mis libros en la mano y comencé a andar. Guardé los libros en el casillero. Llegué a la salida. Bajé las escaleras, crucé el estacionamiento.
Batman me esperaba ansioso a que lo montara para irnos a casa. "¡Beth cuidado!" Escuché a alguien gritarme. Levanté la mirada y Karen estaba luchando contra algo que no le permitía moverse. Alguien me tomó por los hombros, una voz ronca y aspera dijo: "Al fin te encontré... pequeña lindura"

Desperté bañada en sudor, miré a mi alrededor rápidamente. Estaba sola. Me estiré hacia la mesita de noche para prender la lampara. "Karen te necesito" pensé, sabía que ella me escucharía. A los 3 segundos llegó.

-¿Que pasa Elizabeth?- dijo con el seño fruncido.

-T-tuve u-una pesadilla- dije como pude. No podía dejar de pensar en el sueño, mejor dicho, en la pesadilla que acababa de tener. Pude ver como Karen se ponía una mano en la boca en señal de preocupación y negaba con la cabeza lentamente.

-No.- susurró mientras se levantaba tomandose los brazos en forma de abrazo. Yo me quedé en silencio viéndola como caminaba de un lado a otro con un dedo en la boca, pensando.

-¿Era la sombra verdad?- conseguí decir. Tenía miedo de escuchar su respuesta. Karen dudó unos segundos en contestarme, veía a la ventana como esperando a alguien, o tal vez llamando a alguien...

-Sí Elizabeth, era Él- dijo mientras me miraba fijamente. En sus ojos podía notar la preocupación que sentía. No dije nada mas. Nos quedamos en silencio hasta que decidí levantarme de la cama e ir a su lado. No podía dejar de pensar en ese sueño, pero no quería seguir haciéndolo. Ayer Karen le dijo a Vi que si me contaban lo sucedido, mi Don me iba a mostrar eso que tanto quería saber. No debí de haberme acostado pensando en ello. Que tonta fui. -No es tu culpa Elizabeth- me sobre salté al escuchar la voz de Karen. -Tarde o temprano tu Don te lo iba a mostrar, te está previniendo. No sólo muestra cosas que pasaron, si no también cosas que pueden o van a pasar.- me quedé mirandola. Así que yo tenía razón, no sólo me muestra el pasado, también el futuro... -Sí. Sin embargo la mayoría de las veces sólo son posibles futuros, es decir, depende de ti y tus acciones si llegan a suceder o no.- dudé en preguntarle, pero igual lo hice.

-¿osea que aquella vez que un sueño me mostró  en el bosque una sombra de ojos rojos asechandome... pudo haber pasado?- me quedé en espera de su respuesta. Karen solo abrió los ojos como platos y se acercó a mí.

-¿Cuándo?- preguntó tomandome las manos.

-¿Cuando que?- me dio un escalofrío debido al contacto con sus manos.

-¿Cuando soñaste eso?- dijo preocupada.

-La primer noche que dormí aquí. Pensé que ya lo sabías.- dije lenta y pausadamente. Karen frunció el seño.

-No puedo ver lo que pasa en tus sueños a menos de que tu lo pienses, igual y solo puedo imaginar lo que piensas, no veo imágenes Elizabeth, solo puedo saber tus palabras e interpretarlas.- dijo con voz tranquila.

-No lo sabía. Siempre pensé que podías ver lo que yo veía.- dije rascando mi cabeza.

-Pensaste mal. Ahora dime, ¿Haz estado en algún bosque?- preguntó curiosa. Yo asentí. Karen se me quedó viendo expectante. -¿y? ¿cuando? Elizabeth no puedo saber lo que sucedió si no lo piensas.- dijo frustrada.

-Fue el mismo día en que llegamos aquí a Florida. Aún estabamos en Seattle, me desperté temprano por la mañana y salí a caminar por el bosque, me di cuenta que me había perdido y comencé a asustarme, luego encontré la salida y corrí a mi casa, el taxi ya estaba afuera y teníamos que ir al aeropuerto.- Karen me veía y no lo creía. Miró hacía la ventana un rato y solo asentía hasta que la escuché decir "De acuerdo". Caminó a mi mesita de noche y apagó la lámpara. Ya estaba comenzando a salir el sol, pero aún se veía oscuro. Karen se puso detrás mío y solo pude ver que algo borroso entró por el balcón. Ese aroma...

-Hola songbird.- ¡era Vi! Su voz provenía de la esquina de siempre. Sin pensarlo traté de caminar hacía allí pero Karen me detuvo. Regresé a la posición en la que estaba y me resigné.

-lo siento Vi, fue sin pensar.- dije con dificultad. No quería que se volviese a ir como ayer. "Gracias" pensé con la seguridad de que Karen me escucharía.

-No te disculpes songbird. No es culpa tuya.- sólo asentí como tal muñequita, su aroma es muy seductor... siento que sería capaz de hacer cualquier cosa por él... un golpe me sacó de mis pensamientos. Recargue la cabeza en mi hombro e intenté ver a Karen. No pude.

-Comportate Elizabeth.- dijo Karen seguido de un movimiento rápido de manos, gracias a el cuál, ya estaba mirando al frente de nuevo.

-Perdóname.- dije y agaché la cabeza. Con el rabillo del ojo pude ver una mano, pálida como la de Karen pero más... masculina. Todo pasó en menos de un segundo, pude escuchar el sonido de una palmada, seguido de un gruñido detrás mío. Vaya, que lejos quedó la esquina.

-si no vas a poder soportarlo mejor deja que te vea de una vez, te he llamado porque su Don le mostró una situación que la puede poner en peligro. Esto es serio Vic...- Se detuvo en seco. Así que Vic... poco a poco voy conociendo su nombre completo. Karen suspiró profundamente y continuó: -Te necesito, concéntrate. Como te dije, ya no puedo sentirlo, no se si está cerca, algo hizo para bloquearme que ya ni siquiera puedo ver a través de sus ojos. Beth corre peligro.- dijo Karen con claro enojo. Su voz era fuerte y autoritaria pero al decir la última frase, se le quebró un poco la voz. Las palabras no salían de mi boca, escuchar aquello que dijo Karen me dejó sin aliento.

-Ya. Me disculpo, ver su cara de arrepentimiento me hizo recordar a su ella infante.- se quedaron en silencio, estoy empezando a sospechar que él si puede leer mentes también. Aunque Karen me dijo una vez que el Don que Vi tiene es diferente a el de nosotras. Vi interrumpió mis pensamientos. -He estado rondando la zona como de costumbre, no he percibido el aroma de ninguno de sus secuaces ni a Él, tampoco he sentido ningún poder ajeno o extraño por los alrededores.- ¿Percibe los aromas? ¿Siente los poderes? ¿Será ese su Don? Karen dice que sería peligroso para mi saberlo, que eso haría que mi memoria sobre mi niñez volviera. Si no saberlo evita que esa sombra de ojos rojos llegue a mí, prefiero no preguntarlo ni darle tantas vueltas al asunto. Calladita me veo mas bonita. Escuché como Karen soltaba la carcajada. -¿Qué te causa tanta gracia Karen?- preguntó Vi con curiosidad. Yo sí sabía de que se reía. De mí.

-No es nada, sólo un pensamiento que llegó a mi mente. Lo que me llama la atención de el sueño de Beth es...- dejó de hablar.

Todo sucedió tan rapido que apenas y me dí cuenta. Mientras la puerta de mi cuarto se abría, dejé de recibir el aroma de Vi al mismo tiempo que las puertas del balcón se cerraban. Yo sentí que volé por la habitación. En cuanto alguien prendió la luz, pude darme cuenta que Karen ya no estaba, en la esquina ya no había nadie y yo estaba acostada en mi cama, dandole la espalda a la puerta que acababa de abrirse.
Cerré los ojos instintivamente y sentí como alguien me movía del brazo. No abrí los ojos. "Que raro" escuché, era la voz de mi madre. Depositó un beso en mi mejilla derecha y salió del cuarto. ¡Madre mía! Ni se ha enterado que hacía apenas un segundo aquí había 2 personas conmigo. Me senté en la cama y prendí la lámpara de la mesita. Miré a mi alrededor con la esperanza de ver a Karen pero no estaba ahí.

"¿Se le ofrecía algo señora Bellith?" Era Karen. "No gracias Karen, sólo fui a ver como estaba Beth. Acabamos de llegar de el hospital y podría jurar que escuché voces en su cuarto. Bueno, no me hagas caso probablemente sea el cansancio y que aún tengo en los oidos el ruidajo de hospital. Descansa Karen, hasta mañana." Dijo mi madre dejando un gran bostezo al final de su frase. "Que descanse señora Bellith, señor." Escuché pasos, seguido de unas puertas cerrandose.
No tenía ni la más mínima idea de si Karen y Vi volverían a mi cuarto o no, decidí asomarme por la puerta. Un golpe en la cara me lo impidió.

-¡Beth!- dijo Karen asustada pero en voz baja. Me hubiera quedado sentada en la cama. -¿Estás bien?- Asentí. Me duele la nariz. -No sabía que estabas parada en la puerta, perdona.- dijo mientras me tomaba de la cara para verme mejor.

-No te preocupes Karen, no fue tu intención. Espero.- dije susurrando. Reímos.

-Que descuidada eres Karen, con la fuerza que tienes pudiste haberle roto el cráneo.- Volvió... Quería voltear a verlo, quería saber como era, conocerlo en persona. Pero sin que nadie tuviera que detenerme, no lo hice. Por primera vez fui conciente de lo que podría pasar. Algún día lo podré ver estoy segura de eso, pero no hoy, luego. Karen me sonrió. Escuchó mis pensamientos.

-No abrí tan fuerte la puerta. Lo que pasó fue que Beth estaba parada frente a ella y solo la empujé. No era mi intención, jamás la lastimaria.- dijo Karen volteandome a ver con ojos llenos de ternura.

-Estoy bien, no se preocupen. Quisiera dormir más si no les molesta, por favor.- dije con voz tranquila y bostezando al mismo tiempo.

-Claro. Si nos necesitas ya sabes como llamarme. Descansa Beth.- Alborotó mi melena y depositó un beso en mi frente con sus fríos labios. Karen se fue rumbo a mis espaldas, supongo que saldría por el balcón junto con Vi.

-Dulces sueños Songbird- Me quedé tiesa al sentir unas fuertes y a la vez frías manos rodearme los hombros. ¡Vi me acaba de abrazar por detrás! No pude controlarme más y volteé rápidamente para verlo.
Sólo alcancé a ver las puertas del balcón cerrándose y mi mano extendida como tratando de agarrarlo...

♢♢♢♢♢♢♢♢

¡Hola a todos!
Quiero pedirles una enorme disculpa por haber tardado tanto tiempo en actualizar.
No sé si les llegue a pasar lo mismo pero no conseguía completar éste capítulo.
Nada me gustaba y no tenía coherencia. No sé que me pasó.
Pero aquí está ya terminado.
Espero que sea de su agrado, tardé muchísimo en terminarlo.
Gracias por todo su apoyo, de verdad que ustedes me motivan a seguir escribiendo. De nuevo gracias.

Atte:
Annie♡~

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