NOCHE 5


No recordaba nada de anoche, apenas unos fragmentos arremolinados en mi entumecida cabeza. Estaba a oscuras o más bien tenía los ojos cerrados con un gran peso sobre ellos que me impedía abrirlos.

Escuchaba pitidos al fondo, como si estuvieran lejos. Una calidez en mi cuerpo me rodeaba al igual que las voces lejanas que estaban donde yo.

No entendía lo que había sucedido en la noche, sólo recordaba aquella sombra en la ventana de mi habitación, mirándome como si quisiera llegar hasta mí. Las luces de casa se fueron apagando una a una y entonces...entonces me caí o, me desmayé.

Quizás estaba en lo que llamaban el limbo o estaba en una especie de cielo o allá donde van las personas que mueren. Si eso era cierto, el lugar era realmente sombrío y el final era realmente desagradable.

Cuando intenté moverme, unos cables alrededor de mis brazos se tensaron y yo intenté liberarme de ellos. De pronto, una mano cálida se posó sobre mi antebrazo para impedir moverme, ¿Qué era eso? ¿Estaba muerta o en coma?

La voz más nítida de una persona comenzó a escucharse, pero solo acertaba a distinguir algunas palabras como descansar, cuidado o paciente.

Si era un paciente entonces eso significaba que estaba en un hospital, pero no podía estar en coma porque si no, no me movería. Usé mi raciocinio para poder calmarme y así entender mejor la situación, a fin de cuentas, yo era doctora.


Probablemente la pesadez de mis ojos se debiese al efecto de la anestesia que aun circulaba por mi sangre. Si hubiera tenido una herida severa, el efecto del sedante sería aun mayor o bien si hubiera tenido alguna especie de ataque. Intenté mover un poco mi cuerpo para comprobar si sentía algo, pero apenas podía moverme. El cansancio me estaba ganando haciendo que el peso de mis párpados pesara más y más; quizás una enfermera había entrado al cuarto y me estaba poniendo otra dosis.

No podía hacer otra cosa que dejarme llevar por el sueño para poder recuperar las fuerzas.


De pronto, el peso que sentí liberó mis párpados y me permitió abrir los ojos. Al despertar, efectivamente me encontraba en una habitación individual de hospital con un aspecto realmente lujoso. Aquello era de extrañar porque el pueblo donde yo estaba apenas tenía tiendas, por lo que no me hacía sentido que pudieran costearse un equipo tan caro, ¿Acaso estábamos en otra ciudad?


Mi cabeza estaba vendada, lo que me dio la pista de que quizás me desmayé o caí y me di con el sueño de forma contundente, lo que explicaría el dolor de cabeza y las dosis de calmantes que aún me mareaban.

Los cables de mis brazos me conectaban a una serie de envases de sueros y demás medicamentos que me mantenían en condiciones. Era hora de moverse y averiguar más sobre lo que me había pasado.

Me levanté de la cama con gran dificultad para tomar la carpeta que descansaba en el pequeño casillero de los pies de la cama. En él decía que había sufrido una especie de shock que provocó un fuerte golpe en la cabeza. Al parecer, me hicieron un TAC para ver si tenía algún tipo de daño cerebral pero no tenía absolutamente nada para mi gran alivio.


Tras dejar de nuevo la carpeta, comencé a caminar fuera de la habitación arrastrando aquel artilugio metálico que tenía los goteros colgados. Como si fuera una anciana, iba arrastrándome fuera del pasillo con una lentitud que hasta a mí misma me aburría. Aquel lugar estaba completamente desierto, cosa que era de extrañar porque, si era de noche, había enfermeras y doctores de guardia por si ocurría alguna cosa.

Pero el silencio era imperturbable y no podía distinguir ningún sonido excepto el sonido de las agujas del reloj de la pared. Al mirarlo, me percaté que sonaba la maquinaria, pero las agujas estaban paradas sobre las 4 de la madrugada. Me acerqué lentamente para mirarlo más de cerca como si en mi mente quisiera que el reloj volviera a funcionar, pero era evidente que estaba completamente quieto, ¿Cómo era posible si el mecanismo estaba funcionando? ¿Quizás se atascaron las agujas?

De pronto, una leve ráfaga de aire levantó mi bata de hospital y miré en la dirección de dónde provenía. A pesar de no haber ni una sola ventana abierta que me permitiera ver el exterior, la brisa constante podía sentirse en mi piel y mi cabello que ondeaba.

Seguí caminando por aquel largo pasillo, pero el resultado era exactamente el mismo. No podía ser que estuviera desierto o que no hubiera más pacientes a parte de mí. Unos de los carteles me indicaron que estaba en el área de observación, así que decidí comenzar a abrir puertas de las habitaciones contiguas a la mía por si podía encontrar a alguien que pudiera ayudarme.

Pero conforme más puerta abría, menor era la esperanza de encontrar a alguien que pudiera ayudarme.

Pero al abrir una de las habitaciones, encontré a una mujer con el pelo sobre su rostro y sentada sobre su cama. Cuando iba a poner un pie dentro de aquel cuarto, la vista de ella se levantó y entonces...no podía creer lo que veía:

-¡¡¡¡¡¡COOORREEEEEE,CORREEEEEEE!!!!!¡¡¡VETE DE AQUÍ,HERMANA!!!

La voy el rostro desencajado de mi hermana Lisa era lo último que esperaba ver y, sin pensarlo dos veces, eché a correr.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top